🌊13. Accidente personal🌊
Marina
No pude entender lo que dijo y luego simplemente esquivó mi mirada así que no pregunte. Shin parecía algo distraído y distante. Se alejó para comprar algunas cosas, así que decidí usar la caracola de una vez por todas. Independientemente del resultado quería quedarme en la superficie y eso no cambiaría.
Coloqué la caracola en mi oído y me acerqué hasta él, con cautela. No quería parecer extraña frente a él, pero a la vez sabía que para los humanos escuchar una caracola en el centro comercial, no era algo completamente normal. Di unos pasos sin que Shin volteara a verme y antes de llegar a su lado escuché el tintineo de las campanas, era la señal. Shin realmente era mi alma gemela.
—¡Marina! —llamó una voz detrás de mí.
Me alarmé y escondí la caracola en mi bolso nuevamente. Se trataba de Dylan.
—Te vi y quise saludar, ¿qué haces por aquí? —preguntó en un tono de vos amigable.
—Vine con Shin a hacer compras —lo señalé, pero él había desaparecido del estante donde estaba hace unos segundos.
—Parece que se adelantó —comentó Dylan—. Te acompañaré a casa en su lugar —se ofreció, pero recordé que no podía decirle a nadie que vivíamos juntos.
—No es necesario, debo irme —lo evité para ir a buscar a Shin.
Salí del centro comercial y lo encontré apoyado en una pared esperando a que saliera.
—Tardaste mucho, vamos —hizo una señal con su cabeza para que lo siguiera.
🌊🌊🌊
El plan era claro Marina debía besar a Shin antes de que el sello consumiera toda su energía.
—¿Entonces está confirmado? ¿Ese humano es su alma gemela ¿—preguntó Mirra con curiosidad.
—Sí, ella me lo dijo —aseguró Stella
—¡Qué alivio!, cuando antes pueda regresar mejor será para nosotras y las líderes jamás sabrán sobre esto —suspiró aliviada Micaela sin saber quienes estaban detrás de ella.
—¿Así que Marina realmente esta en la superficie? —preguntó notablemente enojada una de la líderes de la manada.
🌊🌊🌊
Mientras tanto en la superficie, Marina era feliz por saber que el chico que le robo el corazón desde el primer momento era el mismo que le salvaría la vida, su alma gemela.
Su historia de amor apenas comenzaba, pero ella auguraba una épica novela romántica con sus nombres escritos. Se ilusionó fácilmente y aunque no sabía todo sobre él, no fue impedimento para su alegría.
—¿Cocinar?
—Supongo que tenías miles de empleados bajo tu mando; pero aquí debes valerte por ti misma. Preparé algo hoy para ambos, pero a partir de mañana serás tú quien se haga su propia comida —le explicó Shin encendiendo la estufa de la cocina.
—Yo puedo hacerlo ahora —replicó Marina intentando no parecer una niña mimada—. Cocinaré para ti, así que espera —lo sacó de la cocina confiando en que podría hacerlo por su cuenta.
Bastaron cinco minutos para que entendiera, que no sabía que hacer. Marina encendió el horno y corto algunas patatas para asar según había visto en un libro de cocina de la tierra. Las sirenas tenían algunos conocimientos sobre los humanos, pero eso no fue suficiente, ya que apenas encendió el horno empezó a lanzar chispas. Shin escuchó el alboroto desde la sala de la casa y corrió para ayudarla. El horno estaba por de explotar, cuando fue hasta ella para hacerla a un lado impidiendo que se lastimara, la sujeto de la cintura y la abrazo dándole la espalda al fuego que se produjo luego de la pequeña explosión del horno.
—¿Estás bien? —le preguntó sacándola de la cocina —. ¡¿Qué crees qué estabas haciendo?! —le reclamó, pero Marina ya no lo escuchaba, ella se desmayo de un momento al otro.
Lee Shin
Por más que trató de escapar sigue causando problemas, los doctores que la revisaron dijeron que tuvo una descompensación probablemente por mala alimentación y cansancio. No debí ser tan estricto con ella, estoy seguro que el compromiso tampoco fue su idea. No es como si se hubiera enamorado de mí a primera vista.
De cualquier forma me siento culpable, me quedaré a su lado hasta que despierte y luego pensaré que hacer con esta persona que causa más desastres en un día, de los que he tenido en toda mi vida. Ahora que lo pienso puede que esto sea mi culpa, yo desee tener algo de emoción. Quise que algo divertido sucediera en mi vida, pero nunca pensé que me enviaran a alguien tan problemática, es casi como si fuera mi propia caja de accidentes personal.
—Shin —susurró con sus ojos a medio abrir.
—Ya estás despierta —dije aliviado para luego acercarme a ella—. Arruinaste todo lo que compramos, así que…
No me dejó terminar, de pronto sus labios estaban sobre los míos. Ella seguía medio dormida, pero aún así se las arregló para acercar su rostro hacia el mío cuando baje la guardia.
Continuará...
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