VI
El fin de semana pasó volando y las chicas llegaron a pensar que ojalá el momento durase un poco más de lo que habían previsto, se lo pasaron bien a pesar de estar en la casa Hunter. Todo se había sucedido entre juegos, charlas y alguna que otra película o karaoke casero.
Al final de la tarde, el coche de la familia Yaoyorozu llegó para recoger a sus invitadas y llevarlas de regreso a casa.
— Ha sido una velada muy agradable, Hunter-san. —agradeció la de creación con su bolsa sujeta con ambas manos.
— Definitivamente tendremos que repetirlo. —comentaron a la vez Mina, Ochako y Toru con expresiones alegres, al menos en el caso de la última podía imaginarse.
— Nos vemos mañana, Layra-chan. —se despidió Tsuyu acompañando sus palabras con un gesto de su mano, siendo imitada por las demás que subieron al coche, cuyo chófer cerró la puerta y se puso en marcha.
Layra levantó su mano para despedirse antes de que el coche desapareciese de su campo de visión, regresó al interior de la vivienda solo para quedarse un momento en aquel silencio que se había instalado; llegó a sentir vacío en su interior de solo verse unos pocos segundos así, por lo que decidió regresar al salón para conectar su móvil al televisor y así poner una lista de reproducción para no sentirse tan sola.
Cuando comenzó la primera melodía, miró la estancia y se dispuso a ordenar todo aquello, recogió los futones en los que habían pasado la mayor parte del tiempo sus amigas y ella, los dobló y los llevó al cuarto de la colada para ponerlos a lavar más tarde; luego procedió a colocar los muebles tal cual estaban antes de la pijamada y, como aún vio tiempo, decidió que prepararía algo, ya que su familia regresaría cansada y con hambre. Inspeccionó la cocina en busca de algo que pudiese preparar rápidamente y que no requiriese muchos ingredientes.
Encontró paquetes de yakisoba, ramen, así como ingredientes que sobraron de las pizzas y pan de sandwich. Las tres cosas podían hacerse en un santiamén, pero se decantó por preparar los sandwiches, seguro que agradecerían algo ligero y que pudiesen tragar nada más ponerle las manos encima.
No pasando mucho tiempo cuando escuchó la puerta de la casa abrirse.
— ¿Quién vive? —preguntó mientras servía los últimos sandwiches en un plato.
— Vive Sir Drako, Señor del Fuego. —escuchó decir a su hermano mientras la menor escuchaba los pasos que indicaban que el susodicho se dirigía a su habitación.
Unos suspiros de cansancio también se escucharon escaleras arriba mientras terminaba de poner la mesa.
— También vive Sir Alik, el Señor de las Tormentas y los Rayos.
Soltó una breve risa mientra su otro hermano se dirigía a la nevera para agarrar una botella de cerveza y servirse un vaso, así como también lo hizo con Caleb y su padre que le pidieron un trago nada más entrar a la cocina.
— Gracias, Layra, esta misión ha sido algo larga... —su madre mostraba pequeñas sombras en sus ojos, señal de que no había descansado adecuadamente en esos últimos días.
— No ha sido nada, me figuraba que estaríais cansados. —le restó importancia mientras se sentaba con ellos para tener una cena familiar que no siempre podían disfrutar.
Al día siguiente, todo era como siempre, salvo por algo que molestaba a toda la clase... más que molestia, una sentimiento de alerta. Ciertamente la normalidad seguía presente en la academia a pesar del ataque villano.
— ¿Pero no tenéis la sensación de ser observados por miles de personas? —preguntó la rockera con cierta incomodidad cuando regresaron del receso.
— ¿De qué hablas, Jiro? Yo no he notado nada...
— Obvio que a ti no se te puede preguntar... —como siempre, la joven soltó aquella pequeña pulla para molestar al chico eléctrico.
— Tienes razón. —añadió Sero tras escuchar la pregunta, uniéndose al grupo formado al final de la clase.— Los demás alumnos ahora parecen que nos miran más que en otras ocasiones.
Todos, al menos los que hablaban, notaron aquel repentino cambio en los demás alumnos y sus miradas curiosos, incluso algunas llenas de resentimiento.
