🇵​🇪​🇩​🇮​🇩​🇴​ ₄- ʙєᴠєяƖу ຕαяѕʜ

───────── · · · · · ─────────

leer en color negro para mejor vista de los gráficos

───────── · · · · · ─────────


Pedido de: tengoimsobnio

Género: Romance LGBT 🏳️‍🌈

─────── · · · · · ─────────


—Mamá, ¿podrías pasarme la sal, por favor? —pidió una joven frente a una gran mesa, bien ordenada llena de platillos gourmet.

En medio del bufete, había un plato de frutas frescas, la nana Aby sirvió en cada copa un poco de champagne espumosa, mientras que la madre de la joven a terminaba de pasar el salero. La conversación familiar siempre era aburrida, no podía hablar con libertad frente a sus padres sin ser cuestionada al respecto, le dolía la espalda de tener la postura "perfecta".

—Meliza, ¿y que harás de tu vida? —preguntó la mujer sosteniendo la copa con la mano que tenía el anillo de bodas, su madre.

La chica se lo pensó por un momento, y luego decidió hablar al respecto.

—Me gustaría trabajar como arquitecta, madre —respondió la pelinegra con la mirada en alto— amo dibujar y diseñar lugares públicos.

—Ese trabajo es para hombres, ¿por qué no te dedicas a trabajar en nuestra empresa? —sonrió malvadamente de lado— solo tendrías que poner tu cara bonita con los clientes para que te den el trabajo—opinó la señora Walton, haciendo un ademán con sus manos.

Rápidamente se formó una mueca  de disgusto en su rostro, y su voz se apagó.

—perdí el apetito, ¿puedo retirarme?— tenía un nudo en la garganta que no le permitía expresarse como ella quería.

—No, no puedes, hija, respóndele a tu madre ..tarde o temprano tendrás que casarte con uno de nuestros mejores socios—su padre decía mientras se acomodaba un pañuelo en el cuello, tomando el cuchillo y el tenedor.

Sintió rabia, pero no pudo hacer nada más que asentir.
—Soy muy joven para casarme, y más con un hombre quizás treinta años mayor que yo, ¿eso no importa?

—Meliza, no vamos a discutir eso, tu padre y yo nos casamos, nuestros padres nos juntaron también, tienes que ver el lado de la empresa, es por el bien del negocio, y la familia.

"¿Familia? ni si quiera les importo un comino" pensó la joven apretando su silla por debajo de la mesa.
—Terminé —se levantó, dejando su plato casi intacto, la verdad no tenía ganas de comer, odiaba ser parte de una familia con dinero e interesada, la mayoría de las personas los miraban deseando tener su vida, pero, ella solo quería que todos no se dejaran llevar por las expectativas de una "familia perfecta". Solo quería ser como los demás chicos de su escuela, excepto por la parte de juzgar sin conocer, ya que la mayoría le tenían envidia por ser una Walton, una princesa, para ellos.

Hace tiempo, sus padres hicieron negocios con la familia Tozier, una familia de clase media, de inmediato, Meliza Walton y Richie Tozier comenzaron a hablar, esto por que él intentó ligarla, ella no se enojó, simplemente le precio un chico interesante, además le pareció gracioso.
—Richie, espero que pronto volvamos a vernos, mientras tanto, me alegró conocerte —estiró su mano hacia a él, estrechándosela con movimiento de arriba hacia abajo.
—¡Nos vemos, Meli! —la estrujó, era un poco brusco, e incluso torpe, pero, ese abrazo, ese abrazo la hizo sentir bien, pues no estaba acostumbrada a que la abrazaran, realmente le hacía falta uno.

Se separó de él y regresó a su casa. Así, es como ambos se hicieron amigos. A veces, ella solía salir de casa para ir a comprar en el centro comercial, y es ahí donde aprovechaba para verse con Richie. Todo esto, pasó después de las vacaciones de Derry, ya que ella estudiaba en casa.

