Capítulo 9: Confesión de luna llena
Meses restantes para terminar el entrenamiento: 0.
Me levanté más temprano de costumbre, como si mi subconsciente supiera qué día era. Finalmente había pasado un año de entrenamiento con el Pilar del Agua, y estaba lista para asumir mi cargo de Pilar de la Glicina.
Observé callada el agua de la cascada fluir y caer por las rocas para encontrarse con el río y hacerse uno con él.
-¿Estás nerviosa?
La inesperada voz de Giyuu me sobresaltó, como siempre.
-Vas a matarme del susto un día de estos -dije y sonreí, volteándolo a ver.
-No me has respondido -contestó evadiendo mi comentario.
Reí un poco.
-No te voy a mentir, estoy aterrada.
-No tienes por qué estarlo -dijo y llevó su mano a mi cabeza, sin apartar la mirada del frente. Tal vez le daba pena apoyarme y mirarme mientras lo hacía.
Mis mejillas ardieron con ligereza. Lo curioso de este mundo era que las emociones se sentían aun más fuertes que en el otro, por lo que yo misma podía sentir un cambio tan mínimo como un sonrojo.
-¿Y si Shinazugawa me golpea o Iguro trata de hacerme sentir incómoda? -pregunté haciendo una mueca.
-Tú sabes defenderte, para algo te entrené por un año -respondió, volteándome a mirar con una expresión de indiferencia algo graciosa.
-¡O-Oye! Se suponía que me dijeras que me ibas a defender, ¿tan poco te importa?
-Ah... -Giyuu me miró, fingiendo haberlo entendido-. Sí, seguro.
-Qué malo eres -murmuré fastidiada, para luego suspirar-. Después de esto... ¿Podemos ir a comer ramen?
-No.
-¡¿Qué?! ¡¿Por qué no?!
-Porque no.
Lo miré indignada por sus palabras, pero de la nada un bombillo imaginario se prendió en mi mente.
-¿Y si pedimos daikon de salmón para ti?
Giyuu abrió los ojos más de lo común, como si mis palabras lo hubieran hecho pensárselo dos veces.
-... Bien -contestó, desviando la vista con derrota-. Pero sólo porque hoy no tengo misiones.
-¡Yeii! -celebré alegre, y estiré los brazos a mi izquierda para abrazarlo.
Noté una ligera sorpresa en él cuando lo hice, mas no me apartó. En cambio puso su cabeza encima de la mía.
-¡Caw! ¡Caw! -Fulgencio de los Rosales Martínez voló por arriba de nosotros-. ¡Se solicita la presencia de Hoshino _____ y Tomioka Giyuu en la sede de cazadores de demonios! ¡Caw! ¡Hoy ha concluido el entrenamiento de los hermanos Hoshino, y por ello les será otorgado finalmente el valioso cargo de pilares!
Miré a Tomioka y él me sonrió.
-¿Estás lista?
Le devolví la sonrisa.
-Siempre lo he estado.
Todos los pilares se hallaban reunidos en el patio de la sede a la espera de su líder: Ubuyashiki Kagaya.
Nadie sabía el objetivo de aquella reunión, pues el único aviso que les habían dado sus respectivos cuervos era que estuvieran lo más rápido posible en la finca del patrón.
Contemplé desde la distancia a los pilares, que conversaban casualmente entre ellos. No obstante -y como siempre- Iguro, Sanemi, Gyōmei y Giyuu se mantenían apartados del resto.
-¡Qué nervios! -susurró Ash a mi lado.
-Dímelo a mí. -Suspiré-. Solo espero que termine rápido. No me gusta ser el centro de atención.
-A mí tampoco. -Ash hizo una mueca de incomodidad-. Por cierto, ¿no vas a ponerte un haori ni siendo pilar?
-Alta flojera, mejor lo hago más tarde -contesté, restándole importancia-. De nuevo, ¿qué teníamos que hacer?
-¿Eres tonta o algo? Te lo he dicho tres veces -dijo fastidiado-. Tenemos que esperar aquí hasta que Oyakata-sama anuncie que somos los nuevos pilares y bla bla bla, todo eso.
-Parece un fanfic de Wattpad esto -comenté, y él rió.
-See, ahora cállate y déjame seguir escuchando el chisme que le está contando Kanroji a Shinobu.
-Vieja chismosa, ni que fueras Zenitsu para andar escuchando a la distancia.
Ash me miró mal.
-Poder del guion, ahora déjame seguir oyendo.
-Ay, bien -respondí resignada.
