🌊29. Sueño o realidad🌊


Marina

Admito que jamás lo pensé, apenas llegar a la ceremonia sentí una punzada en el pecho y poco a poco mi respiración se hacía densa, no quería mentir, no esta vez.
Fue antes de llegar a la cueva en donde se realizaría la ceremonia que decidí revelar la verdad, decirles a todos que si estaba enamorada de un humano; pero que no era el chico que venía conmigo. Sabía las intenciones de la líder de unirme eternamente a Dylan, solo porque es mi alma gemela y no podía permitirlo, esa unión no era algo que alguno de nosotros quería. Es por eso que reté al destino al rechazar ese lazo invisible que me unía con mi alma gemela, pero qué más podía hacer si realmente no era la persona que amaba.

Para cuando lo había dicho todos comenzaron a murmurar mil críticas a mis espaldas. En ese momento, ni siquiera me importó no obtener el diamante de luna de la ceremonia, solo quería volver a la superficie sin mirar atrás.

🌊🌊🌊

La mañana daba la bienvenida a un nuevo día soleado y en su antigua habitación Marina estaba durmiendo despreocupadamente sin saber todo lo que ese día le tenía preparado.

—¿Marina? —se preguntó Shin al ver la cama en la habitación al lado de la suya siendo ocupada por ella—. ¿Qué haces aquí? —le cuestionó.

—Shin, el chico por el que deje todo. Te quiero —balbuceo medio dormida.

—¿Qué dices? ¡Despierta y dime qué paso! —exigió el chico acercándose a despertarla.

—Te quiero, te quiero mucho —repitió sin despertarse—. Renuncié a la manada para vivir como humana, aquí en la superficie, contigo. Te amo Shin, pero quiero dormir un poco más —confesó medio dormida y se volteó tapándose la cara con una de las almohadas.

—¿Qué hiciste qué?

Shin se alarmó y sin saber cómo reaccionar tuvo el impulso de pedir ayuda e información para entender la gravedad de lo que Marina había hecho. Llamó a Austin y los demás para que lo fueran a ver a su casa.

Una vez se encontró con los chicos los interrogó para que hablarán sobre lo ocurrido. Shin les contó todo o al menos lo había llegado a entender de los balbuceos de Marina mientras dormía. No tenía más opción que confiar en que serían de ayuda, ya que la cultura del océano iba más allá de todo lo que él pudiera saber.

—¡La obligaste a renunciar a su manada! —concluyó Austin y en un intentó por golpear a Shin, Axel lo detuvo.

—¿Qué crees que haces? Tranquilízate —le ordenó haciéndolo a un lado.

—No entiendo de que hablan. ¿Alguien podría explicarse? —exigió Shin más qué confundido con la situación.

Fue Leo quien aún manteniendo la calma se ofreció a explicarle el funcionamiento del mundo de las sirenas. Y es que las sirenas han vivido en manadas hace siglos y tenían líderes que establecían reglas sobre su conducta, cada manada era distinta y tenía líderes diferentes. Algunas manadas se hacían llamar tribus y tenían un sistema monárquico en lugar del actual, poseían solo un líder y la familia real (reina y princesa) en la mayoría de los casos solo las mujeres tenían un papel importante. Mientras que los tritones son llamados consortes si son parejas de la familia real, y podían provenir de otras especies, es decir, humanos o tritones sin excepción. En el caso de las mandas sin monarquía, las sirenas solo podían ser emparejadas con su alma gemela, ya sean humanos o tritones, aunque generalmente eran solo tritones que se comprobaban su identidad por medio de la caracola.

En el caso de Marina era sabido que pertenecía a la manada de la isla Jeju, existían tres líderes en su manada y tenían reglas extremas acerca del contacto con tritones y humanos. Una sirena sin manada tenía pocas esperanzas de vida. Leo aseguró que si ella había renunciado a todo, era porque su manada se oponía y no tenía otra opción. Eso hizo que Shin se sintiera culpable y pensara en una forma de que Marina volviera con su manada sin que se opusieran a que visitará la tierra.

En ese momento el recuerdo del cuadro y le vino a la mente, corrió hacia su habitación donde había dejado los restos de aquella pintura. Logró quitar el marco, pero aún no había visto dentro, quiso enseñárselo a Marina primero, pero entendió que revelar lo que había dentro era más importante. Volteó el cuadro poniéndolo de cabeza sobre la mesa de la sala bajo la vista de los tritones y un pedazo de papel doblado cayó de este.

La hoja era un color amarillento y desgastado, era seguro que aquel mapa había permanecido ahí durante mucho tiempo. Al abrirlo Shin se dio cuenta de que se trataba de un grabado perfecto de la isla, en la hoja estaban dibujados a detalle todas las zonales y lugares que existían dentro la isla e incluso lo que había debajo de esta. Algunas especies de tachados estaban en lugares claves, que posiblemente revelaran el lugar donde se encontraba el tridente.

🌊🌊🌊

Mirra

Salimos a la superficie a buscarla apenas amaneció. Stella todavía se negaba a creer que su hermana había escapado por causa de un humano.

