52.

- Hmmmm, Chaeyoung. - gimió - Cielo, realmente me dejaste agotada anoche, ¿no puedes esperar un poco?
                     
- No, lo siento. - dije rápidamente haciéndola reír por mi respuesta.
                     
Me había levantado hace aproximadamente una hora. Al principio me había dedicado a observar a Jennie desnuda que dormía a lado mío, pero veinte minutos después mi mente viajó a todo lo que hicimos anoche, o más bien, a todo lo que le hice, y fue entonces como todos los recuerdos comenzaron a incrementar un nivel de excitación muy fuerte dentro de mí, por lo que me moví hasta quedar encima de la espalda de mi novia y comencé a dejar muchos besos húmedos desde su cuello hasta sus hombros. Y así estuve por varios minutos disfrutando de su cuerpo inmóvil hasta que ella finalmente comenzó a despertarse.
                     
- Está bien, puedes continuar, pero quiero que después me prepares el desayuno porque muero de hambre. - dijo Jennie finalmente cediendo a mis caricias - Hmmmm.
                     
- ¿Por qué mejor no me desayunas a mí, guapa? - dejé de besarla para mirarla atentamente y levantar las cejas con coquetería.
                     
- El canibalismo es ilegal, cielo, así que no puedo comerte. A parte, si lo hago, eso implicaría quedarme sin novia y no quiero eso. - hizo un puchero.
                     
- Afortunadamente a mí si me gusta el canibalismo, así que yo sí disfrutaré de mi desayuno. - mojé mis labios con mi lengua y después me acerqué para devorar los labios de mi novia en un beso muy salvaje y húmedo.
                     
Me levanté para quitar la sábana que cubría su cuerpo y después regresé a mi posición de antes. Estar encima del cuerpo desnudo de Kim Jennie era asombroso.
                     
- Quiero estar encima de ti. - dijo de repente cuando estaba a punto de besarla nuevamente.
                     
- Maldición, sí. - me dejé caer de espaldas en mi lado de la cama y disfruté de como Jennie situaba sus piernas a cada lado de mi cuerpo - Joder, bebé, estás preciosa en esa posición. - y no mentía.
                     
- ¿Qué tan preciosa? - preguntó comenzando a moverse encima de mí haciendo que su parte íntima generará fricción en mi abdomen.
                     
- Mierda, se siente increíble, sigue haciendo eso. - dije tomándola de las caderas para ayudarla a moverse aún más .
                     
Por un momento me permití cerrar los ojos mientras disfrutaba de aquello, sin embargo los abrí rápidamente al recordar que los pechos de mi pelinegra estaban al aire libre y que lo más probable era que se estuvieran moviendo al compás de sus movimientos, y bueno, efectivamente eso estaban haciendo, así que ahora la vista era aún más espectacular que antes.
                     
Cuando estaba por soltar sus caderas para llevar mis manos a sus pechos sonó su maldito celular haciendo que ella se detuviera y luego se levantara de encima mío para ir en busca de ese maldito.
                     
Dejé caer mi cabeza contra mi almohada y llevé mis manos a mi cara para después soltar un gruñido de frustración. Quien quiera que le estuviera llamando a mi novia juro que iba a cortarle la cabeza y luego la usaría para jugar fútbol con ella.
                     
- Chaeyoung, vístete. - dijo mi novia entrando a la habitación luego de haber salido a contestar.
                     
- ¿Qué? ¿Por qué? - me quejé.
                     
- Me acaba de llamar mi padre, se me olvidaba que hoy es el cumpleaños de las gemelas y tenemos que ir. - gruñí, esas dos pequeñas siempre estaban presentes cada que alguien nos interrumpía - Nada de gruñidos, levántate y métete al baño.
                   
- Con una condición.

- ¿Cuál? - preguntó acercándose a la cama - No voy a volverte a dejar asustar a las niñas, cielo, así que no vamos a comprarles películas de terror con etiquetas falsas.

Reí al recordar la vez que llegué al departamento de Jennie con una exitación al mil luego de haber recibido fotos de mi novia en ropa interior y ver cómo mis planes de hacerle el amor de una manera salvaje se frustraban por culpa de sus sobrinas, quienes tan pronto como me vieron sonrieron con maldad como si supieran lo que estaban haciendo, por lo que tomé la decisión de decirles que les pondría Nemo cuando en realidad las dejé encerradas viendo REC, una película de terror.

