19
Los rayos del sol golpeando mi rostro me hicieron desconcentrarme y reaccionar de lo que pasaba en el exterior de mi mente.
Había pasado toda la noche despierta, no lograba pensar en otra cosa que no fuera Jonah y eso me aniquilaba.
Tomé mi teléfono de la mesilla de noche para volver a confirmar que Jonah aún no me escribía, el reloj ya marcaba las ocho de la mañana, tomé la propia iniciativa de levantarme y caminar hacia el baño para darme una rápida ducha. Bajé las escaleras en silencio y entré en la cocina.
-Buen día, estoy preparando tostadas-mi padre se giró con una amplia sonrisa-¿pasa algo?-negué.
-No tengo tiempo de desayunar papá, debería de estar en le universidad-asintió suavemente.
-¿Segura que estás bien?-asentí rendida.
-¿Podrías prestarme tu auto? no quiero llegar más tarde de lo que ya de por si llegaré-asintió.
-Claro linda-besé su mejilla y me alejé para irme-oye, por cierto ¿Dónde está Akeya?-sentí un frío bajar por mi espalda-no vino a saludarme esta mañana-tragué en seco.
-Yo...la llevé al veterinario-me giré a mirarlo.
-¿Estaba enferma?-asentí.
-Tenías unas manchas extrañas en su piel y la llevé por las dudas.
-¿La dejaron ahí?-asentí.
-Dijeron que querían revisarla mejor-asintió no muy convencido.
-Bien cariño...ya vete, no querrás llegar tarde-asentí y luego salía de allí casi corriendo.
¿Cómo había podido ser tan estúpida? había olvidado por completo a mi perrita y ahora ni siquiera sabía donde estaba, vaya dueña resulté ser.
Encendí el coche y manejé con rapidez por las calles, pasé frente a la universidad y noté el coche de Olivia estacionado, luego le escribiría y le explicaría bien todo, seguí mi camino y estacioné frente al hospital, caminé con tranquilidad y le sonreí a una muchacha detrás del mostrador.
-Hola, estoy buscando a Jonah Marais, ¿podría decirme como se encuentra? soy su novia-aclaré.
La muchacha asintió y comenzó a buscar algo en su computadora para luego mirarme confundida.
-Su novio no se encuentra aquí, señorita-la miré confundida.
-Debe haber un error, tuvimos un accidente ayer y nos trajeron aquí, no me dejaron quedarme pero él se quedó con su padre y su hermano-negó.
-Le dieron el alta ayer a la noche, se fueron en la mañana.
-¿Y él estaba bien?-se encogió de hombros.
-Si le permitieron irse seguramente si-asentí suavemente.
-Bueno, muchas gracias-asintió y me alejé caminando nuevamente fuera del establecimiento.
Coloqué mis manos en mi cintura y suspiré, su padre no había ni tenido el descaro de decirme como se encontraba, mucho menos que ya le habían dado el alta; pero al hacer eso era por que Jonah ya había despertado, y también tuvo el descaro de ni siquiera llamarme. Todo era una pelota de confusión y yo necesitaba mis respuesta.
Encendí el coche y manejé calmándome hasta la casa de Jonah, bajé del vehículo y me quedé mirando el lugar unos segundos pensando en que haría, pues no tenía un plan ni nada planeado...creo que lo iría armando durante la marcha.
Me encaminé a la puerta y preferentemente antes de tocar el timbre preferí golpear la puerta por si alguien dormía puesto que eran las nueve de la mañana. El padre de Jonah fue el encargado de abrir la puerta y al verme frunció el ceño como si estuviera molesto.
-¿Qué haces aquí?
-Hola señor, buenos días-puse mi mejor sonrisa-fui al hospital y me dijeron que Jonah ya no se encontraba allí, por lo que supuse que había vuelto a su casa-asintió sin convencerse-me gustaría verlo ¿puedo pasar?-negó.
-No querida, no puedes-fruncí el ceño-creo que será mejor que te vayas-intentó cerrar la puerta pero lo detuve.
-Oiga, ¿porque no puedo verlo? no tengo la culpa de lo que pasó si ese es el problema, estoy tan dolida como cualquiera de ustedes-fregó sus ojos.
-A ver...¿Summer, cierto?-asentí-quiero que te alejes de mi hijo.
-¿Pero porque?-pregunté desesperada-no le e hecho nada a su hijo.
