18. La Gata Bajo la Lluvia (AkuAtsu)

Capítulo 18. LA GATA BAJO LA LLUVIA

» AkuAtsu / Shin Soukoku «
• La gata bajo la lluvia – Rocío Dúrcal •



Su mano toco delicadamente su hombro, pero su mirada filosa y sin esperanzas lo acongojaron – Tranquilo, no te voy a molestar; ¿Qué haces aquí?

- Fue simple casualidad, la misma hora, el mismo boulevard

Le sonrió – no te preocupes, entiendo.

Volvió a su trabajo, pero fue visto con insistencia, trago salvia mientras apretaba sus puños dentro de la gabardina.

Caminaba distante en las calles de Yokohama, era cerca de la media noche, pero era claro, tenía trabajo que hacer. El frio abundaba y la lluvia había llegado, subió su melancólica mirada al cielo únicamente para llenarse de ella. – Ryunosuke – lo llamo bajo la lluvia como si un pequeño minino llamase a su pareja, no podía hacer más, ya había pasado bastante tiempo.

Unos días después, Atsushi levantaba unos carteles de la agencia, fue cuando lo vio pasar, se sorprendió instintivamente, iba sonriente al lado de ella, bajo su rostro y siguió caminando. No pensó si fue visto o no, pero para mal, si lo fue.

A medio camino a su destino, esta vez el tuvo un pequeño saludo, su hombro fue tomado, en cuanto volteo, el receptor pudo verlo, sus ojos con lágrimas, el menor se sorprendió. – perdón – dijo rápidamente. Lo sabía perfectamente, sabía que no quería hacer llorar a un gato herido.

El tomo sus mejillas, limpio sus lágrimas – lo sé, no digas nada...

- Debo marcharme ahora

- Espera – pidió apretando su agarre - ¿quieres tomar un café?

Atsushi dejo una pequeña risa salir - ¿no tenías trabajo?

- Ahora no, ¿Qué dices? Por los viejos tiempos

Sonrió ligeramente – bien, invítame ese café

- Con gusto.

El café fue perfecto, hablaron de lo ocurrido, no habían podido hacerlo, pues no, ambos estaban renuentes a hablar, uno por temor y el otro por orgullo. Su relación había sido formal ante ambas organizaciones al igual que su rompimiento ¿motivo? Falta de atención, romance, paciencia y todo termino cuando uno golpeo al otro y terminaron en manos de Akiko Yosano para su sanación.

- Te he extrañado estos meses

- Yo te acabo de ver muy contento con tu asistente

- ¿vas a volver con eso? Higuchi Ichiyo y yo no tenemos ese tipo de relación – se quejó. – ese día tu estabas con la marionetista

- Montgomery-san no es ninguna marionetista

- Igual estabas con ella

- Ella y yo no tenemos ese tipo de relación

Chasqueo su lengua, estaba molesto, pero tenía la razón en su respuesta.

Atsushi llevo el mechón largo de su cabellera hacia atrás de su oreja, Akutagawa sabía que significa aquello, se acercó tiernamente, con una pequeña sonrisa en su rostro – Atsushi – le llamo tiernamente llamando su atención, sus ojos lo miraron y sus mejillas se colorearon – te extraño...

- Yo también, te extraño Ryunosuke. – apretó su taza – pero esto no es...

Estiro su mano tomando igualmente la taza – no quiero volver a pelear

- Tampoco yo es obvio.

- ¿podemos charlar en un lugar más privado? Está llegando más gente – menciono incomodo.

Al final del día, era un agente y un mafioso platicando en un café, eso no era sencillo de adquirir. Así que salieron del café con uno para llevar, Atsushi seguía al mayor ¿Por qué? Bueno, Akutagawa sabia a donde ir si querían hablar en privado, era el dueño de las sombras y de la oscuridad. No pudo evitar ver, que el cielo se nublaba nuevamente como aquella noche que terminaron, la lluvia sobre él y la sensación de ya no pertenecer a ningún lado lo tenía envuelto en un remolino de pensamientos cuando el azabache tomo su rostro desde su barbilla – Atsushi

- ¿s-sí? – pregunto incoherente, ni él sabía dónde estaba

- Llegamos

- ¿t-tu departamento?

