7

Sorprendiendo a mi mejor amiga e incluso hasta a mi misma, hoy había llegado temprano.
Estaba con Olivia junto a la puerta de la cafetería y estábamos esperando a que la primera hora comenzara para ir a nuestro salón.

-Hola.

Me giré sobresaltada encontrándome con esos profundos ojos azules.

-Hola-hablé algo desentendida-¿que pasa?

Sujeté con fuerza contra mi pecho los libros que tenía en mis manos.

-¿como has estado?-sonrió ampliamente.

-estoy bien, ¿me dirás que quieres?-soltó una risa.

-siempre tan a la defensiva Summer, baja esa guarda un rato-puso sus manos sobre mis brazos y pude sentir la calidez de estas-¿has pensado en lo que te dije? no creo que estés ocupada todos los días.

Daniel había vuelto a preguntar y volví a decir que estaba ocupada, pero erróneamente le dije que luego lo llamaría, pero claro eso nunca pasó.

-estamos casi a fines de semestre Daniel, debo estar lo más responsable con todos los trabajos y exámenes finales-asintió.

-Yo igual Summer, pero igualmente puedo hacerme un tiempo para ti-negué lentamente.

-Daniel...-di un largo suspiro-no se que es lo que quieres, no se si buscas burlarte o es algún tipo de reto entre tus amigos-negó pero ignoré eso y seguí hablando antes que él lo hiciera-pero la verdad no quiero ser parte de todo eso, no tengo ninguna necesidad de estar con alguien ahora y no soy del tipo de chica con la que sales-palmee su pecho dos veces sorprendiéndome  por lo fuerte que estaba-es un caso perdido que lo sigas intentando.

Sonrió de costado como si le hubiera contado el mejor chiste del mundo.

-¿eso quieres?-elevé una ceja-¿quieres que te demuestre que si quiero estar contigo?

-¿Qué?-rió-espera yo...

-Lo entiendo, si eso es lo que queires-se encogió de hombros y luego se alejó rápidamente.

-púdrete-susurré cuando estuvo lejos y volví a girarme hacía mi mejor amiga la cual me miraba atenta a la situación.

-¿me dirás que demonios acaba de pasar? has querido con él desde que a cumplido sus malditos dieciséis años y su cuerpo comenzó a desarrollarse para bien y vaya que muy bien-rodó los ojos seguramente imaginándolo-¿te invita a salir y tú dices que no? ¡quien demonios eres!-agitó mis brazos obligándome a sujetar más fuerte los libros para que no cayeran.

-¿Acaso a ti no te parece sospechoso?

-¡No!-chilló.

-pues a mi si-aseguré-¿de la nada viene y asegura que quiere salir conmigo? demasiado sospechoso, los chicos como Daniel Seavey no salen con chicas como yo-rodó los ojos.

-Allí viene tu estúpido príncipe azul-se cruzó de brazos.

Al girarme vi a Jonah pasar la puerta principal.
Tenía un brazo colgando que sujetaba seguro su libro de historia y la otra mano dentro del bolsillo del hoodie, la capucha del mismo sobre su cabeza y se notaba que traía los audífonos puestos. Su semblante serio y distante estaba igual que siempre y caminaba a un ritmo normal.

Cuando pasó frente a mi me miró por aproximadamente unos tres segundos, le sonreí y levanté mi mano saludándolo, pero dándome algo de sorpresa me ignoró totalmente y devolvió su mirada al frente y siguió su camino.

En ese mismo instante el timbre sonó y Olivia me impidió poder quejarme ya que jaló de mi brazo hacía el salón. Me senté junto a mi mejor amiga y vi como Jonah entró segundos después, pasó junto a mi sin siquiera mirarme y siguió su camino por el pasillo hasta el fondo sentándose en su lugar habitual completamente solo.

El profesor no tardó en llegar y me miró impactado de verme allí antes que él llegara, luego me hizo una seña de aprobación.

-¿ya han comenzado sus proyectos?-todos murmuraron un ''sí'' y el profesor asintió-De ahora en adelante quiero que se sienten con su compañero, para poder desarrollar mejor todo.

Suspiré y luego giré mi rostro hacía atrás mirando a Jonah, él me miró y movió rápidamente sus cejas.

-Suerte-susurró Olivia.

Le regalé una falsa sonrisa y luego de recoger mis cosas me senté junto a el chico.

-¿Cómo está tú padre?-preguntó luego de diez minutos.

-No necesitas preguntar-contesté sin mirarlo mientras escribía que el profesor acaba de decir.

-Bien, lo lamento-contestó simple e imitó mi acción, di un suspiro y luego asentí.

