48.

Después de aquella pregunta todo pasó muy rápido. De un momento a otro Wendy había dejado de estar inconsciente y se había encargado de golpear a Isaac con una figura de metal, noqueandolo por completo, cosa que distrajo a Alice haciendo que Jennie la tirará al suelo y le quitará el arma, amenazandola con dispararle si no se alejaba.
                             
Yo me levanté rápidamente del suelo sin importarme el dolor que sentía por la balazo que me habían dado y fui hasta donde estaba el padre de Wendy; rompí un pedazo de tela de la playera que traía puerta y comencé a secar la sangre que se estaba escurriendo por todo su cuerpo.
                             
- Perdóname, por favor perdóname. - me pidió - Si tan solo Clare me hubiese dicho de tu existencia te juro que habría hecho todo lo posible para tenerte a mi lado, hija. - los vellos de mi nuca se erizaron al oírlo llamarme de aquella manera - Por favor, perdóname, Roseanne.
                             
- ¡No, Chaeyoung! - me volteé de golpe al oír el grito de Jennie y nuevamente todo pasó en segundos.
                             
De alguna manera Isaac se había encargado de recuperarse rápidamente y había tomado la pistola para dispararme por la espalda, sin embargo la bala nunca me tocó. A mí no.
                             
- ¡Policía, quietos! - gritó un hombre con chaleco de balas seguido de siete oficiales más que se encargaron rodear la habitación y desarmar al desquiciado de Isaac y levantar a Alice.
                             
- Tienen derecho a guardar silencio, si se renuncian a este, todo lo que digan puede y será utilizado en su contra. Tienen derecho a un abogado y que esté presente durante el interrogatorio; y en caso de no poder pagar un abogado, el estado les proporcionará uno sin costo. - dijo el oficial que esposó a los dos imbéciles que nos habían atacado.
                             
- Wendy. - el señor Son trató de moverse para llegar hasta donde su hija yacía en el suelo con una herida de bala en el pecho - Wendy, mi pequeña Wen, papá está aquí. - dijo tan pronto como se acercó completamente a ella y la tomó de la mano - Papi siempre estará aquí.
                             
- ¡Necesitamos una ambulancia por favor, los tres están heridos! - gritó mi novia a lo lejos al mismo tiempo que entraba el prometido de Wendy y se arrodillaba frente a su novia.
                             
- Oh no, cariño, ¿qué hiciste?
                             
- Rosé... - oí murmurar a la mujer que estaba frente a mí, pero me negué a acercarme a ella, no podía, algo se estaba destrozando dentro de mí - Rosé, Roseanne... - giré mi rostro hacia el pasillo por donde venían entrando varios paramédicos ignorando por completo los llamados de Wendy.
                             
- ¿No ves acaso que te está hablando? - preguntó enojado Ashton.
                             
- Déjala en paz, no es el momento. - setenció el señor Son mientras dos enfermeros lo acomodaban en una camilla al igual que a su hija.
                             
- Roseanne... - volví a oírla llamarme.
                             
- Mi amor, oh por Dios, estás sangrando mucho. - mi novia me tomó de las mejillas para verme a los ojos y sonrió levemente para después secar las pequeñas lágrimas que se habían escapado de mis ojos - Estoy aquí, cielo. Todo estará bien. - me abrazó contra su cuerpo y fue en ese momento cuando me rompí a llorar.
                             
¿Wendy era mi hermana al igual que Alice? ¿El señor Son era mi padre? ¿Jamás fui una Park? ¿Mi madre engañó a su esposo con mi padre? ¿Alice mató a mi madre por un testamento? Habían cientos de preguntas en mi mente que lo único que estaban haciendo era atormentarme y asfixiarme.  Sin embargo la pregunta más importante era otra, ¿Por qué Clare me abandonó si ella jamás falleció?
                       
