Universo Re Zero

"Al momento en el que todo se apagó a mi alrededor, solo encontré Oscuridad. Los ojos cerrados y sin ninguna percepción a mi lado, solo silencio. Pienso que, quizás, esta es la mejor más tranquila para morir, ya que no sientes nada. Después de aquel choque, todo terminó, sin embargo...¿Qué es eso?".

- ¿Subaru? ¿Subaru?.- Escuchaba una voz familiar que me llamaba. El cuerpo lo sentía pesado, cansado, no podía abrir los ojos pero esa voz...¿Esa voz me conoce? ¿Quién es?. Quería hablar, reflejar mis palabras, en medio de la Oscuridad, para poder ver a la persona que me estaba hablando.- Subaru, ¡Subaru, soy yo, Rem! ¡Despierta! ¡Despierta, por favor!.- Rogaba aquella persona, mientras que lo movía e intentaba curarlo.

"¿Me llamó Subaru? ¿Natsuki Subaru?. Pero...¿Qué carajos significa todo esto?. Yo no soy Natsuki Subaru, tengo un nombre de verdad, soy...Espera...No...No lo recuerdo...¿Quién era yo realmente? ¿Siempre fui esta persona? ¿Cómo eran mis padres? ¿De dónde era? ¿De Argentina? ¿Uruguay?. Espera un minuto...".- Pensaba aquel joven reencarnado y de ahí fue sintiendo que sus ojos, pesadamente cerrados, se iban abriendo, poco a poco hasta ver a una chica de cabellos celestes, flequillo que le cubría el lado izquierdo, unos hermosos ojos de aquel mismo color y vestida de Maid. No podía distinguirla de todo, el entorno estaba difuso, quizás por el Sol pero, poco a poco, comenzó a levantar cabeza hasta que, de improvisto, se topó con varias personas a su alrededor, quienes estaban muy preocupadas por él, incluyendo una chica mitad Elfo y cabello blanco.

Varias de las presentes tenías las manos contra la boca, evitando no llorar, mientras que el joven iba abriendo los ojos. Se hallaba cansado, parecía que se rendía pero la voz de aquella peli celeste lo iba devolviendo al Mundo.

- Subaru...Por favor...No mueras...Te lo suplico.- Pedía la chica vestida de Maid y él sintió las lágrimas de ella que caían contra su rostro, llevando a que recuperara la vista, poco a poco hasta que, de improvisto, lo pudo sentir, aquel abrazo que la joven le daba.- No me iré de tu lado. Peleaste a mi lado y diste todo para protegernos del enemigo, ahora...ahora no te dejaré solo...- Prometía la joven y de ahí fue cuando sintió las manos del muchacho que la miraba.

La boca la tenía seca. Miró a su alrededor, donde pudo atisbar los cuerpos de aquellos miembros del "Culto de la Bruja", muertos, derrotados, incluyendo Petelgeuse pero, ahora, él también tanteó y notó que tenía varias heridas junto a la sangre que había caído contra el piso, mientras que la Maid estaba a su lado, curándolo.

- Tranquilo, estarás bien. Solo espera.- Pedía ella y de ahí tomó su mano.

- R...Re...Rem...- Aquel nombre la llevó a que ésta abriera los ojos, sorprendida de oírlo hablar.- Rem...¡Rem!.- Gritó, en aquel momento, con lágrimas de la emoción en sus ojos, mientras que la abrazaba con todas sus fuerzas, tomándola en sus brazos, acercando a la chica hasta su pecho, mientras que lanzaba un grito hacia los Cielos, uno que reflejaba el momento exacto de su reencuentro.- ¡Todo este tiempo...yo fui un ciego...perdóname, perdóname por no haber aceptado tu amor! ¡Tú misma lo decías: Yo soy tu Héroe pero, cuando perdiste tus recuerdos, cuando todo se había hundido...yo...yo!.- Exclamó con los ojos empapados por aquellas lágrimas que no paraban de caer y de ahí ella le tomó del rostro.

