40.

Después de aquella noticia Jisoo salió corriendo del comedor mientras que su abuela, Jennie y yo nos quedamos en absoluto silencio.
                     
Estoy segura que para Jennie era realmente difícil tener que contener las ganas de ir corriendo detrás de su mejor amiga, así que por eso me levanté de la mesa bajo la atenta mirada de la abuela de Jisoo.
                     
- Iré a fumar un cigarrillo. - me incliné y besé la frente de mi pelinegra - Yo hablaré con ella. - susurré para que solo me pudiera escuchar Jennie - Con su permiso, pasaré a retirarme un rato. Estuvo rica la comida.
                     
Le sonreí amablemente a la señora Kim y luego comencé a caminar en busca de Jisoo.
                  
Sinceramente no sé me ocurría ni un sitio en donde pudiera estar, pero debía buscarla para tranquilidad de mi futura novia, y bueno, también para tranquilidad mía, porque nunca lo iba a admitir pero realmente Jisoo era una buena amiga.
                     
Subí y bajé escaleras por veinte minutos seguidos hasta que di con la puesta corrediza que daba paso al jardín que tenía una alberca. Ahí, sentada en el borde de la alberca, se encontraba la mujer.
                     
Abrí silenciosamente la puerta y me adentré al jardín. Cuando estaba a centímetros de llegar hasta Jisoo decidí que sería mejor quitarme los zapatos, así que me agache y comencé a desatar las agujetas de mis botas.
                     
Le hice un dobladillo rápido a mis jeans y me senté a lado de Jisoo en silencio metiendo mis pies al agua.
                     
- Hola. - saludé tímidamente
                     
- ¿Qué diablos quieres, Park? - hice una mueca al oírla tan enojada - ¿Vienes a darme un sermón a cerca de cómo usar métodos anticonceptivos? Porque puedes ir metiéndote tus palabras por el culo.
                     
- Woah, tranquila. - traté de poner una mano en su hombro pero se alejó un poco de mí - No vengo a darte un sermón, lo prometo. - me miró completamente seria - Bueno, quizá uno chiquito... - la ví levantar su mano en un puño así que me apresuré a decir: - Juro que no es a cerca de cómo usar métodos anticonceptivos.

- Entonces, ¿qué diablos quieres?
                     
- Jennie está preocupada por ti.
               
- Jennie se preocupa por todo el mundo, ella es así. - suspiró.
                     
- Eres su mejor amiga, obviamente se va a preocupar más por ti que por el resto del mundo.
                     
- Actualmente tú eres su mundo. - sentí mis mejillas calentarse y la ví rodar los ojos - Dios, las dos son asquerosamente lindas.
                     
- Bueno, gracias por eso. - la empujé juguetonamente - Pero ya hablando en serio. Yo también estoy preocupada por ti, Jisoo. ¿Por qué no le has dicho nada al cupido?
                     
- Eres asquerosa poniendo sobrenombres, fenómeno. - abrí la boca fingiendo estar ofendida.
                     
- ¿Disculpa?
             
- Disculpada. - me guiñó un ojo.
                     
- ¡Hey, esa es mi frase! - me quejé dándole un pequeño puñetazo en el hombro - Eres una copiona.
                     
- Debía aprovechar la oportunidad para vengarme de las tantas veces que me has respondido de esa forma. - rió quitando de su rostro los restos de lágrimas que habían en sus mejillas .
                     
- Vas a ser una gran madre, Jichu. - dije minutos después rompiendo el silencio que nos había envuelto y ella volteó a verme con los ojos completamente abiertos.                                
                       
- ¿Qué? - preguntó aturdida - ¿Ni pollo, loca del gas pimienta, Jisoocristo, Asiática número 1, Diva, Bastarda, Hija de Satán, Demonio,  Imbécil, ni nada de eso?

- No, hoy no tengo ánimos de jugar con tu nombre. - volteé hacia arriba para poder apreciar las estrellas que habían en el cielo - Quiero un papel más serio en estos momentos. Eres una persona agradable, y amo molestarte porque es realmente entretenido discutir contigo, pero necesito que me consideres como madrina en conjunto con Jennie del futuro pollito cupido y por eso debo tratarte bien. - sonreí al sentir un golpe en la cabeza.

