🌊26. La bruja del mar🌊
Tiempo atrás.
Un hombre y su hijo vivían en la isla Jeju, a las orillas del muelle en donde la playa y el puerto se encontraban. La madre del pequeño había fallecido tras dar a luz a su hijo, él era Lee Shin el único nieto de la familia Lee.
El niño era aún muy pequeño, cuando su padre encontró el amor en otra mujer que reemplazo a su madre sumamente rápido en la mente y el corazón de su padre. Nadie entendía por completo como fue que una mujer lo encantará de tal forma que incluso le hiciera mentirle a su hijo conforme crecía, sobre que ella era fuera verdadera madre.
Los conocidos y amigos cercanos a la familia la apodaban «la bruja del mar», pues además de parecer haber hechizado al padre de Shin. Aquella mujer siempre iba a nadar por las mañanas y no aparecía hasta ya entrada la noche.
Fue que pasó el tiempo y una tragedia sucedió en la familia, pues en un viaje en crucero los padres de Shin desaparecieron y solo él pudo salvarse. El crucero se hundió dejando a casi todos los pasajeros como desaparecidos. Mientras que unos pocos lograron sobrevivir y ser rescatados, nadie se explicaba con exactitud cómo es que un niño siendo tan pequeño logró sobrevivir y aparecer un día después del accidente. Shin solo tenía seis años y pudo nadar tan larga distancia por si solo para poder salvarse. Muchos especularon que tuvo la suerte de que las olas lo llevarán a salvo a la orilla donde lo encontraron.
Años después el niño que se salvo de milagro, fue criado por su abuelo quién lo mando a las mejores escuelas de todo el mundo en innumerables ocasiones por viajes de negocios y con la esperanza de que su nieto heredara la habilidad para el manejo empresarial.
Lee Shin
Cuando recuperé la memoria de mi pasado no pude dejar de lado la presencia de una persona en mis recuerdos. La mujer que vi sonriendo con maldad en aquel tiempo es la misma que vi aquel día con la daga, Layna, mi madre.
Era imposible, mis padres desaparecieron en el accidente de hace diez años, no recuerdo con exactitud lo que pasó aquel día del naufragio, pero luego de ser rescatado el abuelo movió mar y tierra para encontrarlos y no hubo resultado. Actualmente tengo diecisiete años y aunque haya pensado que el abuelo intentó ocultarme la verdad, hasta cierta edad, no era algo de lo que tuviera certeza.
Aproveché las vacaciones de invierno para ir a Londres por dos razones. La primera era para hablar con el abuelo sobre mi madre y la segunda para anular el compromiso con los Veker.
Durante el camino intenté imaginar las razones por las que mi abuelo ocultaría a mi madre, no quería pensar que fue solo para alejarme de ella y mantenerme como su heredero.
Por otro lado era lo más lógico, lo pensé todo el camino; sin embargo había algo que no terminaba de entender y era la razón por la cual mi madre quisiera atacar a Marina o en el peor de los casos que yo haya sido su verdadero objetivo.
Las respuestas que buscaban no serían fáciles de conseguir. El abuelo se negó verme en varias ocasiones y aunque conseguí anular el compromiso, sin afectar los vínculos que ambas familias tienen con los negocios el abuelo, no me lo iba a perdonar tan fácilmente. Sus inversionistas se encontraban insatisfechos por la anulación del matrimonio con su hija y aunque no sabían todos los detalles accedieron a la anulación debido a que ella cometió una falta al escapar a otra ciudad para liberarse del compromiso.
Lo último que supe de Megan Veker es que estaba en Argentina y mantiene una relación con un surfista. Aún me pregunto que hubiera sucedido si no hubiera confundido a Marina con Megan y estoy complacido de haberlo hecho pues así pude descubrir una verdad del pasado que para cualquier otra persona sonaría ilógico. Las sirenas existen, el mar es mágico y los hechizos que te permiten controlar la mente de las personas, también son reales.
Antes de regresar a Jeju reuní información sobre la mitología del mar, investigué cientos de historias y relatos, entrevistas y diarios sobre el avistamiento de sirenas. También reuní información del accidente de mis padres, estaba dispuesto a encontrar la verdad de toda la encrucijada en la que me veía envuelto.
El día que regresé tenía más preguntas que respuestas, entre a casa y una silueta oscura parecía estar parada viendo por una ventana detrás de las cortinas, su cabello estaba suelto y siendo revoloteado por el viento se filtraba a un lado de la ventana. Empezó a cantar mientras me acercaba. Su voz, aunque hipnótica se oía estridente y de cierto modo hacía que me doliera la cabeza. Sentía como el aire se me iba escapando de los pulmones, provocando que cada vez se me hiciera más difícil respirar. Llegó un punto, en el que ya no pude moverme y en ese instante su canto se detuvo, giró y dejó al descubierto su rostro, era ella, Layna, mi madre.
🌊🌊🌊
—Madre —susurró él pidiendo su ayuda.
