16

César ahora camina por la ciudad de Cuarzo ocultando entre su ropa a sus cinco acompañantes aladas, a las cuales les parece muy divertido el como reaccionaron los guardias con el regalo del muchacho.
"—Se lo daré a mi novia seguro le encantará" fue la respuesta del hombre quién no cabe en sí de felicidad, mientras que el segundo quien es mayor dijo.
"—A mi esposa le encantará."
Aurora en especial está algo nerviosa sobre que haran a continuación.
—Will ¿A donde vamos?
—A ver al Vizconde, la autoridad de la ciudad. La respuesta le bastó a Aurora pero despertó otra duda para Aisha.
—¿Y a qué vas con esa persona? Creí que sería suficiente con llegar y empezar a vender.
—No es tan simple Aisha, necesito el permiso del ayuntamiento para tener derecho a usar un local; y debo pagar una tarifa para tener derecho a ciertos beneficios, como el seguro contra robos por ejemplo. Con esa explicación las cinco hadas dijeron al mismo tiempo la conclusión a la que llegaron.
—Los humanos son raros. César opta por no decir nada ante ese comentario y sigue caminando, tras veinte minutos más de caminata al fin César y sus compañeras llegan al edificio del ayuntamiento, a César le parece curioso que entre el ayuntamiento y el templo a los dioses exista una bonita plaza.
"—Se parece al diseño del centro de los municipios en mi México." Pensó para si y sigue su andar.

César entró al edificio después de dejar su carreta con su mercancía en las caballerizas del lugar, con sus compañeras cuidando el vehiculo, una de las recepcionistas lo saluda con la eterna sonrisa que su oficio le exige tener.
—Bienvenido al ayuntamiento señor ¿Necesita tramitar algo?
—Si señorita, soy comerciante quisiera obtener mi licencia y rentar un local en el mercado.
—Excelente, por cierto me llamo Allison.
—Mucho gusto Allison. Entonces ella busca bajo su escritorio y saca un momento después media docena de hojas de papel.
—Muy bien solo llene estos documentos por favor. César toma las hojas junto con una pluma de hermoso color púrpura y un pequeño frasco de tinta y empieza a escribir; en la primer hoja anota sus datos generales, en la segunda escribe los datos de su mercancía y en la tercera escribe los datos de su marca, las otras tres hojas resultan ser para duplicados que la propia chica hace con magia. Allison le explica que aunque él sea el único miembro y empleado que vende y elabora su producto debe registrarlos como marca para evitar que su producto sea copiado por otros o al menos de hacerlo alguien cobrar un monto por ello. Eso le sorprende a César pero recuerda que en su casa los comerciantes llevan utensilios de cocina de buena calidad con un sello grabado en cada pieza, mientras que lo que hacen los herreros es de menor calidad y suelen ser de bronce o hierro de baja calidad. También le recuerda un poco al consumo y producción en masa de su mundo natal aunque claro hay diferencias.

—Entonces señor Steel, ¿Usted venderá productos para damas? Pregunta la chica muy interesada.
—Si, cremas para la piel y el cabello para ser exactos.
—Me muero por probarlos. Exclama ella pero en sus ojos se puede ver la codicia.
—Como agradecimiento por tu amable atención Allison ¿Te parece que te regale un par de botellas de mi producto? Ella solo se limito a asentir con la cabeza temiendo ponerse a gritar de la emoción como una adolescente ante un vestido hermoso.
—Muchas gracias señor, prometo que se las pagaré. Musita ella cuando al fin se calma lo suficiente para hablar
—Solo dame dos Valyutas de plata por ambas botellas si te gustan los resultados.
—¡Es muy poco señor! Ese monto no alcanza ni para una papa de buena calidad -Exclama la chica para tomar una breve pausa para destapar las botellitas y oler su contenido, un momento después vuelve a hablar- ¡Guiándome solo por el olor este producto podría ofrecerlo sin problemas en una docena de Valyutas de oro o más!
—Vaya ¿Tanto vale? Cómo apenas voy empezando considero más valioso que, de gustarte mi producto se lo recomiendes a todas tus conocidas. Fue la simple respuesta del muchacho la cuál impresionó a la joven quien solo asiente indicando que ambos ahora tienen un pequeño trato.
—Espere por favor un rato señor Steel, le llevaré sus formularios al Vizconde; es probable que lo llame para hablar con él. César solo asiente en señal de haber entendido.

