Yeah, Spaceboyfriends

Nota: Vengo a molestarlos primero antes de leer.
La advertencia de este capítulo es que contiene un pre lemon, que espero les guste, a la persona que le dedico este escrito le gustó y con eso, soy feliz.
La canción está arriba, y cómo puede notarse es el título del fic, escuchenla mientras leen el intento de sabrosura (?)
No en serio, si soy un asco escribiendo cosas normales, escribir eso fue horrible (???)

Espero les guste, sin más, disfruten del capítulo. ~



Los días de estancia con los Vengadores era buena y a quien podía notarsele mejor era a Stark.
El mismo Capitán América se lo dijo a Quill.

—Parece que le gusta estar aquí sólo porque tú lo estás.

—Si bueno, somos un equipo...

—¿Equipo? Tenía entendido que...

Pero Quill al entender a donde iba esa conversación, comenzó a negar con la cabeza repetidamente mientras reía.

—Ni él, ni yo, somos gustosos de los compromisos, así que no es un tema que me incomode o que esté esperando el día en que Stark sea mi novio.

Claro, solo que no contó con que el moreno estaba detrás de ellos bebiendo cómodamente su whisky.

—¿No? Y yo que ya estaba pensando el nombre de nuestro hijo

Rogers giró su cuerpo y fue en ese momento en que palmeó el hombro de Quill, como si con ello, fuera ya un gran apoyo y luego de ello; se retiró.

—Primeramente, somos hombres eso no puede pasar; segundo tú no eres alguien que quiera hijos y tercero, creí que ya había quedado claro el otro tema...

—Te recuerdo que fuiste secuestrado, así que no, el tema no quedó claro como dices.

Peter soltó un largo suspiro y así, se acercó para tomar la mano del moreno y luego sonreírle.

—Stark, Anthony Stark, el gran Iron Man, Spacebro; nunca antes he estado cautivado de esta manera por...

—Okey, suficiente.

—¿Ah?

Tony ahora reía ante esa actitud del rubio, el cuál ahora estaba enormemente confundido.

—Muy cursi...

Susurró el ingeniero para negar un poco con la cabeza.

Tony a pesar de tener tantas relaciones en el pasado, solo eran de una noche; ninguna chica o chico se atrevió a lo que ahora el rubio intentaba hacer.
¿Por qué?
Fácil, el rechazo de Stark no era algo que gustaba presenciar.
Pero, Quill... Podía ser la excepción de esos rechazos.

—No, quiero en serio aclarar todo esto porque de verdad me gustas y ahhh puede que...

—¿Puede que...?

—Yo...

—¿Tú?

—Viejo, deja de repetir todo, no es fácil y ahh...

Pero el pelinegro riendo dejó esa copa en la barra para tomar la cintura del spartoi y acercarse a su oído.

—Sé lo que quieres decir, y es algo en lo cuál no eres nada discreto.

—Si, bueno, podemos...

—Intentarlo, si...

Fue entonces cuando el rubio con una enorme sonrisa besó al nombrado Iron Man.

A partir de ese momento, ya no solo serían un equipo si no, una pareja.

¿Que era lo mejor de todo eso?
Los dos no eran buenos en las relaciones pero podían aprender poco a poco, uno del otro y solo así, lograr ser algo genial, juntos.

Los besos se intensificaron y fue entonces cuando Quill decidió cargar a Tony a la habitación aunque en el camino chocara con un par de jarrones que en lugar de hacer enojar al moreno, le hicieron reír.

Estando ahí, el chico del espacio colocó al ojiazul en la cama para comenzar a besar su cuello, por su parte, Tony cerraba sus ojos disfrutando de aquellos besos.

Quill hábilmente desabrochaba la camisa del moreno y así, dejaba unos cuentos besos en su pecho, luego de unos momentos esa camisa terminó en el suelo.

Tony buscó los labios del rubio para así, poder besarle.
Se preguntaba internamente, ¿En qué momento comenzó a necesitar a Quill en su día a día?

—¿Quieres saber que me gusta de tí?

Dijo entre besos mientras sus manos comenzaban a levantar la camiseta del rubio.

—Mi ingenio, definitivamente...

—Todo lo contrario, Peter...

Se separaron solo para dar acceso a quitar esa prenda, luego de ello, el beso continuó.

—Me gusta tu estupidez...

Eso hizo que el guardián comenzara a reír sobre los labios de Tony.

—Ese es un halago raro, pero gracias...

El resto de las prendas cayó al suelo y así solo estuvo el sonido de esos besos y algunos gemidos que escapaban de sus labios.

Fue un momento que Quill comenzó a reír haciendo que el ajeno arqueara su ceja.

—Me haces sentirme feliz, y tal vez... Hasta completo, desde que... Llegaste a mi vida.

—Hey...

Tony se alarmó al sentir como caía una lágrima ajena en su mejilla debido a la posición que estaban.

—Lo siento, creo que lo estoy arruinando...

Tony tomó las mejillas del rubio y así, dejó un suave beso en sus labios.

—No arruinas nada...

—Tony...

Muy en el interior, Quill sentía que debía decir esas palabras que a nadie más jamás le había dicho, solo a su madre y ese, era un amor muy diferente.

—Te quiero...

Palabras que salieron en un susurro e hicieron al ingeniero sonreír de lado, besar nuevamente los labios del rubio y limpiar las lágrimas de sus mejillas.

En algún momento, la espalda de Quill fue la que estuvo en esa cama y era quién se aferraba a esas sábanas mientras sentía como ahora había pequeñas mordidas en su abdomen.

El juego de los besos y caricias parecía no terminar, aunque, en algún punto, fue el dueño de esa habitación quien tuvo la facilidad abrazar la cintura del rubio y este por supuesto rodear la del ingeniero con sus piernas.

—Tony...

Era el nombre que resonaba demasiado en esa habitación mientras el capitán de la nave apretaba sus ojos y por supuesto movía sus caderas para poder sentir más esas estocadas.

—Peter...

Era una vista exquisita para el millonario, y el sentir perfecto.
Miles de chicas y pareciera que el indicado estaba a años luz de él.

El éxtasis en sus cuerpos les hacía ahora a los dos tener esa fina capa de sudor y a Quill hacerle sentir como su cabello se quedaba adherido a su frente.

Era sexo, combinado con sentimientos y eso, fue lo que les hizo al final tocar las estrellas juntos.

———————————

El despertar de Peter no fue el mejor ya que ahora estaba maldita mente empapado.

—¡¿Pero que te pasa?!

El mapache ahora lanzaba ese balde al rubio y se cruzaba de brazos.

—Al parecer lo olvidaste, pero estas no son vacaciones con tu noviecito.

—No es mi...

—Ya deja negarlo, todos lo sabemos, incluso, los Vengadores.
Levántate, tenemos cosas que hacer, ¿Recuerdas?

—Dijiste que encontrarías una manera de abrir la puerta.

Rocket rodó los ojos y se subió a esa cama solo para jalar un poco el cabello de su amigo.

—Ya lo hice, solo es cosa de sacar el cubo y esconderlo en otro lado.

Quill ahora sobaba su cabeza y luego soltó un suspiro.
Tony había dicho que iría a ver unos pendientes de su empresa y regresaría después.

Entonces, ¿Ahora que?

—Tengo una idea, pero no puedo decirtela hasta que nos vayamos...

Rocket bajó de esa cama y fulminó con la mirada al mayor.

—¿Que planeas, Quill?

Pero solo hubo una sonrisa ladina en sus labios.
Si Thanos quería el cubo cósmico, él mismo se lo daría.

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