-Está bien, él ya está bien-contesté y él asintió levemente-¿No volveremos a juntar hoy? para continuar el trabajo-finalmente lo miré y noté como él ya me miraba.

Tenía sus ojos clavados en mi sin ningún tipo de disimulo y me sentí levemente incómoda.

-No lo sé, tal vez estarás ocupada-se encogió de hombros y yo negué.

-No tengo nada que hacer hoy.

-¿no tienes novio o amigos? ¿alguien con quien salir?-elevé una ceja.

-¿y tú que? ¿no tienes amigos o novia con la que salir?-contesté algo enojada y devolví mi vista al frente.

-Lo siento-susurró luego de un rato, di un corto suspiro y le reste importancia-puedes venir conmigo a mi casa si quieres-me giré para verlo.

-No quiero seguir molestando en tu casa.

-Mis hermanas no están y mi padre llevara a mi madre al médico, no llegaran hasta la noche-se encogió de hombros-tengo mi coche afuera, podríamos ir juntos.

Sentí mis mejillas sonrojarse levemente y luego asentí algo tímida.

-está bien-asintió y volvió a escribir.

***

-¡eres una pícara!-Olivia picó mi brazo.

-tú estás loca-contesté riendo.

-Por favor, ustedes dos solos en su casa ¡claro que pasara algo!-rodé los ojos negando.

-no pasara nada, ¡y ya deja de gritar!-me quejé picando su brazo.

Ambas reímos y comenzamos a picarnos los brazos juguetonamente.
Un carraspeo detrás de nosotras nos hizo parar y girarnos, Jonah estaba parado junto a mi, traía su mochila colgando de uno de sus hombros y su semblante estaba tranquilo en vez de serio.

-¿estás lista o necesitas algo?

-estoy bien, estaba esperándote-inmediatamente me sentí estúpida por decir eso, pero él asintió tranquilos.

-vamos.

Se giró caminando, le di un rápido beso en la mejilla a Olivia y luego corrí levemente para llegar junto a él. Me miró extrañado y yo le dediqué una sonrisa que lo hizo elevar ambas cejas y devolver su vista al frente.

Jonah no era un chico tan expresivo, pero cuando entraba en una leve confianza demostraba demasiado con sus expresiones lo cual era una de las cualidades que más me gustaba de él.

Manejo tranquilo y con cuidado, a diferencia de la primera vez que parecía apurado por deshacerse de mi. Cuando llegamos a su casa bajó primero que yo y espero a que me acercara para comenzar a caminar, a diferencia de la primera vez que parecía que solo quería dejarme atrás. Abrió el portón para mi y me dejó entrar para luego cerrar, imitó la misma acción con la puerta de la casa.

Parecía tan distinto a la última vez que lo había visto, se veía más atento y considerado conmigo, como si al fin se hubiera dado cuenta que era una persona y no venía mal algo de buen trato conmigo.

-¿quieres algo para tomar o comer?-me sorprendí un poco por su pregunta pero luego negué.

-Estoy bien-contesté tranquila.

Me guió hacía el comer donde dejó las cosas sobre la mesa, acto que yo imité.
Cuando comencé a leer mi cuaderno y las cosas pautadas por el profesor descubrí que no teníamos prácticamente nada que hacer, el profesor iría diciendo con el tiempo las cosas que el proyecto iba necesitando, y las que ya había dicho ya lo teníamos hecho.

-Um...Jonah-hablé con suavidad y él me miró-no tenemos nada para hacer.

Me miró unos segundos y luego asintió.

-Lo sé yo...lo siento-se rascó su nuca nervioso.

Me mantuve en silencio y él también lo hizo

-Me caes bien ¿sabes?-me miró con una mueca de costado-No es sorpresa que no tengo muchos amigos-hizo una mueca-por alguna razón me gusta pasar tiempo contigo...yo solo...es la única excusa que tengo-se encogió de hombros sin mirarme-lo lamento, pero si quieres puedo llevarte a tu casa, se que tienes cosas que hacer-negué con rapidez.

-Está bien, puedo quedarme un poco si quieres-contesté simple y él asintió.

-gracias-susurró.

-pero para la próxima dímelo, y no cargaré todo esto en la mochila-me quejé riendo por los libros.

Jonah sonrió de costado y sentí un cosquilleo por mi estómago.
Guarde mis cosas en mi mochila y mientras lo hacía Jonah se removió en su lugar y luego se aclaró la garganta. 

-¿Te gustaría ver una película?-asentí con rapidez.

