9. Antes de ti (AkuAtsu)

Capítulo 9. Antes de ti

» Shin Soukoku«
• Mon Laferte – Antes de ti •



Akutagawa caminaba sobre las sombras de los callejones, la lluvia caía sobre sus hombros, era la soledad su única compañera y podría verse reflejado en su andar. Pero había alguien, solo uno le podía ver, con sus ojos color amarillo brillante por la oscura noche andante.

Se ocultó en el callejón, sabía que lo seguían, no le temía a nada, ni a la vida ni a la muerte pues había sido un hombre de ambos lados. Ocultando todo de él, ocultando todo de todos. Pues en el amor nunca tuvo suerte, antes de él, sus lágrimas ya se habían agotado. Perdiendo a su ser más amado.

Cometió muchos errores, los cuales lo hicieron acostumbrarse al dolor, Osamu Dazai jamás fue gentil, y mucho menos un buen maestro pero para el azabache lo era todo. Sumergido en la desesperación del día, simplemente se dejó caer en el callejón, su vientre le dolía. ― No puedo... - se dijo así mismo, ― Dazai-san, creerá que soy débil – se regañó. Volvió a intentar levantarse pero era cierto que el dolor era grande. ¿Era su fin? Terminaría triste y solo. Sin aprobación... ― si tan solo... Dazai-san me hubiera aprobado... - se dijo así mismo, su aliento se estaba desvaneciendo, sus ojos había cerrado. Estaba muriendo.

― ¡Akutagawa! – escucho la voz chillona. Y abrió sus ojos una vez más

Allí vio al joven albino, sus lágrimas llenaban su rostro, y el de él también, el callejón donde se encontraban tirados era iluminado por la luna, la enorme luna reflejada en la espalda del albino, era como si las estrellas le abrazaran constantemente, era brillante, y él solo era el lado oscuro de la luna. ― Jinko...

― ¡¿por qué haces esto?! – grito Atsushi oprimiendo su vientre ― ¡pudiste esperar a que vinieran a ayudarte! – grito desesperado

― Eso sería débil

― ¡no mueras estúpido! – grito con fuerza el albino.

Akutagawa fue cerrando sus ojos mientras veía el rostro preocupado del albino, al menos, no moriría solo....

...

El mafioso despertó una vez más, estaba sobre un futon, una habitación pequeña y algo oscuro, pero era cálido, se levantó ligeramente y sintió la punzada de dolor en su pecho, descubrió que no llevaba camisa, ni abrigo y se sintió desprotegido, miro a su lado en busca de su abrigo, y solo encontró al albino. Atsushi descansaba en el suelo en pose fetal, analizo al chico, tenía grandes ojeras y rastros de sangre en su rostro, ojos hinchados y el rostro aun húmedo. ― Jinko – le llamo y el albino abrió los ojos. Miro al azabache y sonrió

― Despertaste... Me alegra... - menciono agotado. No pudo moverse, volvió a dormirse

― Lleva cuidándote sin dormir una semana – menciono la voz que tanto conocía, Dazai había entrado – la agencia se permitió cuidar de ti por la insistencia de Atsushi-kun.

― Dazai-san... ¿Qué paso?

― Atsushi-kun llego una noche lluviosa hace una semana, suplico que te curáramos. ¿en dónde te metiste?

― Tenía una misión... Sobre unos tipos... eran demasiados y, me hirieron... fui incompetente – hablo decaído y con cabeza baja

― Aprende algo nuevo. Incluso los perros viejos pueden aprender trucos nuevos – menciono Dazai mirando a Atsushi. ― recupérate.

Dazai salió del lugar y el azabache miro al albino, acaricio su mejilla con sus nudillos y lo pudo notar, Atsushi había estado cuidando de él.

No solo lo había encontrado en aquel solitario y oscuro callejón, no quería dejarle morir, suplico por su vida y entrego sus fuerzas para ello. El mafioso suspiro, no le gustaba estar en deuda con nadie pero con Atsushi no se sentía en deuda, si no... Agradecido.

Atsushi despertó horas después, el albino se dedicó a atender al azabache para su pronta recuperación, cocinaba estofado para dos ―Jinko, puedo comer solo

― Yosano-sensei dijo que no usaras tu habilidad, y de ser posible no te movieras mucho

― No soy un pequeño niño

― Solo déjame ayudarte – se quejó acercando la cuchara. ― vamos, di: Aaah

El mafioso miro a otro lado, aun así abrió la boca. Por las noches, Atsushi acercaba un balde con agua a la mitad, luego iba a la cocina por agua caliente. Las juntaba para dejar el agua tibia, el mafioso miraba aquella dedicación que el albino le prestaba, tomaba una esponja y la remojaba suavemente para darle un baño al mafioso. Tallaba suave y consistente su espalda, con extrema delicadeza en sus heridas pasadas. Akutagawa jamás se puso sentir así en otros momentos.

¿Y cómo admitir algo así? Pero... sus días siendo cuidado por el albino, eran increíbles.

Atsushi prestaba total atención a la herida del mafioso, no se había infectado, ni dañado, su recuperación era rápida pues el tigre mantenía un constante cuidado y limpieza en ella.

