🌊2. Hermosa maldad🌊
Layna fue una sirena, que desobedeció las reglas de la manada y fue desterrada, por tener contacto con seres de la superficie. Puso en peligro a toda su manada, al entablar una amistad cercana con humano, que quiso capturar a las sirenas.
—Dicen que la vieron cruzar la orilla por la tarde.
—Escuché que llevaba cosas del mundo humano.
Platicaba un grupo de sirenas, esparciendo rumores sobre la aparición de Layna en las costas de la isla. Marina no pudo evitar cureosear e intervenir en la conversación. Todo lo que le interesaba era saber más, sobre el mundo humano.
—¡Marina! —llamó Stella, haciéndola retroceder y volver al camino a dónde se dirigía en primer lugar.
—Ya voy —dijo de mala gana y siguió a su hermana hasta la biblioteca acuática.
Marina estudiaría para la su ceremonia de diamante lunar. Cuando las sirenas cumplían los diecisiete años se les reconocía como adultas y se les entrega un diamante, que las ayuda en sus labores dentro de la manada. El poder que se le otorgaba dependía del portador, no todos eran iguales, aunque la fuente de su poder fuera la misma.
—Otra vez las lecciones, no me gusta leer acerca de medicina o gramática —reclamó Marina, dejando a un lado la pila de libros que le había preparado su hermana, para comenzar su entrenamiento.
—Pensaba que nuestras leyendas y mitos te gustaban, nuestros libros de historia son iguales, piensa que son lo mismo y ponte a leer —alegó su hermana, ordenando que trabajará.
Marina no era buena para el estudio. Si no tenía que ver con humanos, no era algo que despertará un interés particular en ella. Le gustaban más las historias de amor prohibido que leer acerca de medicina tradicional y la clasificación de algas. Es por eso que apenas su hermana se marchó, ella buscó la forma de salir sin levantar sospechas y llegar hasta dónde las líderes se reunían cada día.
Todavía tenía curiosidad, sobre el tridente y la forma en la que se ocultaba todo el asunto.
—Ayer no pudimos llegar a tiempo, espero que podamos lograrlo hoy.
—Si se trata del tridente real, tendremos serios problemas sino logramos recuperarlo.
Debatían las líderes como si fuera realmente importante y no solo una leyenda.
Marina escuchaba cada palabra, mientras trataba de mantenerse oculta, entre las rocas del arrecife para que nadie notará su presencia.
El plan no salió del todo bien, pues Micaela la encontró y antes de que pudiera reaccionar. Ella le hizo un millón de preguntas tratando de hacerla volver a la biblioteca.
—Stella se pondrá como loca si sabe que escapaste de nuevo de tus lecciones, ¿por qué estas aquí? —le preguntó y regaño al mismo tiempo.
—Shh, baja la voz —le pidió —. Las líderes están por allá, creo que hablan del tridente Lieber. Saben donde esta —señaló hacia el lugar dónde había visto a las líderes, pero cuando volteó ya no estaban ahí.
—No veo a nadie —le reclamó Micaela, totalmente escéptica de lo que decía Marina.
—¿Qué? Pero si estaban aquí, probablemente te escucharon y pensaron que debían irse antes de que alguien más escuchará del tridente —pensó Marina, buscando con la mirada la ruta que posiblemente tomaron las líderes.
—¿Hablas del tridente de la leyenda?
—Sí, creo que es real y las líderes saben donde está. Quizá necesiten ayuda —replicó Marina, nadando hacia otra dirección para buscarlas.
—¡Marina! —la llamó Micaela—. Eso es solo una leyenda, no es real, volvamos.
—Sabía que no ibas a creerme, traeré pruebas —aseguró, para ir detrás de las líderes como había planeado originalmente.
🌊🌊🌊
Marina
Salí en busca de mi objetivo, si había una nueva amenaza para nuestro mundo, no me parecía justo que se ocultara solo por que si.
Quería averiguar porque era tan peligroso el mundo humano del que tanto hablan y que era lo que se oculta en el, para que nos obligarán a estar lejos.
Si las líderes podían ir a la superficie, ¿por qué yo no podría hacerlo?
Me escabullí para espiar a donde irían las líderes ese día. Por suerte y tal como pensé salieron con dirección a la costa norte.
Todo de mí, me decía que tenía razón y los rumores eran ciertos, algo raro pasaba en la superficie y ese día era especial.
Llegué junto a ellas al muelle, mantuve distancia para que no me notarán y pasé desapercibida hasta que ellas se transformaron.
Ya lo había escuchado antes, tenemos el poder de cambiar a forma humana cuando deseemos usando el diamante de luna.
Toda sirena tenía uno; sin embargo, solo cuando cumplian la mayoría de edad, en nuestro manada era a los diecisiete corales.
Mi cumpleaños diecisiete era en unos meses, mi hermana y sus amigas ya poseen un diamante pero no pensaba regresar a pedir ayuda para transformarme, no era opción en ese momento debía seguirlas si no quería perderlas de vista.
Estaba en problemas sin saber como haría para transformarme y averiguar a donde se dirigían las líderes.
Mire varias veces a mi alrededor y no veía nada que me ayudará.
Fue entonces cuando pensé en dar un vistazo rápido a la superficie, si era como pensaba sería un lugar con humanos, muy distinto de las islas y otros lugares que visitamos con la manada.
