10
-No entiendo porque estás tan emocionada-comentó al verme a nada de comenzar a dar saltitos-No entiendo el sentido de entrar a un lugar al que no puedes ver nada, pagas porque te asusten ¿lo notas?-rodé los ojos.
-eres un aguafiestas-me reí dando unos pasos cuando la fila comenzó a moverse-Será divertido porque tu eres un antipático que no disfruta para nada la compañía de otras personas-asintió dándome la razón-y todo el mundo sabe que la mayoría de las personas que entran ahí entran con sus respectivas parejas como una ''escapatoria''.
-¿escapatoria?-elevó una ceja.
-Lo utilizan para poder librarse de la gente de aquí, los chicos llevan allí a sus novias esperando que estas se asusten y así se peguen a ellos y se dejen guiar, y luego de eso el resto es historia, la gente sólo estará besándose y manoseándose por allí ya que a eso suele entrar uno.
Jonah apretó los labios en una sonrisa intentado reprimir una risa y me miró con las cejas levantadas, lo miré extrañada y luego caí en la cuenta de todo lo que había dicho e instantáneamente me sonroje y bajé la mirada ocultando mi rostro en mis manos.
-No me refería a eso, no me refería a que quiero que entremos a besarnos o algo parecido ¿sabes? ni siquiera somos pareja-me reí nerviosa.
Ya ni siquiera tenía consciencia en todas las estupideces que salían de mi boca y sólo quería salir corriendo de allí.
-Sólo olvídalo-rogué-podemos ir a otra parte.
-Sólo cállate y camina-se rió-seguimos nosotros.
Asentí nerviosa.
Entramos con otras cuatro parejas y una vez dentro miré algo desilusionada el lugar. Era simplemente una habitación decorada a una época antigua, habían puertas alrededor de toda la habitación y una estrecha escalera que seguro llevaba al segundo piso donde no había luz. Las parejas comenzaron a dispersarse por el lugar y algunas fueron hacía el piso de arriba, seguramente a hacer reales mis teorías de porque las parejas entraban aquí, y pronto Jonah y yo fuimos los único aquí.
-¿y bien?-me sacó de mis pensamientos-¿a donde quieres entrar primero?
Miró el lugar con atención.
-Donde quieras-me encogí de hombros.
-Bien-bajó su mano y con suavidad sujetó la mía para comenzar a caminar.
Se escuchó un gritó en una habitación y me aferré al brazo de Jonah dando un salto y él rió.
-creí que no te daban miedo estás cosas.
-Déjame, no lo vi venir-me excuse y él rió.
Entramos a una habitación totalmente obscura y Jonah soltó mi mano.
-¿que haces?-pregunté con temor, ni siquiera podía ver su rostro.
-Veamos que hay aquí.
Y sin más comencé a sentir sus pasos alejarse.
-mierda-susurré y comencé a caminar con miedo.
Unos brazos me envolvieron por detrás y no pude evitar soltar un grito horrorizada.
-Tranquila-se rió-sólo soy yo.
Soltó una carcajada y yo algunas palabrotas por lo bajo.
-Y tú aseguras que no te dan miedo estas cosas-se rió por lo bajo.
-Ya vamonos-jalé de su mano pero golpee torpemente con la pared-mierda-susurré.
En verdad el lugar no tenía nada de luz y no podía ver absolutamente nada. Arrastré mi mano por la pared hasta encontrar la puerta donde finalmente pudimos salir.
-Que aburrida eres, apenas había pasado algo-se encogió de hombros.
-¿que más da? salgamos de aquí-negó.
-claro que no-elevó su vista mirando el reloj-aún tenemos ocho minutos aquí dentro, no pagué obligado un juego para que quisieras salir antes de la mitad-se rió-vamos, una habitación más ¿si? y luego si quieres salimos-asentí.
Extendió su mano con una media sonrisa, nuevamente sin mostrar los dientes. Rodé los ojos y la tomé con suavidad siguiéndolo.
Entró en una habitación que tenía una mujer en la puerta, lo seguí pegada a él para nada convencida de entrar allí.
A mi suerte esta habitación si tenía luz pero era muy leve y parpadeaba; había una gran cortina de hospital a la mitad de la habitación, esta estaba rasgada y tenía algo de sangre.
-No me gusta-comentó Jonah.
-ahora te callas y caminas-ordené y el asintió con algo de miedo.
Caminamos con lentitud hacía la cortina y Jonah la sujetó, me dio una mirada y yo asentí, tragó en seco y luego las abrió de golpe.
No sabía exactamente que había sido pero un montón de cosas habían volado contra nuestros rostros, ambos soltamos unos grito y yo escondí mi rostro en el pecho del chico.
-ya.
