- ¡Deja de seguirme! 

Estaba molesto, allí estaba Jimin, siguiéndome a prácticamente cada lugar al que iba, y eso si que era molesto, parecía mi sobra, no se despegaba ni por un momento.

- No te molestes, solo quiero hablar contigo.

- No tengo tiempo para esto.

- Siempre dices lo mismo, anda, hazme caso.

Me detuve para soltar el aire que estaba reteniendo, tenía que evitar el enojarme, no me gustaba estar molesto, pero es que Jimin en verdad estaba logrando sacarme de mis casillas.

- ¿De qué quieres hablar? -pregunte, aún le daba la espalda.

Escuche como sus pasos se acercaban hacía mí, y después sentí su aliento demasiado cerca de mi oreja derecha, si me hacía para atrás seguramente chocaría con su pecho.

- Quiero que hablemos sobre... el beso que nos dimos la ultima vez.

- No quiero hablar de eso -respondí rápido.

Sus manos se colocaron en si cintura y después me abrazo por completo pegándome a su pecho.

- Solo admite que te gusto.

- ¿Para qué? ¿Me darás otro?

- Los que quieras, mi querido Yoonie...

- Ni muerto querría otro beso tuyo...

Escuche su suave risa, sentí como pasaba sus labios por la extensión de mi cuello, trague grueso, aquellas leves cosquillas que me había provocado, me habían hecho temblar levemente.

- ¿Quieres salir conmigo?

- Ni en un millón de años.

- Por favor, me has dicho que me amas, y siento lo mismo por ti, ¿por qué no intentarlo?

- Solo estás jugando.

- No, no lo hago.

Beso mi mejilla y se aparto de mí.

- Consideralo, tienes exactamente un mes para pensarlo, y me encargaré de que aceptes.

¿Qué demonios significaba eso?

Bye, diario.