27.
" Park, Chaeyoung "
Nashville, Tenneessee, EEUU
Señorita Park:
Por medio de la presente le enviamos este documento para informarle que el próximo 12 de Agosto del presente año deberá presentarse en los juzgados de San Cristóbal ubicados en Washington DC a las 16:00 hrs.
Esto con el fin de que usted acuda a una audiencia programada con los abogados de la señorita Alice Harvey, quién solicita de su presencia junto con el juez de estado para hacer lectura del testamento de la ahora difunta Clare Harvey.
Le pedimos de la manera más atenta que confirme su asistencia a los números que le proporcionaremos a continuación:
6682746182 ext. 55
6623816738 ext. 56
Queda a sus órdenes:
Lic. Edward Snowden "
Releí una y otra vez el mismo papel sin encontrarle sentido alguno. ¿Una audiencia? ¿Para qué debía asistir a una audiencia si no tenía ni la menor idea de quiénes eran esas dos mujeres que mencionaban en la carta?
Me recargué en mi cama frunciendo el ceño. Después volví a ver el sobre amarillo que estaba sobre mi mesita de noche. Aún habían dentro unos cuantos sobres más, sin embargo no tenía ganas de leer cosas que no comprendía del todo bien.
¿Y si lo que había en aquellos sobres eran más citatorios? ¿Debería verificar? ¿Cuántas probabilidades habían de que fueran sobre otra cosa?
Bufé y tomé el sobre enorme amarillo nuevamente en mis manos. Saqué los cinco pequeños sobres blancos que habían dentro y me dispuse a abrir uno por uno.
Dos de los cinco sobres eran únicamente de fotos mías. Ann tenía razón, me estaban siguiendo. Fotos mías en el súper haciendo la despensa con Marco, fotos mías tocando en el bar, fotos mías en el hospital con Luca a mi lado, fotos mías con Joy en el departamento de Paul, y fotos mías con Jennie.
¿Qué significaba todo esto?
Abrí con temor los tres sobres restantes, uno de los sobres contenía cinco hojas de papel dobladas, en ellas venía escrito un mensaje de advertencia para mí con recortes de revistas y periódicos. El otro sobre tenía también una hoja, solo que en esa hoja en lugar de amenazas había un mapa impreso en grande con un círculo rojo encerrando un lugar que correspondía al número 75 de la calle indicada, abajo del círculo había escrito con pluma un: "asiste pronto" en cursivas.
El último sobre fue lo que me trajo aún más intriga. Era una carta, pero esta vez escrita a puño y letra y no con recortes de revistas.
" Rosé.
Mientras yo esté a tu alrededor, te prometo que no dejaré que nada malo te pase.
Esa persona que te está acosando ya está siendo investigada por mí; no te preocupes por nada. No dejaré que te toquen, ni a ti, ni a tus seres queridos.
Quedas segura.
- SSW "
¿Quién carajo era SSW?
Traté de pensar en alguien que me quisiera hacer daño pero realmente no tenía ningún enemigo. A menos que el acosador sea Jackson, sin embargo es muy estúpido para hacer algo como eso. ¿Será algún extranjero que conocí en mis viajes?
Luego de analizar todo por unos minutos, tomé la decisión de que lo mejor era dormir ya que estaba muy cansada y necesitaba energía.
Antes de irme a la cama guardé todo en el sobre grande amarillo y lo escondí en uno de los cajones donde guardaba mis playeras para que nadie pudiera ver lo que había dentro.
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Los golpes insistentes en la puerta fueron los que me trajeron al mundo real lejos de mi ensoñación. Abrí mis ojos con algo de pereza y bostece.
- Adelante. - grité un poco
- ¡Hasta que te levantas, Chaeng! - ví entrar a la rubia con mi teléfono en las manos - Estuvo sonando toda la mañana en la cocina. - me aventó mi teléfono
- ¿Toda la mañana? ¿Qué hora es? - pregunté estirándome disfrutando de la sensación de oír mis huesos tronar.
- Son las dos y media. - abrí los ojos de golpe - ¿A qué hora llegaste del trabajo ayer? Regularmente te levantas a las diez de la mañana, Chaeng.
- Llegué en la madrugada, Lis.
- ¿A qué hora?
- Eso no importa. - dije levantándome de mi cama - ¿Qué? - pregunté al ver como me veía
- ¿No vas a revisar el teléfono?
- Necesito una ducha, Lisa. - le dije restándole importancia - Quien quiera que sea la persona que me ha estado llamando puede esperar. - tomé mi toalla dispuesta a meterme al baño
- ¿Incluso la sexy pelinegra?
Volteé a verla para verificar que no me estaba mintiendo. La ví con los ojos entrecerrados analizando su rostro en busca de algún signo de burla, pero todo mi intento de averiguar algo se volvio nulo en cuando mi teléfono comenzó a sonar en sus manos y me mostró el nombre que indicaba la pantalla.