- Borra esa sonrisa, Pack Chaeyoung. - advirtió mi novia como si supiera lo que tenía planeado ahora para esas dos niñas arruina momentos.

- Ok, ok, lo siento. - me senté en la cama y luego estiré los brazos para tomar a mi novia de las piernas y sentarla en mi regazo - Mi condición en realidad es que te metas al baño conmigo. Sabes que me encanta enjabonar tu cuerpo, mi amor.

- Suena tentador, y me encantaría, pero ya vamos tarde y tú siempre te tomas muy en serio eso de enjabonar. - solté un bufido - Por favor, sabes que puedo recompensarte después. - mordió el lóbulo de mi oreja.

- Me encantan las recompensas. - dije alegremente - Espero me sorprendas con algo nuevo. - besé su cuello.

- Ni siquiera tienes idea de lo que haré, pero te aseguro que te vas a morir. - me dejó un beso en los labios y luego se levantó de mi regazo para ir por su toalla de baño - Iré a bañarme a la habitación de invitados, por favor, apúrate, cielo. - me puse derecha y llevé una de mis manos a mi frente como si estuviera saludando a un militar, cosa que la hizo reír.

- - - - - -

Estar en la casa de los Kim siempre era un poco incómodo para mí, sobre todo por el hecho de que tenía todo el tiempo la mirada de todos los hermanos de mi novia encima de mí, sin contar las veces que Ji Chul me observaba con el ceño fruncido cada que a Jennie se le ocurría darme besos.

Se supone que a este punto ya debería estar acostumbrada a todo esto, sin embargo a pesar de que el tiempo había pasado muy rápido y Jennie había hecho todo lo posible para que yo conviviera con su familia, aún me resultaba incómodo.

Los únicos hermanos que me trataban bien y bromeaban de vez en cuando conmigo eran Matt y Taehyung. También me llevaba muy bien con Irene, la esposa de Beakhyun, y con Lea, la recién esposa de Matt.

Con la madre de las gemelas solo cruzaba una que otra palabra, ya que al parecer yo le daba miedo o algo así; y con los demás simplemente no pasaba de un saludo cordial.

- Amor, deja de hacer eso. - le pedí a mi novia, quien llevaba ya varios minutos besando mi cuello, cosa que hacía que Kim Ji Chul estuviera mirándome como si quisiera ahorcarme o algo así

- ¿Por qué? - preguntó ella.

- Sabes que amo mi vida, y también te amo a ti, y por ello no quiero dejarte viuda antes de que nos casemos.

- ¿Mi papá nos está observando, uh?

- Sí. - ella rió - No te burles, es algo serio, no quiero amanecer sin cabeza o dentro de la cajuela de un auto.

- No seas exagerada, cielo. - acarició mi mejilla y luego se levantó para después sentarse en mis piernas - Es sólo que no está acostumbrado a verme de esta forma con alguien. Normalmente cada que traía un novio a la casa me reservaba mis cariños para otra ocasión.
                   
- Ugh, tus ex. - hice una mueca de asco - ¿Y por qué conmigo no estás haciendo eso, guapa?

- Eres irresistible. - me guiñó un ojo.

- ¡Tía Jennie! - gritó una de las gemelas haciéndome gruñir por haber interrumpido cuando mi novia estaba a punto de besarme.

- ¿Qué pasó corazón? - se bajó de mis piernas para agacharse a la altura de su sobrina mientras que yo le lanzaba una mirada acusadora a la niña.

- Ven a jugar conmigo. - ah no, eso sí que no, mi futura sobrina no podía simplemente llevarse a mi novia y dejarme sola como una carnada fácil para los Kim.

- Claro que sí, ve con los niños y ahorita te alcanzo. - la niña negó.

- No, ven ahora, tía. - chilló.

- Guapa, por favor no va...

- Iré un rato a jugar, regreso pronto, por favor no vayas a encerrarte en el baño como el fin de semana pasado, Chaeyoung. - dijo interrumpiendo mi súplica - Estaré aquí en unos minutos, te amo. - besó ligeramente mis labios y luego se fue con aquella pequeña diablillo egoísta roba novias.

- Necesito un cigarro. - me dije a mi misma a pesar de que ya llevaba varios meses sin fumar.