Luego de eso me dediqué a observar a mi querido Pilar del Agua, tan solitario y callado como siempre.
Dan ganas de ir ahí y abrazarlo para que no esté solo.
Pensé triste. Pero luego recordé que saldríamos a comer más tarde, y eso me animó considerablemente.
Saber que no soy una desconocida para él... me hace feliz.
Finalmente Oyakata-sama apareció acompañado por sus dos hijas. Los nueve pilares se postraron ante él rápidamente, expectantes a lo que podría pasar a continuación.
-Buenos días, Oyakata-sama -saludó Himejima-. Le deseo a usted y a su familia mucha salud y prosperidad.
-Muchas gracias, Gyōmei -contestó el patrón con una sonrisa tranquila. La marca en su rostro había avanzado bastante, por lo que debía ya estar ciego de un ojo-. Hoy los convoqué aquí por algo muy importante y beneficioso para nosotros.
Todos lo miraron expectantes, pero Rengoku y Tomioka sonrieron sabiendo de qué se trataba -está de más agregar que el primero más notoriamente que el segundo-.
-Dos nuevos pilares se les unirán -dijo el patrón, y casi todos dieron exclamaciones de sorpresa.
-¿Nuevos pilares? -preguntó Mitsuri con duda-. ¿No se suponía que solo podíamos ser nueve?
-Así es -respondió Oyakata-sama-. Pero estos cuentan con un talento extraordinario que no se había visto en mucho tiempo, por lo que ellos merecen ser la excepción de la regla.
Oyakata-sama volteó la cabeza en nuestra dirección, por lo que era tiempo de que saliéramos del pasillo escondido en donde nos ocultábamos. Llegamos a su lado -yo a su izquierda y Ash a su derecha- e hicimos una reverencia.
-¡¿Hermanos Hoshino?! -Los pilares nos miraron desconcertados.
-¡Hola de nuevo, pilares! -saludé con alegría-. Ya nos conocen, pero por no dejar las formalidades de lado nos presentaremos. Yo soy Hoshino _____.
-Y yo soy Hoshino Ash. Es un placer volver a verlos -siguió mi hermano, sonriendo enérgicamente.
-De ahora en adelante ellos serán -Oyakata-sama colocó una mano en el hombro de mi hermano- el Pilar del Rayo -Colocó su otra mano en mi hombro- y el Pilar de la Glicina. Son sus compañeros desde ahora, así que por favor llévense bien.
-¡Hai! -contestaron todos al unísono.
-Bien, ahora los dejaré para que se conozcan. Buena suerte y que Buda los acompañe en sus próximas misiones -finalizó el líder, y dicho esto se retiró junto a sus dos hijas.
Los pilares dejaron de postrarse al retirarse su jefe, y antes de que dijeran algo yo bajé de la plataforma y corrí a abrazar a Giyuu. Él se tensó un poco al sentir todas las miradas en nosotros, pero devolvió el abrazo con una pequeña sonrisa.
-¿Ves? No te pasó nada -dijo, y aun estando de espaldas percibí la estupefacción de todos los presentes excepto mi hermano.
-Es verdad -contesté todavía abrazándolo-. Lo siento, no pude evitar ir contigo -añadí separándome un poco para mirarlo apenada.
-Está bien, tampoco es que me moleste -dijo viendo a otro lado.
-Creo que me volví loco porque estoy viendo cosas bien raras, como a Tomioka ser abrazado por la pilar nueva -comentó Iguro extrañado.
-Ara ara. -Sonrió Kochō-, ¿por fin Tomioka ha decidido dejar de ser tan frío y aceptar un abrazo? Esto sí es una noticia.
-De todas formas se me va a olvidar después -dijo Tokito restándole importancia.
-Esto se pone cada vez más extravagante, pero lo sería más si alguien me dijera el contexto -pidió Tengen con una sonrisa burlesca, a lo que Ash decidió tomar la palabra.
-Ah, es que Tomioka-san ha estado entrenando a mi hermana desde hace un año -explicó y yo me separé del abrazo confirmando con un gesto de aprobación, mas me quedé junto a Giyuu.
-Para ser pilares, mi hermano y yo tuvimos que escoger un pilar de entre todos ustedes y entrenar con él por un año -dije-. Por eso Ash eligió entrenar con Rengoku-san, y yo elegí entrenar con Gi... Tomioka-san.
-Ara ara, qué raro que hayas escogido a Tomioka-san -comentó Shinobu-. Es demasiado serio, debió ser aburrido para ti.
