CAPITULO 4-UN NUEVO ALIADO


NARRADOR

La posada estaba llena de gente, y el ambiente era cálido y acogedor. En una de las mesas, un hombre corpulento con una armadura pesada estaba sentaba con su grupo, disfrutando de una jarra de cerveza y una comida caliente.

—Lo siento, niña, ya estamos completos en nuestro grupo. —dijo el hombre, mirando a la chica que se acercaba a su mesa.

La chica se detuvo, su rostro se ensombreció y sus ojos rojos claro se entristecieron.

—Oh... Entiendo .—dijo ella, antes de darse la vuelta y salir de la posada con paso lento.


La chica era una joven mujer con un cabello azul oscuro que caía en suaves ondas hasta la espalda. Su figura esbelta y elegante se destacaba bajo la luz tenue de la posada. Llevaba un círculo dorado en la frente, que resaltaba su belleza y su aura misteriosa.

Su vestimenta era sencilla pero elegante: un chaleco blanco que se ajustaba a su torso, destacando su silueta femenina, y una capa azul que caía suavemente sobre sus hombros. Sus guantes amarillos cubrían sus manos delicadas, y sus botas altas y amarillas completaban su atuendo. En su mano derecha llevaba un bastón de roble pulido que parecía ser su compañero constante.

—esta es la séptima vez que me rechazan un grupo de aventureros. —dijo Luna, su voz llena de frustración y desilusión. Se detuvo en la calle, mirando hacia abajo, y su cabello azul oscuro cayó sobre su rostro como una cortina.

Luna era una Sabia, una vocación que requería sabiduría, inteligencia y habilidad en la magia. Era una chica con un gran potencial, pero parecía que nadie estaba dispuesto a darle una oportunidad. Su mirada se volvió hacia el suelo, y su bastón de roble pulido se apoyó en la tierra, como si fuera un símbolo de su determinación.

Había cumplido 16 años solo unos días atrás, y como cualquier adolescente, anhelaba aventuras emocionantes, hacer nuevos amigos y encontrar tesoros con su propio grupo de aventureros. Sin embargo, esto parecía un sueño lejano. Sus amigos de la infancia ya habían partido a diferentes rumbos, algunos se fueron a la Ciudad de Aliahan, donde encontrarían nuevas oportunidades de trabajo y aventuras. Otros se unieron a la guardia del rey o se convirtieron en aprendices de habilidades tradicionales.

Ella, sin embargo, se quedó en el pequeño pueblo de Reeve, donde la vida parecía estática y predecible.

La tranquilidad del pueblo se vio interrumpida por una voz alta y llena de sarcasmo.

—vaya, ¿entonces solo te dio cosas que no necesitas? ¿Acaso el reino no tiene presupuesto para comprar algo decente? A mí se me hace que le están robando los impuestos.

Luna se dio la vuelta para ver quién era el dueño de esa voz. En la entrada del pueblo, dos personas se acercaban. Un niño de 12 años con sus manos en los bolsillos caminaba con una actitud relajada, vestido con ropa rara, pero cómoda que no llamaba la atención.

En cambio, la chica que caminaba junto a él era una historia diferente. Tenía la misma edad que Luna, pero emanaba una aura de autoridad y confianza que era difícil de ignorar. Su mirada parecía penetrar hasta el alma, y Luna se sintió atraída hacia ella de manera instintiva. No sabía por qué, pero sentía una conexión con la chica que no podía explicar.

La chica se detuvo frente al pueblo y se volvió hacia el niño, que se había parado con los brazos cruzados y una expresión de descontento en el rostro.

—¿en serio no te puedes estar en silencio por un minuto, mocoso?. —preguntó la chica con un tono de fastidio.

—bueno, esto no hubiera sucedido si no me trajeras aquí contra mi voluntad. —dijo el niño, su voz llena de resentimiento.

La chica se cruzó de brazos y levantó una ceja, desafiando al niño con su mirada.

—¡nadie te obligó a venir conmigo! ¡Tú fuiste quien quiso venir!. —dijo la chica de cabellera castaña, su voz firme pero con un toque de exasperación.

El niño se rió con una sonrisa boba, su expresión de resentimiento desapareciendo de repente.

—jajajaja, no, si es cierto —dijo el niño.

La chica agitó su cabeza de un lado a otro, como si estuviera decepcionada por la falta de seriedad del niño.

—mejor sigamos. Debemos encontrar pistas sobre el paradero del portal. —dijo la chica de cabellera castaña, su voz firme y decidida.

El niño se enderezó, su expresión cambiando de la risa a la seriedad. Se puso firme, con su mano en su frente en un saludo militar.

