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Nuevamente tarde, muy bien Summer, muy bien.

Corrí otra vez por la escalera teniendo cuidado con el último escalón para no volver a caer.
Mi primera hora era de Historia, el profesor Jones tenía cero tolerancia a las llegadas tardes y estaba muy segura que no me dejaría entrar pero igualmente lo intentaría.

-Señorita O'Kelly-me sonrió irónicamente-¿Porque no me sorprende su llegada tarde?

-Lo lamento demasiado, Pero mientras venía yo...

-no me interesa, señorita-negó-no entrará a mi clase y lo sabe, no es negociable.

Y sin más cerró la puerta frente a mi. Chille y comencé a golpear el suelo con mi pie completamente enojada.
Me giré enojada para irme pero choqué contra alguien llevándome al suelo.

-mierda-hablé fuertemente.

-Lo siento-me miró serio.

Al levantar mi vista me congelé completamente ante el chico frente a mi.

-¿estás bien?-elevó una de sus pobladas cejas.

Asentí repetidas veces y el asintió como respuesta.

-¿quieres que te ayude?-extendió su mano.

Acerqué la mía y la sujete con delicadeza sintiendo su suave piel, puso un poco de fuerza y de un rápido movimiento ya estaba nuevamente de pie.

-¿no te dejó entrar?-señaló la puerta y yo negué.

Se movió un poco mirando por la alta ventana que estaba en la puerta, a la cual yo con mi altura no llegaba a no ser que saltara bastante pero él tenía casi a la perfección.

-puso un examen-habló tranquilo y yo maldije internamente.

No me iba tan bien con los exámenes sorpresa, pero las notas de estos no me vendrían nada mal para mi último promedio.

-¿porque no intentas? tal vez a ti te deja entrar-se giró plantando sus ojos verdes directo en los míos entrecortando mi respiración.

-¿porque me dejaría a mi y no a ti?

-pues...yo siempre llego tarde-solté una torpe risa que borré casi instantáneamente-tiene cierta costumbre y nunca me deja entrar.

Él negó restandole importancia.

-no es algo que necesite.

Y sin más pasó junto a mi perdiéndose en el largo pasillo.
Apoyé mi espalda en la pared y dejé escapar un largo suspiro mientras dejaba que mi cuerpo cayera al suelo. En definitiva no me esperaba algo así, si me ocurriera esto cada vez que llegara tarde a las clases de Historia no volvería a entrar a esa asignatura.

 Me pasee por los pasillos de la Universidad esperando a que las horas de Historia acabar y pudiera juntarme con mi mejor amiga.

-¿donde estabas?-preguntó preocupada al salir del salón-¡Nos puso un examen sorpresa!

-lo sé-rodé los ojos-No me dejó entrar.

-¿Y porque llegaste tarde hoy?-elevó una ceja.

-Tuve un ''problema femenino'', si sabes a lo que me refiero-asintió riendo.

-¿y que hiciste mientras tanto?

-Nada importante, caminé por aquí y por allá-bajé mi tono como si fuera lo último que quisiera decir-¡Oh! hablé con Jonah Marais.

-¿hiciste que?-chilló muy alto.

-cállate-rogué mirando hacia todos lados confirmando que todos nos miraban.

-¿que le dijiste?

-Digamos que me hizo caer-elevé mis hombros entrando a la cafetería-sólo hablamos de eso.

-¿de que te hizo caer?-preguntó confundida.

-me ayudó a incorporarme y luego me avisó sobre el examen sorpresa, ya que yo no llegó a la ventana de ese salón-me senté dejando mi mochila sobre la mesa-Y luego sólo se fue y no sé donde está.

-allí-señaló unas mesas junto a nosotros.

Jonah estaba allí sentado, nuevamente con sus audífonos puestos y escribiendo en su libreta.
Aparte de todo su él, su libreta también me daba curiosidad, siempre había querido saber que demonios escribía con tanto entusiasmo allí y porque la cuidaba tanto.

-Hola-Daniel se sentó junto a nosotras con una gran sonrisa sorprendiéndonos a ambas.

