Capítulo 5: ¿Un nuevo entrenamiento?
Corrimos tan rápida y sigilosamente como dieron nuestros pies.
-¿No deberíamos esperar a la noche? -preguntó Ash, sin apartar la mirada del frente.
-Es probable que solo tengamos que esperar un poco a que anochezca -contesté-. Son casi las seis y media de la tarde, así que nos dará tiempo para echar un vistazo alrededor.
Ash tragó saliva y siguió corriendo a mi lado sin decir otra palabra. Llegamos a la cueva media hora después, ya entrada la noche. No parecía profunda, pero la oscuridad que se hallaba en su interior no nos brindaba una visión clara de lo que había en ella.
Alumbrados por la escasa luz de la luna nos adentramos a la cueva. Pero en cuanto lo hicimos un inmundo olor a sangre y putrefacción me llegó a la nariz y me hizo contener las ganas de vomitar. En cuanto mis ojos se acostumbraron a la oscuridad tuve una de las peores visiones de mi vida.
-¡Mierda! -se quejó Ash por lo bajo, y yo solo contuve unas terribles ganas de vomitar.
Aquello era el mismo infierno. Unos veinte cadáveres en descomposición (de algunos solo quedaban los huesos) yacían amontonados unos encima de otros en el suelo.
-Ara ara~ -Se escuchó una voz burlona detrás de nosotros-. ¿Qué clase de débiles corderitos se han atrevido a invadir mi cueva? ¿Cómo los mataré? Fufu~ Hoy la comida ha venido so-
No terminó de hablar porque en un abrir y cerrar de ojos su cabeza rodaba por el suelo, desprendida de su cuerpo.
Nuestras katanas se habían encargado, a la vez, de rebanarle la cabeza al demonio.
-Fue demasiado fácil-murmuró Ash con sorpresa.
La cabeza del demonio gritaba y su cuerpo pataleaba con fuerza. Una vez le miré los ojos pude leer en uno de ellos:
三 (Tres)
-Luna demoníaca inferior... -comenzó a decir Ash.
-Tres -finalicé yo, boquiabierta.
"Para ostentar el importante cargo de pilar se debe de haber derrotado a una de las Doce Lunas o aniquilado a cincuenta demonios, además de haber completado un entrenamiento intensivo que podría llevar unos cinco años (o unos meses, si se es extraordinariamente fuerte)".
-¡Caw! -graznó Ichigo, el cuervo de Ash-. ¡Los hermanos Hoshino han derrotado al mismo tiempo a una de las doce lunas demoníacas en cuestión de segundos! ¡Caw!
-A-Ash -Miré a mi hermano, que me devolvió la mirada con una sonrisa de oreja a oreja-. ¿Esto quiere decir que...?
-El equipo de saneamiento kakushi se encargará del resto. ¡Síganme, los guiaré a la sede! -exclamó mi cuervo Fulgencio de los Rosales Martínez, cuyo nombre abreviaré como "Fulgencio"-. ¡Oyakata-sama los espera para darles sus próximas órdenes en persona!
-No esperaba verlos aquí tan pronto -dijo Oyakata-sama, sentado frente a nosotros-, pero tampoco me sorprende. ¿Saben lo que acaban de hacer?
-Sí -contesté algo tímida-. No sabíamos que era una luna hasta que vimos su ojo...
-Eso solo reafirma lo fuertes que son ustedes dos. -Sonrió el patrón-. Me atrevería a decir que han sido los primeros cazadores de demonios en toda la historia en conseguir eliminar a una luna demoníaca inferior en segundos, y en la primera misión. Es verdad, fue mucha suerte que la hayan encontrado, pero ¿cortarle la cabeza con tal rapidez y eficacia? Esa es una hazaña de la que pocos se precian haber alcanzado. Estoy orgulloso, hijos míos.
-Oyakata-sama... -susurré, conmovida.
