Asia Argento.

Nuestro dúo de protagonistas han tenido toda clase de días extraños. pero esto ya era el colmo, recapitulando, se conocieron no de la mejor manera, pues uno quería matarlo fingiendo ser alguien mas, y ahora por causa de eso cierta caída tubo que vivir con su victima de asesinato fallido en la misma casa, también tendrían que ir a la escuela juntos donde el primer día de la chica casi termina en conflicto con cierto sequito de demonios, y el colmo era que ahora tenían a una chica que por accidente nuestro héroe choco por querer apresurarse para ir a la escuéla , con el castaño tratando de ayudarla, si,  este día solo podría ponerse mejor.

Como se dijo mentalmente nuestra caída descarriada, el dúo se encontraba en frente de una chica de unos 16 años, cabello rubio dorado, un cuerpo promedio, y una inocencia y pureza que  enamoraría a cualquier hombre. sus facciones parecían ser extranjeras, tal vez de Occidente. Los tres se analizaban con la mirada  para luego el castaño proceder a levantarla y devolverle su velo.

-Discúlpame nuevamente, mi nombre es Issei, Hyōdō Issei y la chica a mi lado es Yuma Reynare.- dijo presentando a la joven a su lado que no dejo de ver a la desconocida por algún motivo.

-Oh, mucho gusto, soy Asia argento gracias por ayudarme.- Dijo agradeciendo la ayuda.

El chico al observarla se recordó que llevaba una maleta consigo, la busco con la mirada y la vio en el piso no muy lejos de ellos, se acercaría a recogerla si no fuera por el contenido de esta.

-Em, señorita Asia será mejor que venga a levantar sus pertenencias.- Le avisó avergonzado sin mirar la maleta.

Asia no entendió por que lo decía y al fijarse bien, su maleta estaba abierta con su ropa interior por todas partes al exterior, su rostro se torno rojo de vergüenza y rápidamente empezó a recoger todo. 

Reynare que seguía observando a la chica, trataba de recordar algo pues le resultaba familiar, como si la hubiera visto en algún lado. Restándole importancia se acercó a ayudarla a recoger todo y entre sus cosas sacó una biblia que le daría una pista de quién es, al cabo de unos minutos terminaron.

-Gimenasai, biné del extranjero a esta ciudad por que me dijeron que me uniera a la iglesia de aquí, me perdí y no se donde esta la iglesia, trate de pedir ayuda pero nadie sabe hablar italiano.- se lamentó explicando su situación.

Los dos se dieron cuenta de eso, su japonés tenía un acento extraño y por su vestimenta supusieron que era una monja.

-Bueno...la iglesia más cercana está por esta dirección, si quieres podemos llevarte hasta allá.- Le propuso a la monja.

-OH, sí por favor, se los agradecería mucho, esto tiene que ser obra del señor.- Dijo feliz mientras empezaba a orar.

Los dos esperaron mientras la rubia decía sus oraciones, cuando terminó empezaron una caminata llevando a la monja a su destino, en él camino charlaban normalmente de sus cosas. Ella les dijo que venía de Europa y que le asignaron ir a la iglesia que estaba en kuo, ellos le dijeron que sabían algo de italiano y que estudiaban en la misma escuela.

-El paciente le dice al doctor, " ¿doctor cuanto tiempo me queda?"- El castaño les contaba un chiste para pasar el rato.

-Y el doctor dice, " Cinco " , el paciente pregunta, " ¿Cinco que? ", y el doctor responde, " cinco, cuatro, tres, dos, uno ".- El castaño termina el chiste riéndose.

El castaño se reía de su propio chiste mientras a su lado Reynare y Asia lo miraban, la primera puso los ojos en blanco por tal chiste, no le hizo gracia, la segunda se reía nerviosamente por los chistes del castaño.

-Ay vamos fue gracioso- les dijo tratando de sacarles una sonrisa.

-si te soy sincera no eres bueno contando chistes.- Dijo burlándose del sentido del humor del castaño.

-Como si tu fueras buena contando chistes Miss perfecta.- Le regreso el insulto el castaño.

-¡Al menos no soy un descerebrado que no entiende el significado de la apariencia!-  Se enfrentó al castaño con molestia.

Y así ambos se batallaban con insultos de todo tipo poniendo sus frentes y empujándose entre sí, asia trataba de alguna manera tratar de apaciguarlos, pero no tuvo que hacerlo, pues el llanto de un niño llama la atención de los tres.

En el suelo había un niño llorando por una pequeña herida en su pierno, tal vez se callo o algo mientras jugaba, la monja con rapidez se acercó al niño con los otros dos siguiéndola.

-Ya, ya, los niños no deberían llorar.- le dijo tratando de tranquilizarlo, luego puso sus manos cerca de su herida y un brillo verde emano de ellos sorprendiendo al niño como a los dos jóvenes atras. 