— ¿Será por el festival deportivo, kero? —añadió Asui con el índice en su mentón en aquel gesto reflexivo tan característico.
— Seguramente, nosotros fuimos los que lidiamos con los villanos después de todo. —Shoji utilizo uno de sus brazos réplica para decir aquel comentario.
Y el muchacho tenía razón, los demás alumnos verían aquello como si ellos fuesen unos héroes reales o, por el contrario, como los causantes de aquel ataque. Aquel pensamiento sonaba demasiado cruel para que fuese cierto, por lo que rápidamente lo descartaron.
Fue al finalizar la jornada escolar que la clase A pudo ver hasta qué punto el resto de alumnos estaban curiosos por sus habilidades, parecía que todo el mundo se había reunido en frente a su clase con el objetivo de observarlos.
— ¿Qué significa esto!? —preguntó Uraraka con estupefacción al ver la cantidad de gente amontonada en la puerta.
— ¡Dejadnos pasar! —exclamaba Mineta con molestia.— ¿A qué habéis venido?
— ¿En serio tienes que preguntar eso, Mineta-kun? —preguntó Layra sin apartar la mirada de la aglomeración de la puerta.
— Han venido a investigarnos, idiota.
La voz del explosivo sonaba muy calmada, dejando a Minoru en shock por el repentino insulto.
— Algo como esto no tiene sentido. —continuó el explosivo a la par que miraba a la multitud de estudiantes.— Fuera de mi camino, extras.
La rotundidad pronunciada provocó que algunos de sus compañeros le llamasen la atención por parte de su clase.
— En verdad me siento decepcionado.
Aquel comentario llamó a la curiosidad de muchos por saber quién lo había dicho; apareciendo entre la multitud un joven de cabellos violáceos al igual que sus iris, de tez algo pálida y ligeras sombras bajo sus ojos, como si tuviese problemas para dormir, rascando su nuca en un gesto de indiferencia.
— Vine a ver qué tan espectacular es la clase A, pero parece que sois una pandilla de arrogantes.— prosiguió el muchacho pasando la mirada por las personas que tenía delante.
"No, te estás equivocando, desconocido-kun." pensó Layra al escuchar ese comentario, no hacía falta ser un genio para darse cuenta que si Bakugō seguía soltando sus típicos comentarios, la mayoría de los estudiantes les acabarían odiando.
— Algunos de los estudiantes tuvieron que aplicar el examen para cursos generales u otros, ¿sabías eso? —la pregunta confundió un poco, pero no era ninguna novedad que muchos debieron hacer eso para estudiar allí.— La escuela nos dio una segunda oportunidad... así que dependiendo de lo que ocurra en el festival, ellos considerarán transferirnos al curso de héroes; tal vez incluso recluten a gente de fuera. Yo no vengo con intención de investigar al enemigo, más bien vengo con una declaración de guerra.
Un repentina tensión se hizo en el lugar, haciendo pensar a Layra que ese chico probablemente tuviese grandes aspiraciones como convertirse en héroe. Casi empatizaba con él de solo pensar que si no le hubiesen permitido usar equipo de soporte y a las habilidades que había entrenado con sus padres y hermanos, tal vez estaría en la misma posición que el de mirada violácea ...
— ¡Ey, ey!
Ahora un adolescente de cabellos grises apareció entre la multitud, con un puño alzado y con intención de soltar otra declaración.
— ¡Soy de la clase B de al lado, no os relajéis demasiado... !
A medida que el apasionado joven continuaba con su diatriba, Katsuki le ignoró y siguió su camino para regresar a casa. Kirishima se apresuró detenerlo, ya que estaba consiguiendo que todo el mundo se pusiera en su contra; sin embargo, al rubio no parecía importarle.
— ¿Qué tiene que ver eso con llegar a la cima? —preguntó antes de seguir su camino.
Ante aquellas palabras, algunos le dieron la razón (en parte), pero otros se mostraban un poco desconformes, puesto ahora todas las demás clases que participasen en el festival irían contra ellos y tendrían que tener mucho cuidado.