—¿Madre? ¡Ah! Es cierto, tu padre te decía que me llamaras así desde pequeño —la mujer suspiró con pesadez—. A partir de ahora serás mi marioneta, así que no importa si te digo la verdad. Yo no soy tu madre, tu verdadera madre falleció cuando naciste, causaste muchos problemas desde ese día, ¿verdad mocoso? —confesó.
—¿De qué hablas?
—Como lo oyes tu verdadera madre no soy yo, dejando eso de lado, ¿cómo pudiste enamórate de una sirena? Tenía muchas esperanzas en ti, creí que serías igual que tu padre y la dejarías morir como él lo hizo con tu madre. Como sea, ahora me haré cargo de Marina y tú me ayudaras.
—Jamás la lastimaré.
—¿Estás seguro? Niños como tú, siempre son muy divertidos. No importa lo que hagas cuando termine contigo, no recordaras, ni siquiera quien eres, serás mi marioneta para destruir a esa chiquilla.
—No lo haré —aseguró Shin tratando de levantarse y escapar, pero era inútil Layna lo había hechizado para que no pudiera moverse.
—Es inútil nadie ha escapado de mis hechizos, bueno excepto por ese hombre. Todavía no sé como hizo tu padre para salvarte del naufragio, cuando aún tenía puesto el hechizo que me dejaba controlar su mente. Quizá solo fue un error mío; pero de cualquier forma no volverá a suceder. Esta vez no pienso cometer ninguna error.
Layna comenzó a cantar y en cada nota se reflejaba su odio y el rencor puro que sentía. Con esos sentimientos hizo el hechizo que tanto deseaba, uno donde controlará totalmente a Shin con el fin de acabar con Marina.
La misión de Shin sería recuperar a Marina. Es por eso que durante su encuentro en la playa, lo primero que él hizo fue ir por ella, no le importaba que Dylan estuviera cerca y aunque él hechizo no hubiera estado sobre él, probablemente tampoco le habría importado intervenir para poder verla. Sin embargo, con el hechizo sus sentimientos se intensificaban y lo hacían actuar de diferente, estaba dispuesto a todo por tenerla de nuevo.
—¿Tu novia? —cuestionó sin entender muy bien lo que ocurría.
En otro lugar Layna era testigo de todo, pues podía ver por medio de los ojos de Shin todo lo que sucedía y lo guiaba en cada pasó que este daba.
—Eso no cierto —protestó Marina apartándose de Dylan.
—Marina, lo dije para protegerte.
—¿Protegerme de qué? —le cuestionó enfadada—. Quiero hablar con Shin a solas, por favor vete —pidió y Dylan accedió antes de insistir en quedarse.
—Shin —susurró indecisa—. En realidad no soy de la familia Veker, pero juro que jamás quise mentir.
—Lo sé —respondió y una sombra cruzó su mirada—. Sé quién eres, una sirena y, no me importa solo quiero estar contigo.
—¿Cómo lo sabes? —le interrogó Marina, que notó una sombra en la mirada de Shin. Algo raro ocurría con él, pero sus palabras eran tan hermosas que no podía negar que quiso que por un minuto nada le inquietara para correr hacia él.
—¿Eso importa? Quiero que estemos juntos ¿Tú no? —se acercó cada vez a ella y Marina no pudo evitar quedarse quieta.
—Sí —accedió para abrazarlo.
A lo lejos el grupo de tritones ya habían notado las sombras que rodeaban a Shin. Austin fue el primero en saber sobre el hechizo que portaba el chico y lo peligroso que era para Marina estar a su lado. Leo por su parte notó el arma que Shin traía consigo. La daga de Neptuno, un artefacto sumamente peligroso para las sirenas, la leyenda dice que el mismo Neptuno la creo y se las obsequio a las sirenas como ofrenda de paz cuando en realidad su intención era otra. Neptuno, fue el primer tritón en comenzar una guerra con las sirenas, ya que la poderosa arma era letal para ellas. Solo con su roce las envenenaba, causando su muerte en solo cuestión de minutos, mientras para humanos o tritones no hacía más que heridas superficiales, fáciles de curar para las sirenas era letal.
—¿A dónde vas?
—Debemos detenerlo.
—No es asunto nuestro, déjalo así —lo presidió Austin.
—Yo opinó que con el hechizo en él, jamás conseguiremos llegar al tridente. Si lo salvamos esta vez, conseguiremos su confianza y nos guiará al tridente antes de lo pensado —alegó Leo convenciendo a los demás de ayudar.
Marina no dudó cuando Shin le ofreció estar juntos, eso era lo que siempre quiso; sin embargo faltaba poco para que su felicidad se convirtiera en tragedia.
Cuando él la abrazo ya tenía la orden de Layna para herirla, aún si la daga en su mano permaneció alejada de ella. Mientras la mano de Shin comenzaba a temblar, su conciencia estaba siendo vencida por el hechizo y en poco tiempo, ya nadie sería capaz de detenerlo.
Continuará…
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