🌊20. Cuando las coincidencias fallan🌊
Stella
Estaba por anochecer y Micaela todavía no regresaba de la misión, estaba preocupada por ella. Tuve que ser cautelosa para que las líderes, no se percataran que iba a salir a buscarla. Mirra se quedó para cubrirnos, mientras yo subía a la superficie.
La civilización humana es muy impredecible, por un momento pensé lo peor cuando vi su rostro en grandes pantallas de vidrio con colores. Micaela estaba ahí, parada junto a un chico que en ese momento no pensé que fuera importante. Daban la noticia de su romance públicamente y eso fue más que una declaración de guerra de épocas pasadas. Primero Marina al sellar un pactó y convertirse en humana con un tiempo corto para remediar la situación y ahora Micaela siendo la novia de un humano. No entendía por completo si había entrado a una dimensión paralela, donde ocurrían estas cosas o si realmente estaba pasando todo aquello.
—¡Micaela! —alce la voz para que escuchará y ella volteó a verme.
Sin decir una sola palabra ella ya sabía que tendría problemas y eso fue suficiente.
—¿En qué estabas pensando? —le cuestione cuando ella bajo del escenario.
—El problema es que no pensaba en nada —se excusó—. Solo sucedió y ya, no lo volveré a ver —prometió.
—Sí claro —ironice señalando detrás de ella.
Aquel chico llegó casi corriendo para alcanzarla y le entregó su chaqueta para cubrir los hombros descubiertos por el vestido qué traía puesto.
—Gracias, me iré ahora. Una amiga vino por mí —se despidió después de semipresentarme a su amigo humano.
—De acuerdo, será como lo planeamos no debes preocuparte por nada. Gracias —le agradeció aquel muchacho antes de dejar que nos fuéramos.
🌊🌊🌊
—Te lo dije nada malo iba a suceder. Él me hizo una promesa —reiteró Micaela al ver la cara de enfado que traía puesta Stella.
—¿Acaso no sabes que los humanos mienten por naturaleza? —le cuestionó—. Romper una promesa no es nada para ellos, al menos esta vez podremos evitarlo volviendo al océano. No saldrás más a la superficie, yo me haré cargo de Marina.
—¿Qué? ¿Pero por qué? —protestó.
—Te parece poco lo que hiciste en tu primer día en tierra firme. Escucha, agradezco que me quieras ayudar es solo que no quiero ver a nadie más en peligro —confesó Stella acercándose a la orilla de la playa.
—Comprendo, no volveré a hacer —mintió para entrar al agua justo detrás de su amiga.
Al día siguiente Stella volvería a la superficie, para recuperar el tiempo perdido en el plan que Micaela había dejado pasar. Salió del océano con dirección a la casa donde Marina se estaba quedando en el mundo humano y se sorprendió al ver a su hermana haciendo lo que nunca imaginó que haría.
—¡Wow! Si estudiaras en casa como lo haces aquí tu futuro estaría asegurado hermanita —le aseguró viendo como Marina leía los libros humanos, a través de la venta de su habitación.
El cuarto de Marina quedaba frente al océano y desde ahí un gran ventanal que reemplazaba una pared le daba una vista privilegiada de la playa. La única desventaja que tenía era que desde el otro lado e incluso a una distancia corta desde el suelo, se podía ver hacia su habitación si no tenía las cortinas puestas.
—Bajaré enseguida hermana —le aviso desde el balcón, para guardar rápidamente los libros que tenía abiertos sobre su cama.
La actitud de Marina le pareció muy sospecha a Stella, ya que usualmente una broma como esa habría hecho que se enfade o por lo menos que le contestará con alguna pregunta sarcástica. Además de eso, Marina no solía estudiar por su cuenta a menos que se tratará de leyendas o mitos del océano relacionadas con humanos. Luego de meditarlo un poco lo dejó pasar debido a que estaba en la tierra y quizá Marina solo estaba buscando más información sobre los humanos.
—¿Cómo te sientes? ¿Haz estado cansada últimamente? —le preguntó tocando la frente de su hermana con una mano para medir su temperatura.
—Todo bien, solo tengo sueño de vez en cuando —le aseguró Marina.
Stella no estaba del todo convencida, pero decidió creerle y no le pidió más explicaciones. No había mucho que hacer sin el beso no había forma de volver con su hermana al océano, así que debían darse prisa.
