21.2
Parte 2.
Nunca me imaginé que por pedir solo una simple bebida tendría que esperar más de diez minutos. Al principio estaba estresada por el hecho de que Lauren estaba sola y cualquier idiota podría acercarse a ella, pero ese estrés desapareció cuando ví a Normani y Valentín ir a sentarse con ella.
- ¿Fuiste a hacer eso? - preguntó la morena con burla refiriéndose al vaso que traía en la mano, pero la ignoré al percatarme que la ojiverde no estaba en la mesa con ellos
- ¿Y tú amiga? - fruncí el ceño
- Dijo que iría al baño. - se encongió de hombros - ¿Eso es para ella? - asentí - Quizá deberías dejarlo en la mesa e ir a buscarla porque no a regresado.
No lo pensé nisiquiera dos veces, de un segundo a otro el vaso ya estaba en la mesa y yo ya me encontraba cerca de los baños de mujeres.
Toda la adrenalina que tenía en el cuerpo desapareció tan pronto como la ví en los lavamanos arreglando su cabello de mala gana.
- Hey.
- Hey, hola. ¿qué haces aquí? - me observó a través del espejo con una sonrisa en sus apetitosos labios rosas
- Tu amiga dijo que estabas en el baño y que estabas tardando mucho, así que me mandó a ver si estaba todo bien. - expliqué acercándome hasta quedar a un lado suyo para observar toda su perfección más de cerca
- Normani es una exagerada. - rió - Lo más probable es que quisiera privacidad para besarse con Val y por eso te mando hasta acá. - abrí los ojos sorprendida
¿Se estaba besuqueando con mi amigo de mentiras? Esa mujer era rápida, y Valentín era un jodido suertudo. ¿Debería plantearle la opción de que nosotras nos besaramos también a la ojiverde o eso sería raro?
- Dos centavos por tus pensamientos. - la voz de la pelinegra me sacó de mis tentadores pensamientos - ¿Qué está pasando por esa cabecita tuya?
- Uh, nada. - si supiera - ¿Terminaste de arreglar tu cabello? - asintió - En ese caso, ¿me permite llevarla hasta su lugar sana y salva, bella dama? - me incliné un poco como si estuviera saludando a alguien de la realeza y luego le ofrecí mi mano para que la tomara, la cual tomó sonriendome
- Sería un honor, ¿caballero?
- De brillante armadura. - le guiñé un ojo ganandome una bella carcajada de su parte - Andando.
El trayecto del baño a la mesa fue absolutamente perfecto ya que no solo tomé su mano, si no que en algunas ocasiones también me soltaba de ella para poder tomarla de la cintura y guiarnos de mejor forma a nuestro destino.
Cuando llegamos a la mesa ví que efectivamente la ojiverde estaba en lo correcto ya que su amiga estaba prácticamente encima del dentista.
- Te lo dije. - dijo divertida la ojiverde mientras se sentaba y me invitaba a sentarme a su lado
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Las chicas se habían levantado hace poco completamente emocionadas tan pronto escucharon la canción que estaba sonando actualmente asegurando que esa era "su canción" y tenían que bailarla, así que justo ahora solo estábamos Valentín y yo con los codos apoyados en la mesa y sosteniendo nuestras cabezas con las manos mientras observamos a las dos mujeres que bailaban felizmente frente a nosotros.
Mientras observaba los intentos de la ojiverde por seguirle el ritmo a su amiga me puse a pensar seriamente lo que ella provocaba en mi. ¿Es normal sentir lo que siento sabiendo que recién la acabo de conocer hace poco?
Normalmente cada que conocía una mujer no le tomaba importancia por el hecho de que en cualquier momento dejaría de verla, pero en este caso por alguna razón la pelinegra me hacía pensar que jamás podría deshacerme de ella. No es que quiera deshacerme de ella, de hecho es todo lo contrario, pero ni aunque tratara definitivamente no podría hacerlo ya que tiene como una especie de imán que hace que aunque sea por casualidad siempre me topé con ella y eso me encanta.
¿Estoy dispuesta a intentar tener algo de estabilidad emocional? Sí. ¿Quiero esa estabilidad con ella? Joder, sí. ¿Dejaré atrás esos intentos de parecer una mujer solitaria? Claro.
Ahí estaban mis respuestas, cambiaría. Cambiaría por ella y por mi, no se con exactitud si valdrá la pena pero lo intentaré. Me daré una sola oportunidad por primera vez con una mujer para buscar algo estable y no algo de una sola noche, y para ello debo de ganarme primero el corazón de la ojiverde y a pesar de que solo quiere ser mi amiga se que voy a lograrlo.
Mis nuevas metas no tienen nada que ver en absoluto con las metas que tenía cuando solo pensaba en viajar por todo el mundo para evitar a toda costa sentirme parte de algo. Mis nuevas metas tenían que ver con algo que jamás tuve: Familia y pareja. Y para eso necesitaba acercarme más a los Hansen a pesar de que estaban sobre mi a todo momento y también necesitaba de esa mujer que seguía bailando frente a mi con su amiga.