- Señorita, debemos llevarla al hospital. - dijo una enfermera haciendo que mi novia dejara de abrazarme - Puede acompañarnos en la ambulancia si gusta. - le sonrió suavemente a Jennie, quien accedió y se alejó por completo de mí para que pudieran ponerme en una camilla.

- - - -

Jennie's pov

Después de dejar a Chaeyoung en el hospital para que sacaran la bala de su pierna, llamé a mis hermanos y a mi papá; necesitaba de sus influencias en el estado para que tanto la tal Alice como el señor Park y el idiota de Jackson Harris no salieran nunca jamás de la cárcel.

Fueron prácticamente dos horas completas de llamadas telefónicas de parte de mi padre a sus contactos, y de mis hermanos a más de quince abogados, pero finalmente me aseguraron que esas tres personas nunca volverían a ver la luz del sol.

Taehyung se sorprendió al principio al enterarse que uno de sus empleados había estado detrás de todo esto, pero afortunadamente con su ayuda descubrimos que todo inició porque aquel hombrecito tenía una muy grande obsesión conmigo y odiaba muchísimo a Chaeyoung por estar todo el tiempo a mi lado.

Luego de solucionar los problemas legales les tuve que contar a mis hermanos y a mi padre toda la verdad respecto a Chaeyoung. Les dije que nos habíamos hecho novias y que la quería demasiado para ser verdad, que ella parte vital de mi vida y jamás sería feliz si ellos decidían apartarla de mi lado. Por un momento pensé que todos tratarían de matar a Chaeyoung, sobre todo Taehyung porque es su jefe, pero afortunadamente tomaron bien las cosas y dijeron que ellos eran felices viéndome feliz.

Actualmente estaba sentada en la sala de espera a lado de Jisoo y ChanYeol, quienes habían venido rápidamente a ver cómo estaba Chaeyoung.

- Entonces, la mujer de la cual tenías celos ¿es la hermana de Chaeng? - preguntó Chan mientras acariciaba el vientre de Jisoo.

- Media hermana. - corregí.

- Bueno, la historia es realmente loca y abrumadora. ¿Cómo lo tomó Chaeng?

- Amor, ¿cómo crees que lo va a tomar? - mi amiga rodó los ojos.

- En realidad ella apenas lo estaba digiriendo cuando llegó la policía, porque al momento cuando ese enfermo le soltó todo de golpe ella parecía estar más preocupada por otra cosa que por todo lo que él le decía. - suspiré recordando su cara de dolor y sus lágrimas - La han lastimado muchísimo hoy. Literalmente toda su vida fue una mentira, y estoy muy preocupada por ella. - Jisoo me dió un apretón.

- Rosé es una mujer muy fuerte, Jen. Solo necesita que estés a su lado y ella estará bien. - me sonrió.

- Gracias chicos, son un gran apoyo para mí; no saben lo asustada que estaba cuando pasó todo eso.

- Oye, ¿y ya le avisaste a la familia postiza de Chaeng? - me levanté de golpe al recordar que debía avisarle a los Manoban lo que acababa de ocurrir, así que me alejé un poco para llamarles no sin antes decirle gracias a Chan por recordarme.

Afortunadamente quien atendió la llamada fue Lisa, así que por lo menos podía estar tranquila de que Ann no sufriría un ataque al corazón por mi culpa.

- Los Manoban vienen en camino, por favor no les niegues información, son prácticamente familia de Chaeyoung. - le dije a mi hermano, quien se estaba encargando de todos los cuidados de Chaeyoung en el hospital.

- Está bien, hermana.

- ¿Puedo entrar a verla? - pregunté.

- Claro, ella solo ha preguntado por ti todo este tiempo. - sonreí débilmente - Ve por ella, anda, te está esperando.

- - - - - - - - - - - - - - -

Rosé's pov.

El hermano de Jennie había estado constantemente entrando y saliendo de mi habitación para supervisar a los médicos que estaban cuidando de mí.