Una media hora después Allison llama a César quién en ese momento atiende un llamado en su mente de los hermanos demonios Shaytan y Zheytan.
—Señor Steel por favor venga conmigo, el Vizconde quiere hablar con usted.
"—Los atiendo en unos minutos muchachos, que el ladrón confiese y llevenlo con los guardias reales." La comunicación fue cortada y César entra a la oficina del así llamado Vizconde.
—Buenas noches viajero por favor tome asiento -César obedece fingiendo cortesía-, dado que la recepcionista le habrá dado a usted una explicación muy general con gusto le diré porqué estamos usted y yo hablando; como autoridad de la ciudad debo rendir cuentas a un superior, en mi caso al duque del territorio; es por eso que hago está pequeña entrevista a cada comerciante que llega a mi ciudad, la unión comercial sirve como una especie de gremio para ustedes los comerciantes por lo que su registro puede que lleve algún tiempo, por mi parte viendo sus formularios no tengo problema en permitirle vender su mercancía en el mercado, solo pague el impuesto correspondiente y todo resuelto. César ya se esperaba esto así que solo hizo dos preguntas.
—¿Cómo haré para comerciar en la siguiente ciudad a la que vaya? Y ¿De cuanto es el impuesto?.
—El impuesto es de veinte Valyutas de cobre por día, en cuanto a su primer pregunta la recepcionista le dará antes de irse una prelicencia, cuando llegue a su próximo destino muestrela en el ayuntamiento, no deberá tener ningún problema; la licencia como tal se la entregará un funcionario de la unión en dos o tres meses.
—¿Y como sabrán dónde estoy?
—No es difícil seguir un rastro y deducir, por ejemplo los guardias de la entrada por dónde llegó usted me dijeron que lo vieron llegar por el sendero oeste, eso significa que viene de Zoloto; y a dónde irá después es un poco más difícil pero solo hay tres opciones, al sur solo están las montañas sería absurdo que vayas ahí, es ilógico que regreses de dónde viniste así que el oeste queda descartado, hacia el norte está la ciudad de Kvarts pero debido al bosque que nos separa tardarías demasiado en llegar así que solo queda la opción de ir al este, la ciudad más cercana es Murcia, parte del ducado Los Infiernos de Almaznoye. Al Vizconde no le falta razón y hasta se sorprende César por lo acertado de su deducción. Ambos hombres no se quitaron más su tiempo y se despidieron con un apretón de manos, antes de salir César del ayuntamiento Allison le da al muchacho el documento que dijo el Vizconde además de un par de botellas de acondicionador regalo del muchacho.

Una vez en su habitación de hotel y tras asegurarse que sus cinco acompañantes aladas estén profundamente dormidas César llama a sus espías demonios.
—¿Cuáles son sus órdenes señor? Preguntan ambos a coro.
—Investiga por favor a todos los nobles y gente importante de la ciudad Shaytan, en cuanto a tí Zheytan quedate aquí y cuida a las hadas. El primero solo asintió y un segundo después de recibir su misión se desvaneció como una sombra.
—¿Debo usar un disfraz señor?
—Si, usa mi apariencia hasta que yo te diga lo contrario. Zheytan solo asiente sin más explicaciones por parte del muchacho; gracias a la habilidad que comparte con su hermano ha escuchado toda la situación respecto a su señor y entiende que a partir de ahora la discreción será un arma tan valiosa para su causa como lo son sus guadañas. Al siguiente momento en la habitación hay dos hombres idénticos, el primero es envuelto por una nube de oscuridad, un momento después en su lugar aparece el segador quien sin decir una palabra se vuelve una sombra y se va, esto debido a que la habitación que César alquiló no tiene ventanas. Mientras que el otro se queda cuidando a las cinco pequeñas aladas. Cerca de la medianoche de ese día en el cementerio del pueblo aparece la figura del segador, camina hasta llegar al centro del tétrico lugar; un momento después este se sienta en la fría tierra mohosa y se coloca en posición de loto y unos momentos después entra en trance.

