V

Las clases habían avanzado con normalidad, aunque todavía seguía muy presente el ataque reciente; llevando a la clase A a ser el centro de atención de la mayoría de alumnos que los miraban y cuchicheaban en bajo cada vez que un integrante de esa clase andaba por los pasillos. 

Ninguno le daba demasiada importancia a ese hecho, era algunos por dentro se sentían como unos auténticos héroes de haberse enfrentado a unos villanos, mientras que otros no les daban demasiada importancia a ese hecho. 

Las clases estaban por finalizar, la última hora de ese día estaba destinado a una pequeña tutoria con Aizawa, pero el héroe seguía hospitalizado por sus heridas.

— Es imposible que venga a estas alturas, ¿no? —preguntó Kaminari jugando con la cola de Ojiro. 

— Sus heridas eran bastante serias como para que pudiese venir así como así. Tendrá que guardar reposo un tiempo. —fue la conclusión a la que había llegado Layra en respuesta a la pregunta del chico. 

— Entonces, Tsuyu-chan, ¿quién... —la rosada se inclinó hacia atrás en su silla, casi a punto de caerse, pero la chica rana la detuvo antes de que eso sucediese.— ¿Sabes quién será nuestro profesor hoy?

Y nada más hacer aquella pregunta, la puerta del aula se abrió, dando paso a su sensei cubierto en vendajes. Rostro, ambos brazos... entró al aula con pasos tambaleantes ante el estupor de su clase.

— Es demasiado profesional. —Kaminari abandonó el jugueteo con la cola de Ojiro con demasiada sorpresa, pero también se notaba una palabra omitida. 

— ¿¡Sensei, ya se encuentra mejor!? —el de engine alzó la mano todo lo posible para llamar la atención del docente. 

— ¿A eso le llamas estar bien? —Ochako seguía impactada. 

— Eso es muy masculino. —el pelirrojo apretó su puño derecho, alzándolo un poco y mostrando su sonrisa de tiburón.

Una suave carcajada salió de los labios de su compañera pelinegra, ella no pensaba que fuese masculino, más bien una estupidez. Eraser necesitaba un poco de sentido común en ese aspecto.

— Mi estado de salud no es importante, la auténtica batalla comienza ahora... 

Todos se tensaron al escuchar esas palabras, sin entenderlas del todo y sacando precipitadas suposiciones de lo que podría ser lo que su maestro trataba de decirles. 

— Se acerca... el festival deportivo de la U.A. 

"Algo completamente normal" fue el pensamiento colectivo que inundó la clase, por norma general se habrían emocionado y habrían gritado hasta que su maestro activase su kosei.

— ¡Por fin un evento de escuela normal...! —Kirishima era el único que se había atrevido a soltar su emoción, pero Denki le hizo callar.

— ¿Está bien que tengamos un festival después del reciente ataque de los villanos? —Kyoka expresó la preocupación que albergaban todos. 

— Podrían atacar de nuevo. 

— U.A puede manejar la situación, este año se fortificó la seguridad cinco veces más que otros años. Esto será una buena oportunidad para todos vosotros. —explicó el azabache, parecía que cierta emoción se notaba en su tono.

— Por supuesto, también estarán los héroes viéndonos para posibles reclutamientos. —Momo se veía bastante motivada con el asunto. 

— Tras la graduación es de lo más normal que nos recluten como compañeros rápidamente. —Kaminari se unió con ese comentario. 

— Por eso muchos pierden la oportunidad de ser independientes y terminan siendo compañeros eternamente, como tú, Kaminari. —se burló Jiro con un tono neutro.

El rubio se notaba visiblemente molesto por esas palabras, ya que siempre que tenía oportunidad Kyoka soltaba ese tipo de perlas burlescas.

— Gracias a esta oportunidad, todos adquiriréis experiencia y reconocimiento. Vuestra oportunidad de brillar es esta. Si ha quedado claro, preparaos. —terminó de explicar el tutor, recibiendo un "Sí" colectivo mientras la campana indicaba la hora del almuerzo. 

