50.

- Creo que no es buena idea, mi amor. - dije tratando de ocultar el miedo que se iba haciendo cada vez más grande dentro de mi - No me siento lista para hablar con él. - me solté del agarre de mi novia y dejé de caminar.
                     
- Lo estás, confía en mí. - besó mi mejilla suavemente para después volver a tomar mi mano - Necesitas cerrar ciclos y lo sabes. Es tu familia después de todo.
                     
- Suena extraño. Tan extraño como lo son ellos para mi. - confesé - Crecí con la idea de que estaba sola en el mundo, créeme cuando te digo que es totalmente difícil para mí digerir que tengo familia. - hice una mueca.

- Entiendo lo difícil que puede ser para ti, cielo, pero ¿has pensado lo difícil que es para ellos? - negué, realmente nunca me había puesto a pensar en lo que los Son sentían - Sé que la forma en la que se acercó Wendy no fue la más sincera, pero, ¿habrías hablado con ella si te hubiera confesado desde el principio que es tu media hermana? - volví a negar - ¿Ves? Ella necesitaba estar cerca de ti, y esa fue la única forma en que lo pudo hacer. - tomó mi rostro entre sus manos haciendo que mi cuerpo se inclinara hacia ella y luego besó mis labios - Hablé con Daniel.
                     
- ¿Qué?
                     
- No te mandaría a hablar con él si no estuviera segura que es un buen hombre. - volvió a besarme - Él te quiero mucho, Chaeyoung. Y está totalmente arrepentido de todo lo que sucedió en el pasado por sus errores y los de Clare; pero jamás sabrás de sus buenas intenciones si no te permites hablar con él para aclarar las cosas. Los Manoban no son tu única familia, mi amor. Ahí enfrente tienes a un hombre al que la vida le jugó una mala pasada y que ahora está sufriendo por el posible rechazo de una de sus hijas. Y en el hospital tienes a una mujer que desde lejos siempre estuvo pendiente de ti porque te ama y porque eres su hermana.
                     
- N-no se que decir. - dije simplemente.
                     
- No desaproveches la oportunidad de conocer a dos personas que te aman casi de la misma forma en que los Manoban y yo lo hacemos. Date una oportunidad, Chaeyoung. Ve más allá de los errores que han cometido y trata de borrar el pasado de tu mente. - por un momento me perdí en el hermoso brillo que tenían sus ojos mientras me decía eso, pero luego sus palabras fueron poco a poco entrando dentro de mi mente penetrandome por completo - Crea tu propia historia, cielo. - dijo en un pequeño murmuro antes de volver a besarme.
                     
- Sólo lo haré si tú estás en ella. - murmuré sobre sus labios sintiéndola sonreír segundos después.
                     
- Eso es un hecho. - el beso empezó a tornarse cada vez más lento, lo cual significa que pronto acabaría y así fue - ¿Estás lista? - asentí; siendo sincera, siempre estaría lista si la tenía a ella a mi lado - Vamos, cielo.
                     
Suspiré y luego asentí con la cabeza indicándole que podíamos continuar caminando. Lo único que nos separaban del señor Son y sus hermanos eran máximo unos tres metros, sin embargo caminar hasta ellos se sintió como caminar sin fin por miles y miles de kilómetros.

- Hola, buenas noches. - saludó mi novia tan pronto como estuvimos paradas a lado de ellos.
                     
- Jennie, querida, es un honor poder ver tu lindo rostro otra vez. - dijo la acompañante del padre de Wendy - ¿Y quién es la guapísima mujer que está a lado tuyo?  - preguntó haciendo que el señor Mazella se removiera incómodo en su lugar.
                     
- Siempre es tan bueno verte, Ellie. - respondió sonriente - Y bueno, está guapísima mujer es Chaeyoung, mi novia. - tan pronto como dijo eso sus hermanos voltearon a verme con curiosidad.
                       
Cuando estuve en el hospital Jennie se encargó de decirle a su familia que tenía una relación conmigo, sin embargo yo aún no tenía el agrado de conocer a todos sus hermanos a excepción de Taehyung, mi jefe, y a Matt, el doctor. Según Jennie sus cuatro hermanos restantes estaban muy emocionados por conocerme finalmente en persona, pero por la cara que tenían ahora podía asegurar que no estaban precisamente emocionados, más bien parecían totalmente sorprendidos al verme.

- ... Y bueno, Chaeyoung, ella es Ellie Chardin, la estilista detrás del hermoso vestido de novia que está usando mi cuñada está noche. - me dijo alegremente mi novia.

- Mucho gusto, Park Chaeyoung. - contesté bajo la atenta mirada de tres Kim curiosos y serios.