No la quería soltar, sentía que tenía que protegerla, cuidarla, aún cuando él lo hizo y había vuelto de la Muerte en repetidas ocasiones. Pero ¿cuánto uno está dispuesto en cumplir con sus promesas?. Él los quería salvar a todos, consiguiendo ese objetivo pero topándose con gente mucho más peligrosa que los anteriores. Personas capaces de borrar su mera existencia, para siempre, de la faz de aquel Mundo. 

Pronto, él sintió las manos de Rem que enjuagaban sus ojos, las lágrimas desaparecían de allí y con ello él pudo admirar ese bello rostro, esa sonrisa tan cálida, aquella que se había perdido por culpa de esa Arzobispo de la Gula, la cual le había jugado, en repetidas ocasiones, las peores torturas y juegos mentales que lo habían conducido a la desesperación. Incluso Rem había protegido a la citada, quien estaba bajo la apariencia de una "niña" pero, en realidad, era un monstruo sumamente peligroso, llegando con atacar a Subaru, herirlo e incluso decirle que él no era un "Héroe" para ella, bajo una actitud "Tsundere" y desprovista de cualquier significado.

Ahora, ella estaba a su lado, abrazándolo con fuerza y llorando de la alegría al saber que Subaru vivía pero, a su vez, aquel chico de cabello negro, o más bien, aquel que era, en su Yo del Pasado, alguien que había renacido como Natsuki Subaru y se hallaba allí, tenía ciertas dudas en su mente unida al del joven nipón.

- "No puedo dejar de pensar en aquello de quien yo fui antes, en el Pasado. No recuerdo nada, ni siquiera mi rostro en el espejo. Solo me veo allí y soy Natsuki Subaru pero...¿Acaso yo era alguien en el tiempo?. No lo recuerdo...Trato...Trato pero...para...¿yo...yo peleé contra esta gente?".- Pensaba aquella mente, mirando los cuerpos sin vida de los enemigos.-

- Subaru, ¿estás bien?.- Se acercó Ram hasta él.- Estás muy pálido. Deja que te curen tus heridas. Pueden infectarse.

- Es verdad, Subaru-kun. Deja que te cure.- Se acercó Emilia hasta él.- Sé que hiciste muchas cosas por el Reino, por mí y los demás. Pero no dejaré que tú, amigo mío, sufras más.- Pidió la peli blanca, arrodillándose y mirando las heridas que él tenía. Puck también lo notó y se quedó sorprendida de semejante acto de sacrificio que él había hecho.

Lord Roswall también lo notó, cerrando los ojos y de ahí caminaba hacia donde se hallaba el joven, quien era tratado para sanar las heridas sufridas.

- No, esperen...Yo...- Pidió el joven peli negro, intentando ponerse de pie pero, debido a su extremo agotamiento, apretando los dientes, fue detenido por Rem.

- ¡Alto!.- Pidió la chica de cabello celeste, tomando al muchacho de sus hombros, justo antes de que se cayera.- Subaru, estás muy agotado y herido. No puedes moverte con mucha facilidad. Deja que Emilia, Ram y Lord Roswall te ayuden. Además, también necesitamos llevarte para la Mansión, Beatrice nos dará una mano.- 

- No, yo...yo puedo.- Decía el joven cuando, desde el interior, el aire parecía haberse detenido y comenzó a toser sangre, la cual empapó el suelo, las rocas y su alrededor.

- ¡Subaru, no, no seas idiota!.- Gritó Ram.-

- ¡Muchacho!.- Corrió Roswall.- ¡Recuéstenlo, de prisa! ¡Emilia, de prisa, trae a Beatrice!.- Pidió y la chica mitad Elfo fue con Puck para alertar a la rubia de coletas.- Subaru, Subaru, no nos dejes, vive...¡Vive, maldita sea, no vayas a morir!.- Pedía el dueño de la Mansión, mientras que aplicaba todos sus Conocimientos para salvarlo, empleando su Magia pero los estertores del "Culto de la Bruja" continuaban haciendo merma en su debilitado y herido cuerpo.