Al parecer había perdido demasiada sangre. Estuve una hora y media en el quirófano porque no podían encontrar la bala en mi pierna, y cuando finalmente salí de ahí y me llevaron a una habitación, tuve una reacción alérgica a un calmante que me inyectaron, así que ahora estaba prácticamente en observación.

- Buenas tardes, doctora Kim, ¿quiere que le demos un poco de privacidad? - preguntó una de las doctoras que estaban cuidandome.

- Eso sería maravilloso. - cerré los ojos al oír la melodiosa voz de Jennie - Gracias. - murmuró y luego oí como la puerta se cerraba así que volví a abrir los ojos para apreciar la figura de mi novia acercándose a mí.

- Hola, mi amor. - saludó sentándose a un costado de la cama - ¿Cómo te sientes? - se inclinó un poco para darme un pequeño beso en los labios.

- Mucho mejor ahora. - traté de sonreír pero simplemente no pude.

- ¿Te duele la pierna?

- Me duele más que me hayan mentido. - confesé un poco enojada.

- Lamento tanto todo lo que oíste, cielo. Me gustaría poder hacer que olvidarás todo ese dolor que sientes. - pegó su frente a mi mejilla.

- Me mintieron, Jennie. Me estuvieron mintiendo todo este tiempo. - dejé mi mirada clavada en el techo - Wendy sabía todo y solo se acercó a mí por eso, ¿te das cuenta? por eso su padre me abrazó de la forma como lo hizo en la fiesta. ¿Qué hice mal?

- Shhh, no pienses en eso, por favor. No quiero verte mal, cielo. - se separó un poco de mi para acariciar mi mejilla y luego besarme lentamente.

- Quiero decirte algo, pero no quiero que te asustes. - dije nerviosa.

- ¿Qué pasa? - murmuró sobre mis labios - ¿Es algo malo?

- No, no creo. - con mis manos comencé a quitar algunos mechones de cabello de su cara - Por favor no te asustes, cariño.

- Solo dilo.

- Te amo. - confesé - Jamás me había enamorado antes de alguien, y entonces apareciste en mi vida. Lo primero que me cautivó fue tu cuerpo, debo de admitirlo. Pero entonces te conocí y me enamoré de todo lo que habita en tu interior. Eres todo lo que jamás me imaginé querer, y estoy totalmente enamorada de ti. Eres mi hogar, mi lugar seguro, mi único destino, y mi viaje interior. Eres mi mente, mi cuerpo y mi alma; y no tengo planeado dejarte ir jamás, Kim Jennie. Por favor, no me abandones nunca, cariño.

- Jamás lo haré, mi amor.

A pesar de todo lo que había sucedido hace unas horas, el simple hecho de estar con Jennie era el mejor tranquilizante. Sus brazos eran la cura perfecta para todo el dolor que tenía en mi interior y sus besos eran un transporte seguro a la paz y serenidad que le faltaba a mi cuerpo. Kim Jennie era la mujer de mi vida y no me privaría de disfrutarla.

Todo el tiempo que pasamos en casa de Wendy con esos dos locos lo único en lo que podía pensar era en ella y ese rostro de pánico que tenía. Hubo un momento en el que pensé que Isaac realmente me dispararía y no la volvería a ver jamás en mi vida y eso me asustó como nunca, pero afortunadamente eso no paso.

Ahora solo debía dedicarme a disfrutar cada día a su lado, y a tratar de curar las heridas que había ganado el día de hoy. Por el momento no tenía ni la más mínima intención de saber de el señor Son o de Wendy; necesitaba tiempo para pensar y eso lo haría abrazada a mi novia.

Claro está que antes de tomar la decisión de alejar de mi vida a los Son lo primero que hice fue preguntar por ellos y su salud, porque definitivamente no los quería muertos, no a ellos. Nunca le desearía la muerte a alguien, mucho menos a mí propia sangre.

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