—Llévalo a este lugar, habrá una exposición musical y dicen que es el mejor lugar para parejas en estos días, por favor no te olvides de hacerlo —pidió entregándole un afiche con la dirección.
—De acuerdo, ¿cuánto tiempo nos queda?
—Dos días más, Mirra vendrá mañana así que no te presiones tanto si no lo consigues hoy —le aviso para reconfortarla un poco.
—Me pregunto si será suficiente para averiguar eso —susurró para sí misma como ocultando algo.
—¿Qué?
—No es nada —mintió para despedirse y volver a entrar a la casa—. Estaré ahí con Shin, nos vemos.
🌊🌊🌊
Axel
Desde aquel día no me la puedo quitar de la cabeza, sus gestos y expresiones los tengo grabados y desde entonces no he podido dejar de pintarla.
—¿Es el retrato de una chica? Creí que habías dicho que no tenías novia —preguntó de mis entrometidos compañeros de clase.
—No es nada —cubrí la pintura para que nadie más la viera y guardé mis lápices para irme.
La escuela de artes ya no es lo que era antes. Desde que la fundación permitió el ingreso de becados y comenzó a organizar eventos los fines de semana el nivel académico ha ido de mal a peor.
—Disculpe, ¿se necesita entradas para ir a la exhibición de música de esta tarde? —su voz me sonó familiar y no pude evitar ir a confirmar si se trataba de ella.
—¿Te mudaste aquí o vienes muy seguido? —le interrogué.
Esa chica estaba pidiendo informes sobre el evento de esta semana, no entendía porque, pero me divertía molestarla muy seguido.
—Como le decía, quería ver la exhibición con unos amigos y necesito saber si es necesaria alguna entrada —me ignoro para seguir hablando con la recepcionista.
—Sí, cuestan diez dólares cada una —le informó.
—Eso es demasiado —la escuché susurrar.
—Yo puedo darte las entradas que necesites —intervine logrando ganar su atención.
—¿Qué es lo quieres a cambio? —no vaciló en preguntar mis verdaderas intenciones.
—Se mi modelo —decidí ser directo y decírselo de frente.
Había una razón para que no dejará de pensar en ella y después de meditarlo llegué a la conclusión de que se debía a su rostro. El último proyecto del año era hacer un retrato de algo que nos llamara la atención. Me había negado a pintar algo, ya que nada parecía ser lo suficientemente perfecto. Pero ella es diferente, he conocido muchas chicas y ninguna de ellas tiene las facciones y gestos que lucen atractivos en ella. Esa chica sería la modelo de la última pieza de arte que haga en aquella institución para poder finalizar el curso.
—Dices que se trata de una tarea pero, ¿por qué yo? —cuestionó antes de aceptar.
—Solo es un negocio tómalo o déjalo. Te daré tres boletos para la exhibición de música si aceptas qué te dibuje para mi clase —le ofrecí nuevamente y por última vez.
—De acuerdo —accedió de mala gana, lo noté, pero decidí no decir nada.
—Entonces, vamos —le indiqué que me siguiera a uno de los salones.
La guíe hasta el aula donde antes ya había estado. En ese momento ya estaba vacío, debido a que las clases ya habían terminado.
—¿Cuál es tu nombre? —le pregunté cuando recordé que jamás lo había mencionado antes.
—Soy Stella —dijo algo incómoda mientras observaba cada parte del aula.
—Bien Stella, siéntate ahí —señalé uno de los asientos frente a mí—. Me llamó Axel, estudio aquí y en la preparatoria de After Lock —me presenté tomando el lienzo donde comenzaría a retratarla.
—¿After Lock? Es la misma secundaria a donde va Marina —susurró, pero aún así llegue a oírla.
—¿Marina? Escuché de una estudiante de nuevo ingreso con ese nombre ¿La conoces? —indagué, mientras comenzaba a dibujar.
—Sí, ella es…mi hermana —confesó dejándome sin palabras.
La chica de la que hablaba, su nombre me resultaba familiar, ella fue la misma chica que seguimos en la exhibición de mar abierto y luego a quién vimos en la escuela.
Aunque no puedo estar seguro, porque solo Austin tiene la habilidad de sentir la esencia del océano en las persona; pero si era real y esa chica llamada Marina poseía la esencia. Stella siendo su hermana también debía tenerla, lo significaba que ambas eran sirenas.
Continuará…
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