Más tarde, en la agencia que manejaban sus padres, el héroe ígneo observaba junto a su hermano el "combate" que la joven aspirante tenía con su progenitor.
Lariat no era conocido entre las masas como alguien muy compasivo, más bien como alguien muy feroz que saltaba a la pelea sin pensar demasiado las cosas y que no descansaría hasta capturar a cualquier villano que perturbase la "normalidad", sin embargo ahora parecía demasiado cuidadoso en no pasarse de la raya con su hija.
Aunque prácticamente era lo que hacían todos los que la ayudarían en la parte física de su entrenamiento, era algo que la molestaba muchísimo, pero todos ignoraban sus peticiones de que fuesen en serio, algo en lo que Drako se regocijaba constantemente. ¿Qué sería de la vida si unos hermanos no se pinchan entre ellos?
— Bien, creo que eso será todo por hoy. —proclamó Kyrian al ver que su hija ya había agotado sus fuerzas y podría hacerse daño si continuaba.
— Buen trabajo. —dijo Alik para entregarle a la menor una toalla para secarse y una botella de agua fresca.
Con un asentimiento como agradecimiento, la adolescente tomó la toalla y comenzó a secarse la cara y el cuello, luego hizo lo mismo con la botella y comenzó a beber.
— Despacio, te vas a atragantar. —advirtió el ígneo en burla, pero aún así, Layra seguía a lo suyo.
— Gracias, Alik. —agradeció luego de acabar el contenido de la botella.
El rubio le restó importancia con esa típica sonrisa amable que le caracterizaba en sus mejores días, comenzando una charla entre los héroes sobre lo divertido que parecía participar en un festival así.
Ambos notaron a su hermana con la mirada perdida, sin dejar de frotar la tela contra su rostro; cuando estaba en ese modo, sabían que no podían hacer gran cosa por hacerla participar en la reciente conversación.
Una vez volvió a poner su atención en la que la rodeaba, fue cuando le preguntaron sobre lo que estaba pensando y comenzando así su relato escolar.
— ¿Y ese es el punto? Ese Bakugō sí que sabe encandilar a las masas. —se burló el moreno cuando la adolescente terminó.
— En realidad no es eso, aunque estoy segura de que todo el mundo vendrá a por nosotros en las pruebas... —se quejó la muchacha, ya no solo era por el ataque de los villanos, si no que su compañero echó más leña al fuego con sus palabras.— Mas bien fue otra persona... no me había parado a pensar en el hecho de que en los demás cursos hubiese gente que aplicó también para el departamento de héroes.
— Seguramente haya sido así, dijiste que hubo mucha gente. —rememoró Alik en gesto pensativo, ya había pasado un tiempo desde aquello.
— Lo que me ha hecho pensar en que, tal vez, si no me hubiesen permitido usar el equipo de soporte, alguien más estaría en mi plaza...
— Como sueltes que ese alguien se lo podría merecer más que tú, llegaremos a las manos.
El cuerpo de la chica se tensó y su rostro mostraba una mueca molesta al notar el punzante comentario, aunque era consciente de que esa "amenaza" no se llevaría a cabo.
— Creo que haré bien en hablar por ti y suavizar la cosa antes de que comiences a escupir fuego. —el rubio le dio una palmada al mayor de los tres en el hombro y volvió a mirar a la fémina.— Lo que Caleb está pensando es que las cosas son así, que solo cuentes con Vision no quiere decir que no te merezcas estar en el curso de héroes; no sabes qué poderes tienen esos compañeros, tal vez no sean los adecuados para esta labor. Mucha gente vive con ese deseo porque es la razón que tienen en sus vidas para aferrarse a algo en lo que pueden ser útiles; pero hay un montón de formas de ser un héroe: policías, doctores, bomberos... son profesiones heroicas que muchas veces salvan vidas.
— Yo no lo habría dicho tan bonito, pero es básicamente eso. Además, piensa en la de héroes que necesitan equipo de soporte; y cuanto más entrenes, incluso puede que ya no lo necesites. —terminó por decir el ígneo cruzando ambos brazos.
