5. Errores de media noche y confesiones.

CELINE

Sábado 2, Abril 2016.

Me miro en el espejo del baño, tengo una mini falda roja y una remera negra metida adentro. El pelo lo tengo suelto y con ondas, me veo salvaje, lista para disfrutar y bailar hasta que mis pies sangren. En realidad no, ya me duelen de tanto bailar, los pobres han sufrido después de tres horas metidos en unas botas tacón aguja.

— ¿Vamos, cariño? —Mi hermana sale del baño y se lava las manos. Pasa a acomodarse su largo pelo rubio como el mío, me guiña un ojo—. Somos ardientes.

Ella es más alta que yo, aún más con los tacos, más parecidos a armas mortales, que lleva en sus elegantes pies. Sus ojos celestes brillan con picardía y se retoca su labial rápidamente. Jessica Carly Durand es toda una mujer fatal, sacando la parte de villana; está vestida con un vestido rojo suelto sujetado por un cinturón dorado.

Toda una diosa.

—Ya, tu ego está ocupando todo el espacio, Jess —digo haciendo una mueca graciosa al espejo. Ella me guiña un ojo mientras me empuja con la cadera.

Nos acercamos a la mesa donde nos esperan Markus y Paul, ambos están tomando cerveza mientras observan la pista.

Hace mucho tiempo que no salíamos todos juntos, de algún modo nos volvimos viejos, supongo, y ocupados. Markus tiene apenas 21 años y está estudiando comercio exterior en una facultad de primera; como sus notas fueron excelentes, le concedieron una beca y el resto es historia. Paul apenas me lleva un año, pero a veces parece que tuviera 40 por la vida que lleva; trabaja casi todo el día para darle lo mejor a Rose Coraline, nuestra sobrina. Solamente sale cuando le rogamos que lo haga con nosotros, Jess es la que más le insiste ya que es la mayor del grupo y, contradictoriamente, la que más sale. Por otro lado, yo salgo cuando tengo ganas y tiempo, no tanto como mi hermana porque el trabajo me impide hacerlo. Ella trabaja de azafata, por lo que si tiene noches libres en los otros países a donde va, ella va de fiesta; salvo que sean vuelos de 24 horas ida y vuelta, ya que sería irresponsable.

Por suerte, de algún modo extraño, logramos todos estar en la ciudad y libres. De trabajo y responsabilidades.

— ¿Vieron alguna chica con la cual bailar? ¿Con la que se van a besuquear?—Jess les pregunta sentándose en su banquillo y pide unos tragos a la barra. Ante la negativa de Paul, ella lo abraza por los hombros; nuestro primo se ruboriza ligeramente mientras se la sacude de encima—. ¡Debes divertirte! Tienes 27 años, Paul. Muchas mujeres se babosean por ti.

—No puedo tener una relación ahora, Jess. —La respuesta en siempre la misma; toma un trago largo de su vaso. Puede que sus palabras salgan de su boca, pero sus ojos buscan en el lugar—. No puedo tener nada complicado.

—Solo es complicado, si permites que sea complicado —dice Markus encogiéndose de hombros. Él sonríe de costado cuando pasan dos chicas por nuestra mesa—; una noche no iguala a relación.

—No todas las relaciones son complicadas —digo frunciendo el ceño. Mi hermanastro me devuelve la mirada al igual que los otros dos—. Bueno, que las mías lo sean, no significa que no haya excepciones.

—De todos modos, ¿quién dijo relación? Algo rápido, caliente, placentero, amable y que se queda dentro de cuatro paredes. Sin promesas ni compromisos —Jess sonríe abiertamente y se apoya en la mesa sobre su codo.

—Tengo que cuidar de Rose, no quiero decepcionar a mi hermano; él me la dejo a cargo por una razón.

—Pero no te dejo ciego, primo. Sigues teniendo una vida, deseos que satisfacer. No te volviste de piedra, no se detuvo el tiempo —contesta Markus codeándolo—. No tiene nada de malo olvidar que eres el tutor de Rose por una noche, está con nuestros padres, ellos la van a cuidar.