Daniel Seavey; Alto, cabello castaño obscuro, ojos azules muy profundos, pestañas largas y cejas pobladas, increíblemente guapo y junto a esa etiqueta su popularidad aquí, compartíamos clase de matemática con él, lo conocíamos desde los diez años y absolutamente nunca nos había hablado.

-Hola-contesté algo nerviosa-¿que quieres?-intenté sonar no  tan ruda pero supongo que no funciono ya que él soltó una risa.

-¿podrías ayudarme con algo?-elevé una ceja-se que te va muy bien en matemática-sacó un cuaderno de su mochila-y quería saber si podrías ayudarme con algunas cosas-mordí mi labio.

-Supongo que si-contesté simple mirando a Olivia la cual hizo una mueca algo desentendida.

Daniel me planteo su duda y como pude intenté explicitarselo antes de que el timbre interrumpiera nuestra interesante clase.

-Y eso es todo-contesté simple mirándolo.

Se había acercado demasiado como para darme ganas de tener que alejarme.

-Muchas gracias-volvió a mostrar una de esas hermosas sonrisa.

-¡Seavey!-ambos nos giramos encontrándonos con Corbyn.

Corbyn Besson; también alto casi igual que Daniel pero algunos centímetros más abajo, rubio, ojos hermosamente grises, sonrisa contagiosa y perfecta, atlético pero inteligente, uno de los mejores de aquí. También era parte de la banda de populares y claro no necesitaba agregar que era increíblemente guapo y muchas chicas babeaban por él.

-déjate de coqueteo y muévete-el rubio rió para luego comenzar a pelear torpemente con otro chico.

-debo irme-Daniel me envió otra mirada-pero muchas gracias-se incorporó guardando su cuaderno otra vez en su mochila.

-no hay de que-contesté simple.

-¿O'Kelly?-asentí-Summer-contestó seguro y yo volví a asentir para que él sonriera-Gracias, Summer-se acercó dejando un suave beso en mi mejilla antes de alejarse junto a la manada de simios que lo esperaba.

Me giré mirando a Olivia y Charlie los cuales me miraban con asombro y Olivia tenía su boca levemente abierta.

-¿que fue todo eso?-chilló.

-No lo sé-contesté con un hilo de voz casi al borde de una crisis existencial.

Cuando el día acabo me despedí de mis amigos dirigiéndome a la misma parada de siempre para esperar el mismo autobús de siempre.
Mi mochila traía más peso de lo normal por lo que preferí esperar sentada en el banco de la parada. No fue demasiado tiempo para que Jonah apareciera, me miró y luego siguió caminando parándose nuevamente algo lejos.

Cuando el autobús llegó me volvió a dejar pasar primero, esta vez estaba algo lleno por lo que me senté casi en el fondo en el primer lugar vacío que encontré y a mi desgracia el único asiento vacío aparte de este era uno junto a mi, estaba el pasillo de por medio pero el chico no tardó en llegar y adueñarse de ese lugar y aun que no me hablaba fue suficiente su cercanía para ponerme nerviosa.

Cuando bajamos esta vez yo fui delante, saqué mis audífonos para poder escuchar mis canciones favoritas antes de llegar a mi casa, pero al verlos estos estaban super enredados entre si. Comencé a intentar que se desenredaran y así poder usarlos, elevé mi vista y noté que debía doblar asique eso hice, pero no sabía que él venía tan cerca y nuevamente golpee con su pecho mandando su teléfono al suelo

Éste estiró un poco sus brazos y con sus manos tomó los míos manteniendome quieta y algo de distancia entre ambos.

-Lo lamentos mucho-hablé apenada-es que no sabía que estabas tan cerca, debí tener más cuidado y...

-tranquila-otra vez ese tono frío.
Se agachó y tomó su teléfono devolviéndolo a su bolsillo antes de volver a caminar.

-¡en verdad lo siento!-grité pero él ni siquiera se giró.

Suspiré frustrada y volví a caminar.
¿Era porque simplemente disfrutaba de sus soledad? ¿tenía problemas para socializar? tal vez el problema era yo, tal vez no era del tipo de persona que a él le gustaría tener cerca.
No sabía exactamente que era, pero sentía algo extraño al respecto y no se sentía muy bien.

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