Sexy Pelinegra me estaba llamando.
Digo, Jennie.
Corrí levemente del baño hasta mi cama y le arrebató el teléfono a Lisa mientras ella se burlaba de mi.
- ¿Bueno? - contesté
- ¿Chaeyoung?
- Sí, sí. Dime.
- Uh, oye, mi hermano me comentó que tú descanso te tocaba esta vez el miércoles. ¿Estarás ocupada?
- ¡No, para nada! - respondí prácticamente gritando, así que tuve que aclararme la garganta - Estoy libre. - hablé un poco más tranquila haciendo reír a Lisa y a Jennie.
- Excelente, ¿te gustaría ayudarme en un evento que está organizando el hospital?
- Sí, sí. Cuenta conmigo. - me golpeé mentalmente por responder nuevamente de manera muy ansiosa - Es decir, claro que te ayudaré. ¿Qué debo hacer? ¿Tengo que llevar algo?
- Tu guitarra.
- ¿Mi guitarra?
- Sí, es un evento para el área de pediatría. Algunos doctores y dentistas iremos a pasar la tarde con los niños de cuidados intensivos. - dijo tranquilamente - Y bueno, tan pronto como me enteré que ese día descansabas, se me ocurrió que podrías tocar algo para los niños ese día.
- Suena perfecto, cariño.
- ¿En serio? - chilló de emoción al otro lado de la línea haciéndome sonreír; ella definitivamente era la mujer más linda de todo el mundo - No sabes lo importante que es para mí, muchísimas gracias, los niños van a amarte.
- Eso tenlo por seguro, guapa.
- Eres increíble, Chaeyoung. - la forma en la que dijo aquello hizo que sintiera cosquillas en el estómago - Bueno, ahora tengo que irme. Es mi hora de comida y debo aprovechar antes de volver al consultorio. De nuevo, muchísima...
- Te invito a comer. - dije de pronto, sorprendiendome a mí misma y a Lisa, quien me veía con la boca abierta - Digo, uh... si gustas, podríamos comer juntas... ya sabes, hmmmm, como amigas y así.
- ¿No se supone que tienes ensayo ahorita en una media hora en el bar? - me preguntó.
Tendría que enviarle un mensaje a Joy pidiéndole que me cubriera porque llegaría un poco tarde.
- No, no. Es más tarde. - mentí
- Bueno, en ese caso, sí. - me levanté de la cama y comencé a saltar bajo la atenta mirada divertida de Lisa - ¿Pasas por mi? No traje mi carro hoy porque está en el taller.
- Sí, yo paso por ti. - aseguré - Estoy ahí en veinte minutos, no huyas.
- Ok, te espero. - rió - Nos vemos.
- Adiós, guapa.
- Adiós, Chaeyoung.
Colgué el teléfono y me tiré encima de Lisa escuchándola reír.
- Por el amor de Dios, Chaeng. - me empujó - Pareces una adolescente enamorada. - le pegué - Ouch, ¿y eso por qué?
- Porque no estoy enamorada. - aclaré - Ella solo me gusta, ¿ok? Ahora... ¿me prestas tu auto?
- Debo ir al trabajo, Chaeng.
- Maldición. - gruñí - Le pediré el auto a Marco. Iré a bañarme. ¡Por favor escoge mi ropa, Di!
- Está bien, está bien. Ve a bañarte para que no tengas mal olor para tu sexy pelinegra. - se burló pero la ignoré y me metí a la ducha.
Tenía razón en mis pensamientos de ayer por la noche. Iba a haber próxima vez y definitivamente íbamos a tener una discusión por quién pagaría la cuenta, aunque obviamente yo iba a ganar porque jamás dejaría que ella pagará.
La misión de acercarme cada vez más a Jennie iba cuesta arriba a pesar de que solo eran aparentes salidas de amigas para ella. La haría cambiar de parecer en cuanto a nuestra relación.
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Nunca antes había tomado una ducha tan rápida como la que tuve hace unos siete minutos atrás.
Al salir me cambie rápidamente con la ropa que Lisa había escogido para mí, tomé mi mochila luego de guardar un cambio de ropa y mi libreta de canciones, y finalmente baje a pedirle el coche prestado a Marco. Afortunadamente no tuve que repetir dos veces el pedido ya que Ann fue la que me dió la autorización de tomar las llaves e irme en el auto.
Llegué cinco minutos antes del tiempo que yo había calculado y festejé interiormente, aunque esos festejos se fueron a la basura tan pronto como ví la pulsera de oro que brillaba en uno de los compartimientos de botella que había en mi mochila.
Rápidamente vinieron a mi cabeza los acontecimientos de la noche anterior; de cómo Taehyung me entrego ese objeto que se le había caído a la persona que me dejó el sobre y de lo que había dentro del sobre.
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