— ¿Y ustedes? —Cambia de tema hacia nosotros sin contestar.

Pido otro trago evitando responder. Markus niega con la cabeza mirándome fijamente.

—Yo vi un moreno que está de muerte, lo voy a invitar a bailar —responde Jess tomándose uno de los chupitos que nos trajeron—. Deséenme suerte.

—No la necesitas —digo sonriendo. La vemos encararlo y el moreno le rodea la cintura de inmediato, asiente hacia ella con una sonrisa embobada. Así de fácil caen en sus pies.

—Celine, ¿qué harás? ¿Testearas las aguas o necesitas que te llevemos? —Paul me pregunta, mientras se termina su trago sin alcohol—. No quiero que te quedes sola.

—Bailar, disfrutar... —Tomo dos tequilas de uno. Me muerdo la lengua cuando me pegan—. ¡Mierda!

—Cierto que tu nueva relación con Nathaniel te permite eso —menciona Markus tomándose el suyo—. No me gusta eso. Para nada.

—No te tiene que gustar a ti, sino a ella —dice Paul levantando los hombros, choca puños con Markus al decir—; pero opino lo mismo. Esa basura debería estar donde pertenece, no a tu lado.

—Hoy no me importa eso. —Me levanto de un salto y le tiendo una mano a Markus—. ¿Bailamos, hermanito?

—Sí, vamos a mover los culos, ¿Paul?

—Ya verán, y no volverán a decir que parezco de piedra.

—Eso no es lo que dije. —Se defiende Markus, pero Paul se levanta rápidamente y se aleja hacia la barra.

En ella una mujer de cabello azabache lo observa y se acerca; ambos parecen intercambiar unas palabras breves, antes de que pidan lo que creo que son chupitos. Sorpresivamente la chica poner limón en el cuello de Paul, lo lame y nuestro primo se deja con gusto. Nos sonríe brevemente antes de voltearse completamente hacia la extraña.

—Creo que él sobrevivirá. No estaba tan oxidado.

—Sí, siento envidia —responde Markus haciéndome girar—. ¡Como en los viejos tiempos!

—Nada más que ahora sos legal en estos lugares.

—Bueno, detalles.

Bailamos hasta el cansancio, él se besa con algunas chicas por allá y por allí, pero nunca me deja sola. Yo bailo pegada con distintos hombres que me invitan. Si bien me divierto y sonrío, no estoy sumamente interesada en hacer nada con nadie. Por lo menos ninguno de ellos.

Eso hasta que unas manos que reconocería en cualquier lugar se posicionan en mis caderas, puedo sentir su cuerpo pegado al mío y su aliento en mi cuello.

—Bonita, ¿qué haces bailando tan dulcemente?

—Jordan —murmuro dándome vuelta en sus brazos, los pongo sobre sus hombros para poder centrarme en su rostro, en sus labios—. ¿Qué haces aquí?

—Buscándote, aun cuando no debo.

Humedezco mis labios, sus ojos siguen mi lengua y sus manos me aprietan contra él, no dejan ni un solo centímetro entre nosotros. Mi cuerpo se ajusta al suyo, lo reconoce y tiembla porque se reencuentran.

Quiero decir tantas cosas, arrepentirme de muchas cosas. No me deja hablar porque sus labios presionan sobre los míos robándome las palabras, el aliento y mucho más. Me rindo en sus brazos, abandono toda resistencia respondiéndole el beso con deseo reprimido. Agarro su cuello con fuerza, impidiendo que se aleje; no es que él demuestre que quiere irse.

La música del alrededor desaparece, la gente no me importa, nos movemos entre la multitud sin soltarnos ni dejar de besarnos. Nos chocamos con muchas personas. Estamos en nuestro mundo, no nos importa.

— ¡Celine! ¿A dónde vas? ¿Quién...?