- Oh. - chilló sorprendida la señora - Tu eres la famosa Chaeyoung. ¿Daniel, por qué no me dijiste antes que hoy iba a conocer a una de tus hijas? - el vino que tenía el señor Son en su boca salió expulsado al aire.

- Ellie, por dios. - habló incómodo.

- No se preocupe, señor Son. - lo tranquilizó mi novia - No hay ningún problema con el comentario, ¿cierto, mi amor? - preguntó volteando a verme para asegurarse que respondería positivamente, a lo cual solo asentí y levanté el pulgar con una sonrisa que parecía más una mueca de terror - Bien, nosotras solo veníamos a saludar un poco, sin embargo me temo que debo de hablar un rato con estos tres hombres guapos de aquí y con usted, señora Chardin.

- ¿Conmigo? - preguntó señalándose a sí misma mientras se arreglaba el vestido y tomaba una copa de vino que le ofrecía un mesero.

- Sí, con usted y con ellos. ¿No les importa que los dejemos solos, cierto? - tanto el señor Son como yo negamos lentamente - Bien, no tardo mucho, lo prometo.

Tan pronto como mi novia se fue, un silencio incómodo nos envolvió a mi y al padre de Wendy.

- Gracias, pero no gracias. - dije cuando él me ofreció un cigarro.

- Roseanne, escucha...

- ¿Cómo está Wendy? - pregunté interrumpiéndo por completo.

- Bien. Ella logró salir de peligro el día de hoy, así que ya no está en la unidad de cuidados intensivos. - sonrió levemente para después dar una calada a su cigarro y exhalar el humo.

Me permití observarlo unos segundos disimuladamente para tratar de encontrar algún parecido que tuviéramos en común, sin embargo no encontré grandes cosas.

No tuve el gusto de saber cómo era Clare físicamente, pero podía asegurar que la estatura la había heredado completa y totalmente del señor Son, al igual que la tonalidad de piel. Y bueno, al parecer también había heredado el gusto por fumar por parte de él.

- ¿Has encontrado algo interesante? - me sonrojé al instante en que él me descubrió observándolo - Te pareces muchísimo a tu madre. - dijo viendo al cielo expulsando humo por su boca - Ella tenía el mismo color de ojos que tú. Y puedo asegurar que esa sonrisa que tienes también es de ella.

- ¿En-en serio?

- Sí, ¿alguna vez la has visto? - negué sin entender a lo que se refería - Esas comillas que se forman en las comisuras de tus labios al sonreír, ¿alguna vez las notaste? - asentí - Ella también las tenía, y me volvían loco.

- ¿La querías mucho?

- Amaba a tu madre, Roseanne. - dejó de mirar al cielo para mirarme a los ojos - Ella era el amor de mi vida.
                       
- ¿Y qué hay de la madre de Wendy? ¿La amabas? ¿Lo hacías de la misma forma? - me atreví a preguntar.

- La quería, sí. Pero nunca la amé, y supongo que por eso nuestro matrimonio no funcionó del todo bien, sobre todo cuando se enteró que le fuí infiel con Clare. - sonrió tristemente - Nunca quise lastimarla, ni a ella ni a Wendy, sin embargo lo hice. Mi divorcio afectó mucho a Wen, a tal grado que siempre me culpó por hacerle daño a su madre, pero te juro que esa nunca fue mi intención.

- ¿Y te sigue culpando?

- Dejó de hacerlo cuando se enteró de tu existencia. Entonces comenzó a culparme por ser un poco hombre y haberte abandonado. - cerró los ojos por unos segundos y luego los abrió - Cuando ella me dijo dió la noticia de tu existencia no le creí. Me negaba totalmente a reconocer que había alguna pequeña niña que había crecido en un orfanato por mi culpa, pero entonces lo descubrí todo.

- ¿Te sientes culpable?

- Cada día desde que me enteré de toda la verdad. - aseguró - Si tan solo Clare me hubiese dicho de tu existencia, te juro que nada de esto hubiera pasado.

- Te hubieras divorciado y Wendy no hubiera nacido. - respondí frunciendo el ceño - ¿Estarías dispuesto a viajar al pasado y hacer que ella no nazca?

- Jamás.

- Entonces no digas nada de lo que acabas de decir. Puedes arrepentirte todo lo que quieras, pero jamás asegures que hubieras cambiado todo por mí. Wendy también es tu hija y ella merece todo tu respeto. - lo oí suspirar - Necesito que me den tiempo. - hablé de repente.

- ¿Tiempo?

- Es todo lo que les pido. Tiempo.

- ¿A qué te refieres?

