🌊34. Adios a la razón, hola corazón🌊
Marina
Lo último que recuerdo es haber nadado con todas mis fuerzas hasta la superficie para salvarlo, luego solo había oscuridad.
Tuve miedo era como si estuviera en un sueño, mejor dicho era como estar en una pesadilla en la que no podía hablar ni moverme como deseaba. Estaba rodeada de paredes oscuras y aunque quise pedir ayuda estaba casi segura de que no había nadie que me escucharía.
Todo cambió de un momento al otro cuando lo escuché llamándome. Su voz fue mi única salida de la oscuridad, pude moverme y seguirlo hasta encontrar la salida.
Respiré una bocanada de aire como si lo necesitara, con ansiedad y abrí mis ojos de golpe sentándome en la cama en donde me encontraba. Rápidamente pude percibir la mirada fija de las personas que estaban a mi alrededor entre ellas mi hermana y Shin.
—Marina, ¿cómo te sientes? —preguntó Stella sentándose en el borde de la cama.
Me tocó la frente en busca de una temperatura anormal que no poseía.
—¿Estás bien? ¿Qué paso allá afuera? —cuestionó Axel que al parecer había llegado junto a Stella.
No respondí hasta cruzar miradas con Shin. Él se encontraba un poco distante y pensativo en lo que creí que sería su forma de afrontar la situación. Había pasado horas trabajando para descifrar el mapa y ahora todo parecía inútil sin sus anotaciones.
—Estoy bien, fue sólo un contratiempo. Leo y Austin se llevaron la libreta, pero si nos adelantamos —dije queriendo verle el lado positivo de todo lo ocurrido.
—No —sentenció Shin—. Esto se ha vuelto demasiado peligroso, no podemos seguir buscando el tridente.
—¿Qué? ¿Por qué? —cuestioné pues no entendía su reacción.
—Si lo que dice Axel es real, ellos están siendo controlados por un poder que desconocemos y el cual podría ser muy peligroso. Lo siento, pero no permitiré que nada malo te suceda ni a ti, ni a nadie —afirmó Shin, pero aún así no me convencía de que fuera lo mejor.
—Estoy de acuerdo con él —lo apoyo Stella.
No entendía porque hacían parecer todo más grande de lo que era, no fue hasta que me di cuenta del estado del diamante de luna en mi collar que lo supe. Había consumido todo su poder para anular el hechizo y con ello lo había destruido; sin embargo, aún mantenía mi forma humana cuando debí haberme convertido en sirena.
🌊🌊🌊
Stella
Sabía muy bien que Marina jamás aceptaría quedarse de brazos cruzados. Mucho menos mientras perdíamos el paradero del tridente, era demasiado terca y testaruda para hacerlo, pero si era lo mejor para ella y para todos, yo debía ser aun más terca para evitar que hiciera cualquier locura.
Decidí dejarla en casa de ese chico para que descansara, sé que puedo confiar en él ya que estoy segura de que daría todo por el bien de mi hermana. Salí de la casa con dirección al océano y Axel siguiéndome el paso en silencio hasta que llegamos a la orilla.
—¿Crees que es lo mejor? Necesitará el diamante de luna en algún momento —comentó.
Tal como lo había previsto, él también había notado lo sucedido con diamante de luna de Marina. Ella debía volver al océano cuando antes para terminar el ritual y conseguir su propio diamante; pero no sabía cómo lo lograría ahora que no podía transformarse. Conseguir un diamante de luna de aprendiz sería lo más rápido; sin embargo aún había algo muy raro que no terminaba de entender y era razón para que Marina adoptara su forma humana, cuando debió volver a convertirse en sirena al destruirse el diamante.
—Lo resolveré de alguna forma —me límite a decirle para evitar más preguntas.
Un velo de asombró e insatisfacción surco su rostro por mi respuesta. Puede que lo haya decepcionado, pero no podía llegar a confiar tan fácilmente en él, al menos no tan pronto.
—Trabajemos juntos —propuso Axel—. Busquemos el tridente por nuestra cuenta sin involucrar a nadie más.
—¿Estás loco? —le cuestioné.
Pensé tomarlo como una broma y volver al océano, pero fue su mirada más que me convenció de que sus palabras eran reales.
—Necesito recuperar a mis amigos y tu necesitas una forma de transformar a tu hermana devuelta en sirena. No me parece un mal trato para conseguir lo que deseamos —explicó dejando en claro sus verdaderas intenciones.
Aunque me costará admitirlo él tenía razón, le tridente era el único artefacto con el poder suficiente como para anular el hechizo de la bruja del mar y devolver a Marina a su verdadera forma, aún así tenía mis dudas respecto a él.
—¿Por qué confiaría en ti? —le cuestioné, esperando un buen argumento de su parte.
—No tienes porque, simplemente pensé que haríamos un buen equipo —confesó de manera despreocupada—. Además, tengo un punto a favor, eres mi novia jamás te lastimaría y supongo que también puedo prometer no usar el tridente en contra de tu manada.
Mi corazón dio un saltó, no esperaba tal afirmación como si nada.
—¿Estás loco? ¿Quién es tu novia? —le reclamé, pero solo conseguí que él se precipitara darme un beso fugaz en los labios de improviso.
—Ya son dos —susurró señalando mis labios .
—¡Estás loco! —exclamé y salté al agua cuando antes.
—Lo que tu digas, pero recuerda que fuiste tú quien empezó esto. Solo estoy devolviendo lo que hiciste el primer día que nos conocimos —gritó mientras me alejaba.
Aunque incómodo, no pude evitar que aquellos recuerdos que tanto quise olvidar vinieran a mi mente. Cuando resbalé por accidente y lo besé por casualidad, jamás pensé volver a verlo. En ese momento, solo quería desaparecer y dejar de recordar el incidente.
Mis padres solían decir que las almas gemelas estaban conectadas inevitablemente y que una vez se encontraran la una a la otra nada ni nadie podría separarlas; sin embargo, si Marina había logrado superar la barrera invisible que la unía a Dylan yo podía hacer lo mismo.
Continuará…
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