—¡a la orden, mi heroína! .—dijo el niño, su voz llena de entusiasmo, aunque era evidente que estaba fingiendo. Su tono era exagerado y su sonrisa parecía forzada.

La chica lo miró con una ceja levantada, como si pudiera ver a través de su fachada. Sin embargo, no dijo nada y se limitó a asentir con la cabeza. Luego, se volvió hacia el niño y le dijo:

—recuerda, necesitamos encontrar cualquier pista que nos lleve al portal. No te distraigas.

El niño asintió con la cabeza, aunque su expresión seguía siendo un poco fingida. La chica no pareció notarlo y se dirigió hacia el centro del pueblo, donde se encontraban la mayoría de las tiendas y los mercados.

El niño, por su parte, se dirigió hacia la periferia del pueblo, donde se encontraban las casas de los aldeanos y los campos de cultivo. Luna los observó mientras se separaban, preguntándose qué información.

Sin pensarlo dos veces, Luna se dirigió detrás del niño, siguiéndolo a una distancia prudente. Se preguntó por qué estaba haciendo esto, pero algo en su instinto le decía que el niño podría ser una fuente valiosa de información. Aunque parecía un poco idiota, había algo en su actitud que sugería que podría estar ocultando algo.

Además, Luna se dio cuenta de que podía ayudar a la chica de forma indirecta, sin que ella se diera cuenta. La idea de ayudar a alguien sin que se dieran cuenta la hizo sonreír ligeramente. Siguió al niño, curiosa por ver qué haría a continuación.

Después de una charla corta, el niño asintió con la cabeza y se despidió de los aldeanos. Luego, se dirigió hacia otro aldeano que estaba trabajando en su jardín, regando las plantas con un cubo de agua. El niño se acercó a él con la misma seriedad y voz neutra que había utilizado anteriormente.

En eso, Luna escucho algo que le llamó mucho al atención de la conversación.

—¿torre Najimi?. —pregunto el niño.

—así es, puedes ir aya, puede que encuentren lo que busque. —respondió el hombre.

—gracias por su colaboración. —respondió el niño, antes de darse la vuelta y retirarse.

El niño se dirigió en busca de su compañera, pero su camino se vio interrumpido de repente. Luna se puso enfrente de él, bloqueando su paso con una mirada seria y curiosa.

El niño se detuvo en seco, sorprendido por la repentina aparición de Luna. La miró con una mezcla de confusión y cautela, como si estuviera preguntándose qué quería ella.

—¿la puedo ayudar en algo?. —preguntó el niño, su voz neutra y educada.

Luna lo miró fijamente, su expresión seria y curiosa.

—¿tú qué buscas aquí en este pueblo? —preguntó Luna, su voz firme y directa.

El niño se encogió de hombros, su mirada desviándose ligeramente hacia un lado.

—nada en particular. —respondió el niño, su voz un poco demasiado casual.

Luna arqueó una ceja, su mirada intensificándose.

—no te creo. Hay algo que estás buscando. Algo importante. ¿Qué es?. —dijo Luna, su voz baja y firme.

El niño se encogió de hombros como si le diera igual y rodeó a la chica para seguir con su camino. Sin embargo, su intento de evasión fue interrumpido abruptamente.

El bastón de Luna se puso enfrente del niño, bloqueando su paso. El niño la miró por el rabillo del ojo, su expresión una mezcla de sorpresa y molestia.

Luna lo miró fijamente, su mirada desafiante.

—no te vas a ir hasta que me digas la verdad. —dijo Luna, su voz firme y decidida.

El niño infló su pecho, intentando parecer más grande y valiente.

—¿ysi noquiero q?. —el niño, su voz llena de desafío.


Luna retrocedió un poco, su mirada no cediendo un ápice. Luego, con un movimiento rápido y preciso, apuntó con su bastón directamente al niño. Luna cerró los ojos y comenzó a recitar algo en un tono bajo y misterioso.

Después de unos segundos, la punta del bastón que apuntaba al niño comenzó a emitir una luz oscura y opaca. La luz se intensificó rápidamente, hasta que se formó una esfera oscura que parecía absorber la luz a su alrededor.

—¡¿qué carajos es eso?!. —preguntó el niño, retrocediendo con un salto.

Luna sonrió ligeramente, su mirada brillando con una luz misteriosa.

—Esto es una esfera oscura, se llama "Mini Rayo". Es un ataque mágico muy poderoso. Cuando impacta a alguien, este recibe un gran daño. Y no te preocupes, no te matará... pero te hará hablar. —respondió Luna, su voz baja y firme.