Me levanté del sillón en el que estaba sentada y comencé a caminar por el jardín impecable de los Kim con las manos dentro de los bolsillos de mis jeans negros. A lo lejos podía observar a mi novia jugando con sus dos sobrinas y con un montón de niños que supuse que serían compañeros del colegio de las dos pequeñas Kim; la escena de Jennie jugando con todos esos niños me hizo pensar en un posible futuro con ella, donde en lugar de jugar con niños desconocidos jugaría con nuestros tres hijos. Sí, definitivamente quería tener tres pequeños con ella.

- ¿En qué piensas, Park? - brinqué un poco al oír la voz de Taehyung, mi jefe y cuñado, detrás de mí.

- H-hola, jefe.

- No cambias, Park. - rió un poco después de beber un trago del vodka que traía en sus manos - Yo si estoy pensando en algo. - dijo casualmente - ¿Quieres saber en qué?

- Sí, sí, está bien.

- Eres admirable. Cuando mi hermana nos contó aquella vez que estabas en el hospital que tú y ella eran pareja, te juro que creí que solo sería algo pasajero, y mira, ya pasaron cuatro meses y sigues por aquí.

- Jennie nunca será algo pasajero para mí. - aseguré seriamente

- Lo sé, Park, lo sé. Puede que seas una idiota, pero haces feliz a mi hermana y también eres una persona muy inteligente y por ello estás despedida. - abrí los ojos con sorpresa al oír lo último.

¿Me dijo que era inteligente y después me despidió? ¿En serio? ¡Los Kim están totalmente locos! ¿Y ahora cómo se supone que sustente mis gastos? ¿Cómo voy a conseguir trabajo? ¡Ni loca voy a agarrar lo que guardé en el banco porque eso solo es para una emergencia y esto es una tonteria!

- ¿Despedida? - él asintió - ¿Por qué estoy despedida? He estado llegando puntual, lo juro, y soy parte fundamental del grupo, estamos aprendiendo nuevas canciones y y y, ¿por qué estoy despedida? - repetí la misma pregunta con un poco de desesperación en mis palabras.

- No puedo retenerte en un bar sabiendo que tienes un mundo lleno de posibilidades, Park.

- ¿Qué quiere decir?

- No me hables de usted, no estoy tan viejo. Y bueno, me refiero a que realmente eres una mujer lista, ¿estás consiente que hablas más idiomas de los que cualquiera hablaría? - asentí torpemente - ¿También lo estás de que eres una jodida genio con las matemáticas? - volví a asentir - Y ni hablar de tu destreza extraña para sostener siete vasos de vidrio en la cabeza. Aunque no creo que eso te sirva mucho en realidad. - murmuró lo último - Pero igual es genial.

- En realidad es muy sencillo.

- Eso no importa, lo que quiero decir es que no te quiero ver más en el bar. He hablado con mi padre y mis hermanos y hemos decidido apoyarte, ¿te gustaría obtener tus certificados de estudios? - negué - ¿Qué? ¿Por qué maldita sea no, Park?

- Ya se por dónde va la cosa, Taehyung. Y sinceramente no estoy esperando que tú y tus hermanos me resuelvan la vida. Desde muy pequeña me las he arreglado yo sola para sobrevivir y salir adelante y eso es lo que seguiré haciendo. ¿Todo esto es por Jennie, no? - se encogió de hombros - Escucha bien. Sé que ahora que tú y toda tu familia se dió cuenta que lo mío con tu hermana va en serio están preocupados por lo que yo pueda ofrecerle, y estoy consiente que no gano los millones que ustedes si ganan con sus empresas y negocios, pero voy a poner todo de mí para hacerla feliz y cumplirle cada uno de sus caprichos porque la amo y sé que ella se merece lo mejor del mundo, pero no necesito de ustedes para eso. Y si debo empezar de cero para demostrarles eso, pues lo haré, así que renunció.

- Park, no es necesario...

- No, no lo es. Pero lo haré, porque no quiero que ustedes se metan en nuestras vidas. Ella ya es una mujer adulta y sabe lo que hace, no necesita de niñeros, pero los entiendo y sé que ustedes desean el mejor futuro para la joya de su familia, pero no por ello tienen que hacer magia conmigo y volverme algo digno de presumir. - lo miré por última vez y después me di la media vuelta para caminar en dirección a donde estaba mi novia, lo único que deseaba hacer era tomarla en brazos y llevarla hasta mi auto para poder irnos a su departamento, pero estaba consiente que debía esperar un rato más ya que Jennie amaba convivir con su familia.

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