-¡No es por lo que tu puedas hacerle!-gritó haciéndome retroceder-sólo aléjate de él, es por tu propio bien, mi hijo no está bien y no necesita otro problema con el que cargar.
-¿Me está llamando un problema?-lo miré ofendida-lo único que quiero es ayudarlo, algo que al parecer nadie hace ¡está sólo! habra los ojos y notelo, prácticamente soy lo único que él tiene por que usted siempre está ocupado con su mujer, y no lo culpo-aclaré rápidamente-sus hijas nunca están, no tiene amigos ¡soy lo único que tiene y usted quiere alejarme! ¿tanto le cuesta querer ver feliz a su hijo?
-¡No te permito que me hables así!-sujetó mi brazo con fuerza haciendo soltar un quejido-si mi hijo está sólo fue por que él solito se lo buscó ¿está claro?-gritó haciéndome estremecer.
-¡Papá!-el hermano de Jonah llegó y separó a su padre de mi-¿que demonios haces?
-Esta mocosa vino buscando a tu hermano, ¡sólo quería que se fuera!
-Entra por favor-le ordenó al padre, el hombre me dio una última mirada pero finalmente entró-¿qué haces aquí?-se giró algo molesto.
-Yo...yo...-comencé a tartamudear y mis ojos se cristalizaron por la presión del momento.
-No tengo paciencia ni tampoco te conozco de nada por lo que tus lágrimas no mueven nada en mi, no intentes buscar compasión de mi parte-habló frío.
-solo quiero verlo, Necesito verlo-hablé entre lágrimas intentando calmarme-no entiendo absolutamente nada y sólo quiero estar con él-solloce.
El hermano de Jonah suspiró y pasó su mano por su rostro pensando, se dio un giró hacia la casa y luego me miró exhausto.
-Que sea rápido-advirtió antes de comenzar a caminar hacia la puerta-¡vamos!-habló entre dientes y yo asentí corriendo detrás de él.
Caminó prácticamente corriendo escaleras arriba y me costó bastante seguir el paso.
-Mi padre no sube y mis hermanas no están, simplemente no demores-habló rápido antes de irse.
-Está bien-hice una mueca y luego arrugué mi nariz ante su comportamiento.
Pasé mis manos por mi ropa y luego abrí la puerta de la habitación de Jonah con lentitud. Las cortinas estaban bajas lo que hacia que la habitación estuviera abrazada en una oscuridad total, me acerqué a la cama con lentitud en donde estaba Jonah, e cual estaba mirando hacia la pared y en un punto lo suficientemente cerca noté que estaba dormido.
-Jonah-susurré con suavidad.
Noté la pantalla de su teléfono encendido debajo de su almohada y sus ojos entreabiertos ligeramente, lo que claramente representaba que estaba despierto pero por alguna razón quería evitarme.
-Está bien-volví a susurrar.
Me incliné hacia él y dejé un beso en su mejilla. Volví a la puerta y la cerré quedándome dentro de la habitación, el chico no tardó en meter la mano debajo de su almohada y sacar su teléfono para continuar con lo que sea que estaba haciendo.
-Está bien-golpee mis piernas ofendida y él se giró sobresaltado al escuchar mi voz y me miró apenado-¿acaso estás ignorándome?
Respiró hondo y soltó el aire por su nariz con fuerza.
-Summer, no deberías de estar aquí-asentí.
-¿Eso es lo único que dirás?-lo miré molesta-¿cuál es tu problema? te pudieron haber matado esos idiotas ¿y lo único que tienes para decirme es que no debería estar aquí?
-No lo entiendes ¿sí? sólo vete.
-No Jonah-me acerqué sentándome en el suelo junto a su cama-si no lo entiendo está bien, me da igual eso-arrugué mi frente-pero ayúdame a entender, porque claramente yo sola no puedo, Jonah...necesito de ti y de lo que sea que tienes para decirme, por qué para eso estoy, para escuchar lo que tú tienes para decirme.
-No quiero involucrarte en mis problemas.
-Ya lo hiciste, cariño-apreté mis labios.
-¿Prometes no alejarte de mi?
-Lo prometo.
-¿Prometes seguir amandome aún luego de saber la verdad?-no muy convencida asentí.
-Te amé ayer, te amo hoy y te amaré mañana-sujeté su rostro para dejarle un suave beso en sus labios-lo prometo.
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