55.

Después de un fin de semana interesante en la casa de campo de los Son, Jennie y yo regresamos al departamento a continuar nuestra rutina diaria con normalidad, sin embargo ese mismo día la convencí de ir a un restaurante muy bonito que estaba en el centro de Nashville a cenar, cosa que a ella la confundió muchísimo ya que normalmente cuando salíamos no solíamos hacerlo a lugares muy elegantes.

La cena pasó con normalidad hasta que llegó el momento de confesarle el porqué la había invitado a un lugar tan elegante para cenar.

- Estás muy misteriosa, cielo.

- Bueno, existe un motivo muy importante para que esté así. - serví un poco de vino en nuestras copas

- ¿Cuál es el motivo?

- Hablé con Ashton.

- ¿El mismo Ashton que cumplió años ayer? - asentí sonriendo - ¿Qué pasa con él? ¿De qué hablaron?

- Abrirá una tienda de música.

- Eso es estupendo.

- Sí, pero no puede atenderla muy bien ya que él está ocupado en la financiera y bueno, necesita socios.

- ¿Y si habló con mi papá o con mis hermanos? A ellos les gusta ayudar siempre en negocios que tienen futuro y sinceramente una tienda de música en Nashville tiene potencial.

- Existen muchas tiendas de música aquí, mi amor. - le recordé

- Bueno, sí. Pero con un poco de ayuda y esfuerzo puede ser la mejor de todas las que existen en la ciudad.

- Sí, eso sí. - tomé su mano por encima de la mesa - De hecho, por esa misma razón no solo será una tienda de música común y corriente.

- Oh. ¿Entonces?

- Se va a abrir un sello discográfico independiente. De hecho, ya se tienen tres proyectos en puerta.

- ¡Asombroso!

- Lo sé, lo sé. - acaricié su mano - Por eso decidí invertir un poco del dinero que tengo en ella.

- ¿Qué?

- Soy socia de Ashton. Socia mayoritaria en realidad. - la boca de mi novia se abrió ligeramente - Tengo trabajo, mi amor. Tengo trabajo y soy mi propia jodida jefa. - confesé.

- ¡Oh por dios, Chaeyoung! - chilló de emoción levantándose rápidamente de su lugar para poder abrazarme.

Adiós al traje de Santa. Adiós a la crisis económica temporal y adiós a los trabajos conformistas. Ahora era dueña de una discografía que recién empezaría y con la ayuda de Ashton pondría en alto mi nombre.

- - - - - -

Muchas copas de vino después, tuve que llamar a un taxi para que viniera por nosotras y nos llevará sanas, calientes y salvas al departamento.

Cuando por fin llegamos y abrimos la puerta, la ropa comenzó a volar por todos lados en el transcurso de la entrada hasta la habitación de Jennie. Tan pronto como no había nada de ropa estorbando entre nosotras, la tomé de los muslos levantandola del suelo haciendo que enredará sus preciosas y firmes piernas en mi cintura.

La dejé caer de espaldas a la cama y me acomodé encima de ella. Mi mano derecha rápidamente se dirigió a su intimidad y comencé a acariciarla.

- Eres tan suave. - murmuré contra su cuello - Quiero hacerte el amor hasta desfallecer. - pasé mi lengua por todo el lado derecho de su cuello hasta llegar al lóbulo de su oreja.

- Ahh, Chaeyoung. - gimió.

Deslicé dos de mis dedos por su entrada al mismo tiempo que atrapaba su pezón izquierdo con mi boca. Sus gemidos se volvieron más altos y consecutivos conforme yo aumentaba el ritmo del bombeo de mis manos en su interior.

- Déjalo salir, bebé. - dije antes de atacar su boca, besándola de una manera salvaje introduciendo mi lengua rápidamente en ella buscando poder saborear aquella copa de vino que se había tomado cuando le conté que por fin tendría un trabajo fijo.

- ¡Chaeyoung! - gritó al mismo tiempo que arqueaba su espalda.

Saqué mis dedos bañados de su esencia y los llevé a mi boca.

- Tan deliciosa como siempre.

- Ven aquí. - dijo con dificultad, su pecho subía y bajaba aún por los efectos de su liberación anterior - Necesito sentir mi sabor en ti.

Una especie de gruñido salió de mi pecho al oír aquello y de nueva cuenta me dirigí a los labios de mi novia. Amaba besarla todo el tiempo, pero amaba aún más besarla cuando hacíamos el amor.