Me separo rápidamente de Jordan y miro sobre su hombro a mi hermano, él está siendo retenido por una chica rubia que no lo deja venir hacia mí. Río con ganas y Jordan lo mira confundido. Enseguida frunce su ceño.

—Es mi hermanastro, relájate —susurro en su oído y él deja de tensar sus músculos. Me sonríe y me besa suavemente—. Deja que vaya a decirle que estoy contigo y no corro ningún riesgo.

—De acuerdo, pero no te me escapas —contesta sosteniéndome por la cintura—; quiero hablar contigo.

—No, no lo voy a hacer —aseguro ubicando mis manos en sus hombros, los deslizo por sus brazos y suspiro—; lo prometo.

***

JORDAN

La veo alejarse por unos minutos, ella charla con el joven rubio, al que puedo llegar a reconocer como Markus. Si es no recuerdo mal de todas las conversaciones que tuvimos sobre su familia. Luego nos encaminamos a un lugar más tranquilo del bar, un patio interno más privado y con menos música. Ella pone distancia entre nosotros.

—Le dije a mi hermano que me iba contigo, pero que no dejaríamos el lugar sin antes ir a decirle —dice ella rompiendo el silencio. Espero que mencione nuestro beso o que diga que fue un error, porque esta con su novio—. ¿Qué haces aquí?

¿Eso es lo único que piensa decirme? ¿Ninguna explicación o frase típica de esto es un error y no va pasar nunca más?

—Yo no tengo que decirte nada, tú en cambio sí. —Ella traga visiblemente mientras me acerco a ella. Tomo su cintura en mis manos y su boca se abre cuando nuestras narices se tocan—. ¿Nathaniel Donovan es tu novio y te deja besarte con otros hombres?

—Él... nosotros, él y yo... —Su boca se abre sin palabras.

— ¿Te pongo nerviosa, bonita? ¿Me extrañaste como yo a ti?

—Me pones mucho más que nervi... —Se detiene y sus ojos me miran, me atraviesan—. No debería estar diciéndote esto, Jordan. No deberíamos...

Y ahí está, esa frase estaba esperando.

— ¿Habernos besado? Un poco tarde para decir eso. Creo que hicimos mucho más que besarnos, con ese beso nos dijimos lo mucho que nos extrañamos. —Acaricio sus mejillas con mis manos, su cuerpo tiembla contra el mío—. No puedo permitirme estar lejos de vos.

Sus ojos miran mi boca con deseo, su lengua juega con su labio inferior. Pero algo la detiene de hacer su movimiento, y si dice que es su estúpido novio, voy a matar algo. Porque tiene razón.

Me preparo para separarme cuando ella tira una bomba que me deja helado.

—Si lo que te molesta es que yo tenga novio, él y yo tenemos una relación abierta. Así que no hiciste cornudo a nadie. ¡Sorpresa! —Hace una mueca, intentando ser divertida.

La sorpresa invade mi cuerpo, la suelto y me alejo de ella.

¿Qué, cómo, cuándo?

Nathaniel es más tonto de lo que pensaba.

Lo voy a matar.

Ella se merece mucho más que eso.

—Celine, ¿qué diablos significa eso?

— ¿Relación abierta? Es básicamente que tanto él como yo podemos...

Noto como su cuerpo se tensa y ajusta a mi cuerpo cuando la agarro de la cintura, atrayéndola hacia mí de golpe. Hablo sobre sus labios, sus hermosos labios, sin dejar de mirar sus ojos.

—Era una pregunta retórica, bonita. Sé lo que significa, como también sé que no era lo que tú querías —digo tocando su nariz con la mía despacio. Ella la arruga.

—Yo quería honestidad y amor... creo que mi relación con Nate cumple ambas.

— ¿Eso es lo que quieres? ¿No saber con quién estuvo él por las noches y aun así compartir su cama?

—Quiero que no me mienta y no lo hizo.

—No, él solo se oculta atrás de la "relación abierta" que te propuso para hacer de las suyas, Celine. Pero si tú dices que eres feliz... tendré que demostrarte que lo que tú querías existe.