Ante las palabras de Kochō miré a Giyuu de reojo y lo atrapé viéndome con expectativa. Sonreí.
-No, de hecho fue divertido -repliqué y volví la vista a Shinobu-. No te lo tomes a mal, Kochō-san, pero cuando se le conoce de verdad Giyuu es mucho más expresivo e interesante de lo que es contigo.
La mayoría me miraron sorprendidos, y Mitsuri tuvo que reprimir la risa. Shinobu no esperaba esa respuesta, pero pronto sonrió aceptando su derrota.
-Vaya, en ese caso me alegra que Tomioka-san haya decidido ser más abierto contigo, _____-san -dijo, y yo solo sonreí a modo de respuesta.
Shinobu siempre ha sido mi ídola, pero a veces se pasa molestando a Giyuu.
-Etto...,Hoshino-chan -Me llamó Mitsuri, pero tuve que interrumpirla antes de que hablara.
-Disculpa, Kanroji-san, pero por favor dime ______. Ya sabes, porque ese también es el apellido de mi hermano.
-¡Ah, sí! Lo siento, _____-chan -contestó Mitsuri apenada-. Después de esto, ¿te apetecería ir a tomar el té en mi finca?
¡Awww! No puedo con ella, es demasiado linda.
Iba a aceptar casi instintivamente, pero recordé que le había pedido a Giyuu salir a comer después.
-Ay, no sabes cuánto me encantaría -respondí avergonzada-. Pero tenía planes de salir con alguien después de esto. ¿Te parece si voy mañana? ¡Por favor, di que siii!
Mitsuri me miró algo sorprendida por mi insistencia, pero no pudo evitar reír suavemente.
-¡Ah, está bien, _____-chan! Pero mañana no te salvas -contestó sonriente, y yo le devolví la sonrisa.
-Bueno -dijo Tengen, llamándonos la atención-, me encantaría quedarme a conocer a tan extravagantes nuevos pilares, pero tengo misiones por hacer. ¡Nos vemos!
Tokito, Obanai, Sanemi, Mitsuri, Rengoku y Himejima también tuvieron que irse, por lo que nos despedimos de todos, quedando Giyuu, Shinobu, Ash y yo.
-Bueno, creo que ya debemos irnos, ¿no es verdad, Giyuu? -Miré a Giyuu con los ojos bastante abiertos.
Él no pareció entender mi intención de dejar a Shinobu y Ash solos, pero sí aceptó irse conmigo.
Más le vale a ese anormal aprovechar el bug y contarme luego.
-¡Umai! ¡Esto es una delicia!
-Baja la voz, nos van a sacar de aquí por tu culpa.
Estábamos en nuestro restaurante favorito degustando nuestros respectivos platos favoritos.
-Tiembla Naruto, en tu vida probarás un ramen tan suculento -dije desafiante mientras veía a un Naruto imaginario que me miraba con envidia.
-Es verdad, la comida de aquí es exquisita -comentó Giyuu con brillitos en los ojos mientras miraba su cena con emoción-. De todas formas, ¿quién es Naruto?
-Eh... -Me quedé en blanco-. Bueno ya qué, toca contarte todo el lore.
Y después de eso me pasé prácticamente toda la salida contándole la historia de Naruto de pies a cabeza, hasta el relleno le conté. Y lo peor de todo es que él me escuchaba interesado, cosa que me motivaba a seguir contándole todo.
-Sasuke me recuerda a mí -comentó.
-¡Siii! -respondí con un pequeño sonrojo-. Por eso es mi husbando.
-¿Husbando? -preguntó, mirándome confundido.
Jajajaj, la cagué.
-No... No es nada.
-Debe ser algo -insistió, y no recibió respuesta-... Si no me lo dices se lo voy a preguntar a tu hermano.
-¿Me estás chantajeando?
-No, te estoy preguntando algo y no me quieres decir.
-Emo chantajista, por eso todos te odian.
-¿Vas a empezar tú también?
-¡Lo haré!
-Tch, no me digas nada entonces -dijo molesto.
Lo miré apenada, tal vez estaba molesto de verdad.
-Husbando... -Empecé a decir, bajando la cabeza con un sonrojo creciente-. Husbando significa que me gusta de una manera romántica.
Giyuu se quedó callado.
-Pero Sasuke no existe, así que no es nada -dije rápidamente-. A-Además... Ya no me gusta como me gustaba antes, porque alguien mucho más importante llegó a mi vida y me hizo ver que no necesito nada más.