Todos estaban emocionados por la llegada del Festival, comentando sobre la gran oportunidad que tenían ese año... y los siguientes. Todo el mundo tendría puestas las miradas en ellos.

— Me siento algo nerviosa, pero a la vez emocionada. Tengo ganas de que llegue ese momento. —Layra miraba a Ochako que también parecía estar en el mismo estado que ella.

— Tenemos que esforzarnos, Layra-chan. —las cejas de la chica se fruncieron, casi parecía que se iban a unir.— Solo tendremos esta oportunidad en los siguientes dos años, tenemos que lucirnos. 

La pelinegra entendía muy bien lo que quería decir, si llamaban la atención de las agencias, era lo más probable de que les mandasen ofertas en el futuro para reclutarlas. Cuantas más opciones, mejor. Esbozó la misma sonrisa que su amiga y adoptando una expresión determinada mientras se daban la mano. 

— ¡Sí! —exclamó en completa emoción y determinación. 

Y ambas se giraron para mirar a Iida y Deku que estaban hablando sobre el mismo tema con Asui y Ashido.

— Deku, Iida... —los llamaron al mismo tiempo.— Esforcémonos en el Festival Deportivo. 

— ¡Vuestras expresiones dan miedo! —exclamó el peliverde un tanto asustado de verlas y sin comprender del todo el motivo de aquel comportamiento.

— ¿Qué pasa? Normalmente sois muy tranquilas. —Ashido se acercó a los chicos para mirarlas con curiosidad. 

— ¿Sincronización? —preguntó Mineta, recibiendo un lengüetazo por parte de Tsuyu. 

Ambas chicas separaron un poco las piernas y alzaron sus puños en alto, inclinándose cada una a un lado (Ochako hacia la izquierda y Layra a la derecha). Sus ojos brillaban en emoción.

— ¡Chicos, nos esforzaremos! —exclamaron ambas al unísono.

Sus compañeros respondieron en varios tonos distintos, pero todos habían soltado un "Sí".

De repente, se giraron hacia el grupo de Sato, Tokoyami, Kirishima y Sero, repitiendo la misma frase con la misma pose, recibiendo la misma respuesta.

— Pero... ¿qué os pasa? —preguntó Sero algo temeroso. 

— Vuestras personalidades no concuerdan. —comentó Kirishima con confusión. 

— Eso me recuerda... Hunter-san, ¿tú por qué quieres ser un héroe? —preguntó Midoriya con curiosidad, haciendo que su compañera se girase.

— ¿Conoces a los héroes Lariat y Vision? —preguntó a su vez la pelinegra. 

— Por supuesto. —el lado otaku apareció en el peliverde que mostró una mirada ilusionada y llena de admiración a la par que su voz se teñía de emoción.— Son el equipo de héroes perfecto, combinación de estrategia y fuerza. Han resuelto muchos casos.

— ¿Y qué me dices de Drako y Zeus? —siguió animándolo a soltar su admiración por los héroes, a ver si se daba cuenta.

— Son geniales, aunque recientemente se han instalado en Japón, han ganado reconocimiento y fama en poco tiempo... —hizo una pausa al percatarse de un detalle.— Un momento... Lariat y Vision son... 

— Son mis padres. —finalizó la pelinegra con una sonrisa, sacando a más de uno una exclamación de sorpresa. 

— Ya decía yo que me sonaba familiar, esa sensualidad es igualita a la de Vision. —Mineta sintió un escalofrío al ver la mirada que le dirigía la de ojos azules.

— Yo que tú no diría eso en presencia de mi padre, no le va a gustar nada. —le advirtió con una expresión sombría. 

— Entiendo la parte de Lariat y Vision, pero Drako y Zeus... ¿los admiras? —volvió a formular el de cabellos verdosos con curiosidad, aún sorprendido de aquella revelación.

— Claro, ¿qué hermana no admira a sus hermanos mayores? —otras exclamaciones de sorpresa, le estaba pillando el punto de diversión. 

— ¿Hermanos mayores? Pero... ¿ellos no tienen quircks diferentes a los de tus padres y el tuyo? — Ochako se veía muy confundida mientras trataba de pensar en cómo era posible tal cosa.