Una noche, el mafioso soñó con sus días pasados, los golpes que recibió de Osamu Dazai, las palabras hirientes, los entrenamientos hasta desfallecer, y su repentina e injusta partida. Todo aquello le había hecho llorar. Era una fría noche y cada estrella dejaba de iluminarlo, cada decepción lo hacía ver que no había nada más. Arrodillarse ante la soledad y postrar su rostro al suelo por el sufrimiento de aquel mal.

Entonces, todo el cuarto oscuro comenzó a iluminarse, solo era algo ligero, pero pudo ver a alguien llegar caminando, alzo su mirada, creyendo que era el ex mafioso, y su sorpresa fue ver Atsushi, esté llego como si nada, con una sonrisa en rostro y abrazo al azabache, lo abrazo fuerte y constante. Akutagawa simplemente lloro más abrazando al albino.

Despertó.

Miro a su alrededor, Atsushi estaba en la cocina preparando el desayuno, suspiro y sonrió. Instintivamente llevo sus manos a su boca y notó su sonrisa ― estoy... ¿sonriendo? – se pregunto

Atsushi se asomó ― Akutagawa, buen día – hablo sonriente y el azabache le miro

― Si... buen día. – Atsushi lo miro raro y se acercó, el azabache se sonrojo ― ¿qu-que?

― ¿tienes fiebre?

― No

― Es la primera vez que me dices buen día en estas tres semanas – menciono el albino y sonrió amplio ― Gracias

Fue cuando lo notó, Atsushi siempre era claridad, era transparente y ahora, él era transparente. Sonreía al albino de vez en cuando, era honesto con él, valió la pena todo, había valido la pena conocerlo. ― Akutagawa, Dazai-san hablo hoy, quería saber cómo sigues

― ¿Quién?

― Dazai-san – menciono el albino y el mafioso le miro

― Oh cierto... - miro sus manos. Realmente lo había olvidado, miro al albino ― dile que estoy bien, gracias a ti

Atsushi se sonrojo, el mafioso era increíble.

Akutagawa había regresado a sus días en la mafia, estaba completamente recuperado, había aprendido a olvidar, había aprendido a curarse, aun pasando 5 semanas con el albino, no era suficiente, necesitaba un poco más de él, no de sus cuidado médicos, no eso no más. Necesita... de su calor, sus abrazos, y de su amor.

Citó al agente en callejón donde se conocieron, allí, el albino llego algo confundido, no entendía que pasaba con el azabache, y verlo serio le hizo sentir agobiante el ambiente. ― A-Akutagawa... ¿Qué ha-hacemos aquí?

― Jinko, aquí te conocí. – Atsushi trago saliva ― te quite una pierna, creí en tu debilidad, tu inseguridad e inutilidad. – Atsushi bajo la cabeza ― ya no eres ese débil, inseguro e inútil.

― Eso...

― Después te odie, en el barco

― Lo recuerdo – menciono el albino sin querer mirarle

― Y te comprendí en moby dick – suspiro el mafioso sacando sus manos de sus bolsillos ― me di cuenta de tus temores, tu mentor odioso y tu vida de prisionero. – Atsushi bajo la cabeza

― Akutagawa... esto no es lo que quiero oír... - hablo serio el albino

― ¿me puedes ver? – pregunto y el albino subió la cabeza, la mirada se fijó en el azabache. El mafioso estaba a un paso de él ― me puedes ver... con claridad ahora soy transparente. quería decirte, valió la pena todo, todo el conocerte, y a olvidar contigo aprendí. Fui dejando atrás toda tempestad...

El azabache suspiro, Atsushi se sonrojo, estaba sorprendido de las palabras del mafioso, más su rostro no había cambiado ni girado su forma de verlo, sus ojos fríos y su semblante de muerte. ― Antes de ti... yo no conocía el amor – Atsushi abrió en grande sus ojos. El viento soplo, hubo un gran silencio pero aun así, Atsushi sonrió

― Estaba solo y triste...

― Yo transitaba el lado oscuro de la luna

Estiro su mano tomando el brazo del albino, acariciándolo hasta tomar su mano, se miraron a los ojos sonrientes ― Antes de ti... Mi amor... - se dijeron uno al otro

Sonrieron, estaban complementados, el mafioso lo sabía, los cuidados del albino solo eran los de un amante al otro, solo faltaba que él se expresará y lo había logrado, el viento simplemente los abrazo, Atsushi fue el primero en dar un paso y abrazar al azabache. Akutagawa se quedó ligeramente sorprendido, dar amor y ser amado no era algo tan... simple, aun así, respondió el abrazo. Bajo su mirada, el albino subió su rostro.

Unieron sus labios en un tierno beso, los cálidos y dulces labios del agente fueron llenados de los fríos y despreocupados labios del mafioso. El agarre del mafioso se afino a la cintura del agente, y el agente respondió consolando la espalda del mafioso, apretando su abrazo en uno eterno.

Aunquesolo fueron unos segundos, era eterno para ambos, pues antes de conocerse, solohabía tristeza y desigualdad, negligencia y necesidad. Soledad, llanto ypenumbra. Ahora podían ver la luna juntos sonreír.





...

Para los que no saben... Soy muy fan de Mon Laferte, estoy pasando por una etapa de soledad, quizá halla más de estos song fic dedicados a Mon Laferte. Ya pensé en uno para Soukoku. (Ahora ire a escuchar de nuevo la nueva. Paisaje Japones)

¡Gracias por leer!

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