Diciéndolo de esa forma, ella sabía que tenían razón. Se esforzó mucho por conseguir entrar en esa academia; pero aun así no podía dejar de darle vueltas al asunto.
— Ah, aquí estáis.
La dulce voz de su madre los sacó del tema de conversación, se acercó a ellos con aquella mirada tierna y miraba a sus hijos mayores.
— Ya es hora de ir a patrullar, hoy parece que no hay mucho movimiento. —les informó a la par que les advertía de que no hiciesen ninguna locura si algo llegaba a suceder.
— Entonces será un aburridíiiiiiiiiiiisimo paseo, ojalá poder participar también en el Festival, al menos sería algo interesante. —se quejó el moreno mientras se despedía de ellas y se encaminaba a la salida del gimnasio de la agencia.
Sin abandonar aquella sonrisa, la profesional le dedicó una mirada a su hija, comenzando pocos minutos después el entrenamiento para mejorar su poder en la medida de lo posible hasta que llegase el día del festival.
Sentándose en la fría superficie, la ojiazul cerró sus ojos y, por unos instantes, se concentró en calmar su respiración.
Poco a poco, fue apareciendo una imagen del lugar en el que se encontraba; primero fue la sala vacía y, a medida que iba concentrándose, aparecía el mobiliario, las máquinas de ejercicio y para acompañar, un pequeño pitido cuyo ritmo asemejaba un corazón. También pudo percibir los olores de las personas que habían estado allí: su padre, sus hermanos, los héroes que estaban afiliados a su agencia.
— Parece que ya lo tienes. —comentó su madre, cuya presencia era la más notable al estar guiándola en el proceso. Le dio una respuesta afirmativa mientras mantenía esa imagen en su mente.— Muy bien. —exclamó con satisfacción al ver que podía hacerlo tan bien.— Ahora intenta ir más allá de estas paredes, intenta visualizar la sala contigua.
Así, lo hizo, no tardó mucho en repetir el procedimiento anterior. Visualizando todo lo que decoraba la estancia; repitieron el mismo procedimiento con un par de cuartos más hasta que comenzó a notar el conocido mareo.
— No te apresures, tómalo con calma. —debía de tener una cara horrible si su madre tenía ese tono de seriedad.— Abre los ojos.
Aunque trató de ignorarla y tratar de superar el límite, se vio interrumpida por algo que le resbalaba por la nariz. Abrió los ojos de golpe y se taponó la nariz para evitar el repentino sangrado, inclinándose suavemente hacia adelante.
Cogió la toalla para limpiarse la sangre que ya había caído por la mitad de su rostro y también la que cayó al suelo previamente.
— ¿Hasta dónde has llegado? —preguntó la mayor en un tono preocupado.
— Casi toda la planta. —respondió ella con voz nasal, dejando que su progenitora le apartase la mano para ver la magnitud del sangrado.
— Eso es todo un logro, cielo. —la felicitó y limpiaba los restos del plasma con suaves toquecitos.— Ya sabes que en ocasiones cuesta mucho utilizar esta habilidad, sobretodo en movimiento; así que no trates de forzarte a visualizar las cosas que están más lejos. Con que consigas ver unos metros más es suficiente, tienes tiempo de perfeccionarlo.
Tras unos minutos para que se recompusiera de ese leve percance, Layra volvió al ejercicio, teniendo en cuenta lo que le había dicho la profesional.
Y el entrenamiento terminó con todas sus energías, tanto físicas como mentales, por lo que solo deseaba llegar a casa para darse un baño laaargo y cenar algo rápido para poder irse a dormir.
Lo más probable sería: baño-dormir-cenar-dormir.
— ¿Nos vamos ya? —preguntó a su familia con cansancio, solo era capaz de pensar en la blandura de su colchón y el calor que le proporcionaban las sábanas.
En esta ocasión, serían sus padres quiénes regresarán con ella mientras Caleb y Alik se quedaban de guardia por si alguien los solicitaba durante la noche.
Se despidió de ellos con una sonrisa adormilada y también les dio un beso a cada uno antes de seguir a sus padres hacia el auto en el que volvían a casa.