- ¿quieres ir a un hotel?

- N...no, no, aquí está bien – pronuncio.

Siguió el camino que bien conocía, habían hablado incluso de vivir juntos durante su relación, y eso era en aquel departamento. Puso la clave sin pensarlo pues el venía detrás, al darse cuenta lo miro – No la cambiaría por nada del mundo, por si querías volver – menciono. Atsushi trago saliva, simplemente entro.

El departamento continuaba igual de cuando se fue. Podría jurar que incluso el libro que dejo en la mesa seguía allí, y si, allí estaba. Se sentó en la sala y el azabache le siguió, sentándose frente a él sobre la mesa de centro, eso era algo que solían hacer cuando estaban juntos. – ¿tu o yo?

- Es lo mismo Ryunosuke

- Muy bien, esa noche que me viste con Higuchi, era una misión, debía ir a esa fiesta y aparentar

- Si, eso quedo claro por parte de Ougai Mori, ¿lo olvidas? – suspiro. Recordaba la vergüenza sobre como sus jefes tuvieron que explicar aquel día. – No tienes que volver a mencionarlo.

- Lo sé, solo quería mencionarlo, ese beso...

- Vi las cámaras Ryunosuke – menciono – después, claro – aclaro – ella te beso, lo sé

- Pero no me creíste y comenzamos a pelear

- Lo sé

- Yo siempre te he amado Atsushi

- Lo sé

- Entonces... ¿Por qué?

- Ya lo vez, la vida es así, tú te vas, y yo me quedo aquí.

- No quiero irme, quiero quedarme, contigo...

- ¿Cómo sé que no te iras?

El azabache se aproximó, dejo sus rodillas en el suelo entre los pies de Atsushi, tomo sus manos y lo miro desde abajo, Atsushi bajo la cabeza para verlo - ¿Cuándo volverás a verme así por alguien? Solo por ti Nakajima Atsushi. Eres el Jinko de mi corazón

Atsushi soltó sus manos, tomo su rostro, sus mejillas más bien, cerro sus ojos besándolo sin temor alguno, el azabache subió su cuerpo recargándolo en el respaldo del mueble, se soltaron unos instantes para verse, pudo ver las lágrimas en los ojos de Atsushi, una vez más se dispuso a limpiar aquellas gotas de lluvia que salían de él. – Quédate conmigo Atsushi... - pidió. El menor asintió.

Fueron tomados de sus manos, caminaron juntos a la habitación donde el mayor dejo las manos del menor sobre la pared a lo alto mientras un beso apasionado llegaba, el sonido de sus salivas chocando, sus cuerpos calentándose, extrañaba tanto aquello. La sensación fría de la lluvia, aquella que le dejo abandonado y solitario ahora era compensado por la calidez de su amado.

Bajo por su cuello mientras dejaba un par de mordidas, adoraba cuando dejaba su marca en su piel.

- Mmgh... ¡aah! Ryunosuke... - le llamo suavemente.

El mayor lo miro, sonrió mientras soltaba sus manos, el menor aprovecho para tomar su cintura en un brazo – apresúrate Ryu...

- Ha pasado un tiempo, déjame saborearte

- Solo promete que me harás tuyo de nuevo, no dejarás que vuelva a irme

- No te dejare ir, jamás, sé mío siempre... porque yo siempre, seré tuyo.

Era cierto, la lluvia no podía borrar lo que sus manos hicieron en él, lo que hicieron uniendo sus cuerpos, y corazones, no se podía ir fácilmente.

Había sido arrojado a la cama mientras jalaba su pantalón, solo faltaban sus pies cuando Atsushi se levantó tomando el cierre del pantalón del mayor - ¿Qué vas a hacer? – cuestiono sonriente

- Servicio especial para el mafioso.

