It Could Be. Capítulo Único

Notas de la autora

▶ Una vez mas, vuelvo a la vida luego de otro largo hiatus en el que me mantuve ocupada por culpa de asuntos de la escuela, así que lamento este retraso. 

▶ De nueva cuenta les traigo otro oneshot para finalizar esta serie sobre la pareja de Prim y Cyrus, aunque en esta ocasión, la interacción que les traigo es entre la bailarina y el ladrón. 

▶ Aún así, es posible que haya un par de drabbles para que la cronología esté completa, es decir, que faltaría uno donde se sepa cuál fue la primera impresión que tuvo Primrose de Cyrus y, por supuesto, un epílogo.

▶ Así pues, tenemos que este oneshot se ubicará cronológicamente en el capítulo 3 de Cyrus, así que aprovecho para advertir que no hay tantos spoilers como uno esperaría, pero igual, sigan leyendo bajo ese riesgo. 

▶ La interacción entre Therion y Primrose no tiene nada que ver con las que salen en el juego.

▶ Los personajes de Octopath Traveler no me pertenecen, sino a Square Enix Holdings Co., Ltd.

▶ Un agradecimiento muy especial a mi beta-reader Daniel León Baro por ayudarme un poquito en ciertas partes de este oneshot, gracias, no sé qué haría sin ti y mucho menos en esta cuarentena (?)

▶ Le doy los créditos respectivos al artista Mellalyss (mellalyss.tumblr.com) por la imagen que usé para la portada 

Y sin mayor dilación, disfruten de la lectura. 

Se supone que no debía sentirse de este modo... no después de todo lo que sucedió en Nobiliaria, pero considerando la situación de cada uno de los viajeros, Primrose estaba preocupada por lo que pudiese ocurrirle al profesor Albright desde que decidió ir a investigar por su cuenta aquella vieja mansión en la parte alta de la ciudad de Petrófico pues, según él, ese lúgubre sitio alguna vez fue el hogar del director de la Academia Real de Átlasdam, así que... con un poco de suerte, tal vez la poca información que pudiese recabar le resultaría suficiente para proporcionarle una pista acerca del contenido de ese maldito libro que tantos problemas ha generado.

Sin embargo, luego de que se confirmaran las sospechas de Sir Olberic sobre un posible espía que les ha seguido sus pasos desde Cubrecantal, cualquier tipo de precaución que hubiese tomado el académico se fue al traste en cuanto reconoció a la persona que se ocultaba debajo de esa capa oscura.

—Cyrus...— esa mujer; ¿Lucía, se llamaba? —¿En qué problema te has metido ahora?— frunció el ceño de tan solo recordarla, pues desde el primer instante en que ella apareció, actuando cual damisela en peligro en búsqueda del caballero que pusiera fin a los planes maquiavélicos del villano en cuestión, Cyrus simplemente no dejó pasar esta oportunidad para ayudar al prójimo. 

Si bien para la joven dama Azelhart esto no supondría un problema mayor, de algo estaba segura sobre esa tal Lucía: en sus ojos no se reflejaban la preocupación por los daños colaterales que pudiera causar Yvón con sus investigaciones, es por ello que algo no cuadraba del todo entre las palabras y acciones de esa mujer, pero el académico no lograba discernirlo y su estupidez le resultaba molesta... él era demasiado molesto.

"Si no fueras tan..."

¡Tan estúpido!

Cuántas veces ha querido echárselo en cara; no obstante jamás podría reprocharle aquellas palabras que se negaban a salir de su boca, tal vez por miedo a lastimarlo o por razones que ella misma aún desconocía, de cualquier forma poco importaba lo que tenía en mente ahora mismo, dadas las circunstancias actuales.

"Estás tardando demasiado" se repitió una vez más mientras mordía su labio inferior sin importarle la lesión que ello pudiera causarle.

Tamborileando sus dedos sobre la mesa en la cual se hallaba sentada, emitió un largo suspiro en el que dejaba en claro su hartazgo; aun cuando la taberna era su lugar habitual de trabajo, esta noche no estaba de humor para permitirse bailar ante el público y animar el ambiente.

"Supongo que no hay de otra..." pensó en tanto se ponía de pie, sin molestarse siquiera en responder al alboroto de todas esas almas alcoholizadas que exigía su actuación.

"Hombres..."

Con pasos rápidos y confiados, Prim avanzó con gracilidad a través de la taberna para encontrarse con la fría noche que solo esta ciudad montañosa podía ofrecerle, aunque ello no le supuso impedimento alguno para ir en búsqueda de Cyrus. Antes de continuar andando, se detuvo un momento para considerar ir a alertar a los demás viajeros que descansaban en la posada.