— No se necesita una relación sanguínea para ser una familia, son mis hermanos desde que tengo uso de razón. —respondió con una suave sonrisa, haciendo notar a los demás una nota de aprecio en su voz.

— Así que quieres convertirte en héroe por tu familia. —el de cinta pensó que era un buen motivo para serlo, ya que tenía buenos referentes.

— Sí, y este Festival es la forma perfecta de mostrarles lo que puedo hacer. 

Tanto a ellos como a ella misma, por una parte sabía que su familia la tenía muy en cuenta, en fortaleza e intelecto, mas tras los últimos acontecimientos provocaron una situación en la que su determinación flaqueó y ya no se sentía segura de nada. 

Pero desde que entró a la U.A. sentía que poco a poco podía recuperar su voluntad y recorrer el camino que escogió junto a sus compañeros. 

Aún con el Festival Deportivo a la vuelta de la esquina, Layra preparaba el lugar donde se "celebraría" la fiesta de pijamas. En la sala de estar. Había movido los sofás y mesita a uno de los rincones y preparó los futones y mantas para la ocasión; Caleb se encontraba en la cocina, cocinando, un suceso que solo ocurría cada luna llena. 

Sus padres y Alik estaban preparándose para la misión de Kyoto.

Las chicas caerían en cualquier momento, el día anterior les había enviado la dirección de su casa. Mina dijo que ella iría directamente, ya que vivían en la misma prefectura, mientras Momo se había ofrecido a recoger a las demás para ir todas juntas. 

La azulada miraba de vez en cuando por la ventana, se sentía muy nerviosa, era la primera vez desde su llegada al país que invitaba a alguien a casa. 

— Layra, ven a ayudarme un momento, por favor. 

Rápidamente apareció en la cocina para ayudar a su hermano en la preparación de las pizzas; ya que iban a pasar la noche, quizás les apeteciese eso. 

— Prepara la masa, por favor. 

Y le paso el bol que contenía la sustancia, lo cogió con ambas manos y esparció un poco de harina en la mesa para poder amasar adecuadamente. Comenzó a estirarla para darle la forma redonda, mientras su hermano le echaba la salsa. Qué bien olía. 

— ¿Será alguna de ellas? —preguntó el de ojos ambarinos tras escuchar el timbre.

— Voy yo, voy yo, voy yo. —repetía la menor mientras corría  con las manos llenas de harina a la puerta. 

Se acercó y la abrió con el codo, viendo a la rosada con una sonrisa de oreja a oreja.

— Hola, Mina. —saludó con entusiasmo mientras le sujetaba la puerta con la pierna para que entrase. 

— Hola, Layra-chan. —dejó sus cosas en el suelo y se abalanzó sobre ella para abrazarla, con la morena tratando de no tocarla para no mancharla.— ¿Qué estás haciendo? —preguntó curiosa, recogiendo su mochila y señalando sus manos.

— Estaba con Caleb preparando la cena para después. —respondió y miró a su amiga con ilusión.— Esta noche hay pizza. 

— Oh~ ¿puedo ayudar? ¿Dónde dejó mis cosas? —parecía una niña emocionada cuando hizo esas preguntas.

— Claro, pero primero, sígueme. —y la precedió para indicarle dónde podía colocar sus cosas.

— ¿Dormiremos aquí? Es muy espacioso. —depositó sus pertenencias en un rincón donde no pudiesen estorbar. 

— Pensé que aquí estaríamos más cómodas que en mi habitación. —y le guió a la cocina donde Caleb terminaba de hacer la última masa. 

Mina se quedó estática cuando sus ojos dorados se posaron en el hombre que tenía enfrente. Guapo, alto, musculoso, ojos dorados, cabello largo. Era el ikemen  perfecto. 

— Bienvenida a nuestro hogar. —la saludó y la rosada solamente pudo gritar internamente. 

Aquella voz grave podría hacer caer a cualquier mujer.

— Encantada de recibirte. —e hizo una reverencia exagerada, mientras se ponía roja por lo que había dicho, haciendo reír al mayor.