- Eres una idiota, Park. Por un momento creí que hablabas en serio.

- Lo hago. - volteé a verla - Quiero ser madrina del bebé. - sentí otro golpe en la cabeza - Ouch, maldita agresiva.

- Estúpida. - comencé a reír pero mi risa se detuvo cuando escuché sollozos procedentes de ella.

- ¿Estás llorando?

- No.

- ¿En serio?

- Quizá.

- ¿Debo abrazarte y darte palmadas en la espalda para consolarte?

- Probablemente.

- ¿En serio?

- Eres estúpida. - a este punto no sabía muy bien si sí estaba llorando o simplemente estaba riendo y sudando por los ojos al mismo tiempo, sin embargo no le di importancia e hice lo que cualquiera hubiera hecho en mi posición; la consolé

- - - - -

Salimos de la residencia Kim cerca de las cuatro de la madrugada.

Tan pronto como Jennie y yo llegamos al hotel, nos dimos un baño - por separado para mi mala suerte - y luego me puse a arreglar mi maleta. Mañana por la mañana regresaríamos de nuevo a Nashville.

- ¿Qué te dijo Jisoo? - le pregunté a Jennie cuando apagó la luz y se metió a la cama conmigo.

- Hablará con Chan. - tiró su almohada al piso y se acomodó en mi pecho - Regresará en dos días a Nashville. Quiere arreglar primero las cosas con su abuela para que sus padres no se enteren mediante ella.

Digamos porque la señora Kim no se había tomado muy bien el hecho de que su nieta estuviera embarazada fuera del matrimonio. Era un pensamiento un poco antiguo y estúpido, pero nadie podía hacer cambiar de ideales a una señora de más de ochenta años. La señora de por sí ya estaba loca.

Tan pronto como las palabras "embarazo" salieron de la boca de Jisoo, la señora pegó un grito horrible y después se puso a decir miles de atrocidades respecto a su nieta. Cabe destacar que también le dió consejos de cómo deshacerse del bebé en un hospital.

- Me sorprende que le asuste tanto un embarazo y no el hecho de que tuviera a una lesbiana tatuada en su mesa. - comenté casualmente

- No entras en la categoría de "lesbiana tatuada", Chaeyoung. - rió Jennie.

- ¿Por qué no? - pregunté curiosa - Soy lesbiana y tengo tatuajes. - levanté mis manos y miré lo que tenía en ellas.

- Corazón, solo tienes tatuajes en las manos, y realmente son muy pequeños, créeme, no cuenta. - dejó un pequeño beso en mi barbilla.

- Tatuajes son tatuajes.

- Shh. - se estiró hasta quedar cerca de mis labios y comenzó a besarme de una manera muy lenta y deliciosa - ¿Ubicas a Ruby Rose? - preguntó sobre mis labios cuando se separó de mí.          
                       
- Mmmmju.

- Ella si es una lesbiana tatuada con toda la extensión de la palabra. - me dió un beso en la nariz - Tu solo eres linda. - sonreí como idiota y le di la vuelta dejándola de espaldas al colchón para poder estar encima de ella - ¿Qué haces, Chaeyoung? - rió.

- No soy linda, soy ruda. - fruncí el ceño ligeramente en broma y luego levanté mi brazo derecho para enseñarle mis músculos - ¿Lo ves? También soy súper fuerte.

- No veo nada, la luz está apagada.

- ¿No ves nada, eh? - una sonrisa pícara se formó en mi rostro - Entonces no verás esto. - murmuré.

- ¿Qué vas a hacer, chica ruda? - preguntó cuando me acerqué a sus labios - ¿Besarme?

- No. - murmuré rozando nuestros labios  de una manera electrizante - Te. Haré. Cos.

- ¿Cos? - la ví fruncir el ceño gracias a la luz de la luna que se colaba por la ventana de la habitación.