- Gracias...Gracias...por todo.- El joven peli negro tomó de las manos a Roswall y luego a Rem, mirándolos a los ojos.- 

- No, no digas eso, no vas a morir. Tienes que resistir. Todo estará bien.- Le animaba Ram a él y justo vieron que llegaban Emilia con Beatrice y Puck.

https://youtu.be/3Ky5h_xJkIc

La chica Oni se acercó hasta Subaru, tomándolo de las manos, mientras que su mente parecía divagar, entre la Vida y la Muerte, en un intento por hallar aquella conexión, esa respuesta a la pregunta que le hostigaba sin parar. De pronto, mientras que Rem tomaba sus manos, sintiéndolas frías, éste pudo ver a alguien que se encontraba delante suyo pero que, únicamente, él podía observar.

- ¿Quién...Quién eres?.- Quiso saber Subaru.

- No me conoces, porque yo soy el que está allí. Vos sos yo.- Le habló un joven con acento argentino, llevando a que el peli negro alzara una ceja, confundido.- Yo fui quien reencarnó en vos, después de mi muerte. 

- Ya veo.- Habló el joven nipón a su reflejo del Pasado.- Ya veo...

- No te vayas a morir, si lo haces, yo también desaparezco.- Le pedía el argentino, tomando las manos de Subaru.- Hace el esfuerzo, dale con todo. Además, mira a Rem, no las vas a dejar solo, boludo, después de todo lo que yo, bueno, vos hiciste por ella.

- Louis Arneb...los "Arzobispos"...el "Culto de la Bruja"...- Decía el peli negro con la voz debilitada, intentando no caer en el sueño de la muerte.

- ¡NO! ¡SI MORÍS, VUELVES PERO A OTRO "UNIVERSO", DONDE LAS COSAS SON DIFERENTES! ¡ABRÍ LOS OJOS, CARAJO!.- Gritó el argentino y tras darle una bofetada en el rostro, éste recuperó la consciencia y abrió sus ojos, hallándose, sobresaltado, pero encontrándose con Rem a su lado.

- ¡AHHHHHHHHHHHHH!.- Parecía como si el aire se le hubiera escapado de los pulmones, despertando de un profundo sueño y abriendo los ojos de repente, casi al borde de las lágrimas.

- ¡Subaru!.- Rem lo notó en ese estado, viendo que aquel muchacho que todo había desaparecido, en el sentido de aquella persona que le había hablado, ya no estaba, habiendo vuelto a unirse a él, con su alma, fusionándose ambas y de ahí el joven cerró los ojos, respirando hondo y de ahí se sintió mejor.

- Descuida, Rem.- Le miró, puso sus manos en el rostro de la chica Oni y le sonrió, sintiendo la suavidad de su piel, ese calor que ella desprendía, mientras que él no la soltaba.

- ¡Subaru-kun!.- Corrió Emilia, quien también se arrodilló y abrazó a su amigo con fuerza, mientras que Ram estaba de pie.

- ¿Así que lo lograste, Subaru?.- Preguntó ella, cruzada de brazos pero con un tono tranquilo, moviendo su cabeza en señal de felicitación.- Ya no te tengo que llamar "Barasu". Ya no más.- Señaló la muchacha de cabello rosa.- Te has ganado mis respetos.

- Gracias por ello, Ram. Muchas gracias. Jejejeje, parece...parecer que lo conseguí, después de tanto tiempo.- Dijo y miró a la hermana de Rem, quien tenía lágrimas en los ojos por la emoción que le embargaba. Luego de ello, dirigió la misma hacia Emilia, quien yacía arrodillada a su lado y la abrazó con todas sus fuerzas a su amiga, quien lloraba de la emoción.

- Lamento tanto el no haber podido decirte lo que tenía, verdaderamente, el haber cometido tantos errores, Emilia-tan. Tantos que me avergüenzan.- Decía el peli negro.

- Para eso eres Humano, Subaru, no puedes culparte todo el tiempo. Los errores son parte de toda la Naturaleza que tienen ustedes, aún así, demuestras lo que sientes, lo que has sufrido y...- Ella lo supo, sintió todo el peso en aquel chico cuando tuvo que pasar por mil Infiernos y muertes para poder cumplir con su misión, aún al costo de sufrir heridas muy graves.