¡Hasta la risa de ese hombre era divina!

— Caleb, deja de burlarte de Mina. La has puesto nerviosa. —regañó Layra mientras le daba un golpe en el hombro a su hermano. 

— Lo siento, me habías dicho que era muy graciosa y no me has fallado. —dijo este mientras se acercaba a la chica con cuernos.— Soy Caleb Hunter. Un placer, Mina-chan. 

"Mina-chan" repitió la joven en su mente, cayendo ya rendida a los encantos del hermano mayor de su amiga. 

— Debería darte un apretón de manos, pero tengo las manos en la masa. ¿Te valen dos besos o en Japón eso no se hace todavía? —el tono burlón del pelinegro no pasaba desapercibido para las chicas. 

Aunque la menor de la familia lo mirase con una clara expresión de "Cállate", la rosada estaba en la gloria al pensar en que ese hombre tan atractivo estaba cocinando para ellas.

— Caleb, de verdad, detente. —Layra se había puesto entre el mayor y su amiga, mirando con severidad al ambarino. 

— Vale, vale. Ya paro. —alzando ambas manos llenas del almidón y dándoles la espalda a ambas para seguir con la tarea. 

— Layra-chan, ¿cómo puede ser que no nos hayas dicho que vivías con un ikemen tan agradable? —la chica ácida pasó un brazo alrededor de los hombros de su amiga para formular la pregunta en un susurro. 

— No preguntasteis, además no es tan agradable como lo ves... 

— ¡Oye! —exclamó el mayor, ya que la de orbes azules no se molestó en bajar el volumen.— Yo soy muy agradable. 

— Menos conmigo, me tratas fatal. —respondió la menor mientras volvía a la mesa, haciendo un gesto a Ashido para indicarle lo que debía hacer. 

— Eso es porque tenemos tanta confianza que a estas alturas da asco, enana. 

El comentario fue recibido con una mueca, sacando la lengua para meterse con él. Procedió a pasarle a su invitada los paquetes de queso que echarían en las pizzas, mientras ella se lavaba las manos para ayudarla.

Ashido observaba las bromas y comentarios que se hacían los hermanos con cierto asombro y curiosidad, al principio había tomado a Layra por una chica introvertida que se iba abriendo poco a poco a los demás de la clase a medida que pasaban más tiempo juntos; en ese momento estaba viendo la faceta de su compañera que no había imaginado anteriormente. 

Era divertido presenciarlo, después no lo fue tanto cuando Caleb comenzó a hacerle preguntas sobre cómo era su hermana en la escuela. ¿Acaso pretendía involucrarla a ella para meterse más con Layra?

Una vez finalizaron la tarea de elaborar la cena, el timbre volvió a sonar. Ambas jóvenes fueron a la puerta para recibir a las demás. Abriendo los ojos de par en par por la sorpresa de ver un coche de lujo delante de ellas, viendo a sus amigas bajar del auto para acercarse a ellas mientras que Yaoyorozu se despedía del chófer y le daba instrucciones para recogerlas en el segundo día por la tarde. 

— Wow, Yaomomo. —expresó la chica ácida por las dos, mientras les daban la bienvenida. 

Layra les dio la bienvenida y las invitó a entrar para que pudiesen acomodar sus cosas, estaba bastante emocionada porque todas aceptasen la invitación. Era la primera pijamada que hacía... en Japón, claro.

— Momo, no debiste haberte molestado. —dijo al aceptar la bolsa que le ofrecía la de Creación, descubriendo unos dulces que tenían toda la pinta de ser caros.

— Debía hacerlo, después de todo nos estás recibiendo en tu casa. —respondió la creadora con amabilidad mientras dejaba una enorme bolsa junto a la de las demás.— Es la primera vez que me invitan a una fiesta de pijamas, así que no sabía bien qué debía traer... —comentó llevando ambas manos a las mejillas, avergonzada, puesto las demás miraban fijamente su equipaje. 

— No te preocupes, seguro que está no es la primera que haremos. —la chica invisible alzó ambos brazos mientras comentaba.— Tendremos muchas más ocasiones. 