Tal vez estoy hablando de más, pero... cada día me es más difícil ocultar cómo me siento.
-Bien por ti -dijo Giyuu. Ya nos habíamos terminado la comida, pero había una inexplicable tensión entre nosotros.
Pagamos la cuenta y salimos de allí. El tiempo había pasado volando, y ya comenzaba a anochecer. Las calles de la aldea estaban desiertas, unas pocas luces iluminaban el lugar.
La finca de Giyuu no estaba lejos, por lo que llegamos rápidamente. En cuanto llegué fui directo a tomar una ducha, y mientras lo hacía pensé en todo lo que me había pasado hasta ese momento.
Hoy casi le digo que me gusta. ¿Por qué...? ¿Por qué no puedo apagar esos sentimientos?
Quería dejar de sentir esa opresión en mi pecho; ese lazo que me ataba a él de manera inconsciente, esos impulsos que me hacían querer abrazarlo y protegerlo del mundo entero.
Giyuu no me quiere más que como amiga, y no me verá como algo más que eso.
Entonces llegó a mi mente una manera de eliminar esos pensamientos. Si me le declaraba... ¿podría aceptar de una vez que mi destino no era a su lado? ¿Se alejaría de mí? ¿Se burlaría? No, Giyuu no era ese tipo de persona. ¿Sentiría, entonces, lástima por mí? No, Giyuu era directo y no dudaría en aclarar que no está interesado en mí.
Salí de la ducha y envolví mi cuerpo con la toalla una vez me sequé. Salí del baño y entré a mi cuarto. Busqué por entre las prendas de ropa que tenía hasta que encontré lo que tenía en mente: un hermoso yukata lila con azul y detalles en blanco.
Me lo puse, cepillé mi cabello y lo dejé suelto. Tomé en mis manos un pequeño broche de flor de sakura y lo miré indecisa. ¿Se vería bien en mí algo tan delicado y fino?
Lo observé por unos segundos y lo llevé a mi cabello, colocándolo delicadamente. Me puse frente al espejo con los ojos cerrados, temerosa del resultado, y los abrí rápidamente.
Esta... ¿soy yo?
No recordaba ser así de bonita. Mi rostro era lindo y delicado como el de una muñeca, y mis ojos eran tan verdes como una esmeralda. Pero el verdadero toque era las fulgurantes estrellas de seis puntas que figuraban en ellos.
No había tenido tiempo de observarme en el espejo desde hacía mucho, y gracias a eso pude darme cuenta de que había dejado de ser una niña. Ya no tenía dieciséis años; eran diecisiete, y pronto serían dieciocho.
Y aun viéndome bonita, aun viéndome delicada y femenina, no podía evitar fijarme en los detalles mínimos que según yo me hacían menos bella.
Era como si observarme por mucho tiempo me hiciera olvidar poco a poco la efímera felicidad que tuve por unos segundos sintiéndome hermosa.
¿Y si debía colocarme un poco de maquillaje? Sí, eso debía ser. Busqué por un par de cajones hasta encontrar una pequeña cajita sin fondo casi. La abrí, y observé durante unos instantes el rosáceo bálsamo labial que había en ella.
Unté mi dedo índice con el bálsamo y lo apliqué en mis labios suavemente. Cerré la cajita, la devolví a su sitio y me miré al espejo.
Hermosa era la palabra perfecta para describirme. Era como si ese mínimo detalle me hubiese vuelto a sumir en el sueño de ser bella. Pero ¿cuánto tardaría en despertar?
Fue por eso que decidí dejar de mirarme en el espejo; tal vez así me quedaría con la imagen de mí viéndome hermosa. Salí rápidamente de mi habitación, y casi corriendo me dirigí al patio trasero.
Creo que, inconscientemente... Quiero que él esté ahí. Quiero que me vea siendo hermosa.
Mi respiración se volvía inestable mientras corría, pero mi corazón me pedía a gritos ver a Giyuu. Tal vez estaba fuera de mí, pero eso no me importó en ese momento.
-¡GIYUU! -grité, cerrando los ojos con fuerza.
Y, efectivamente, Giyuu no estaba ahí.
¿Acaso pensé que él me estaría esperando? ¿Cómo... en qué momento llegué a pensar eso?
-¿____?
Esa voz...
Volteé, casi que por instinto, y ahí estaba él. Sus ojos estaban abiertos de par en par, y sus mejillas estaban sonrojadas.
