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Ya habían pasado dos semanas desde aquel día en el que me enteré que Milika tenía los días contados. También habían pasado ya dos semanas desde que había despertado en mi cama con un horrible dolor de cabeza y poco conocimiento sobre lo que había ocurrido aquella madrugada en Kubs.
Traté de hablar con Ashlee al respecto del tema pero ella dice que tampoco recuerda nada y solo se ríe porque al parecer nos pegamos una borrachera tremenda que llegó al extremo de darnos amnesia.
Las cosas en casa de los Hansen estaban un poco tensas con respecto a la enfermedad de Milika y eso me había puesto a pensar seriamente en que la vida no es más que tiempo prestado y se debía disfrutar al máximo. También había vaciado todos mis ahorros que tenía desde que había llegado a Nashville para dárselos a Gordon para que se acompletara para pagar las medicinas de su esposa.
La situación en el trabajo era totalmente diferente. Todas las noches iba a trabajar y con la misma regresaba a casa, había estado evitando a toda costa eso de salir con mis compañeros de banda a beber y solo me había limitado a fumar ocasionalmente fuera del bar mientras disfrutaba viendo las estrellas y pensando en aquellos ojos verdes que hace tiempo no veía.
Intenté verla aprovechando que Seth tenía unas citas programadas con el agradable dentista del consultorio seis, pero nunca la ví por los pasillos e incluso había otra persona en su consultorio en lugar de ella, lo cual me frustraba un poco ya que tenía aquella pequeña necesidad de saber de ella.
Hoy en especial era uno de esos días en donde más pensaba en ella ya que en la siesta que tome en la tarde antes del trabajo había soñado con ella. Necesitaba otro encuentro con la hermosa chica de deliciosas curvas, un encuentro que no tuviera caídas de por medio.
- Adivina que acabo de oír ahí afuera. - comentó Ashlee sentándose a lado mío del sillón y subiendo los pies en la pequeña y desgastada mesa de centro
- ¿Qué oiste, metiche? - bebí un trago de mi botella de agua, hace diez minutos atrás habíamos terminado de tocar y ahora estábamos en nuestro descanso y yo simplemente decidí que esta noche no fumaria
- No soy metiche, soy curiosa y lo escuché por casualidad, iba al baño. - explicó - Noah estaba hablando con Richard, al parecer el jefe se percató de las miradas pervertidas que el rubio oxigenado le lanza a su hermanita. - voltee a verla con la ceja alzada - ¿Qué?
- ¿La famosa hermana de Richard está aquí en el bar? - pregunté con gran curiosidad, al parecer por fin iba a ver por mis propios ojos si la dichosa hermana estaba tan buena como me había contado Ashlee
- ¿Eres idiota, Cam? ¡Está aquí desde hace semanas, idiota! De hecho, diría que ya tiene un hermoso mes desde que nos honra con su presencia en Nashville. - me quitó mi botella - Es increíble que seas tan idiota.
- ¡Oye! - la golpee - ¿Quién es la hermana de Richard? - me miró con los ojos entrecerrados y luego comenzó a reírse sin razón alguna
- ¿Estás de joda, no? - preguntó riendo
- No, hablo en serio. - le quité mi botella y golpee su cabeza con ella - Y basta de reirte sin razón, me comienzas a asustar. Por cierto, desde hace tiempo quiero preguntarte algo.
- Pregúntame. - se estiró en el sillón posando sus brazos atrás de su cabeza - Procuraré contestarte bien.
- ¿El apellido Jauregui es común aquí?
- ¿Bromeas? - estaba a nada de reírse pero se arrepintió al ver mi cara de pocos amigos - Hmmm, digamos que si es común. Hay demasiados.
- ¿En serio?
- Sí, ¿por qué la pregunta?
- Conocí a un tipo que se apellida así, la noche cuando aprendimos aquella canción en solo unos minutos ¿recuerdas? - asintió - Bueno, ese día lo conocí y cuando me dijo su apellido creí que era familia de Richard.
- Hmmm... Cam, realmente eres idiota.
- ¿Qué, por qué? - pregunté ofendida
- Concéntrate un poco, Cam. - se enderezo rápidamente en el sillón cambiando su postura de una manera en la que quedaba frente a mi - Tienen el mismo apellido, piensa.
- ¿Qué tiene de malo? Hay personas que se apellidan igual que tú y ni los buenos días les das porque no tienen nada que ver con tu vida. - golpeó su rostro con la palma de su mano - ¿Qué?
- ¡Todos los Jauregui de Nashville son familia, Camila! - gritó frustrada llamando la atención de todos los que estaban en el cuarto con nosotras - ¿Qué me ven? A ver al cine, idiotas. - les dijo al percatarse que todos la miraban por haber gritado - El apellido Jauregui es como de la realeza aquí en Nashville, animal, obviamente todo aquel que se apellida así es porque es familia de Michael Jauregui padre.
- ¿Michael Jauregui padre?
- En efecto. - asintió - El es el simpático hombre que trajo al mundo a las personas más importantes de la ciudad, ¿Ubicas JRG TOY's?
- Claro, ¿qué tiene?
- El dueño es un Jauregui. - alcé una ceja - Eres muy lenta, amiga. La conclusión aquí es que todos los Jauregui's están relacionados y son muy importantes en Nashville por sus negocios, o por el hecho de trabajar en el sector de la medicina. - abrí los ojos de golpe al oír eso - ¿Recuerdas a las mujeres que estaban en el despacho de Richard contigo aquella noche que te peleaste con un idiota? - asentí - Una de ellas es doctora, ella es la casi esposa de uno de los hermanos de Richard, la otra es la mejor amiga de la única hermana de Richard y la última de ojos bonitos y cuerpo de infarto es la hermana de Richard, Lauren.
Mis ojos se abrieron aún más al oír su nombre. De repente comprendí todo lo que había pasado aquella noche cuando me pelee con... con el ex novio de la hermana de Richard.
Me levanté del sillón y pase mis manos por mi cabello de manera frustrada. Todo este tiempo había estado desvistiendo con el pensamiento a la hermana menor de mi jefe, al tesoro de la familia Jauregui, a alguien que definitivamente no estaba a mi alcance ni de chiste.
- Jodida mierda. - murmuré
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N/A:
Lindo día, besitos. ❤🌹
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