Sonrisa
No era un secreto que Isabella estaba acostumbrada a sonreír, y sino pregúntenselo a Krone. Quien sabía perfectamente todas las ocasiones en las que su superior llegaba a mostrar una sonrisa.
Eran muchas, muchas veces.
Desde la sonrisa sincera que les daría cariñosamente a los niños, hasta la sonrisa mas amenazante que ha visto.
Y a Krone le encantaban, le encantaba admirar cada una de las sonrisas que Isabella ofrecería.
Una de sus favoritas era la anterior pensada, la sonrisa dulce dirigida a los niños. La misma que sucedía normalmente en el desayuno, o durante los juegos.
Esa última era la que sucedía actualmente.
-¡Mamá!, ¡mira lo que Ray yo hicimos para Norman!- Emma rió alegre, señalando la corona de flores en la cabeza del albino. Ray llegó a su lado, sonriendo satisfecho.
-Es muy bonito, Emma, Ray- Isabella le devolvió la sonrisa a los dos niños, la sonrisa brillante y genuina que Krone disfrutaba.
Esta sonrisa era inocente, justo como los niños a los que la dirigía.
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Otra sonrisa usual de Isabella era la que usaba cuando sabía algo que ellos trataban de ocutarle algo, normalmente cuando alguno de los niños hacían una travesura. Era algo usual, considerando la cantidad de niños viviendo en la casa y lo mucho que gustaban de explorar.
Esa sonrisa no mostraba dientes, era un levantamiento de las comisuras de sus labios. Acompañada usualmente de una mirada aguda.
Krone no admitiría esto a nadie, pero esa sonrisa le llegaba a dar escalofríos. Le recordaba mucho a la calma antes de la tormenta, y eso la ponía de los nervios.
(Técnicamente eso era lo que debía causar. Así que Isabella logró su objetivo al sonreír así)
Sin embargo, la sonrisa no la disgustaba del todo. Sobre todo porque no suele estar dirigida a ella, a excepción de un par de veces. Y porque llegaba a ser entrañable.
O tal vez solo era Krone, que Isabella en general se le hacía entrañable.
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La sonrisa menos favorita de Isabella era la que le mentía en la cara, en donde encubriría su malestar y lo negaría.
Sucedería luego de una charla que saliera mal con la Abuela, tal vez cuando tuviera un percance al ir por las compras. O cuando el papeleo de acumulaba y el estrés la consumiera.
Es decir, Krone sabía que Isabella no quería preocuparla a ella o a los niños, por lo que encubriría los problemas, y eso no la molestaba del todo. Ellos eran niños, y la misma Krone les soltaba una que otra mentirita para que no se preocuparan.
Pero ella no era una niña, era la Hermana del orfanato y estaba ahí para evitar eso. Para ayudar a la Madre con la carga, y no dejarla a lidiar con todos los problemas sola.
Además, ellas dos eran amigas, o algo parecido. Lo que volvía mas injusto que no se lo dijera.
Y tal vez ella estaba siendo berrinchuda y no respetaba el espacio de la mayor, pero no podía evitar sentirse frustrada cuando notaba la sonrisa falsa en el rostro de Isabella.
Aunque esa sonrisa desaparecería luego de servirle un té con algunas galletas, o cualquier golosina que Krone pudiera encontrar o preparar. Eso sacaría a Isabella de su estupor, y bajaría la guardia lo suficiente como para dejar de lado la sonrisa falsa.
Siempre estaba satisfecha al ver como Isabella se relajaba, contándolo como una pequeña victoria.
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Aparte de las mencionadas anteriormente, Isabella tenías otro tipos de sonrisas.
Estaba la sonrisa confundida, que solo ha visto unas seis veces. La sonrisa incómoda, usada solo un par de veces. La sonrisa desconfiada, la que Krone recibió al inicio de su labor. La sonrisa nerviosa, también solo la ha visto como cuatro veces.
Y así seguía, sonrisas distintas que no clasificaría demasiado por lo poco usuales que llegaban a ser. Aún así, no ignoraba su existencia.
Pero entre esas sonrisas sobrantes, había una en particular que ha empezado a ver cada vez mas y mas.
No sabía como explicarla, era como una sonrisa alegre y dulce. Pero no tan inocente como las que le daba a los niños, pero tampoco tenía falsedad o incomodida, ni siquiera enojo.
Era solo como... eh
¿Mas coqueta?, ¿se podría decir?
Isabella la miraría, examinándola durante unos microsegundos. Microsegundos en donde Krone se confundiría por la mirada que la recorría de arriba a bajo, para luego sonrojarse torpemente por la sonrisa de su superior.
No era muy amplia, ni pequeña. Solo parecía complacida, muy complacida y feliz.
Era, uh, era extraño. Pero extraño en el buen sentido, del tipo que causaba que su cerebro dejara de funcionar correctamente.
Y aunque Isabella nunca se lo dijo directamente, Krone sabe que ella sabe que la morena no era capaz de pensar correctamente cuando le sonríe así.
Porque no, no parece coincidencia que cada vez ve esa sonrisa mas seguido.
-Krone, te querí preguntar algo- Isabella caminó hacia la mencionada, dedicándole la misma sonrisa en la que estuvo pensando. Todo mientras se acercaba a la joven, tarareando suavemente.
-Oh, y..¿qué sería eso?- Krone no pudo suprimir el nerviosismo en su voz, así como no pudo suprimir el sonrojo que subió a sus mejillas.
-Me preguntaba si quisieras pasar el rato en mi oficina mas tarde- La pelinegra tarareó alegre, ya frente a Krone. Apoyándose casualmente a lado de la misma, e inclinándose deliberadamente sobre ella. -Ya sabes, no hemos pasado mucho tiempo a solas últimamente-
Eso se podría considerar como una mentira, esa misma mañana habían estado jugueteando en la cocina mientras los niños todavía no se levantaban. Pero por supuesto que Krone no iba a decir eso.
-Si...seguro- En su lugar respondió con torpeza, ganando una mirada que no pudo identificar de Isabella.
-Que bien- La superior sonaba complacida, sonriendo.
Krone se podía acostumbrar a esa sonrisa.
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Y aquí estoy yo, de nuevo con este raro ship.
¿Por qué?, pues porque parece que les gustó, y a mí me encanta. Así que un cap mas, un cap menos, ¿qué mas da?.
Espero que les haya gustado, y aunque esta desordenado a mí me gusto xd
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