Mi corazón se aceleró al encontrarse mis ojos con los suyos. Sentí mis mejillas arder, y mis ojos comenzaban a arder también. Un torbellino de emociones mezcladas entre sí recorría mi cuerpo, como si recordase todo lo que me afligía y lo añadiera inconscientemente a la turba de pesares que se desenvolvía en mi interior. Era una tristeza que no tenía explicación.
Giyuu se acercó a mí con cautela y acarició mi mejilla con delicadeza.
-¿Por qué lloras? -susurró, sin apartar sus ojos de los míos.
¿Estoy llorando?
Un líquido caliente se deslizaba por mis mejillas. ¿Por qué lloraba? ¿Por qué me sentía tan débil de súbito?
-No... no lo sé -respondí, llevé mi mano a su mejilla y la acaricié.
Nos quedamos un rato mirándonos fijamente, con una distancia casi inexistente separando nuestros rostros.
-_____.
-¿Sí?
Giyuu volvió a acariciar mi mejilla.
-¿Me dejas besarte?
Abrí los ojos con sorpresa, pero acerqué más mi rostro al suyo y cerré los ojos.
-Puedes hacerlo -murmuré.
Y lo hizo. Giyuu unió nuestros labios en un beso suave y lento, un beso que calmó la tormenta que me azotaba por dentro, y que creó mil quinientas más. Era un beso torpe e inexperto, pero apasionado al mismo tiempo.
Si no fuera porque nuestros cuerpos pedían oxígeno a gritos, no nos habríamos separado nunca. Abrí los ojos y me volví a encontrar con los del Pilar del Agua.
Él se inclinó levemente para unir su frente con la mía. Cerró sus ojos con calma y habló:
-Mi hermana una vez me dijo que cuando encontrara a la persona que hiciera latir mi corazón con fuerza, y que me hiciera sentir feliz, le dijera unas palabras. La luna está hermosa... ¿Sabes lo que significa?
Abrí los ojos con sorpresa, y aparté la mirada.
-Es una declaración de amor -contesté-. La más pura de todas. Si la otra persona responde que siempre lo ha estado, quiere decir que no corresponde a los sentimientos de quien se confiesa. Y si responde que puede morir en paz, significa que acepta los sentimientos de quien se confiesa.
Giyuu sonrió y abrió los ojos. Por primera vez en mucho tiempo ya no había vacío en ellos. Ahora había luz.
-Ah, ahora lo entiendo, _____. La luna... está hermosa ¿no lo crees?
Sonreí y una lágrima resbaló por mi mejilla. Pero no era una lágrima de tristeza, todo lo contrario, era de la felicidad más pura que había sentido en toda mi vida.
-Ahora puedo... morir en paz.
Giyuu sonrió y tomó mis mejillas con sus manos, nuestras frentes aún unidas, y me atrajo hacia él para volver a besarme.
Esta vez nuestros labios encajaron perfectamente, moviéndose con suavidad y, a la vez, con pasión.
Nos separamos.
-______ -dijo-, ¿puedo ser tu novio?
Lo pensé por unos segundos.
-Mmmmm... no lo sé -respondí, fingiendo indiferencia.
Giyuu me miró desconcertado.
-¿Cómo que no sabes?
-Tal vez si me besas de nuevo pueda pensar en una mejor respuesta para ti -dije, y sonreí con inocencia.
Giyuu rió suavemente. Era la primera vez que lo escuchaba reír.
-Bueno, entonces te besaré la noche entera si hace falta -respondió, cerrando los ojos con calma.
Ante eso no pude evitar agarrar el cuello de su uniforme de cazador, atraerlo a mí y besarlo de nuevo. Este fue un beso más apasionado y rápido.
Probablemente esta será mi nueva adicción.
Nos separamos y nos miramos sonrientes.
-Sí quiero -dije finalmente-. Pero ya es tarde, así que a dormir ya.
-Sí, sí -respondió Giyuu.
Dicho esto abandonamos el patio trasero de la Finca Tomioka para entrar a la casa, dejando de único testigo a las glicinas, a la cascada y a la luna.
Wow, simplemente, wow.
Nunca creí que llegaría tan lejos con esta historia, y les agradezco un montón a los lectores que me han acompañado hasta ahora.
Obviamente este no es el final, claro que no, es tan sólo el comienzo.
Muchas gracias por las +100 vistas, ya casi 200, es una alegría inmensa para mí </3
Recuerden seguirme para saber la fecha de estreno de cada capítulo, votar, comentar y compartir la historia con sus amigos interesados en este tipo de historia.
Un abrazo de su escritora,
Emma Roses.
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