El sonido de la puerta llamó la atención del grupo, tras eso se escuchó un "Estoy en casa" algo cansado; las integrantes de la clase siguieron a la morena hacia el umbral del salón, encontrándose con el héroe Zeus; llevaba ropas de civil y su expresión seria le daba un aire de misterio. Mina y Toru se agarraron de las manos, pues delante de ellas había otro ikemen

 Bienvenido, Alik. —saludó Layra mientras se acercaba al recién llegado y le daba un abrazo. 

Caleb bajaba las escaleras que daban al segundo piso, con una mochila colgando de su hombro; las chicas no podían apartar la mirada de ambos hombres. Uno vestido al propio estilo de un motero, como en las películas americanas, y el otro vestido a lo elegante, pero siendo informal. 

— Me alegro de conoceros. —saludó el rubio, viendo más allá de su hermana.— Espero que tengáis una estancia agradable y que os divirtáis mucho, soy Alik Hunter. Encantado. 

— El placer es nuestro. —saludaron todas, aunque la rosada y la invisible con más entusiasmo. 

Con una sonrisa de lo más hermosa y agradable, el ojigris bajó la mirada hacia Layra.

— He hablado con Kane, dice que puedes llamarlo si surge alguna cosa; mamá y papá quieren que te recuerde que debes llamar. —la informó con una voz llena de cariño fraternal. 

— Sí, llamaré, pero no creo que sea necesario molestar a Kane. Las chicas están aquí, dudo mucho que suceda algo. —replicó la menor con un ligero puchero en su rostro. 

— Solo por si las moscas. —y le dio, de nuevo, un abrazo afectuoso mientras se despedía de ella.— Vamos, Caleb.

— Sí... —afirmó el moreno desganado, mientras salía por la puerta, pero se quedó a mitad de camino.— Aunque... si las chicas quieren podría quedarme aquí en lugar de Layra y portarme civilizadamente. 

La sonrisa que mostró fue de lo más seductora, mientras las invitadas se sonrojaban a más no poder a la vez que Layra se acercaba al mayor con una mirada que indicaba molestia. 

— Caleb, ya basta. No saben que estás bromeando. —reprendió la chica al de mirada ambarina. 

— ¿Y quién dice que esté bromeando? Agh... 

Antes de que pudiese seguir hablando, Alik le había agarrado por el cuello de la chupa de cuero. 

— Lo sentimos mucho, chicas, está de broma. —se disculpó el rubio, arrastrando al contrario fuera del hogar. 

Layra soltó un resoplido por el comportamiento de su hermano mayor, volviendo a disculparse con sus compañeras por tal espectáculo. A lo que ellas le restaron importancia algo nerviosas, todavía impresionadas por haber conocido a unos héroes tan reconocidos. 

— ¿Qué tal si cenamos? Tengo hambre. —sugirió Ochako mientras se llevaba la mano a la nuca. 

— Sí, iré a prepararlo todo. —la pelinegra tomó rumbo a la cocina, pero las exclamaciones de Ochako, Toru y Kyoka la detuvieron.— ¿Qué pasa? 

Entre las tres comenzaron a decir que no iban a permitir que se encargase ella de todo, desconcertandola un poco porque no entendía nada.

— Pero... si solo hay que calentar... 

Mina se apresuró a explicar que Caleb, con el apodo del "súper ikemen", había preparado la cena para ellas. 

Procedió a preparar todo, mientras las demás se ocupaban de lo que serían las bebidas y demás. 

— Layra-chan, permiteme ayudarte a llevar las cosas. —se ofreció Tsuyu, siguiendo a su amiga a la cocina.

— Oh, claro. —aceptó la susodicha, indicando el lugar donde estaban las bebidas y los vasos.— También hay algunos snacks, ¿os apetece mientras se hacen las pizzas? 

La respuesta fue unánime y buscó en uno de los armarios varios paquetes de papas, así como un recipiente para echarlas. 

— ¿Has hecho tú todo esto, Layra-san? —preguntó la pelinegra, colocando con elegancia una de sus manos en su mejilla. 