Así pasó por unos segundos y el brillo desapareció, el niño miró sorprendido su pierna moviéndola y luego sonrió emocionado por tal demostración, Reynare e Issei también se sorprendieron  por aquel suceso. Reynare por fin sabía quién era y tenía que contarle al castaño en algún momento y Issei miro un poco serio el suceso que presenció, esto no era una coincidencia.

-¡Gracias Onee-chan!- Dando sus gracias a la joven que lo curó, corrió apresurado a contarle a su madre lo sucedido.

La chica vio como el pequeño solía corriendo mientras una sonrisa adornaba su rostro, al castaño le pareció lindo ese gesto y después fingió estar sorprendido y le preguntó sobre lo ocurrido.

-Oye, ¿Qué fue eso?- Le pregunto.

-¡Ah!, lo siento...no creo que debían ver eso, es vergonzoso- les dijo tratando de ocultar su cara con sus manos.

-De que estas hablando, ¡eso fue sorprendente!, de un momento el niño tenía una herida y al siguiente desaparecio sin mas.- Dijo elogiando la acción de Asia y los poderes de esta.

-E-n, ¿enserio, no tienes miedo de lo que hice?- Le preguntó perpleja.

-b-bueno me sorprendiste un poco, pero lo que hiciste fue espectacular, ¿donde aprendiste eso?- Le pregunto.

-Hmm, bueno... en realidad no es mio, mi señor me dio el don para curar.- le explico mostrando en sus manos unos anillos en sus dedos.

-(Esa es la Twilight Healing sin duda)- Se dijo el castaño viendo los anillos de su amiga monja, también puso una mirada sobre la caída que no a dicho ni una palabra hasta ahora.

Reynare sintiendo su mirada desvió su cara hacia un lado tratando de no verlo, esto al castaño le pareció raro, pero le resto importancia ya habrá momento para preguntarle después.

-Genial, y segun tu dios te dio esas habilidades cierto- le pregunto en lo que la rubia asintió.

-Si, un dia en una persona estaba muy enferma y trate de ayudarla y cuando lo toque mis anillos aparecieron y la curaron al instante, desde ese dia supe que fui bendecida por el Señor para curar a los necesitados.- Le mencionó como obtuvo sus anillos  y como su vida cambió para siempre.

-bueno, si Dios te dio esos anillos, hizo una muy buena elección- Le dijo sonriendo y ella se sorprendió.

Esas dulces palabras por parte del castaño, la hicieron llorar, lo que alarmó al castaño tratando de calmarla y la rubia solo lo abrazo con brazos temblorosos.

-snif, gracias.- Ella dijo enterrando su rostro en su pecho, y el castaño solo acaricio su cabeza esperando que se recupere.

Reynare viendo la escena se sintió un poco mal por ella pero solo se quedo en su lugar esperando continuar. Así duraron unos minutos en lo que Asia se recomponía, luego de eso prosiguieron su camino a la iglesia. En el camino nadie dijo nada, el castaño mandó una mirada a la pelinegra diciéndole que hablarían después y ella asintió, en unos momentos llegaron a la dichosa iglesia, en palabras de dos de ellos parecía abandonada pero para la otra ya sabía que ocurrirá aquí.

-Bueno, conozco la ciudad como la palma de mi mano y se que esta es la única iglesia de aquí, pero estás segura que es aquí, parece abandonada.- Le dijo fingiendo confusión pero dentro estaba muy serio sentía que allí dentro ocurría algo extraño.

-Si aquí debe ser, el señor me guío está aquí por algo- Dijo creyendo fielmente en su labor.

-Bueno, hasta aqui llegamos, nuestros caminos se separan aquí.- Dijo el castaño dispuesto a irse con Reynare que siguió su idea.

-¡Esperen!, no les gustaría tomar una taza de té como agradecimiento por ayudarme.- Les propuso invitandolos a la iglesia.

-Lo siento, pero tenemos unos compromisos con la escuela, pero se  que nos veremos otra vez , así que no te preocupes por eso.- La tranquilizo con una sonrisa haciendo la promesa de volverse a ver.

Asia entendió que tenían asuntos que atender con la escuela y luego de eso nuestro dúo se despidió de la monja y partieron rumbo a la academia mientras asia ingresaba a la iglesia sin saber en los problemas y aventuras que se meterán en la vida de nuestros jóvenes protagonistas.


Academia kuo


Issei y Reynare llegaron a duras penas a la escuela con un retrasa de unos minutos, durante las clases ambos no podían quitar de sus cabezas, acordaron que hablarían juntos después de las clases en el recreo para discutir sus acciones según los acontecimientos dados. Una vez terminada la clase rápidamente se dirigieron al patio, se reunieron en un lugar donde no haya tanta población y empezaron a hablar.