- - - - - - -

Las maldiciones de mi boca comenzaron a salir sin parar tan pronto como había puesto un pie fuera de la cama. Mi estúpido teléfono no había dejado de sonar desde hace ya varios minutos y las ganas que tenía de aventarlo por la ventana eran absolutamente inmensas.

- ¿Qué es lo que quieres? Más te vale que sea algo de suma importancia porque si no lo es juro que iré a tu departamento y cortaré lo que más adoras de Paul. - dije tan pronto como contesté la llamada de Joy.

- Woah, woah, tranquila.

- Al grano, Soo Young.

- Nos invitaron a tocar esta noche en el Palace. ¡Vamos a abrir el concierto de Incore!

- ¿Estás bromeando? - pregunté emocionada - ¡Eso es increíble, Joy! Muchísimas felicidades, ¿puedo ir a verlos?

- ¿Eres idiota? ¡Por su puesto que no irás a vernos, animal!

- ¿Es un evento privado?

- Dile a Jennie que por favor te deje sin sexo un mes. - rió - No seas despistada, amiga. Obviamente no irás a vernos porque tú vas a tocar con nosotros. Claro, si gustas.

- ¿Quieren que yo toque con ustedes? - sentí una mano en mi hombro, al voltear me encontré con mi recién levantada novia, quien estaba usando una de mis playeras.

- Afirmativo, idiota.

- ¡Son los mejores! - dije emocionada al mismo tiempo que hacía que mi novia se sentará en mis piernas - ¿A qué hora debo estar allá? ¿Vamos a ensayar antes del show? ¿Pueden ir Jennie y mi familia?

- Es a las diez de la noche. Y sí, pueden ir tu sexy novia y todo el mundo que quieras.

- ¡Asombroso! Entonces, nos vemos al rato, y muchas gracias por considerarme.

- Eres parte de nosotros, solo no te pongas sentimental porque en ese caso voy a escupir en tu cara. - reí al oír su comentario.

- Ok, Ok. Nos vemos. - colgué el teléfono y lo aventé hacia la alfombra de la sala sin importarme si podía romperse o no.

- ¿Vamos a salir esta noche? - preguntó mi novia enredando sus brazos por mi cuello y besando la punta de mi nariz.

- Sí, voy a tocar en el Palace. ¡Vamos a abrir el show de una banda alternativa muy importante de UK!

- ¿Y esa banda es de puros chicos?

- Sí, todos son geniales.

- ¿Así como tú o más sexys? - comenzó a dejar pequeños besos de forma pausada por todo mi rostro.

- Nadie es más sexy que Park Chaeyoung, mi amor. - moví mi cara en busca de un beso en los labios pero ella se quitó y me miró a los ojos.

Sus jodidamente perfectos ojos.

El deseo de tener hijos con el color de ojos similar al de Jennie, siempre aumentaba cuando ella me miraba de la forma tan intensa como lo estaba haciendo ahorita.

- Te amo. - dijo rompiendo el silencio que se había generado - Te amo tanto que ni siquiera podrías darte una idea exacta de lo mucho que lo hago.

- Te amo mucho más que eso.

- Mi amor, quiero pedirte algo. - habló tímidamente agachando la mirada y mordiendo su labio inferior.

- ¿Qué pasa?

- Bueno, en unos días es la fiesta navideña del hospital y me preguntaba si te gustaría ir conmigo.

Hace un mes me había comentado que su hermano estaba organizando aquella fiesta para todos los doctores, doctoras y todo el resto del personal del hospital, pero también me había dicho que lo más probable era que asistiera a ese evento con su papá, cosa que por cierto me decepcionó muchísimo, sin embargo verla pidiéndome que la acompañé a esa fiesta con aquellos ojitos hermosos que tiene llenos de esperanza esperando por mi respuesta.

- Me encantaría. - le sonreí

- Gracias, gracias, gracias. - respondió felizmente volviendo a repartir cientos de besos por todo mi rostro

Verla feliz, sonriendo o riendo, era de las cosas más importantes en mi vida. Su risa de bebé y su sonrisa perfecta hacían de mis días más agradables.

No había nada que no pudiera hacer con tal de verla feliz. Ella era mi motivo constante de vivir.

- Ven. - se levantó de mis piernas y estiró su mano hacia mi para que la tomara - Vamos al baño.

- ¿Al baño? - pregunté tomando su mano cuando me puse de pie

- Necesitamos una ducha. - sonrió coquetamente - ¿No crees?

- Claro que lo creo. Vamos, vamos, no hay tiempo que esperar. - solté su mano y entonces me agaché para poder cargarla como si estuviéramos recién casadas.

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