En el rostro de la chica se podía notar cierto malestar por haberle dado tanto trabajo a su amiga.

— En parte, Caleb fue quién hizo todo. Yo solo le ayude un poquito. 

Un sonoro "Eh" sonó en la estancia por parte de la mayoría. 

— ¿En serio Drako hizo todo esto? —preguntó Toru son asombro, aunque no se podía ver su expresión se veía como las mangas de su chaqueta se alzaban hasta quedar cerca de su rostro. 

Layra le restó importancia al asunto, ya que no era nada del otro mundo. Todos en su casa tenían habilidades para la cocina, las chicas podían apreciar un tablero en el que se dividían los días de la semana y cada uno se encargaba de hacer tanto la comida como la cena. 

Pasaron un buen rato hablando sobre temas triviales que se mezclaban entre la escuela a temas como moda.
Una vez las pizzas estuvieron listas y servidas, se trasladaron a la sala de estar para estar más cómodas. Sentándose en un círculo para verse las unas a las otras.

— Tengo muchas ganas de que llegue el Festival Deportivo. —comentó de repente Toru con ánimo, haciendo que el tema se desviase por completo hacia el futuro evento.

— Habrá muchos ojos puestos en nosotros. —Kyoka se veía algo nerviosa de solo pensar en todas las personas que no solo las verían desde el estadio, también estaban los medios que retransmitirían a todo Japón. 

— Es una buena oportunidad para demostrar todo lo que hemos aprendido y de lo que somos capaces, deberemos entrenar mucho. —Momo apretó un puño a la altura de su hombro, su mirada determinada hacía ver su intención de esforzarse al máximo.

— ¿Qué os parecería si después de las clases entrenásemos juntas? —propusó la chica rana, haciendo su típico gesto de colocar el dedo índice en su barbilla.

Todas mostraron su conformidad ante la idea, salvo Layra que tenía una mirada algo incómoda por tener que rechazar el ofrecimiento. Aunque también le gustaría entrenar con sus amigas para variar un poco de las clases y los entrenamientos con sus hermanos.

— Desde que mi familia sabe que se acerca el Festival Deportivo, han hecho un plan de entrenamiento bastante estricto... —explicó tras un suspiro de fastidio. 

— ¿Qué clase de entrenamiento? —interrumpieron Mina y Ochako con curiosidad, inclinándose hacia la morena.

— Bueno... mi madre me ayudará con mi quirk de Vision para desarrollarlo todo lo que pueda, luego Caleb, Alik y mi padre me ayudarán con la parte física. Tal y como me han comentado, promete ser intenso. —les contó la ojiazul, viendo que en las bocas de todas se formaba una "Oh".— Solo espero que no tenga que luchar contra alguna de vosotras, no me gustaría que utilizaseis mis debilidades en mi contra o yo las vuestras. 

— No creo que tengamos oportunidad. —Tsuyu habló en voz alta mientras alzaba su mirada al techo.— Teniendo en cuenta que Bakugo-chan, Todoroki-chan seguro estarán en los primeros puestos y los demás tienen buenas habilidades, sin contar con las otras clases, probablemente algunas no lleguemos a las finales. 

Por muy cruel que pudiese sonar, las palabras de la chica rana eran ciertas. Muchos de sus compañeros tenían habilidades y otras destrezas que las podrían eclipsar; eso también incluyendo a las demás clases cuyas habilidades les eran desconocidas. 

— ¡Cambiemos de tema! —exclamó la rosada para sobreponerse del ambiente decaído en el que se habían sumergido.— Hablemos de cosas típicas de las fiestas de pijamas, quiero oír historias de amor.

Un silencio completamente distinto invadió la estancia, uno lleno de incomodidad: Yaoyorozu miraba a las demás en busca de alguna explicación o a que alguna hablase, Layra se mostraba algo incómoda ante la idea de ser la única que contase sus aventuras y desventuras amorosas, las demás dejaban ver sus sonrojos puesto no habían tenido esas vivencias. 

— Venga, algo tiene que haber. —instó Mina a las demás, haciendo un movimiento con ambas manos para instarlas a hablar. 

