7. Hombres de acción (Soukoku / Shin Soukoku)
Capítulo 7.
» Soukoku / Shin Soukoku « AU Guerra contra el Mimic
• Mulan – Hombres de acción •
Atsushi miraba a su padre un hombre joven que había perdido las esperanzas en él, con mirada de odio hacia su persona y probablemente unas enormes ganas de matarle, cuando escucho a los mensajeros del rey sobre una guerra, todo hombre y joven debía participar, él lo sabía, no serviría en la guerra... su sorpresa fue grande cuando su padre lo llevaba a caballo con dirección al campamento limitar de Yokohama.
...
Los generales se presentaban, entre ellos un castaño y su asistente un azabache. Atsushi estaba nervioso, hasta que vio a su compañero de al lado era bajo y de cabello algo largo, parecía ser más femenino que él. Evitaría los problemas claro. Aquella noche en su carpa de dormir, suspiro profundo al no poder hacer más, pero el pensar que su padre lo llevo le hacía sentir... libre.
― Hoy la lucha empieza – dijo Atsushi a si mismo
― Niñas me mandaron para tal acción – se quejó Dazai mirándolos a todos
― Es la chusma peor que he visto aquí, entenderán lo que es virtud, hombres fuertes, de acción. Serán hoy – dijo Akutagawa serio
― Que son unos zopencos – escucharon una voz, Atsushi supo quién, era su compañero de vida, un pequeño tigre fantasma que le carcomía día y noche.
El azabache fue directo hacia ellos, estaba molesto - ¿Quién dijo eso? – pregunto serio
― Él – dijo Chuuya señalando a Atsushi
Atsushi trago saliva y el azabache tomo su camisa levantándolo - ¿muy gracioso eh? Veamos cómo te va en la prueba de hoy – menciono serio. Chuuya no pudo evitar tapar su boca y cubrir su estómago, había sido divertido pero quien se acerco fue Dazai
― Así que... acompañaras a tu amigo – menciono Dazai frente al pelinaranja
― Malditos bastard – se quejó Chuuya pero Dazai le saco el aire con su rodilla
― Regla número 1. Disciplina – dijo Dazai. Tomo el cabello de Chuuya, lo hizo caer mientras saltaba encima de él, llego a Atsushi y pateo al albino para mandarlo a volar a un par de metros – regla número 2. Fuerza – miro a todos los civiles listos en el campo – necesitaran ambas en este campamento – sonrió a todos – aplíquense o morirán
Y fue así como el largo camino por recorrer comenzó.
Todos se pusieron en fila, Dazai suspiro al mirarlos, a pesar de sus vendajes, el chico demostró saber perfectamente de karate, frente a todos, los miro sobre todo a Atsushi y a Chuuya – mantener la calma en la tempestad, siempre en equilibrio y en vencer pensar – dijo Dazai – mantengan eso en su mente y repitan lo que hice
Todos tragaron saliva, obviamente era imposible dar patadas como las que el acaba de hacer, pero Chuuya a pesar de eso sonrió burlón, y con gran destreza lo hizo, incluso mejor, levantando su pierna en un ángulo recto de 90°, burlón miro a Dazai pero este no se inmuto, incluso le miro peor. – Akutagawa – llamo a su asistente
― Si Dazai-san – respondió el azabache – Rashoumon
Su habilidad apareció, creando un arco, Dazai le dio una flecha, el azabache apunto con seguridad a un tronco de pino sin hojas y en la punta, en el filo, segura y sin remedio de ser bajada clavo aquella flecha sin dificultad – bien, ahora tienen que bajarla – dijo Dazai
― ¡¿Qué?! – gritaron todos
― Bueno, ya que Chuuya logró hacer aquellos buenos movimientos debo imaginar que todos lograran subir – menciono alegre - ¿quieres intentar primero Chuuya?
― Lo haré con gusto – menciono burlón el enano mientras iba al tronco
― Espera Chuuya – dijo sonriente Dazai – aun te falta el equipamiento para trepar
― ¿equip? ¡Ah!
Dazai le había puesto un colgante de 5 kilos en su brazo derecho - ¿recuerdan lo que dije? Imagen que esto representa la disciplina – dijo terminando de ponerle aquella pesa. Hizo lo mismo con la izquierda – y está será la fuerza. – Miro y susurro a Chuuya – en tu caso en lugar de fuerza será respeto – dijo sonriente y miro a todos – necesitan ambas para subir y bajar esa flecha ¿entendido?