Ya habían pasado unas semanas después desde que Meliza no veía a Richie. El periodo vacacional poco a poco iba terminando, faltaban unos cuantos días.
La chica fue hasta el baño y abrió el grifo del agua, añadiendo burbujas. Cerró la puerta y se metió poco a poco en el agua caliente, se relajaba mientras se tallaba con el jabón y se enjuagaba, al terminar tomó una bata y caminó hasta el espejo empañado por el vapor, se agachó para abrir un cajón del mueble bajo el espejo, y sacó desodorante y un perfume. Terminó de aplicarlos, lavarse los dientes, cepillarse el cabello con sutileza para finalmente cambiarse de ropa.
Salió de la habitación con un pantalón de vestir color café, un top de seda color blanco, un saco de vestir del mismo color que el pantalón y unas botas color negras, así como también accesorios extra como pulseras, aretes, acompañadas de unas gargantillas en el cuello.
Contestó un teléfono en la sala, era él, Richie.
—Hola, pequeña cabeza de manzana, ¿estás lista? por que yo estoy afuera de tu casa, o mansion, diría yo —bromeó la voz del teléfono, se escucharon unos pequeños susurros detrás de la voz— vamos, tengo que presentarte a mis amigos.

Meliza salió deprisa, corriendo por las escaleras, cuando apunto de salir la detuvo la nana.

—¿A donde vas con tanta prisa, mi niña? —por más que la quisiera, no podía confiar en ella, cualquier cosa haría esa mujer para tener la confianza de su madre y no perder su empleo, como por ejemplo, delatarla.

—Tengo que salir, iré a comprar unas prendas que vi en una tienda de ofertas, es de marca..

—Adelante —su cara no parecía del todo convencida, aún así, se apartó de la puerta para que pudiera pasar.

Salió lo más rápido que pudo para tratar de divisar un par de chicos con bicicletas al final, la duda le comió la cabeza, por dentro se preguntaba quiénes eran.
Cruzó el jardín, finalmente saliendo de su hogar, o la cárcel, como ella solía decir.
—Miren quien llegó —se acomodó en la bicicleta el bocazas— por poco pensaba que ya no saldrías.
—Yo también lo pensaba, la nana estaba a punto de no dejarme salir, tuve que mentirle un poco..
—Eso apesta —le agradecí con sarcasmo— por cierto, ellos son Stanley, Eddie, Mike, Bill y Ben, mis amigos, ella es la famosa Meliza Walton.
—Hola —saludó tímidamente un chico de ojos verdes— es un gusto conocerte.
—El gusto es todo mío —les sorprendió mi acento británico. Todos me miraban con un brillo en sus ojos, era algo incómodo.

—¿Sucede algo, o porqué tienen..baba en sus—apunté en la barbilla, cerca de la labios, estos rápidamente se sorprendieron por su humor, era un toque Richie, y sus expectativas eran más sorprendentes, pensaban que era una chica perfecta, con toda una vida perfecta.

—¿Que se siente ser.. una princesa?

—Escucha..—rió por lo bajo— esta "princesa de Derry" no disfruta de su vida —todos preguntaron porqué— ¿saben lo que es lidiar con tus padres por tu libertad? ellos piensan que debo casarme con un anciano, solo por el bien del negocio, por conveniencia. Sin embargo, todo el mundo piensa que soy una "damisela" en peligro que necesita de un hombre para hacer mi vida, ¿pero saben que?

—¿si lo necesitas?—Stanley preguntó.
—Obvio que no, ademas, tengo gustos diferentes..pero bueno, ¿nos vamos?—soltó sin decir más palabras.

Subió a la bicicleta de Bill, los demás se miraron entre sí, como si pudieran intercambiar palabras con la mirada.
—¿sucede algo?—pregunté una vez estábamos en camino.
—Es que la novia de Bill, se pondrá celosa—comentó Richie con burla.
—C-cállate Richie, no es mi n-novia.