La esfera oscura comenzó a crecer y a intensificarse, su presencia parecía llenar el aire de una energía oscura y peligrosa.

—¿en serio piensas que con eso me vas hacer hablar?. —preguntó el niño con una sonrisa desafiante, como si estuviera disfrutando del momento.

Luna lo miró fijamente, su expresión seria y decidida.

—sí. —respondió Luna, su voz firme y segura.

El niño se rió y levantó los brazos en señal de rendición, como si estuviera diciendo "me rindo".

—entonces tienes toda la razón. —dijo el niño, con una sonrisa irónica y divertida.

Luna asintió con la cabeza y, con un movimiento de su bastón, hizo desaparecer la esfera oscura. El aire pareció liberarse de una pesada carga, y la tensión se disipó.

—primero que nada, responde las preguntas que te voy hacer, ¿quién es chica que te acompañaba hace un rato?. —dijo Luna, su voz firme pero controlada.

—ella se llama Eryndor, es de la Ciudad de Aliahan y ella es la heroina. —dijo el niño de forma habitual.

Luna asintió con la cabeza, anotando mentalmente la información. Luego, continuó con su interrogatorio.

—¿que buscan en este pueblo?. —mirada penetrante y expectante.

El niño se encogió de hombros, como si la pregunta fuera obvia.

—buscamos una pista, ahora la respuesta es la torre Najimi. Eso es todo. —dijo el niño, su voz clara y directa.

—entiendo. —dijo Luna, su voz baja y reflexiva.

El niño, por otra parte, pasó por al lado de ella con sus manos en sus bolsillos, como si estuviera dispuesto a seguir su camino. Su actitud era relajada y confiada.

—¡un momento!, ¡¿a donde crees que vas?!. —exclamó Luna, su voz firme y autoritaria.

El niño se detuvo por un momento, pero no se dio la vuelta. Su voz sonó tranquila y segura.

—a buscar a mi compañera, ¿no es obvio?, iré a informarle. —respondió el niño.

El niño siguió caminando.

Sin esperar a que Luna respondiera, el niño siguió caminando con paso firme y decidido. Luna lo observó durante un momento, su mirada intensa y desconfiada. Luego, con un movimiento rápido, se puso en marcha detrás de él, decidida a no dejarlo escapar.

El niño, por otra parte, parecía indiferente a la presencia de Luna. No se dio la vuelta ni cambió su ritmo de caminata.

—tu, ¿cómo te llamas?. —preguntó Luna, su voz firme y autoritaria.

El niño respondió de forma vaga, sin siquiera mirar hacia atrás.

—Martín. —dijo el chico, su voz baja y desinteresada.

Luna frunció el ceño, su mirada intensa y desconfiada. No le gustaba la actitud del niño.

—mi nombre es Luna y soy de la clase Sabio. —dijo Luna, su voz firme y clara.

Martín se detuvo en seco, como si hubiera recibido un golpe invisible. Su cuerpo se quedó inmóvil durante unos segundos, y Luna pudo ver una sombra de confusión en sus ojos. Parecía como si estuviera experimentando un déjà vu, como si hubiera vivido ese momento antes.

Luego, sin decir una palabra, Martín siguió caminando como si nada hubiera sucedido.

—entonces, eres de la clase Sabio... . Interesante... Muy interesante. —dijo Martín sin seguir mirando atrás, su voz baja y pensativa.

Las palabras de Martín parecían cargadas de un significado oculto, y Luna se sintió intrigada. Antes de que pudiera preguntar algo, Martín se detuvo de nuevo y miró hacia adelante. Luna siguió su mirada y vio a una chica de cabellera castaña, que salía de una tienda de equipo y armamento.

—oye Eryndor, ya encontré una pista. —dijo Martín.

Eryndor dirigió la mirada en dirección de la voz, y efectivamente, era su compañero fastidioso que hacía chistes malos.

—¿qué has encontrado esta vez, mocoso?. —preguntó Eryndor, su voz ligeramente molesta.

Cuando Eryndor se acercó, pudo ver a Luna, que estaba observando la escena con curiosidad. Eryndor levantó la ceja, sorprendida por la presencia de la chica.

—¿Ahora qué demonios has hecho, mocoso?. ¿Quién es esta chica?. —preguntó Eryndor, su voz un tanto fastidiada y con un toque de exasperación.

Antes de que Martín pudiera responder, Luna se movió con rapidez y empujó a Martín con brusquedad, haciéndolo perder el equilibrio. Martín se desplomó hacia atrás, su cuerpo golpeando el suelo con un ruido sordo, y su trasero recibió el impacto con un golpe seco.