Uno tras otro lo intento dejando a Dazai decepcionado – son patéticos, escuálidos, nunca entienden que paso... - miro a Atsushi – hombres fuertes de acción... serán hoy. - suspiro. Y miro a su asistente, esté miraba al chico albino – vaya que le molesto que me llamara zopenco – suspiro – él debe trabajar en ese carácter suyo
― Dazai-san – escucho aquella voz
― ¿Qué sucede Tachihara-kun?
― Los caballos, es hora de meterlos
― Bien – miro a todos y suspiro - Atsushi-kun – le llamo y el albino dio un respingo – por lo de esta tarde, tendrás que levantar el excremento de los caballos. Akutagawa, vigilaras que lo haga todo así se lleve toda la noche
― Si Dazai-san
Entonces... así fue como Atsushi paso varias horas recogiendo con una pala cerca del rio del acampamento. – No puedo casi respirar – se quejó el albino, Akutagawa lo vigilaba como bien le pidieron, el albino bostezaba a cada momento, moría de sueño.
― ¿quieres apurarte? También tengo sueño – dijo el azabache molesto
― Ve a dormir, terminaré esto. Se bien que si no lo termino mi castigo será peor
― Y el mío peor si no lo terminas
― ¿Por qué eres tan malo?
― ¿Por qué eres tan inútil?
― Y tu cretino
― ¿Qué dijiste?
― Na-nada
― Maldito inútil, aprende a hacer algo y vive como un hombre honesto ¿Qué crees? Que la guerra es un juego y ¿nada más?
― Creo... que yo era un mensajero feliz y pacifista – se sentó en el pasto (limpio, obvio) – y ahora un inútil soldado de guerra
― No lograrás nada
― Lo sé...
― Entonces esfúmate para que te maten o entrena duro y dame el placer de matarte, diré que fue un enemigo
― Sólo pido despedirme, en deporte siempre fui una decepción
― El miedo los va a matar
― Sabes... Necesitas a Dios en tu corazón
― Te mataré – dijo llamando a Rashoumon
― Que no vaya a descubrirme – pensó Atsushi al ver aquella tela negra venir, pero les llamo más la atención como sobre el rio pasaban unas botas, las cuales Akutagawa reconoció
― ¡Dazai-san! Ojala supiera yo de natación – se quejo
Atsushi no tardo en saltar al rio, tomo al castaño y lo saco del agua, Akutagawa ayudaba a sacarlo – lo hiciste Jinko, sacaste a Dazai-san
― Bueno... no es muy profundo el rio
Dazai se levantó y suspiro – nooooo – se quejó y miro al albino – arruinaste mi intento de suicidio
― ¡¿suicidio?!
― Dazai-san prometió a Sakunosuke-san y Sakaguchi-san no suicidarse en el campamento
― Pero no lo logré Akutagawa – dijo y miro a Atsushi – Atsushi-kun me salvo
― ¿a-ah?
― Pareces no ser tan inútil Atsushi-kun, te vigilare mejor
― Por favor, no haga eso... - pidió el albino cansado.
Dicho y hecho, desde aquella noche Dazai comenzó a prestarle atención a Atsushi, le ayudaba, lo entrenaba, Atsushi aprendía rápido, incluso Chuuya y él se llevaban bien, entrenaban juntos. Para Atsushi era difícil, jamás entreno, jamás tuvo fuerza, empezaba de cero para alcanzarlos a todos, por más que corría se quedaba atrás, por más que se esforzaba quedaba atrás. Quería rendirse, quería irse, quería simplemente abandonarlo todo y a todos...
Aquella noche, Atsushi miraba la luna desde el reflejo del rio, suspiro con esmero y su olfato no le traiciono, miro a Chuuya quien llegaba – Atsushi ¿estás bien?
― Lo estoy
― No lo estas
― Bien, no lo estoy – suspiro – todos son fuertes, sus habilidades son geniales y yo...
― Eres un tigre Atsushi
― Uno que come mucho arroz – se quejó suspirando
― Oye, recogimos todo el arroz, están todos bien
― Pero casi no lo están Chuuya... Soy patético, debería morir...