- Y por todo lo que has hecho, por lo que has dado, te ganaste los respetos de todos, Subaru.- Se acercó Lord Roswall, ayudándolo a ponerse de pie junto a las demás, incluyendo Rem, quien lo sostenía con fuerza debido al dolor que tenía su cuerpo por las heridas recibidas.

Lo llevaron hasta la Mansión, en donde Beatrice salió corriendo, observando la llegada de Subaru y de ahí fue hasta él, abrazándolo con fuerza, teniendo sus ojos empapados por las lágrimas y él sonreía con tranquilidad, a pesar de todo lo que había sufrido, él continuaba adelante, mientras que una risilla se escapaba de sus labios.

- Tonto.- Le habló la "niña" rubia de coletas.- Casi mueres y esta vez iba a ser enserio, no ibas a volver de la Muerte y me dejarías sola.- Le habló ella, dándole un golpe contra el abdomen, siendo éste suave.- ¿Por qué no me lo habías dicho? ¿Por qué siempre pones tu vida por delante de los demás?. Como si fueras el Escudo del Héroe que quiere protegerlos, siempre dispuesto a que te golpeen.

- Beatrice.- Se arrodilló Subaru ante ella, pasando su mano por los cabellos de la pequeña.- No puedo permitir que los demás se sacrifiquen por mí. Siempre debe de haber alguien que les devuelva el favor.- Miró a Rem, Emilia, Ram, Roswall e incluso a ella.- Reconozco que, al principio, cometí errores, fui un completo inútil y lloraba todo el tiempo...Y tuve que sufrir, hasta incluso cuando Rem, al no tener sus recuerdos, casi me mató por estrangulamiento y esas flechas que me disparó un desconocido.- Al mencionar aquello, la Oni miró hacia un lado.- Pero, aún así, siempre estaré, más listo, en dar todo por ellos y eso te incluye junto a los demás.- Apuntó el joven nipón en aquellos momentos, justo cuando Beatrice lo abrazó con todas sus fuerzas.

- Será mejor que entremos. Te recuperarás de tus heridas, Subaru.- Le aconsejó Roswall, poniendo una mano en los hombros de éste.- Y muchas...por todo.

Éste asintió con calma, dirigiéndose, todos ellos, hacia el interior de la Mansión, mientras que, en el exterior, en el lado Este, Frederica Baumann, una de las Maids que respondían a Lord Roswall, se encontraba terminando unas cosas, en compañía de un joven de cabello negro, el cual la ayudaba.

- Las flores ya han comenzado a sacar sus pétalos. Esta Primavera será próspera.- Habló el muchacho que la acompañaba a la Maid rubia en esos momentos.

- Llevó su tiempo y más cuando estos días no hubo mucho Sol. Se nota que la misma energía que tenían consigo les permitió hacer la fotosíntesis y así obtener los nutrientes necesarios.- Contó la chica y después de darles las últimas gotas de la regadera, ésta pasó a depositarla sobre un mueble del interior de la Mansión, mientras que tomaba asiento en una hamaca instalada allí, siendo observada por su pareja, quien tomó asiento a su lado.-

- Ahora que estamos con este tiempo libre...- Le dijo el peli negro a ella, quien se acurrucó a su lado.- ¿Recuerdas cómo nos conocimos?.

- Cómo olvidarlo.- Respondió Frederica, lanzando una risilla al tener esos recuerdos consigo.- Todo comenzó...

[Y aquí les traigo este compilado de historias, algunos One-Shot, otras de dos o tres capítulos y luego habrá uno más completo para más adelante, donde se encontrarán todos los personajes.

Con éste hice una mezcla con los eventos del Arco VII y la victoria de Subaru contra los miembros del "Culto de la Bruja", en una versión "OOC". En la siguiente parte de este Universo será el turno de Frederica Baumann y su pareja.

Próximo Universo: Konosuba.

Mando saludos y agradecimientos para todos ustedes, amigos. Buen inicio de semana para todos.].



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top