Me separé y lo que sea que había sido eso había desaparecido y se veía un largo pasillo con puertas. Caminamos con lentitud y al pasar por una de estas alguien la golpeó estruendosamente haciéndome soltar un grito y que Jonah se sobresaltara.
-¿quieres seguir?-habló con un hilo de voz y yo asentí no muy convencida.
Caminamos un poco más cuando otra puerta se golpeó con fuerza pero esta vez también se abrió.
Una chica salió arrastrándose, solté un grito de horror y volví a pegarme a Jonah al cual no le molesto en lo absoluto e incluso me apegó aún más a él.
Vi la sombra de un hombre enorme dentro de la habitación.
-¿él está...?
-¿corre hacia nosotros?-completó Jonah-¡si!-chilló-¡vamos corre!
Jaló de mi mano y comenzó a correr. El hombre apareció en el pasillo y comenzó a correr detrás de nosotros, estuvo a segundos de alcanzarnos pero llegamos a tiempo y pudimos salir de allí.
Me dejé caer al suelo en cunclillas y suspiré tomando mi cabeza, tenía lagrimas en mis ojos y rostro y mi corazón latía demasiado rápido. Jonah también se dejó caer junto a mi y llevó una mano al pecho mientras miraba hacia arriba.
-¿quieres una manzana de caramelo?-no pude evitar reír ante su comentario y comencé a calmarme.
Pasé mis manos por mis ojos y negué.
-Ya no quiero robarte nada-contesté sincera.
Se incorporó y me ayudó a hacerlo también.
-¿quieres irte?-preguntó-ya es algo tarde-asentí lentamente.
Asintió y sin timidez sujetó mi mano para comenzar a caminar hacía un puesto de comida, pidió dos botellas pequeñas de agua y luego fuimos a su auto.
Cuando estuve allí tranquila le di un largo trago calmándome totalmente.
-Por favor prométeme que no volveremos a entrar allí-negué con rapidez y ambos reímos.
Manejó tranquilo hacía mi casa estacionando frente a esta, el lugar estaba totalmente apago lo que era normal, ya era tarde y mi padre me había escrito hace un rato que ya se iría a dormir.
Pensaba hablar, despedirme de él y luego irme, pero indiferentemente él bajó del coche y lo rodeó hacía mi lado, me bajé y lo miré tranquila.
-Muchas gracias-susurró apoyándose en el coche.
-¿porque?-pregunté dudosa.
-Por distraerme, en definitiva esa casa del terror ayudó-ambos reímos.
-Me alegra ayudarte-sonreí sincera.
La luz de la luna era la único que iluminaba ahora mismo y él se veía increíblemente bien con esa leve luz reflejada en su rostro.
-podríamos salir más seguido-asentí.
-Podríamos-afirmé sonriendo-creo que...mejor entro-hice una seña hacia la casa y él asintió-pero gracias por todo, espero que la próxima compartas tu algodón de azúcar-se rió.
-Lo haré-afirmó.
Se enderezó un poco alejándose unos centímetros del coche, di un pasó para saludarlo pero con mi torpeza siempre de mi lado fue un paso en falso y doble mi pie haciéndome caer encima de él, su cuerpo fue golpeado con el coche por el impacto del mío contra el de él, sujetó mis brazos y yo apoyé mis manos en su pecho.
-Lo lamento-hablé apenada y él negó.
Nuestros rostros estabas a escasos centímetros y podía sentir su respiración nerviosa chocar contra mis labios, sus ojos miraron directamente a los míos y podría jurar que comenzaba a temblar.
Sacó sus manos de mis brazos y con suavidad y lentitud las llevó hacía mi cintura pegándome más a él haciendo que ahora si cayera todo mi peso al estar apenas tocando el suelo.
Él no lo haría, sabía que no me besaría, pero estábamos tan cerca que lo único que quería hacer era devorarlo ahora mismo, pero no sabía si él iba a querer hacerlo o si en verdad sólo buscaba una especie de amistad conmigo, si así era no arruinaría mis pocas oportunidad por un estúpido beso.
Pero contradiciendo todas mis creencias, apretó mi cintura y estiró levemente su cuello pegando nuestros labios. Habían enganchado a la perfección, cerré mis ojos y me dejé llevar.
Subí mis manos a su nuca y comencé a acariciar su piel y sus pelos más bajos de su cabello. Comenzó a mover sus labios con lentitud y dándole un permiso disimulado metió su lengua dentro de mi boca.
Me dejé llevar por el largo beso, había esperado por ello tanto tiempo que simplemente no quería separarme. Todo estaba tan tranquilo, a pesar de estar en medio de la calle me sentía tan privada con él ahora. Se movía con lentitud y lo hacía sentir bien y especial.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top