A la mañana siguiente en la esquina noroeste de la pequeña plaza del pueblo el doppelgänger de César monta un pequeño puesto en el lugar que desde ayer le fue asignado siendo ayudado por las cinco hadas en su forma humana, las cuales visten pantalones azules y una camiseta sencilla del mismo color que su cabello. Cuarenta minutos después de empezar a montar el local este quedó terminado, necesitando solo veinte minutos más para exhibir la mercancía y cinco minutos después el local se considero abierto; el primer par de horas fueron bastante tensas pues solo un par de curiosas mujeres se acercaron pero solo vieron sin cruzar palabra con el doppelgänger. El primer golpe de suerte llegó al mediodía cuando aparecieron los dos guardias que recibieron a César ayer en la tarde, ambos acompañados de sus respectivas mujeres, la más joven -de seguro la novia del guardia más joven- apenas tendrá quince o dieciséis años de edad mientras que la segunda tendrá entre veinte y treinta años de edad, ambas lucen una enorme sonrisa además de una melena increíblemente brillante, sedosa y sobre todo inimitable con los productos disponibles actualmente. Ambas parejas vienen ante el muchacho a pagar gustosos por el regalo y con la plena intención de adquirir más, un momento después aparece Allison la amable recepcionista con el mismo envidiable brillo en su lindo cabello caoba. En ese momento al doppelgänger se le ocurre algo que de seguro valdrá millones.
—Señoras ayúdenme un momento como edecanes y les prometo una caja de producto gratis. La oferta resulta demasiado tentadora para las tres mujeres por lo que aceptan sin pensarlo ni un momento. Basto esa aceptación para que el falso César salte fuera del puesto, le pidió a ambas adolescentes pararse a los costados del local y la mayor en el centro.

—¡Acerquense señoras, damas y señoritas todas! -debido a la hora el mercado está bastante concurrido aunque el público alrededor del puesto es relativamente poco- Les presento con gran humildad el producto por el que han pedido toda su vida; como prueba de su eficacia no necesito jurar por los dioses pues ante ustedes están tres mujeres vecinas de este hermoso pueblo, quienes amablemente probaron mi producto en si mismas. Con ese pequeño discurso la muchedumbre creció un poco pero aumentó como una explosión cuando las tres mujeres contaron sus impresiones sobre el champú "rosita". El centenar de mujeres que las escucharon están bastante impresionadas, por todas era sabido que esas tres mujeres han sufrido años por su cabello tan seco y maltratado por los elementos, pero el contraste con lo que ven en ese momento es brutal; apostarían todas sus casas a que así debe lucir el cabello de esas semihumanas que viven aisladas en aquella isla; el año pasado volvió de la teocracia una de las pocas oriundas del pueblo nacidas el día de Perséfone y está contó en la plaza del pueblo a todos Miles de historias respecto a como vivió allá, la más comentada fue una relacionada al coliseo enmedio de la capital de la teocracia, de los miles de guerreros que la mujer vio pasar bajo los inmensos arcos del lugar le sorprendió ver cada seis meses una o dos lamias, gorgonas o koorime luchando en la arena; dicen rumores que quien le ganará a una se volvía amante de su vencedor o era llevado a su nación donde sufría lo que llamaban "la muerte dulce".