Le costó lo suyo mantener los ojos abiertos en el trayecto hasta su hogar y ya no hablar de una vez que hizo todo lo que quería hasta llegar a la cama, en esos momentos iba en modo automático.
Pasaron dos semanas en las que la clase A se la pasaban entrenando después de las clases, tanto solos como acompañados por otros de sus camaradas; cada quién iba haciendo sus pequeños progresos con la idea de hacerse notar en el gran evento.
Así hasta que llegó el gran día, la academia estaba a rebosar de puestos y de gente, más de la habitual, los medios se desplazaron al lugar para poder transmitir con todo detalle el festival; algunos héroes fueron solicitados para hacerse cargo de la seguridad del recinto tras el ataque reciente y los puestos de comida se alineaban en filas hasta los estadios donde se realizarían las actividades.
Las conversaciones estaban llenas de expectativas y ánimo por ver lo que depararía el día.
En los vestuarios, las clases esperaban hasta que les avisasen de que el momento había llegado para salir ante la multitud.
"Calma, Layra, calma. Ya sabías que iba a venir mucha gente, no hay por qué ponerse nerviosa a estas alturas." se decía la adolescente, con una mano en el pecho, tratando de calmar su acelerado pulso por los nervios.
— Jo~ ¡yo quería lucir mi traje! —la queja de Mina fue más efectiva que su autosugestión.
Con una suave sonrisa, la protagonista miró a su compañera sentada a su lado con la cabeza apoyada en la mesa y un puchero que le daba un aire adorable.
Todos ellos estaban vistiendo el uniforme deportivo, tal y como les había advertido su tutor el día anterior.
— No sería muy justo con los otros cursos si destacamos más que ellos. —Momo, como siempre, se mantenía paciente ante la actitud de la rosada.
Iida abrió la puerta bruscamente con una interrogativa para ver si todos estaban listos.
La emoción y los nervios cayeron con un gran peso sobre el grupo o, al menos, en casi todos; Todoroki se mantenía impasible externamente mientras se dirigía hacia Midoriya, llamando la atención del chico.
Obviamente, todos los demás también miraron a ambos, preguntándose qué iba a suceder a unos minutos de comenzar el Festival.
Solo para descubrir una declaración de guerra por parte del de heterocromía hace el verdoso. Ante esas palabras, algunos quedaron sorprendidos a la par que Kirishima se interponía entre los dos para que no iniciase una posible pelea entre ambos.
— ¡Hey!
La repentina voz les sacó a todos de ese momento tan tenso, Present Mic estaba comenzando el festival diciendo unas breves palabras antes de presentar a las clases participantes. Iida volvió a llamar la atención de la clase para que se dirigieran todos a la salida asignada en el momento de las presentaciones.
— Bu-Buena suerte, chicos . —dijo la chica cuando se aproximaban a la puerta.
Algunos respondieron al comentario con unas palabras parecidas, otros hicieron un gesto y una minoría la ignoraron (Bakugō y Todoroki), pero tampoco le iba dar importancia cuando tenía tal estado de nerviosismo.
— Recientemente han llamado mucho la atención, aquí está la clase que se enfrentó a los villanos. ¡La clase A! —presentó el héroe de voz estridente, provocando los clamores de la audiencia.
Como si fueran un mismo individuo, todos iniciaron una marcha al centro del estadio a medida que Mic presentaba al resto de las clases.
Ver a tanta gente era algo increíble, pero tendrían que dar lo mejor en circunstancias semejantes en el futuro. Así que si los más nerviosos lo pensaban, era una preparación para el futuro, sí, eso era.
Los grupos se fueron reuniendo ante un pequeño escenario a la espera de la primera prueba que se llevaría a cabo. El resto de clases solo podían mirar con desprecio a la tan aclamada clase A, mientras estos notaban esas miradas sobre sus personas.
— Solo estamos aquí para hacerles ver mejor. —comentó uno a sus compañeros.
— Lo que hay que ver. —acordó una muchacha que estaba cerca.
Un quejido que sonaba casi infantil salió de los labios de Layra que deseaba poder girarse hacia esas personas y decirles unas cuantas cosas.