Nade tocando el borde entre el agua y el llamado aire de la superficie, luego me impulse sacando la cabeza del agua. Como lo sospeche era hermoso, desde lejos podía ver una gran montaña que brillaba como cientos de diamantes, creo que los humanos los llaman edificios y viven dentro.
Un muelle estaba cerca y el pequeño puente cubrió a las líderes que se transformaron para mezclarse entre los humanos.
Me quedé observando desde el agua quería acercarme más; pero pensé que sería peligroso había muchos humanos y debía cuidar que no me notarán.
De pronto vi que casi ninguno miraba hacia la playa toda su atención la tenia ese edificio luminoso, que de un momento al otro pareció hablar.
Cuando me fijé justo arriba del edificio y en todas partes había una especie de caja de cristal en movimiento que empezó a emitir sonidos junto una imagen que se movía.
Era un chico, tenía el cabello claro, ojos oscuros y una sonrisa hermosa que capturo mi atención por completo. Hablaba con mucha confianza y aunque no entendía la mayoría de lo que decía quería seguir escuchándolo.
Creo que fue amor a primera vista, ahora más que nunca debía encontrar la forma de visitar el mundo humano.
Mi corazón latía fuertemente y mis ojos se negaban a quitar la vista de esa caja de cristal, creo que los humanos le llaman televisión no estoy segura.
Hay mucho sobre humanos en nuestras leyendas y mitos modernos, todavía no sé porque hay tanto sobre ellos si nos tienen prohibido conocerlos y subir a la superficie.
—Es para que sean conscientes de que su mundo y el nuestro es muy diferente —escuché la voz de alguien detrás de mí.
Al voltear note que era una sirena igual que yo, pero ella debía tener unos veinte años, hablaba muy formal y parecía tener el poder de leer los pensamientos.
—No te asustes no pienso acusarte con las líderes ni nada.
Dijo cuando tome distancia de ella. Jamás la había visto así que debía ser de una manada diferente a la mía.
—¿En serio? Entonces tu también las seguiste ¿Quién eres?
Le pregunte, pero ella sonrió y señalo nuevamente hacia la superficie para que ambas nadáramos hasta allí.
—¿Quieres ir?
—No puedo, todavía no tengo un diamante de luna.
—Pero no lo necesitas. —Ella parecía segura de lo que decía.
Cómo era posible que no necesitará el diamante de luna si el objeto indispensable que usaba toda sirena adulta.
—¿Te preguntas por qué? —dijo adivinando mis pensamientos nuevamente—.Te diré como puedes convertirte en humana si eso quieres
—Sí, quiero —solté sin pensarlo dos veces, en realidad quería ir a la superficie.
—Bueno a las sirenas se les prohíbe enamorarse de humanos, pero nunca se les ha dicho la verdadera razón —confesó esa chica.
—¿A qué te refieres? —pregunté con curiosidad ya que parecía saber mucho más que yo del mundo humano.
—El amor es la fuerza más poderosa tanto aquí como en la tierra ¿Nunca te preguntaste por qué las leyendas dicen eso tantas veces?—señalo mi mano—. Si deseas mucho algo se hará realidad, puede convertirte en humana si es lo que quieres.
Seguía sin entender, sin embargo recordé algo sobre las lecciones de magia, se dice que no sólo el poder del diamante de luna puede transformarnos en humanas, el sello de la luna también causa el mismo efecto. No recordaba todo sobre el sello; pero si me ayudaba a visitar la superficie aunque fuera sólo una vez estaba dispuesta intentarlo.
—¿Hablas del sello de luna? —pregunté para confirmar.
—Así es porqué no lo pruebas.
—Es imposible no es un poder común, ¿Cómo podría usarlo? Quizá ni siquiera funcione.
—No lo sabrás hasta que lo intentes, nada pierdes con probar tal vez te sorprendas —me ánimo ella.
—Usar la magia de la luna de esa forma esta prohibido —recordé las reglas de la manada.
—Prohibido si imitas el poder pero no si es originalmente tuyo, sólo debes intentarlo. Yo te ayudaré. —Extendió su mano y me dio un cuarzo morado atado con el alga luminiscente que se usa en hechizo de invocación.
—De acuerdo lo haré —me apresuré a nadar a la superficie con el cuarzo y el alga.
El sello de luna conociste en cantar para invocando el poder de la luna, el cuarzo y la alga se combinan para crear el sello que una vez terminada la canción se dibuja en el hombro o las manos y con el puedes tomar forma humana.
Hubo un destello segador después de que termine de cantar y sentí una pequeña punzada en el hombro izquierdo.
Tal y como dijo esa chica, el sello se dibujo en mi hombro y puede salir del agua con forma humana, tenía pies en lugar de cola, una playera y una especie de falda del color rosa era algo extraño; pero lo había conseguido.
Ahora podía explorar un poco del mundo humano y quien sabe tal vez hasta pueda ayudar a las líderes en su deber al venir aquí.
Sonreí y di la vuelta para agradarle a la sirena que me ayudó; pero ella no estaba ahí.
Sobre el sello de luna había algo más estoy segura; sin embargo no recordaba de que se trataba y en ese momento no me importaba tanto, debía salir al muelle para poder seguir a las líderes.
Continuará...
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