- La amo. - voltee a ver rápidamente al hombre que estaba a mi lado con cara de estúpido
- ¿Disculpa, oí bien? ¿Dijiste que la amas? - dejé atrás mis pensamientos anteriores para cuestionar al dentista
- Estoy enamorado de ella desde hace mucho tiempo y ahora que nos hemos besado estoy seguro que tengo una oportunidad. Creí que siempre me vería como un amigo o hermano, pero ahora gracias a ti se que puedo dejar atrás ese tonto lazo de amistad e intentar conquistarla. - explicó
- ¿No crees que ya hiciste eso? Digo, se estaban prácticamente comiendo hace unos minutos, obviamente ella siente algo por ti. - negó - ¿No?
- No. Normani siempre a sido impulsiva y el alcohol normalmente tiene algo que ver con eso. Quizá no está tan borracha, pero definitivamente en sus cinco sentidos no se atrevería a besarme de la forma en que lo hizo ya que siempre me ha visto como un hermano mayor. - bebió un trago de lo que sea que había en aquel vaso de vidrio que estaba frente a él
- Necesito tu ayuda. - dije de repente
- ¿Quieres un blanqueamiento?
- ¿Qué? No, mis dientes ya son blancos y perfectos. - golpeé su brazo
- Sí, realmente no sé cómo le haces para tener los dientes así, ¿tuviste tratamiento de ortodoncia en el pasado?
- ¿No? ¡No!, Por su puesto que no.
- ¿En serio? - asentí - ¿Gustas? - me ofreció un poco de su bebida pero negué
- Últimamente el alcohol y yo no somos buenas combinaciones, así que no, gracias. - miré unos segundos a la ojiverde y suspiré - En serio, necesito tu ayuda para algo.
- Claro, dime.
- Necesito que me hables sobre todo lo que sepas de Lauren. Quiero hasta el más mínimo detalle de ella.
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- ¿Quieres que te ayude a llevarla al auto? - negué - Bien, en ese caso me voy, nos vemos en dos días.
Asentí y luego me despedí de el.
Cuando aquella canción terminó las dos chicas regresaron a la mesa con nosotros y nos contaron entre risas el porque amaban tanto aquella dichosa canción. La conversación se extendió un poco en diferentes temas y fue así como me enteré del verdadero motivo por el cual la ojiverde terminó con su exnovio. Resulta que el amigo con apellido de raza de perro la engañaba con una de sus compañeras de carrera y cuando ella le reclamó sobre eso fue cuando él le pidió matrimonio, sin embargo la ojiverde lo mando al infierno y termino su relación.
Tambien me enteré de la primera vez que se conocieron la loca del gas pimienta y mi mujer. ¿Es muy pronto proclamarla como mía? Ojalá y no sonara tan enferma como el patético de Noah.
Conforme avanzaba la plática también avanzaron las bebidas tanto como para la morena como para la belleza de piel de porcelana. Valentín dejó de beber porque se ofreció a conducir el auto de Normani para llevarla a salvó a su casa y yo de por sí no había bebido nada de alcohol en toda la noche y de igual forma que el dentista me ofrecí pero para llevar a la ojiverde.
- Con cuidado, guapa. - murmuré suavemente colocando mi mano en su cabeza para que no se golpeará con el borde del auto de Dinah mientras la subía al asiento del copiloto - Voy a ponerte el cinturón, tranquila. - tuve que estirarme un poco sobre su cuerpo para poder asegurar el cinturón - Bien, estás lista. - cerré la puerta y luego rodeé el auto para subirme del lado del piloto
Antes de arrancar me detuve un momento para admirar las delicadas facciones de su rostro. Sus párpados estaban cerrados porque al parecer se había dormido en solo unos segundos, y sus labios se encontraban entreabiertos sacando cada cierto tiempo pequeños suspiros.
Analice con detenimiento en mi mente todos los acontecimientos de la noche y sonreí para mí misma. Había sido la mejor cita no cita de toda mi vida, y es que en realidad era la primera que tenía y a pesar de que tuvimos compañía fue perfecta.
¿Debería llevarla a su casa? Valentín me había dado indicaciones de como llegar hasta la residencia de los Jauregui's donde actualmente vivía la ojiverde, pero no estaba muy segura que Richard se pusiera muy contento de ver a una de sus empleadas llegar con su hermanita menor dormida por consumir tanto alcohol. Quizá debía llevarla a casa de los Hansen, o con Ashlee.
Arranqué el auto y puse en altavoz mi teléfono para oír mejor sin tener que soltar el volante.
- ¿Diga? - respondieron al otro lado de la línea
- ¿Ashlee? ¿Puedo ir a tu departamento? Necesito un favor.
- Claro, aquí te espero.
Con Ashlee era lo seguro. Ya en un futuro llevaría a la pelinegra a conocer a los Hansen, pero para eso necesitaba acercarme muchísimo más a ella.
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