- Cosquillas. - la sonrisa coqueta se transformó en una sonrisa malévola y comencé a reír cuando la escuché gritar tan pronto como dirigí mis manos a sus costillas y abdomen.

- No, no, no, Chaeyoung. - chilló

- Dime que soy ruda.

- ¡Nunca! - gritó riendo

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Narrador omnisciente.

Nashville, Tennessee

- ¿Papá? ¿Qué haces aquí? - preguntó sorprendida la mujer de cabellos casi tan castaños como los de su padre - Por el amor de Dios, estás completamente mojado, entra.

Los meteorólogos habían pronosticado un día y noche soleados, sin embargo Nashville había sorprendido a sus habitantes con una intensa lluvia desde que el sol se había ocultado.

- Sé quién es ella. Lo sé, Wendy.

- ¿De qué estás hablando?

- De ella, ella.

- ¿Papá? ¿De qué hablas? - tocó la frente y mejillas de su padre para asegurarse que no tuviera fiebre - Iré por unas toallas, estás empapado.

- No, Wen, escúchame. - su padre la tomó de la muñeca evitando que se fuera - Sé lo del detective.

- Eso ya lo sé papá.

- Hablé con él.

- ¡No tenían ningún derecho! - gritó - ¿Por qué siempre tienes que meterte en mis cosas? Ya no soy una niña, dejame vivir, papá. ¡Este asunto nisiquiera te concierne en absoluto!

- ¡Lo hace! - gritó de vuelta - Tenías razón, la tenías, y no te creí.

- ¿O sea que te lo confirmaron, no? ¿Ya me crees? ¿Ya estás seguro que tuviste más hijos aparte de mí y de mi hermano? - preguntó dolida

- Lamento no creerte, Wendy. - sé disculpo el hombre - Pero no necesito que me lo reproches ahora.

- Papá, no sé que es lo qu-...

- Chaeyoung está en peligro.

- ¿Qué, él otra vez?

- ¿Él? - se levantó del sillón - ¿Cómo qué el? ¿Ya sabías que tu hermana estaba en peligro?

- La han estado amenazando, y siguiendo, pero hablé con el investigador y él me aseguró que ella estaba a salvó y no corría ningún riesgo, que Dan...

- ¿Dan?

- Sí, Dan.

- ¿Dan? ¿Dan Park?

- Sí, ¿qué pasa?

- - - - - - - - - - - - - - - - - -

Besos, besos, besos, y más besos. Jamás me cansaría de estar pegada a los labios de mi sexy ojiverde.

- Deberíamos dormir. - murmuró y continuó besándome.

- No quiero. - pasé mis besos de sus labios a su barbilla y luego descendí a su cuello, donde comencé a dejar pequeñas succiones

- Chaeyoung, lento, recuerda, lento.

Me despegué de su cuello al oírla y me golpeé mentalmente por estar pensando con el líbido en lugar de con el cerebro. Ella quería ir lento y yo ya quería meterme dentro de sus bragas, definitivamente era una idiota.

- Lo siento, lo siento, lo siento. - hablé rápidamente levantándome de la cama - Lo siento, mi amor.

- Oye, ven aquí. - pidió desde la cama - No hay problema. Creo que las dos nos sobrepasamos con los besos el día de hoy. - dijo con las mejillas sonrojadas.

- No quiero que pienses que solo quiero sexo contigo, cariño. - me acerqué nuevamente a la cama - Quiero todo el paquete completo. Quiero tomarte de la mano, llevarte a una cita, regalarte flores, dedicarte canciones, presentarte a los Manoban, incluso quiero conocer a tu padre.

- Eres muy dulce. - acarició mi mejilla y me dió un pequeño beso - Sé que no te aprovecharías de mí, Chaeyoung. Confío plenamente en ti. Tienes mi corazón.

- Sé mi novia. - dije de repente interrumpiendo su posible discurso acerca de sus sentimientos por mí.

En algún momento de mi vida debían de darme un trofeo por ser la persona que más actua por impulso.

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