No encaminamos a la sala y Jonah puso una película sin siquiera preguntar si quería verla, pero estaba muy segura que igual me gustaría. Se sentó junto a mi en el sofá y ambos nos quedamos algo tiesos mirando la pantalla donde las imágenes pasaban y pasaban.

Casi dos horas después se sintió un ruido afuera. Jonah se incorporó y respiró tranquilo.

-Es mi hermana, ¿te molestaría subir a mi habitación?-asentí levemente y luego me encaminé a la escalera.

Se quedó en la puerta mirándome y entendí que era momento de subir. Hice la acción con rapidez y cuando llegué arriba sentí la puerta de la entrada y luego las voces del chico y la niña.

Entré a su habitación y cerré la puerta detrás de mi; igual que la última vez estaba perfectamente limpio y ordenado, su colonia envolvía perfectamente la habitación y daba gusto estar allí. 

Puse las manos en los bolsillos traseros de mis pantalón y me tambalee sobre mis pies sin saber que hacer. Me acerqué a su escritorio y me senté en la silla la cual tenía un asiento giratorio y comencé a moverme de un lado al otro algo aburrida.
No había tenido oportunidad de ver demasiado su habitación, por lo que me tomé el tiempo de hacerlo ahora. Tenía tan sólo dos carteles, uno era sobre una película y la otra no pude descifrar que era pero parecía una banda. Junto a la puerta había un mueble no muy alto que encima de este habían algunas cosas, entre ellas fotos, perfumes y unos cuantos collares. Cuando me giré hacía el escritorio otra vez comencé a mirar este, habían cuadernos apilados, una taza con lapices y algunos libros. Un cuadro en la punta captó mi atención, lo tomé y lo miré con ternura, era una foto familiar; Se veía a sus dos hermanas, la que debía ser su madre y él que seguro era su padre estaba detrás, luego Jonah estaba a un lado sonriendo algo encandilado por el sol, se notaba más joven que ahora y se veía bastante bien.

Sentí unos pasos acercarse y dejé el cuadro nuevamente en su lugar y para cuando la puerta se abrió parecía normal. Jonah me miró y yo le mostré una sonrisa tranquila.

-¿quieres que te lleve a tu casa?-asentí.

-Por favor.

Salimos de su casa y no vi ni rastro de su hermana, seguramente a petición de él.
A diferencia de hace un buen rato esta vez al subir al coche prendió la radio y dejó que la música se dividiera por todo el coche dando un mejor ambiente que el incómodo silencio.
No pude evitarlo y dejándome llevar por la música comencé a mover mi cabeza con disimulo al ritmo de la misma y en pocos segundos comencé a golpear mis manos con suavidad contra mis piernas, de reojo vi como ponía como estiraba sus labios en una sonrisa sin mostrar los dientes pero cuando me giré a mirarlo la borró inmediatamente.

No necesité indicarle el camino a mi casa ya que por alguna razón él parecía recordarla a la perfección, yo indiferentemente seguro me perdería en el intento de ir a su casa sin indicaciones o ayuda por lo que me parecía sorprendente su memoria, ya que había venido apenas tres veces a mi casa.

Estacionó frente a mi casa y esta vez apagó el coche y me miró.

-Gracias por traerme-lo miré agradecida-y no necesitas poner de excusa el proyecto si quieres salir algún día-me encogí de hombros-podemos salir si quieres.

Bajó su mirada escondiendo una posible sonrisa y comencé a sentirme nerviosa.

-no me refería a ese tipo de salida-me reí-pero enserio, salgamos cuando quieras-asintió levantando la cabeza-¿te molesta si...te saludo?

Vi como sus mejillas se tornaban levemente rojas y sentí cierta satisfacción de poder decir que había hecho que Jonah Marais se sonrojara. Movió su cabeza de un lado al otro y sus mejillas volvieron a su normalidad y luego asintió.
Me estiré un poco de mi asiento y dejé un lento beso sobre su sorprendentemente suave mejilla, me separé un poco y aproveche a alejarme con lentitud pudiendo apreciar sus hermosos ojos de cerca.

Muchas chicas de la Universidad seguro estarían en desacuerdo con mi pensamiento ahora mismo, pero a mi gusto los ojos verdes de Jonah eran mucho más hermosos que los ojos azules de Daniel, muchísimo más.

 -¿Nos vemos mañana?-pregunté en un susurro antes de abrir la puerta.

-La Universidad es algo grande pero supongo que si-susurró y asentí antes de cerrar la puerta.

Supuse que se iría rápido para poder estar consigo mismo igual que siempre, pero a mi sorpresa no lo hizo, espero a que llegara a la puerta, al abrirla y girarme él aún seguía allí pero con rapidez desapareció luego de verme entrar.


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