Las olas del mar se tornaron heladas en la costa, el viento frío por poco y nos congela como estatuas de hielo. Aunque era verano hacía un explicable clima frío, aunque el sol se podía ver en medio del cielo como si solo sirviera de decoración y para nada de ayuda contra la helada madrugada.

Caminamos hacia la casa de Dylan. Stella debía escuchar de su propia boca lo que había sucedido, aquel chico se veía amable, no dijo una sola palabra durante la ceremonia y luego de que Marina lo rechazara no la culpo ni la miro con desprecio, únicamente fue tras ella cuando nado a la superficie.
Lo que pasó después lo escuchamos de él mismo.
Contó que la siguió hasta la playa donde se transformó y luego corrió a casa de Lee Shin. Marina entró por una ventana a medio abrir, que daba a la que antes fue su habitación en esa casa, lo supo porque Stella ya le había hablado antes de lo que pasó entre Marina y Shin cuando apareció por primera vez en la superficie.

—Y aunque piensen que es mentira, creo no puedo decir que estoy molesto con ella —agregó con una media sonrisa, como si fuera a resignarse sin haber intentado nada.

—Tienes muchos motivos para odiarla —comentó Micaela y Stella le dio una mirada fulminante.

—Sabemos que eres sincero, gracias por todo —repuso Stella dedicándole una sonrisa, luego nos indicó con una mirada que era hora de despedirnos.

—No es nada, a decir verdad deseo que sea feliz con quien ella elija —término de decir.

Nos despedimos de él y fuimos a casa de Shin. De inmediato Stella se puso en modo combate, su mirada mostraba enfado y apretó los labios como si quisiera insultarlo apenas lo viera, pero sabía que debía contenerse.
Llegamos y nos paramos frente a la puerta, me hacía ilusión ver la paliza que Stella le daría a ese muchacho y sonreí un poco al pensar en lo que ocurría; pero cuando la puerta se abrió sin que tocaremos de inmediato mi sonrisa se desvaneció.

Austin y otros dos chicos salieron del interior de la casa, Marina y Shin estaban detrás de ellos y reían sin preocupaciones como si fueran amigos. Stella reconoció a uno de los otros chicos que venían con él, recuerdo haber escuchado que lo llamó Axel. Por su lado Micaela cruzó miradas con el segundo chico que no reconocí; sin embargo cuando se dio cuenta de que los veía, me esquivaron y separaron sus miradas de inmediato.

Lo sentía, en esos tres chicos tanto como en nosotras corría la esencia del océano. Eran originarios del mar tanto como nosotras y eso solo podía significar una cosa.

—¡Son tritones, ustedes son tritones!—exclamé señalándolos.

—Es imposible —soltó Stella, mientras veía a Micaela cubrir su boca como si mi afirmación la hubiera impresionado más de lo normal.

—¿Tritones? ¿Hermana, a qué se refieren? —cuestionó Marina con una expresión bien definida de confusión en su rostro.

En ese momento vi a Austin dar un pequeño giro mirando hacia atrás, observé un papel de color marrón en las manos de Shin y supuse que eso deseaba obtener él antes de huir como siempre lo había hecho. No me equivoqué, en apenas unos segundos Austin nos hizo a un lado para arrancar de las manos de Shin aquella hoja de papel antiguo y junto a los otros dos chicos corrió lo más rápido que pudo.

—¡El mapa! —gritó Marina revelando de que se trataba aquella hoja, que al principio creímos que no sería tan importante.

—Deja que se vayan, vinimos aquí para hablar contigo. —Stella le impidió que fuera tras ellos y la tomó el brazo para para detenerla.

—Tú no entiendes —replicó intentado hacer que la soltera.

—Solo es un viejo papel, ¿qué importancia puede tener?

—No es solo un papel, es el mapa hacia el tridente que buscan —intervino Shin quien parecía muy callado para alguien que había perdido algo valioso y que Marina se esforzaba mucho por recuperar.

—Eso es imposible ¿Por qué tú lo tendrías? —le interrogó Stella, ella ya se había interesado en el asunto.

—Porque mi familia lo poseía desde el primer momento —afirmó jugando con una pequeña caja rectangular de cristal negro en el que apretaba botones —. Este es el mapa y aunque ellos tienen el original aún podemos llegar antes si logramos descifrar el código que tiene escrito —expresó mostrando una imagen en aquella caja que los humanos llamaban celular. 

🌊🌊🌊

—Bien hecho, tu noviecita arruino todo —le reclamó Axel a Austin frustrado al no encontrar pies, ni cabeza al mapa que tenían con ellos.

Shin era el único que podía saber lo que esos símbolos y acertijos significaban para su familia. El mapa original no era de mucha ayuda, sin alguien que supiera descifrar o al menos tuviera alguna noción de como interpretarlo.

—Si quieren yo puedo ayudarles con eso —les ofreció descifrar el mapa una voz femenina proveniente del agua en la cueva en donde estaban reunidos.

Continuará…  

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