¿Que novia? ¿Era acaso otra integrante?
Eso la dejó pensando, pues ella creía que era la única mujer en el grupo.

—Bueno, llegamos, es aquí, pretzels.
—Huele delicioso—Ben sonrió como media luna.

Era verdad, antes de entrar se podía percibir el olor a pan recién horneado, al entrar no solo olía, si no, se sentía el cambio de la temperatura, el lugar estaba calientito por los hornos en la cocina. Se sentaron en una mesa para platicar en lo que llegaba una mujer a atenderlos.
—Buenos días, ¿que van a ordenar?—preguntó una mujer pelinegra con coleta, un mandil algo desgastado sosteniendo una pluma con una pequeña libreta para escribir su orden.
—El paquete de siete pretzels por ¢5.50, y aparte ocho malteadas, para comer aquí, por favor—pidió Eddie con los brazos cruzados sobre la mesa.
—¿De que sabor serían sus malteadas?

Una vez lo decidieron, ordenaron las malteadas. La malteada de Meliza era de Chocomenta, no era tan dulce como la malteada de fresa que tenía Mike, pero tampoco tan amarga como la de cocoa, que le fascinaba a Bill.
—Los mejores pretzels que he probado en toda mi vida, más bien, los únicos —expresó con emoción frotándose la panza satisfecha.
—¿Nunca..habías comido pretzels?
— ¡Es una locura! ¿te matan de hambre?—preguntó Richie.
—Eso es imperdonable, tendrás que venir más seguido con nosotros –Stanley la miró.

La chica simplemente se acomodó en su asiento.
—Solo me dejan comer ensaladas, jugos y unas cuantas frutas.. pero, con gusto saldré a comer con ustedes, a esto le llamo yo, comida de verdad—suspiró.

—Así se habla, bienvenida al grupo de los p-perdedores—la sonrisa tierna de Bill la hizo abrazarlo y decirle "gracias".
—Eddie, deja de ver tanto a Meliza, desde aquí puedo ver tu erección.
—¡Cierra la boca, Richie!—chilló con las mejillas bastante rojas, pues Eddie era muy tímido, y más con una chica tan linda como ella.

Todos se rieron, incluyéndola. Siguieron conversando entre todos, era de esperarse que todos la adoraran, era una chica muy amable, no como se lo había imaginado, y se habían hecho amigos.

(...)

La semana siguiente habían salido por más ocasiones, como al teatro, al cine, e incluso iban a la cantera, finalmente sería el día en el que conocería a la famosa Beverly Marsh de la que todos le habían hablado.
La estación del tren estaba un poco habitada, pues las personas esperaban o el tren para partir o buscaban a sus familiares, así ss encontraban los chicos, esperando a su vieja amiga.
—Dijo que llegaría a las once —Mike observó su reloj que marcaban diez minutos después.
—Ahí viene —avisó Eddie apuntando a una chica.

Las puertas del tren se abrieron después de un pequeño y humeante vapor, era una chica con su cabello perfectamente pelirrojo suelto, unos jeans de mezclilla, una camisa color blanca con detalles rojos en las mangas y cuello, tenía una hermosa sonrisa, parecía caminar en cámara lenta, esto la hizo suspirar mentalmente.
—Chicos, ¡Hola!—saludó abrazando a todos, cuando llegó a Meliza se quedó estática por unos segundos, preguntó por su nombre.
—Hola Beverly, soy..
—espera, tu debes ser Meliza Walton, ¿estoy en mi correcto?
—Si, esa soy yo.. espera ¿como me conoces? —preguntó con ilusión en sus ojos, hipnotizada por la sonrisa de la mayor—

La pelirroja se echó a reír.
—¿hablas enserio? todo el mundo te conoce, eres de las familias más ricas del mundo.
—Richie, cállate —la pelirroja negó con la cabeza— te conozco porque Richie habla mucho de ti, así que pienso que sería una gran idea conocernos también.