¿Debería...? No, el viaje hasta Petrófico fue desgastante no solo por los enemigos con los que se toparon durante el mismo, sino también por recorrer caminos escarpados que solo las bestias eran capaces de recorrer con suma facilidad. Cada uno de ellos necesitaba recobrar fuerzas para cualquier contingencia, además no creía que estuviesen hechos para la vida nocturna. 

—¡Therion!— siempre existiría una excepción a la regla, aparte de ella.

De pie bajo la tenue luz de una farola, el joven ladrón aguardaba con calma su próxima víctima para poder arrebatarle las pocas pertenencias que llevase encima; por desgracia esta noche la fortuna no le sonreía, esta ciudad en particular resultaba ser demasiado tranquila para el agrado de ambos.

—Prim— devolvió un saludo seco, apenas viéndola de reojo.

—¿No crees que es demasiado tarde para estar afuera?— inquirió la joven Azelhart con un ligero ronroneo en su voz.

—Lo mismo podría decirse de ti...— respondió en un tono mordaz mientras se acomodaba la bufanda, lo que le ayudaba a cubrir mejor sus expresiones —...pero como puedes ver, estoy trabajando—

—¿Es así?— la bailarina enfatizó su pregunta al mirar por los alrededores, quedaba claro que la calle donde se encontraban estaba desierta a estas horas —Porque te veo demasiado desocupado—

—¿No tienes otro lugar en dónde entrometerte?— cortó inmediatamente el albino con acidez en sus palabras.

—¿Te parece a ti que lo tengo?— rebatió Primrose mientras esbozaba una sonrisa altanera.

—Como sea...— Therion emitió un gruñido apenas audible en el que hacía notorio su hastío.

—De acuerdo, tú ganas— antes de hacer enfadar al ladrón, la bailarina tomó esta oportunidad para hacerlo su aliado —Si tanto quieres saber, podrías acompañarme—

—No pierdes la oportunidad para lograr tus objetivos, ¿cierto?—

—Tan perspicaz como siempre— se jactó Primrose —Pero fue una coincidencia que estuvieras aquí cuando pensaba en pedir ayuda—

—¿De verdad?— el albino se enfrentó a la mirada de la dama Azelhart, buscando algún rastro de mentira en sus palabras, a pesar de ser compañeros de viaje, seguía sin confiar del todo en ellos.

—No sería capaz de mentirle a un ladrón— en esta ocasión, la sonrisa que la bailarina le ofrecía era cálida.

—¿Qué es lo que quieres?— cuestionó al fin, rindiéndose al encanto de Primrose.

—Necesito buscar a Cyrus—

—¿No estará encerrado en su habitación leyendo como siempre?—

—Si así fuera, no me habría tomado la molestia de ir a por él— cruzándose de brazos, la bailarina apenas podía contener su preocupación.

—¿Acaso eres su cuidadora?— si bien el humor del ladrón era un tanto peculiar, aquella pregunta no le resultó graciosa a la dama Azelhart.

—¡Por supuesto que no!— resopló, intentando por todos los medios mantenerse en calma, tratar con Therion... realmente era un tormento en sí —De cualquier forma, no ha vuelto de la mansión y ya es demasiado tarde incluso para él—

—Debió haber encontrado algo interesante que lo entretuvo— manifestó con su usual apatía —Además, sabe cuidarse solo—

—Mira, sé que no te agrada en absoluto, pero algo me dice que puede estar en peligro— la súplica en la voz de Prim era notoria aun cuando su semblante mostraba lo contrario; necesitaba convencerlo por cualquier medio para que la ayudase.

—¿Preocupada por tu novio?— el ladrón esbozo media sonrisa para desestabilizar a la bailarina, tal vez no sería buena idea molestarla con un tema tan trivial como ese, pero ¿qué más podía perder? Esta era la ocasión perfecta para ello.

—¡¿De qué rayos estás hablando?!—

—Vamos, Primrose, no me tomes por cualquier idiota— una risa escapó de sus labios —Te has interesado por él últimamente y dudo mucho que sea por clases particulares, así que, ¿qué otra razón tendrías como para ir a buscarlo?—

—¡Maldita sea, Therion, este no es momento para tus estupideces!— sintió el calor subir por sus mejillas —¿Piensas ayudarme siquiera?—

—No veo por qué no— el tono burlesco en la voz del ladrón seguía ahí —¿En dónde dices que está esa mansión?—

—En la parte alta de la ciudad—

—Vamos— declaró antes de que la bailarina pudiese decir otra cosa, dejándola atrás al momento en que se dispuso a ir hacia el lugar indicado.

"Oh no... ¿qué he hecho?"

—¡Espera!— Primrose se apresuró en seguirle el paso, inquieta por lo que tuviese en mente ese maldito ladronzuelo.

—¿No quieres salvar a tu novio?—

—¡Él no es...!— reprimió un grito ahogado en tanto recibía una risa burlona de parte de Therion —¡Te odio!—

"Cyrus, más te vale que estés a salvo"

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