-Pero -volvió a hablar Oyakata-sama- también espero que entiendan que eso aún no es suficiente para ser pilares.
-Hay un entrenamiento de por medio, ¿verdad? -preguntó Ash.
-Sí -respondió el pelinegro-. Tienen dos opciones. La primera es pasar un entrenamiento intensivo con los nueve pilares sin un límite determinado de tiempo, pues una vez hayan finalizado todas las pruebas ya podrán ostentar el cargo de pilares.
Eso debe ser como el arco del entrenamiento para ser pilares.
-La otra, aunque más prolongada, puede ser más fácil o más difícil -siguió el patrón-. Se trata de un entrenamiento de un año con un pilar de su elección, básicamente como su aprendiz.
-¿De nuestra elección? -preguntó Ash, y creo que, como yo, ya tenía en mente con quién iba a hacer el entrenamiento.
-Así es -contestó Oyakata-sama-. Deberían escoger un pilar cada uno, por lo que tendrían que tomar caminos separados.
Ash y yo nos miramos.
-Elige tú primero -me dijo, aunque en su mente ya tenía una idea de a quién yo escogería.
Miré a Oyakata-sama con determinación.
-Quiero hacer mi entrenamiento con el Pilar del Agua, Tomioka Giyuu -declaré, decidida.
Oyakata-sama sonrió.
-Está bien -respondió-. ¿Y tú, Ash?
Ash la tenía más difícil que yo. Yo no sólo elegí a Tomioka porque me gustaba y era mi Pilar favorito, sino porque su estilo de respiración y sus técnicas eran más convenientes para mí de entre todos los pilares. Pero Ash...
-Entrenaré con el Pilar de la Flama, Rengoku Kyojuro -dijo mi hermano, de repente, y creo que al patrón también le sorprendió su decisión.
Si bien Rengoku era el pilar al que más admiraba mi hermano, sus sentimientos de amor hacia otro eran incluso mayores que aquella admiración.
Shinobu Kochō, con unas pocas apariciones en el anime, se había ganado el corazón de Ash. Sin embargo, si quería ser tan fuerte como un pilar, debía pulir sus habilidades al máximo. Y el pilar más indicado para ello era, sin duda alguna, el de la flama.
-De acuerdo, está decidido entonces -dijo Oyakata-sama, con una sonrisa tranquila en sus labios-. Ambos pilares serán notificados de esto, por lo que deberían ir a buscarlos en sus respectivas fincas para comenzar su entrenamiento.
-Hai. Muchas gracias por esta oportunidad, Oyakata-sama. -Hice una pequeña reverencia junto a mi hermano.
-Soy yo quien debería estar agradecido por tener a tan talentosos jóvenes del lado de los cazadores de demonios -respondió el pelinegro-. Avechen este entrenamiento para aprender de un pilar de verdad y fortalecerse cada día más. Ahora vayan, hijos míos, que ya mis cuervos deben haber avisado a Giyuu y a Kyojurō.
-¡Sí!
-Bueno, aquí nos separamos -comenté, algo triste. Esta sería la primera vez que estaría alejada de mi hermano por tanto tiempo.
-Tranquila, te escribiré tanto que te cansarás de mí -bromeó mi hermano, acariciando mi cabeza con una sonrisa divertida.
-Sí, sí -suspiré-. Y no te preocupes, ya tendrás tiempo para acercarte a ella.
Ash entreabrió los labios, no esperando aquella respuesta, pero sólo sonrió y asintió, entendiendo que me refería a Shinobu.
-¡Sayonara! ¡No me extrañes demasiado, onii-chan! -exclamé, más animada que antes, mientras me encaminaba de espaldas hacia el este.
-¡Sí, lo que digas! ¡Disfruta tu entrenamiento! -exclamó Ash con cierta burla, encaminándose hacia el oeste sin mirar atrás.
-¡Cállate! -contesté apenada, volteándome para mirar hacia delante.
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