― No puedo controlarlo tampoco
― ¿ah? Eres el don gravedad
― No, eso puedo controlarlo pero no es mi fuerza, si uso mi verdadera fuerza... acabaría con todos y después conmigo mismo. Por eso, sé que puedo dar más con mi propio cuerpo, sé que soy débil pero seré fuerte, seré persistente y le demostrare a ese maldito bastardo el hombre fuerte que soy
― Hombres ser ¿eh?
― Si, debemos ser cual veloz torrente, y con la fuerza de un gran tifón, violentos como un fuego ardiente y cumpliendo muy misteriosos la misión – sonrió Chuuya
Atsushi comenzó a reír, Chuuya siempre sabía que decir – iré por algo de arroz ¿bien?
― Si, provecho – sonrió el albino
Atsushi al rio y suspiro – hombres ser... - menciono.
Dazai por su lado, había recibido un mensaje de parte de su jefe, Oda Sakunosuke, su general, pidiéndole refuerzos, pues Mimic pronto les iban a atacar. Dazai lo pensó mucho, no estaban listos pero necesitaban de ellos, miro a Atsushi caminar solitario – pero si obedecen... se podrán salvar – dijo despacio el castaño al ver al albino, miro más enfrente y sintió curiosidad por lo que pasaría.
Volvía al campamento tranquilo, pensando en todo lo que había ocurrido hasta que choco con algo plano y duro, era Akutagawa quien traía un caballo – no puedes ni vigilarlo, tu no sirves en la guerra cruel, ¿a empacar? No hay tal virtud – dijo molesto – concéntrate en tus obligaciones, por el hecho de que Dazai-san te tenga de favorito no te favorecerá en nada, Jinko
― Lo la-lamento... - menciono tragando saliva. Akutagawa se alejó y Dazai miro la escena, Chuuya iba tras él, sonrió. Siempre se metía en problemas, fue por Chuuya y sonrió
― Chuuyaa
― ¿Qué quieres bastardo?
― Hoy dormirás conmigo
― ¿eh? ¿de nuevo?
― Siii~ está vez, sé que lo logrará
― ¿ah?
Atsushi miro el árbol, la flecha seguía allí, a su mente llego las palabras de sus conocidos y allegados.
"Tú no sirves en la guerra cruel, ¿a empacar? No hay tal virtud – dijo molesto – concéntrate en tus obligaciones, por el hecho de que Dazai-san te tenga de favorito no te favorecerá en nada, Jinko"
"¿recuerdan lo que dije? Imagen que esto representa la disciplina – dijo terminando de ponerle aquella pesa. Hizo lo mismo con la izquierda – y está será la fuerza."
"Si, debemos ser cual veloz torrente, y con la fuerza de un gran tifón, violentos como un fuego ardiente y cumpliendo muy misteriosos la misión – sonrió Chuuya"
― Hombres ser... - dijo Atsushi. Miro serio una vez más el árbol, corrió hacia él, las pesas quedaban a un lado.
La noche iba avanzando, el camino iba siguiendo, Atsushi caía una y otra vez de aquel gran tronco, miro el peso, uso la cabeza, y solo fue el comienzo. Cansado, agotado, ajusto las pesas, atándolas una con otra, empezó a subir, subió y subió aun cuando el sol comenzaba a salir, Atsushi siguió trepando, ya nada lo detendría pues cuando Dazai salía de su carpa con Chuuya al lado y Akutagawa de la suya, el albino lanzo la flecha clavándola en el suelo, desde lo alto sonrió a todos mientras saltaban del gusto. ¡La flecha había sido bajada!
Aquel día todos se sintieron con fuerza, Atsushi con facilidad sobre paso a todos, la velocidad del tigre, la fuerza, el equilibrio y la fuerza se habían unido en el albino y con gran seriedad y precisión acortaba el largo camino que iniciaron.
Solo habían pasado tres días pero Dazai lo sabía, - hombres fuertes de acción son hoy – sonrió Dazai al verlos a todos reír mientras comían
― Dazai-san, los de Mimic llegaron al paso
― Los alcanzaremos, tenemos a Atsushi-kun
― Van por el emperador
― No perdamos el tiempo – dijo Dazai sonriente – vamos por todo
El campamento salió, Akutagawa vigilaba a Atsushi, seguía teniendo aquella mala espina, Atsushi seguía su olfato guían a los soldados por el mejor camino, pero fue eso también lo que detuvo al albino – Atsushi-kun ¿Qué ocurre?