Lo había tomado con delicadeza, sus manos eran cálidas, sobre todo por el café anterior y los guantes que se retiró llegando al departamento. Akutagawa alzo la cabeza para estirar su cuello en satisfacción mientras la lengua de Atsushi pasaba por todo su ser. Cubrió su mismo rostro con su mano y llevo sus cabellos hacia atrás por ello. Bajo una vez más para tomar la barbilla del menor y separarlo de su miembro – Jinko, si sigues así no podré contenerme – pidió.

Atsushi sonrío.

Entro al baño donde se preparó, era cierto que había pasado un tiempo y quería estar junto a él como debía ser, toda la noche. En cuanto termino, salió del baño encontrándose con su amado arreglando todo, había acomodado los condones de un lado, agua fresca del otro, un par de juguetes y lubricante extra. Pero lo que más le gusto fue ver a su amado usando únicamente un bóxer negro – que chico tan preparado – menciono - ¿hace mucho que esta todo esto aquí?

- Lo renuevo cada semana por si llegabas a venir

- Sospechoso señorito

- Investígueme detective – menciono alzando las manos

Atsushi lo toco desde los hombros por los brazos, después los costados y la cadera, igual a un guardia de seguridad – lo ve, lo oculto nada, señor

- Así... y ¿Qué hay de... - tomo su miembro sonriente – este paquete

- Puedo mostrárselo si gusta...

- Eso me encantaría

Comenzaron a reír, el mayor no dudo en volverlo a besar y el menor en responder, saco la bata de sus hombros dejándolo completamente desnudo para bajarlo y ponerlo sobre la cama. – Ryunosuke...

- ¿sí?

- En verdad, ¿no terminaremos está vez?

- No, no lo haremos...

- De acuerdo

Sus besos subieron de tono, sus caricias iban más allá de los roces, las embestidas habían iniciado lentas y rítmicas, Atsushi no podía evitar ver a los ojos a su amado, aquellos ojos grises, sin vida que estaban listos para asesinar a cualquiera, cuando estaba sobre él, era únicos, brillantes y llenos de vida.

Adoraba ser aquello en la vida de Akutagawa.

Alzo las piernas de Atsushi por encima de sus hombros haciéndolo sonrojar, las embestidas fueron más fuertes provocando al menor jalar las sábanas y morder un poco sus labios. Habían continuado así toda la noche.

Por la mañana, Atsushi tomo un poco del agua fresca, continuaba desnudo, con Ryunosuke jamás tuvo pena a la desnudes. Miro por la ventana de la habitación, extrañaba aquella preciosa vista a las calles que daban al parque, entonces lo vio caer. Se sorprendió en grande y fue a buscar a su pareja – Ryunosuke – le llamo tomando su brazo – Ryunosuke despierta

- ¿qu-que paso? – cuestiono

- Ven

Lo jalo fuera de la cama, vieron por la ventana, no llovía más, ahora había nieve solida en las calles llenando todo de blanco – se acercan esas fechas...

- Si, ¿estarás ocupado?

- Pediré permiso

- ¿en serio?

- Si – lo abrazo de su cintura – quiero estar con mi novio para navidad

Atsushi comenzó a reír – de acuerdo, pediré permiso

- Te amo Nakajima Atsushi

- Y yo te amo a ti, Akutagawa Ryunosuke.

No era cuestión de tiempo o de arreglos, solo hablar. Llegar a lo que no habían podido por sus malos acuerdos, ahora, tenían prohibido guardarse las cosas, las organizaciones estuvieron un poco escépticas por dejarlos volver, pero al ver que Atsushi convenció a Kunikida Doppo, bueno, no había vuelta atrás, oficialmente habían vuelto, e incluso las organizaciones hicieron un acuerdo para evitar malos entendidos. Aquello ayudaría a más de uno.

Pero ahora Atsushi lo sabía, la lluvia no haría que dejará de pertenecer a su hogar, su amor, a Ryunosuke. 


...

Traía está canción bien pegada y pues... 

¡Gracias por leer!

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