— Layra-chan, que no te moleste. Demos lo mejor que tenemos. —Toru le dio unas suaves palmadas en la espalda.
Algunos de sus compañeros la miraron, ya que seguramente podían ver la expresión tan extraña que estaba poniendo, y le mostraron una sonrisa para recalcar las palabras de la invisible y darle ánimos.
— ¡Silencio! ¡Es hora de la promesa del jugador!
Todas las miradas se dirigieron a la heroína que acababa de aparecer, con un traje de lo más sugerente y un látigo en mano; un "Oh" gustoso salió de los labios de la mayoría de la audiencia (seguramente de los hombres) y un sonrojo colectivo se instaló en los rostros de los menores.
— ¿Qué clase de vestimenta es esa? —preguntó Kirishima con incomodidad.
— No se esperaba menos de una profesional de clase+18. —Kamirari, por el contrario, parecía disfrutar de la visión que se les ofrecía.
— ¿No es inapropiado en un evento de preparatoria? —el comentario de Tokoyami era bastante acertado.
Layra se tapaba el rostro por el traje tan revelador de la adulta, no iba a mentir si comentaba que se había imaginado con algo similar.
— ¡¡¡Claro que no!!!
Cerca de ella, Mineta soltó aquella exclamación; él más que nadie lo estaría disfrutando y nadie quería pensar en lo que haría el de bolas una vez acabase el día con ese recuerdo.
La profesora, con un movimiento del látigo que estalló en el aire, ordenó silencio y pidió al representante de los estudiantes que se acercará, lo cual sorprendió a los jóvenes.
Katsuki se movió con calma hacia el escenario, ¿cómo era posible que se mostrase tan tranquilo?
— Kacchan...
— Tiene sentido si fue el primero en el examen de ingreso. —pensó el de cinta en voz alta.
— Por favor, Bakugō, no digas nada inapropiado. —la morena cruzó los dedos de ambas manos para que todo saliese bien, aunque seguramente lo hiciese en vano.
— Creo que pides demasiado, Hunter-san. —Deku mostraba una expresión de disgusto, pero deseaba lo mismo que la chica y que su amigo de infancia no se sobrepasase.
— Juro...
Todos estaban preparados para recibir alguna pulla y llamarle la atención al rubio si era necesario. Aquello no presagiaba cosas buenas.
— ... que seré el número uno.
Los abucheos no tardaron en hacerse presentes, así como las quejas de sus compañeros por provocar esa situación.
— Yo no existo. —Layra se agachó entre el grupo mientras se hacia pucheros, muy avergonzada y molesta de que gracias al explosivo, todos los demás les odiaban más.
Una mano tocó su espalda en señal de apoyo, era Uraraka que le mostraba sonrisa.
— Pensemos que a excepción de algunos, la mayoría somos buena gente. —comentó con una sonrisa mayor que le brindó anteriormente.
— Tienes razón, Ochako-san. —respondió la ojiazul luego de unos breves segundos.
Bakugō, que ya bajará del escenario, les soltó una contestación de malas maneras.
— ¿¡Es que acaso queréis pelear!? —su expresión era digna del monstruo que se escondía bajo la cama.
— ¡Silencio! ¡Pasaremos a explicar la primera prueba!
Una pantalla holográfica apareció tras Midnight con una ruleta en la que se podían leer posibles actividades, comenzó a girar a gran velocidad; creando tensión en la multitud de participantes a la espera de que la suerte hablase.
Alcatraz de las Rocosas, Colorado, Estados Unidos.
No sabía en qué día vivía, ni si era de día o de noche; la ausencia de ventanas que le indicase esa información provocaba que la habitación se sintiese asfixiante.
El sonido constante de la ventilación se volvió tan habitual que ya no era consciente de que sonaba. Así como la luz que nunca se apagaba para él, estaba en todas partes, inundando el lugar, pero jamás su interior.
El hombre se encontraba sentado en el suelo, con la cabeza gacha, dando impresión de que estaría dormido o meditando, pero se mantenía a la escucha de los sonidos externos: los guardias, los otros reclusos... charlas o risas despectivas, lo que le habían negado desde que se convirtió en un residente de ese lugar llamado Infierno.