Ayudaban a Beverly con el equipaje, así que regresarían a casa rápido, Beverly se quedaría en el departamento pero, le venían malos recuerdos, además, su padre estaba recuperándose en una cama, Meliza le ofreció quedarse con ella, lo que aceptó en seguida, le parecía una buena persona, así que llegarían a la casa de los Walton mucho después de pasarla un rato en casa de Richie viendo una película en cassette.
Cuando fueron a casa de Richie, en las bicicletas, Sophia iba en la misma bicicleta de Eddie, viendo cómo el sol y la sonrisa de aquella pelirroja eran más hermosos que el mismísimo sol, algo en ella comenzó a crecer fuertemente, no era solo una chica linda, era su actitud, su forma de decir las cosas, su inteligencia, su liderazgo.. era simplemente una creación divina.

De regreso a casa, ambas comenzaron a caminar por las calles platicando sobre cosas de sus vidas, se habían visto por primera vez y ya parecían mejores amigas.
Cuando llegaron, Beverly la soltó , ya que la había abrazado por el hombro.
— Santa m..—dijo sorprendidamente alegre al ver su casa por fuera— tu casa es hermosa, por fuera, lástima que sea una cárcel por dentro..
—Tienes razón, pero no me molestaría compartir mi celda contigo.
Ella se quedó callada por un momento, lo que sintió hervir sus mejillas de vergüenza, había dicho algo tonto según Meliza, pero en realidad Beverly debatía en su interior con una pregunta "¿será que ella es bisexual?"
—Entonces, compañera de celda, entremos antes de que nos manden a la silla eléctrica—sintió la necesidad de abrir la puerta por Meliza, quien estaba en su propio mundo de pensamientos.

La pelirroja acomodó sus cosas en la habitación de la modelo, recostándose sobre la almohada de la cama.
—¿Donde dormirás?
—En el suelo, tú duerme en la cama, Bev.
—¡No, de ninguna manera! yo duermo en el suelo..
—Que no, anda.
—Puedes dormir conmigo!...si quieres.

Aceptó acurrucándose con ella, ambas se miraron con una sonrisa.
—¿Tienes novio?—Meli negó— ¿has tenido uno?
—Si, pero, eso fue hace mucho tiempo, tengo otro gusto.
—¿Te gustan las chicas?—la pelinegra negó— anda, dime, será nuestro secreto.
—¿Lo prometes Beverly? por que si es así, entonces si, me gustan las chicas..

La pelirroja juntó ambas manos bajo su cabeza, acomodando su postura para verla mejor, también para sonreírle.
—¿Qué?—preguntó nerviosa— ¿que tengo en la cara?
—Nada, pero, eres linda..
—G-Gracias, Beverly, tu también lo eres.
La pelinegra se acercó hasta la pelirroja, besando la comisura de sus labios en un tierno beso.
Beverly parpadeo varias veces en estado de shock. Acto seguido, la pelirroja le regresó el beso, esta vez posándose ligeramente sobre ella.
—Hija, Meliza, ¿se les ofrece alg...oh, que sorpresa, ¿qué hacen aquí, eh?
—Nada mamá —por suerte se separaron en el momento preciso— estamos hablando sobre mi novio...
Apretó sus labios en una sonrisa forzada, a lo que Beverly alzó una ceja.
— ¿Que?—susurró— Oh, si..Eddie, es un amor con Meliza, es todo un caballero,por cierto, mucho gusto soy Beverly Mash.
—Encantada —sonrió hipócritamente su madre— ¿y cuando traerás a ese muchacho?
Seguramente había metido la pata, pero Eddie seguramente aceptaría ir a cenar a casa de los Walton.
(...)
El romance secreto entre Beverly y Meliza dio frutos, eran distintas ocasiones en las que Eddie iba a casa de los Walton pretendiendo ser la actual pareja de su hija.
Beverly Meliza no fueron novias hasta después de unos meses de conocerse más a fondo...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top