Luna no pareció importarle la caída de Martín y se puso de frente a Eryndor, mirándola con una expresión sorprendida y feliz. Con un entusiasmo que parecía excesivo, Luna extendió su mano y agarró con fuerza su bastón, como si estuviera a punto de partir en una aventura emocionante.

—¡mucho gusto, señorita Eryndor! . Mi nombre es Luna, y soy de la clase Sabio. —dijo Luna, su voz llena de emoción.

—¿una Sabio?, vaya. —dijo Eryndor con una sonrisa, su mirada llena de curiosidad y diversión.

—¡¿es acaso usted una heroína?!. —preguntó Luna, su voz llena de emoción y sus ojos brillantes con entusiasmo.

Eryndor asintió con la cabeza en señal de afirmación, su sonrisa ampliándose ligeramente.

Martín se levantó del suelo con un semblante molesto, frotándose el trasero con una expresión de dolor. Su mirada se dirigió hacia Luna, y su ceño se frunció en una expresión de desaprobación.

—vaya, eres más delicada que un rinoceronte apurado. —dijo Martín, su voz llena de sarcasmo y su tono irónico.

Eryndor fijó su mirada en Martín, su expresión seria y expectante. Su voz fue firme y directa.

—¿ya encontraste algo de información?. —preguntó Eryndor, su tono exigiendo una respuesta clara y concisa.

—¿eh?, ¡oh!, sí, encontré algo que nos va a servir. —dijo Martín.

—a ver, escuchó. —dijo Eryndor.

—la Torre Najimi es la respuesta, ¿recuerdas que pasamos en un bosque para llegar más rápido aquí?, bueno, más al centro, hay esta la Torre Najimi, me lo dijo un aldeano. —dijo Martín encogido de hombros.

—bien, partiremos ahora, ¿vas a llevar algo?. —dijo Eryndor.

—tengo Hierbas curativas y de antídotos, estoy preparado. —dijo Martín.

Justo cuando Eryndor y Martín iban a caminar, la voz de Luna los detuvo. Su tono era expectante y llena de emoción.

—¿puedo ir con ustedes?!. —preguntó Luna, su mirada fija en Eryndor, con una mezcla de esperanza y determinación.

Eryndor se detuvo y se volvió hacia Luna, su expresión seria y evaluadora. Martín también se detuvo, observando la escena con interés.

—no lo se. No creo que sea buena idea. —dijo Eryndor con un tono de voz preocupada.

Martín se opuso a la opinión de Eryndor.

—de hecho no es mala idea. Ella tiene habilidades mágicas, necesitamos alguien que tenga hechizos de ataque. —dijo Martín.

Luna se adelantó, su voz llena de confianza y determinación.

—no solo se hechizos de ataque, señorita Eryndor, también tengo hechizos curativos. —dijo Luna.

Martín asintió con la cabeza, apoyando la afirmación de Luna.

—¿vez? Hasta tiene hechizos curativos, mucho mejor. —dijo Martín

Eryndor observó a Martín con una ceja levantada, su expresión ligeramente molesta, como si Martín estuviera tomando decisiones sin su consentimiento. Sin embargo, luego se volvió hacia Luna, y su expresión se suavizó.

—esta bien, puedes ir con nosotros. —dijo Eryndor con una pequeña sonrisa, su voz llena de aceptación y aprobación.

Luna se iluminó con una sonrisa radiante, su rostro reflejando su emoción y gratitud. Martín solo levantó el pulgar.

◇◇◇

GRUPO  DE  LA  HEROÍNA 

Eryndor

Mujer

Clase: héroe

Nivel: 18

Fuerza: 71

Agilidad:26

Vigor: 70

Saber: 16

Azar: 37

Luna

Mujer

Clase: Sabio

Nivel: 18

Fuerza: 19

Agilidad:32

Vigor: 42

Saber: 39

Azar: 39

Nombre: Martín

HP: 120/120

Saciedad: 100/100

Fuerza: 15

Defensa: 10

◇◇◇

Escritor: hola, ¿cómo la pasaron el 31 de diciembre?, ¿mucho alcohol?, bueno, lo importante es festejar y reunirse con la familia. . . O quedarse solo en el cuarto con Manuela.

Y, por supuesto, espero que hayan disfrutado del último capítulo. No olviden votar, ya que sus votos me ayudan mucho a seguir escribiendo este fanfic-game. ¡Cada voto cuenta!

También me encantaría leer sus ideas y opiniones en la caja de comentarios.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top