— ¿Cómo vamos a contar historias de amor si no lo hemos vivido todavía, Mina-chan? —interrogó la de rasgos anfibios por las demás. 

— ¿En serio? ¿Nada de nada? —preguntó de nuevo, paseando su mirada por el grupo en busca de alguna señal, queriendo creer que al menos alguna tenía algo que decir.

— ¿Y si hablamos de chicos que nos llamen la atención? —sugirió Toru, de esa forma no se desviaban mucho del tema, pues seguirían hablando de amor. 

De nuevo, silencio y sonrojos se veían en los rostros de las presentes. 

— Supongo que centrarnos en los estudios nos quita tiempo para tener fijaciones amorosas por alguien. —supusó Layra al ver que muchas tal vez no habían experimentado esos sentimientos todavía. 

— Layra-chan, entonces comienza tú. —Ashido la señaló haciendo que la susodicha se sonrojase de golpe.— ¿Hay alguien que te guste?

Ante las miradas de sus compañeras, la morena se mostró algo avergonzada y pensativa.

En su mente apareció la imagen de un muchacho, alguien amable que le hacía sentir mariposas en el estómago y su corazón se desbocase cuando le dedicaba una sonrisa. 

— ¿Y bien? —Hagakure también quería saber sobre ello, mirando fijamente a la chica.

— S-Supongo que sí hay alguien... —respondió vacilante y aún sonrojada.— pero no tengo muy en claro lo que siento, quizás sea solo una mera atracción...

— ¡CLARO QUE NO! —la exclamación de la chica ácida hizo que Hunter diese un brinco en su sitio.— Esa mirada es la de una chica enamorada, está muy claro. 

— B-Bueno... —tartamudeó la de ojos claros, completamente avergonzada de confesar aquello a las demás.— ¿Y-Y qué hay de ti, Mina? ¿Hay... Hay alguien en tu vida? 

La pregunta fue hecho con toda la intención de no ser la única que pasase vergüenza y consiguió que la rosada adquiriese un tono rosado más notorio de lo habitual. 

— No... —respondió derrotada la chica, bajando la cabeza con desánimo.

La noche continuó sin más historias amorosas, ya que no había demasiado que contar. Así que optaron por la idea de ver alguna película mientras se acomodaban en los lugares elegidos para dormir.

【 𝓟𝓵𝓾𝓼 𝓤𝓵𝓽𝓻𝓪 】

Hallo~

Me he demorado en actualizar, pero llevó mucho tiempo pensando que me precipito demasiado con las cosas, aun así me gustaría seguir mejorando la obra y saber si lo estoy consiguiendo. 

Ahora les toca a las chicas tener un momento para hacer cosas típicas de la edad, fiestas de pijamas y temas triviales; a pesar de que la emoción del festival está muy presente. Espero que os guste y comentéis al respecto aunque de lo demás también.

Y creo que no lo he mostrado en el anterior capítulo, pero tengo una sorpresa.

¡Tará~n! Un dibujo de Layra con el uniforme escolar y su traje de heroína, pienso que la dibujante hizo un gran trabajo al plasmarla. Sencillamente, me encanta, ¿y a vosotros?

Ah, pero no solo era el dibujo, también hay un extra. Hecho por mí, por lo que puede ser que para vosotros no sean tan geniales como los veo yo.

Aquí están mis intentos de separadores para esta obra, no soy ninguna experta en el manejo de edición para hacer portadas y demás, por eso en Serendib la portada es un asco.
Os dejo elegir el que más os guste para ponerlo en todos los capítulos, así como en los venideros.

Y hablando de Serendib, si hay algún lector que siga también esa obra. He decidido pensármelo mejor, como dije al principio me precipite mucho y la idea que tengo no se refleja en nada a lo que tengo pensado; me tomaré mi tiempo para investigar y escribirlo con más calma. Cuando me sienta segura, volveré a subir la obra.

Muchas gracias por vuestra comprensión.

Vuestras estrellitas siempre son bien recibidas.

𝚄𝚗 𝚜𝚊𝚕𝚞𝚍𝚘, 𝙻𝚊𝚢.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top