 -Muy bien yo empiezo, nos cruzamos con una monja que posee un Sacred Hear, según ella la enviaron a esa iglesia abandonada sin ningún motivo aparente, y lo más extraño eres tu.- Dijo volteandose para ver a Reynare quien se estremeció.

-No creas que no note cómo reaccionaste cerca de ella, es obvio que la conoces o la conociste, asi que quiero que me digas de donde la conoces y que sabes sin mentiras.- Le dijo mirándola a los ojos esperando que conteste.

Reynare estaba nerviosa esos ojos le daban miedo, la hacían sentir que era una presa siendo acechada por un depredador. Así que sin más opciones suspiro y le relató todo lo que sabía.

-Escucha antes de comenzar quiero que no me juzgues por lo que diré, ya de por sí no me siento cómoda contigo aquí aún y que Azazel-Sama me diera este castigo es peor, pero es mejor que el sufrimiento físico.- El castaño tenía que estar un poco de acuerdo con ella si estuviera en sus zapatos, así que solo gruño y le dijo que prosiga.- Antes de venir aquí me dieron ordenes ir hacia Europa, no pedí explicaciones así que partí sin más, la misión era uno de rescate. Me dijeron que el objetivo era una niña que fue catalogada como bruja por la iglesia, escuche que la niña era considerada como la "Doncella Santa" por que tenia ciertas habilidades curativas que según dios le otorgó. Pero todo se fue al diablo cuando la niña sin saberlo curó a un demonio herido y desde entonces fue llamada bruja, la iglesia la abandonó y planeaban asesinarla, pero entonces llegué y me lleve a la niña. Después de eso no supe nada más.-  Termino de explicar cómo había conocido a Asia con el castaño procesando la información.

-Mierda, esto es muy malo y todo lo que le pasó, ¿por curar a un demonio?- Issei estaba eufórico no solo por saber el pasado de Asia sino todo lo que le paso, que tenia si curaba a un demonio, era un pequeño acto de humildad y el mundo así le pagaba. Era INACEPTABLE y en su enojo golpeo una pared cercana a el.

Reynare se sorprendió, no solo por el golpe sino por el agujero que dejo, eso la asusto a tal punto de alejarse de él, no quería molestarlo en este momento, unos minutos después el castaño por fin se tranquilizó.

-Perdon solo estoy enojado, es...demasiado que digerir- Le pidió disculpas por su arrebato emocional.

-N-no,no, descuida lo entiendo a veces tenemos que desquitarnos con algo...- Le dijo expresando su empatía aun un poco nerviosa.

-Bueno, gracias por decirme esto, ¿hay algo más que tenga que saber?- Le preguntó buscando aún más informacion importante.

-Si habia algo mas pero con todo lo que pasó, debí haberme olvidado.- Dijo tratando de recordar la otra razón de estar aquí.

-Está bien dejemos eso para otro dia, tenemos que volver a clases el recreo ya casi termina.- Le dijo caminando hacia la academia seguida de su acompañante.

En el camino ambos estaban en las nubes, planeando que hacer a continuación a estas alturas lo único que podían hacer era esperar lo inesperado. Saliendo de su cabeza el castaño fijó su mirada en su compañera de casa y con una idea en su cabeza que por los dioses no vaya a arrepentirse de esto. 

-Oye- la llamo teniendo su atención.

-¿Si?- pregunto ella.

-Estaba pensando, ya que compartiremos la misma casa...- Estaba con dudas.

-¿Que?- Pregunto de  nuevo.

-Hah, mira se que no te agrado y tu no me agradas, pero como tendremos que compartir el mismo espacio, pense que tendriamos que compartirnos mejor asi que...pense que.- Se sentía avergonzado por lo que iba a pedir, nunca tuvo que hacer esto, pero era necesario-  ¿Te gustaría ir conmigo a pasear en la ciudad?- Le pregunto con nerviosismo mientras miraba a otro lado.

Reynare se paró en seco, nunca espero algo así, pero él tenía razón si querían convivir juntos tenían que conocerse mejor. Así que con decisión le respondió.

-Esta bien, me parece correcto lo que dices y tienes razón, si queremos que esto funcione tendremos que conocernos primero, así que si acepto.- Terminó aceptando la invitación del castaño.

Issei contento con que haya aceptado siguió el camino hacia las aulas esperando que lo que baya a pasar a continuación salga bien y así poder conocer a su inquilina caída. Así las clases se fueron acabando y nuestros protagonistas se dirigen a casa para descansar despues del dia ajetreado que tuvieron y esperaban que la salida que tendrían los pudiera llegar conocerse el uno al otro.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top