—A veces un tren no pasa dos veces por la misma estación.

— ¿Le darás una oportunidad a él?

—Se la estoy dando.

—Entonces quiero aprovechar su oportunidad para demostrarte lo mal que está esto. Lo bien que somos nosotros dos juntos, con o sin ropa y en cualquier lugar.

A esta altura compartimos el mismo aire, sus manos recorren mi espalda y las mías se entretienen en su culo. Celine mueve sus caderas contra mi semi erección, provocando que suaves gemidos salgan de mi garganta sin aviso y ella suspira en mis labios.

—Dame esta noche hoy, mañana podrás darme excusas si quieres.

Sus ojos se abren, aprovecho que sus labios se entreabren para asaltarlos duramente. No quiero que me diga que no, quiero que se deje llevar por lo que siente de verdad.

—Te doy esta noche, Jordan. Aprovéchala.

***

Sus dedos recorren mi espalda de arriba abajo, mi cintura es apretada por las dos piernas que me envuelven y seducen a ir por más. Mis labios beben cada jadeo y suspiro, no quieren perderse de nada. Mis manos tratan de sostenerse y, a la vez, tocarla; no puedo obtener suficiente... no quiero obtener suficiente.

Somos pura sensación, pasión y fuego.

De pronto su cuerpo queda arriba del mío y sus labios atacan mi pecho, no dudo en ayudarla poniendo mis manos en su cintura. Ella no me da tregua, yo no quiero que me la de.

Gruño al verla ser tan ella, su cabello se ve tan brillante y su piel tiene una ligera capa de sudor; no puedo imaginar algo más erótico que esto. Celine sabe que está al mando cuando sus labios muerden mi labio inferior y su lengua se desliza dentro de mi boca. Detiene sus movimientos para jugar conmigo, le apretó la cintura, no muy duro pero dando a entender que me estoy volviendo loco. Ella me está volviendo loco.

Me sonríe con diversión y, aunque no le encuentro la gracia, le sonrió también.

Baja para apoyarse en la cama, aprovecho para prestarle atención a su pecho. Celine me ayuda encorvándose, se entrega hacia mí.

No duramos mucho más y aun así parece que estamos haciéndolo durante horas.

—Cuatro. Me sorprendes.

— ¿Dudabas de nosotros?

—No, pero nunca fueron tan seguidos.

—Hemos hecho más y lo sabes. —Sus mejillas se sonrojan. Ella lo recuerda muy bien.

— ¿Qué hora es?

—Son las 6 de la mañana, ¿por?

—Mierda, hoy nos toca a nosotras estar en el programa. —Sonrío mientras la veo ponerse su ropa interior y buscar su ropa por mi habitación. Ojeo la cama y siento al de incomodidad bajo mi espalda, saco su corpiño y se lo muestro.

—Tal vez no sepas pero... estás en la casa de tú jefe.

— ¿Y eso qué tiene? —Trata de sacarme el corpiño pero la termino atrayendo hacia mí, haciéndola caer sobre mi cuerpo—. Dámelo, Jordan.

—Hey, no me mires así. Tú eres la que está encima de mí.

—Por tu culpa.

—Quedémonos, yo hablo con June.

— ¡No puedes decirle a June que estamos juntos!

—No le diré eso, le diré que no vendrás porque tienes planes con Nate.

— ¿Y tú?

—Yo no tengo que estar allí, no tengo que poner excusas, bonita. —Beso su nariz y ella esconde su cara en mi cuello—. ¿Entonces?

—De acuerdo, aunque quiero una buena chocolatada de desayuno con pan y manteca.

—No me opongo a eso si... me acompañas en la ducha.

— ¿Pregunta, propuesta u orden?

—Propuesta. Una sucia propuesta —murmuro en sus labios. Los quiero besar, pero a la vez ver sus hermosos ojos.

—Dios, a veces me pregunto cómo haces para tenerme dónde quieres.

—Tú me tienes donde quieres. Todo el tiempo, bonita. Y en todos los sentidos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top