Me repito una y otra vez que no paso, nada de la otra vez ha pasado, pero... aún podía sentir los labios de Park Jimin sobre los míos, ¿cómo demonios había pasado eso? ¿Por qué me había besado? ¡No había un motivo para hacerlo! A menos que lo haya hecho para cerrarme la boca, aún así no lo comprendo.

Así que lo mejor fue hablar con él.

- ¿Por qué? -había sido muy directo, no aguantaba más tener tantas malditas dudas en mí cabeza.

- ¿Qué cosa? -ahora me siento un estúpido, ¿por qué hace esto? Primero me besa y ahora actúa como si nada hubiera pasado.

Quería gritar, no lo estaba soportando, pero tenía que mantenerme tranquilo, no podía explotar a la primera, pero es que a veces ese Park Jimin podía sacarme de mis casillas si se lo proponía.

- Jimin, hablo enserio, aquí no hay nadie más ¡será mejor que hables!

- Pero ni siquiera sé de..

Lo tuve que interrumpir, me ponía más furioso sí seguía actuando de esa forma.

- ¡¿Por qué me besaste!? -tal vez no había sido tan delicado como había querido.

- ¡Ah! Eso -me sonrió ladino mientras se acercaba a pasos lentos hacía mí-. ¿Por qué no hacerlo?

- ¿Disculpa?

No podía creer lo que estaba escuchando, era simplemente una tontería.

- No parabas de hablar y era la única forma de que te quedases callado, nada más...

- Hay otras formas.

- No las hay -Jimin aparto unos mechones de cabello de mi frente-. ¿Nada más era eso? 

Lo odio.

- Tienes novia, no debiste.

- ¿Y?

En verdad lo odio.

- No puedes hacer esto.

- Ella no está enterada, esto es entre tú y yo, nos vemos Yoon.

Sin más se fue.

Lo odio por hacerme esto.

Bye, diario... apenas me he dado cuenta que no me he despedido, aunque sinceramente se me hace algo inútil el que lo haga.