"Todos te han abandonado, no mereces nada. Ni tú ni ellos.
Déjanos salir, queremos ser libres, queremos jugar...
Queremos oscuridad, queremos sangre."
Esa letanía era como un disco rayado, sonando en ecos por una multitud con la que creció. En los últimos quince años aprendió a convivir con ellos, se habían convertido en sus aliados cuando nadie más lo fue.
— Sí, os daré lo que deseáis...
El sonido de la sirena dio paso al mecanismo de la puerta que se abrió para dar paso a los funcionarios que se encargaban de todos los residentes.
El sujeto vio al fornido uniformado abrir la compuerta para deslizar la bandeja con su comida al interior de la celda, se levantó para dirigirse hacia las rejas y aceptar los alimentos que le habían llevado; mas se demoró unos instantes en el pasillo oscuro que le ofrecía (las pocas veces que abrían la puerta) el consuelo que necesitaba, allí estaba todo lo que conocía y su zona de confort. No en ese lugar lleno de luminosidad.
Fue ahí cuando notó un movimiento detrás del carcelero, provocando una suave sonrisa.
¿Sería que al fin su sueño podría llevarse a cabo en ese instante?
— Retrocede. —ordenó el agente con autoridad.
No le hizo caso y se mantuvo en el lugar, sintiendo una emoción enfermiza a la espera de lo que estaba por suceder.
— ¡He dicho que retrocedas! —volvió a repetir con furia el contrario, golpeando los barrotes de la puerta interior de la celda.
Sin tiempo de reacción, el funcionario fue ensartado por una lanza de un color negro en el abdomen; cuando se sobrepuso de la sorpresa, intentó llegar al comunicador para dar el aviso de ataque.
Demasiado tarde.
Del interior del hombre, salieron lo que parecían filos que salían de dentro a fuera en un macabro suceso; el villano podía jurar que ya había fallecido en cuando se produjo ese estallido interno.
Las sombras se retiraron y dejaron caer el cadáver al suelo sin miramientos ni remordimientos, dejando ver la forma humanoide que se encontraba en el pasillo.
Esquelética y esbelta, la forma cogió la cabeza que reposaba en el suelo y la acercó a una pequeña pantalla situada junto a los barrotes. Abriendo estos cuando sonó el pitido que indicaba ello, pero también provocó la alarma que informaba de su huida.
La sombra le tendió la mano, a la espera de que la agarrase y aceptase lo que le ofrecía.
La sonrisa que esbozó instantes antes no abandonó su rostro en momento alguno, aceptó la mano y pudo jurar que sentía el frío de la muerte; dejándose llevar hacia la oscuridad. Fundiéndose en ella y dejándose llevar a la libertad.
【 𝓟𝓵𝓾𝓼 𝓤𝓵𝓽𝓻𝓪 】
Halo~
Hacia mucho tiempo que no publicaba nada, he podido ver que la obra ha estado teniendo apoyo a pesar de los pocos capítulos que hay. ¡Muchas gracias por ello!
No sé si me estoy apresurando de nuevo o no, pero ya ha llegado el Festival Deportivo y todos están emocionados por hacerse notar ante los héroes. Obviamente no voy a desviarme de lo que ya todos sabemos, pero sí que los diálogos y otros sucesos serán modificados.
¿Y qué tendrá que ver un villano que está al otro lado del Pacífico en esta historia? Quizás pronto lo sabremos ;)
Estos últimos días he tenido una escena en mente para este fanfic, pero tengo que mantenerla como una idea hasta que llegue el momento de ser narrada.
Me gustaría saber lo que pensáis de este capítulo, creo que he notado que (consciente o inconscientemente) he cambiado un poco la manera de narrar las cosas o, al menos, el vocabulario que utilizo. Así que os leo y espero que os guste.
Vuestros comentarios y estrellitas son bien recibidos.
𝒰𝓃 𝓈𝒶𝓁𝓊𝒹𝑜,𝐿𝒶𝓎
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top