― Da-Dazai-san, usted no debe seguir
― ¿eh? Pero
― Oh dios... - menciono Chuuya
Dazai miro aquello, - la tropa... de OdaSaku... - menciono Dazai. Todos tragaron saliva, solo había cuerpos, Dazai corrió entre ellos, le busco y busco hasta encontrarlo. Todo había sido en vano, era tarde. Atsushi bajo la cabeza, ¿Dónde había quedado su fuerza? Todos los soldados habían bajado la cabeza, no había forma de verlo en otra forma, la tropa de Oda era la más fuerte y temeraria de todas y ellos unos inútiles de 1 semana en entrenamiento.
Chuuya apretó sus puños, - ¿te haces llamar general Dazai? – Dijo Chuuya molesto – eres tú ahora la niña, eres patético, y la chusma peor que he visto – trago saliva – el Dazai que conozco es un hombre fuerte de acción
Atsushi lo miro, sus lágrimas se habían acumulado – fuerza y disciplina siempre en equilibrio y en vencer pensar – dijo Atsushi serio mientras tallaba sus ojos
― Nunca rendirnos – dijo Tachihara
― Y siempre fuertes – menciono Kenji
― Hombres ser – dijo Tanizaki
Dazai limpio sus lágrimas – hombres fuertes de acción... ¡vamos al palacio!
― ¡SI! – gritaron todos
Atsushi se preparaba para correr pero necesitaban de más – Jinko – le llamo el azabache y el albino lo miro – necesitarás protección
― Y ser veloz – dijo Chuuya – o romperé todo con la fuerza de un gran tifón
― Violentos como un fuego, atraparemos a Mimic antes de que llegue a los reyes – dijo Dazai serio - ¿listos?
― ¡SI!
Akutagawa trepo en la espalda de Atsushi, Rashoumon lo sostuvo y el albino corrió. Chuuya miro a Dazai, este sonrió. Ambos fueron a un monte para poder usar aquella habilidad. La compañía disipaba a los civiles.
― Hombres ser – pensaba Atsushi
― Debemos ser cual veloz torrente
― Hombres ser – pensaba Chuuya
― Y con la fuerza de un gran tifón – dijo Dazai mirando a Chuuya
― Violentos como un fuego ardiente – dijo Ougai mirando el movimiento desde sus aposentos
― Cumpliendo muy misteriosos la misión – dijo Fukuzawa, su pareja.
Atsushi y Akutagawa llegaron a la habitación, y sonrieron al ver a los líderes bien. Montaron a Atsushi, su equilibrio iba bien, pero faltaba más – Jinko, usa al tigre
― Aun no lo controlo
― Estarás bien – dijo Fukuzawa – confía en mi
― Y si no – dijo sonriente Akutagawa – prometí que te mataría
― Si – sonrió Atsushi
El gran tigre salió, Akutagawa uso a Rashoumon como una silla de montar, los tres salieron de allí, miraron a la tropa de Mimic llegar al castillo, pero la vil trampa estaba hecha, en cuanto entraron. Dazai permitió a Chuuya usar su habilidad, y con un lanzamiento igual al de un jugador profesional de béisbol, Chuuya acabo con ellos usando un enorme hoyo negro.
...
Una semana había pasado, Mimic había desaparecido y todos habían vuelto a sus vidas normales, Atsushi había ganador mucha gloria a su familia, su padre ahora se veía mejor, pues a su regreso confeso solo ser duro por su bien, pues sabía que el mundo era cruel.
Fue una tarde normal, Atsushi miraba el riachuelo de su hogar mientras disfrutaba del aire, y así de sopetón, cayo un higo en su cabeza, lo sostuvo adolorido pues la fruta lo había golpeado pero era más su curiosidad, miro a su lado y allí estaba él – tardaste – se quejó el albino mientras el azabache se sentó a su lado para tomar su hombro alrededor de su brazo
― Estaba hablando con tu padre
― Por lo menos lo acepta
― Por lo menos tú lo aceptas
― Ryunosuke
― ¿si?
― Soy un hombre de acción – menciono orgullo y el azabache sonrió
― Lo eres Jinko
Sus labios se juntaron, era el beso anhelado pues sin guerras habían quedado y su corazón era la prueba.
...
¡aaaaah! yo sólito las choco conmigo, me la mame, lo sé (ok, basta de mis guarradas, una disculpa)
lo prometido era deuda ¡Espero lo hayan disfrutado!
¡Gracias por leer!
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