Al final de la tarde el pequeño local al fin se vio libre de la muchedumbre que atrajo desde mediodía, rodeando el lugar había decenas de cajas vacías y algunas desechas, señal de que las ventas fueron muy buenas. Esa noche el falso César deshizo su disfraz pues el verdadero apareció con Shaytan.
—Zheytan ¿Cómo te fue con las ventas?
—Increiblemente bien las cien botellas se vendieron, algunas mujeres casi se pelean por las últimas.
—Eso me alegra, antes de abrir mañana tendré doscientas botellas baratas y trescientas de las caras. Zheytan solo asiente.
—Por cierto señor ¿Que hicieron usted y mi hermano que les tomo tanto tiempo?
—Bueno Shaytan investigo a los nobles del pueblo y yo fui al cementerio y a las riveras del río.
—¿Encontraste algo hermano?
—Casi todos los nobles están limpios en su mayoría, solo dos o tres tienen cola que les pisen.
—Los visite en la madrugada y los guardias reales ya vienen en camino. Mientras tanto entre los nobles del continente se confirmó que lo ocurrido hace años con ese noble en Platina, capital de Krasivaya fue real y no un invento del rey Rolando III para apaciguar las posibles revueltas en su reino. Una parte de estos tiene un turbio pasado así que cesaron de inmediato esas actividades y se ocuparon de sus propios asuntos, familias y territorios. De sobra está decir que este abrupto cese de actividades fue un duro golpe para Álváró el déspota emperador elfo y también para Aram, el codicioso; a quien de golpe le resultó mucho más difícil mantener sus actividades delictivas así como le costó mucho más acallar a las autoridades; tuvo que recurrir al chantaje, la extorsión y en el peor caso al secuestro o incluso a eliminar a los problemáticos. Para los reyes humanos fue un agradable cambio la repentina tranquilidad y paz que se respira en sus respectivos reinos, pero por otro lado para el imperio elfico no fue para nada agradable el repentino cese de la corrupción. Álváró vio cortada de golpe su red de espías, mercenarios y sobre todo su fuente de esclavos.

La mañana siguiente al más reciente avistamiento del segador, en una cabaña tan desmantelada y abandonada que ante la más leve brisa la poca madera que aún se mantiene de pie cruje de forma tal que casi parece un quejido humano en la única habitación que aún conserva un techo y paredes duermen dos figuras sobre un montón de paja envuelta con una enorme tela a modo de colchón. Desde un lugar desconocido un cuervo vuela en dirección a la cabaña entrando a la misma por uno de los agujeros más grandes sacudiendo con fuerza sus alas levantando una nube de polvo que obligo a despertar a una de las figuras. Está se acerca al ave que esta posada en una de las vigas que descansa en diagonal acumulando polvo y rogando que el tiempo y los elementos terminen de pudrirlas. El ave descansa justo debajo de dónde un rayo de luz entra al lugar iluminando aún más el lugar, por lo mismo se revela la figura al acercarse al cuervo como un hombre de mediana edad que en ese momento está desnudo; el hombre se acerca al ave, la toma con su mano derecha suavemente y revisa el portador en su lomo, dónde encuentra un pergamino del ancho de una hoja de papel normal, tras sacar el pergamino el hombre deja ir al ave quien se dedica desde entonces a cazar insectos, pero nota que el pergamino tiene un par de sellos que le hacen abrir los ojos por la sorpresa; se trata de dos pequeños sellos, una corona de espinas y una cruz.

Extendió el trozo de piel medianamente curtido y lanzó sobre el pergamino cierta cantidad de magia, un momento después el pergamino se extiende revelando un papel tan largo como el brazo del hombre que lo sostiene, casi por inercia empieza a leer lo escrito

Aram
El espía de papá Álváró dedujo cuando reportaste la muerte del mocoso héroe que el niño era una pantalla y pronto aparecera el verdadero, papá se rió de eso pero hace unos días en un villorio entre el reino natal del primer mocoso y el reino de esos principitos idiotas supuestamente apareció de nuevo ese segador. Papá ordenó que ubiques al tipo, una vez lo hagas vas corriendo con Karma y él te dirá que hacer, hazlo bien o los seis te usaremos como saco de golpear.
Amisadai y Merari
P. D. Satán te manda saludos a ti y a la esclava que llevaste.

El ahora conocido como Aram lee el papel un par de veces antes de convencerse de su autenticidad, tras lo cuál se viste con tanta premura que se puso mal la camisa y el pantalón al menos dos veces. Una vez estuvo vestido ve enojado que la segunda silueta aún duerme plácidamente por lo cuál le da una sonora nalgada en su trasero.
—¡Levantate zorra estúpida, hay trabajo! Le grita a la mujer quién solo puede reprimir su llanto y se arrastra hasta el harapiento trozo de tela que le dieron para usar como ropa.
—¡Hmn, hmn, hmn! Fue el pobre intento de la mujer de gritar "¡Estoy lista!" Pues a la pobre le cortaron cruelmente la lengua, así como las manos y los pies.

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