24/ENE/2014

Aún no lo entiendo, por más que trato de analizar las palabras de Jimin no las entiendo en lo absoluto, ¿él gusta de mí? Eso no es posible, además ¿por qué hace todo esto? Es una tontería, una locura, no puedo creerle nada de lo que dice.

No le he hablado, pero ahora lo veo mucho con ella, Irene...

Me he percatado que Jimin quiere que los vea juntos, se la pasa con ella por donde estoy, cuando ve que no lo observo trata de hacerla reír muy fuerte para que pueda llamar mí atención, claro que lo logra, él sabe muy bien que no me agradan los ruidos fuertes y menos aquella risa, y menos sí sé quien la hace reír.

También ha estado algo extraño, le gusta invitarme a los lugares a donde va con ella, y claro me niego a ir, solamente en un día me quería invitar a donde iba a llevarla, sino mal recuerdo era al cine, a una plaza, y a su casa.

- Yoongi -ahí venía con una sonrisa en su rostro-. Iré a jugar bolos, ¿quieres venir? No estará Irene, no le gusta ese juego dice que es por los zapatos, se le hacen asquerosos.

Por un momento mí subconsciente quería darle una respuesta afirmativa, pero no quería.

- Lo siento Jimin, tengo que hacer un trabaj..

- No tienes nada que hacer -¿cómo demonios sabía eso?-. No tenemos tareas, además de que puede esperar, es fin de semana ¡vamos Yoon!

- No quiero ir.

- ¿Por qué? -suspiro-. Sí es por todo lo que he estado haciendo últimamente, lo lamento, quiero cambiar, y espero entiendas que no fue mi intensión hacer todo aquello, y quiero que me perdones, quiero que volvamos a ser como antes, grandes amigos que la pasan bien en todo momento, como cuando fuimos a aquella pizzeria ¿recuerdas?

Claro que lo recordaba, había sido algo fuera de lo común, Jimin había roto por accidente uno de los platos de cerámica del lugar y como no teníamos dinero suficiente tuvimos que trabajar tres horas allí, fue divertido porque a Jimin lo habían puesto a lavar y a mí en la cocina, pero claro todo salía mal y el dueño termino enojándose y liberándonos de nuestra deuda después de dos horas.

- Bueno, entonces... -lo dudaba demasiado, pero sí Jimin quería arreglar las cosas ¿por qué no intentarlo, qué podía suceder?-. Está bien...

- ¡Sí! -soltó emocionado para después abrazarme.

Bye, diario

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