- Quiero crear mi propia historia, y si gustan... si ustedes aceptan, podrían ser parte de ella... - dije mirando al suelo - Pero, necesito que me den tiempo para esto. Debo acostumbrarme a todo lo nuevo que va a entrar en mi vida y eso incluye un padre y una hermana que jamás conocí. - metí mis manos a los bolsillos de mi pantalón negro.

- ¿Estás hablando en serio? - preguntó evidentemente emocionado, así que levanté la vista para observarlo y luego asentí con la cabeza - No tienes idea de lo feliz que estará Wendy al enterarse de tu decisión, Roseanne.

- ¿Y tú lo es-estás? - pregunté tímidamente - ¿Estás feliz?

- Absolutamente, hija. - me sonrió con los ojos llorosos para después apagar su cigarro en el suelo y extender los brazos - ¿Puedo abrazarte?

Asentí.

- - - - -

Mi charla con Son Daniel cambió drásticamente luego del abrazo. Él estaba muy emocionado por la oportunidad que le estaba dando tanto a él como a su hija y por ello comenzó a preguntarme muchas cosas simples para conocerme un poco más, ya que según él: "siempre es bueno recuperar el tiempo perdido  con grandes preguntas." Y bueno, él tenía veintiocho años que reponer.

Poco tiempo después regresó Jennie con la señora Chardin y me tomó de la mano para sacarme a bailar, así que dejé de hablar con el señor Son y seguí a mi novia a través de los invitados hacia la pista de baile.

Tres horas después de puro baile extremadamente movido con mi preciosa y sensual novia, decidimos que era buena idea cenar un poco antes de seguir bailando, así que fuimos a la mesa con el dentista y la loca embarazada, donde estuvimos un buen rato bromeando sobre los cambios de humor de Jisoo.

Luego de cenar mi novia me llevó a conocer a sus otros hermanos y a pesar de que fue un poco incómodo y recibí muchas miradas amenazadoras, puedo decir con toda felicidad que salí viva de esa situación gracias a mi increíble talento de hablar más de cinco diferentes idiomas, cosa que sorprendió a mis cuñados e hizo que dejarán de mirarme con odio y desconfianza.

- ¿En dónde estudiaste, Rosé? - me preguntó Jungwoo, uno de mis tantos cuñados - Encuentro realmente interesante que sepas tantas cosas.

- Bueno, jamás estudié.

- ¿Qué? ¿Estás bromeando? - preguntó sorprendido mi jefe, que también estaba en la mesa con todos sus demás hermanos - Creí que...

- He viajado desde muy pequeña por el mundo, y por ello sé tantas cosas, pero jamás he ido a la escuela.

- Bueno, déjame decirte que eres una mujer muy culta y educada. Eres perfecta para mi niña. - habló la abuela de Jennie. - Dejen de molestarla o se las verán con la abuela, así que vayan a hacer sus preguntas a otro lado, niños. - regañó a sus nietos cuando comenzaron a atacarme con preguntas a cerca de los lugares a donde había viajado.

- - - - -

Love On The Brain nunca sonó tan espectacular como lo estaba haciendo ahorita. Mi novia tenía sus brazos alrededor de mi cuello mientras que mis manos envolvían su magnífica cintura; Jennie iba cantando a la par de Rihanna en pequeños susurros al mismo tiempo que sus labios rozaban con mi oreja izquierda.

Ya casi al final de la fiesta, fue cuando comenzaron a poner música especialmente para bailar de una manera lenta y romántica, así que aproveché eso para tener un momento a solas con mi novia y escaparme de su familia.

- No matter what i do, i’m not good without you, and i can’t get enough, must be love on the brain... - terminó de cantar dejando un beso en mi oreja para después separarse un poco de mi y luego besarme en los labios.

- Eres perfecta. - dije disfrutando de las caricias que me daba en el cuello con sus manos - Me encantas.

- Sabes... ya es un poco tarde. - comentó haciendo que me confundiera - Quizá sea un buen momento para que regresemos a casa, ¿no crees? - comenzó a besar mi cuello - Creo que te prometí algo.

- ¿El baño? - la oí murmurar un "sí" sobre mi cuello y cerré los ojos al sentir como comenzaba a succionar mi piel - Hmmmm, cariño. - apreté más mis manos en su cintura y luego la separé de mi - Despídete de tu famila y vámonos, anda. - hablé rápidamente tomándola de la mano para llevarla hasta donde estaba su papá y todos sus hermanos con algunas de sus cuñadas, sus dos sobrinas y su abuela.

Llámenme desesperada; pero realmente necesitaba ese baño con mi novia. Quizá esta noche podía hacerla totalmente mía y eso no lo iba a desaprovechar.

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