Capítulo 12. Desde y para Cuba. Parte 03


Dicen que la felicidad del ser humano es muy limitada, y si se es muy feliz debes temer por el hecho de acercarse algo malo. Pero yo no pensaba en eso, nada podría arruinar ese momento tan dulce de mi vida al inclinarme para recibir aquel circulo de piedra plateada atada por una cinta azul que ahora colgaba de mi cuello. Mi melliza desde otro extremo grababa con su celular y saludaba con una gran sonrisa para que viera a la cámara. Je, igual que siempre, actuaba como una madre emocionada por que su hijo ganó una competencia escolar.

Saludé a la misma grabación y luego me acerqué a mis otros compañeros de podio para recibir los flashes de las fotos de los visitantes que querían atesorar el momento o informar el mismo. No pasaron unos minutos cuando bajé de allí y, antes de que me acercara a la pequeña chica de pelo castaño y blanco, ella se abalanzó a mí para luego mostrarme la pantalla, dejando ver a mis padres a través de ella. La emoción me embargó aún más.

— ¡Papá, mamá! —gesticulé con evidente alegría y ellos lo recibieron con la misma energía, me uní a mi hermana aún más y levanté la medalla con la mano para acercarla a la cámara frontal—. Gané plata.

— ¡Felicidades, cariño! —Gritó mi madre y mi padre simuló taparse el oído ante el mismo, luego ella lo empujó un poco entre risas que nos contagió—. Eres un dramático Noel, no fue tan fuerte. Estoy muy feliz por ti amor.

— Y yo estoy muy orgulloso de que mi hijo esté triunfando, ¡Muchas felicidades, hombre! —Continuó mi padre.

— Muchas gracias, acaban de entregármelo.

— Manden todas las fotos que tengan del momento, no queremos perdernos ningún detalle.—Se escuchó por parte de mi madre, entrecortándose en un momento por la señal, pero volviendo a la normalidad al instante.

— Les enviaré el video de cuando Karter compitió, se vio increíble, como todo un profesional.

— ¿Qué dices Cooke? Que soy un profesional en esto—ella rodó los ojos y mi madre hizo el mismo gesto casi en igual tiempo, sacándonos una risa a los cuatro.

— De acuerdo, hablamos mañana, los queremos mucho.

— Y nosotros a ustedes mamá—me despedí al igual que mi hermana y ellos repitieron los gestos antes de apagar la llamada.

Recibí otro abrazo de la chica cuando guardó su celular en el bolsillo posterior y aunque quise alejarme, ella apretó el agarre para que mi cometido no se diera. Las risas no paraban con nosotros y cuando se decidió por apartarse, me tomó de los hombros.

— Sabía que este año sería diferente hermano, lo sabía.

— Sí, sí, me lo dijiste mamá, me lo dijiste —bromeé y ella me removió un poco de los hombros.

— ¡Ganaste plata! ¡Por fin ganaste algo!

— ¡Cooke!

— ¿Qué? Es la verdad. —Sonrió con la boca cerrada—. ¿Fiesta?

— Iré con los chicos para lo mismo.

— ¿Entonces mañana? Luego de que busques a Amaya. —Ladeó su cabeza con tranquilidad—. Así celebramos todo junto.

Yo asentí y ella repitió el gesto. Entonces George se acercó para indicarme que ya se iban a celebrar, por lo que terminé despidiéndome de mi hermana con un beso en la frente y un abrazo.



Cuando volví ya eran las seis de la tarde, mi hermana parecía había llegado de sus clases. La encontré sumergida en los libros y computadora, estudiando como siempre. A pesar de tanto tiempo, Cooke seguía igual que la primera vez que llegamos a la universidad, dedicada al cien por ciento, casi ignorando por completo tanto su salud mental como física.

— ¿Qué tal todo Cooke? —Ella alzó su mirada cuando escuchó mi voz. Pareció ni darse cuenta de que había entrado.

— ¡Karter! —Saludó con emoción—. ¿Cómo te fue con la celebración?

— Bastante bien. George se emborrachó y tuvimos que salir más temprano de lo que consideramos—ella giró los ojos, negando con una gran sonrisa.

— Dios mío. ¿Cuándo aprenderá a tomar con control?

— No importó que Steven intentara calmarlo—me quité la chaqueta del equipo de natación para colocarla sobre la silla y sentarme en la misma al lado de mi melliza—. Pero cambiando de tema, ¿cómo te ha ido?

— Saqué nueve en el examen.

— Ay no —me quejé dejando caer mi cabeza un poco hacia atrás, sabía lo que eso significaba—. Deberías dejar de exigirte tanto, ¿no crees que es normal al menos equivocarse en una sola pregunta?

— No para mí. —Respondió cortante, escribiendo en la libreta lo que veía frente a la pantalla. Yo me levanté del asiento y acerqué mi mano al portátil para cerrarlo, me acomodé de nuevo llevándome una mirada de desaprobación de su parte—. ¿En serio?

— Deberías descansar, ya no puedes cambiar lo del pasado. Además, un nueve no está mal, está muy bien.

— Muy bien, pero no excelente. —Cooke tomó sus lentes de lectura y los dejó en la mesa—. Sé que no puedo cambiar lo pasado. Solo quiero mejorar para el futuro.

— ¿Aún más? —Alcé una ceja y ella suspiró—. Cooke, por amor a Dios, eres una de las mejores de tu carrera, has destacado todos los años, ¿qué más quieres? No puedes pasar del diez si eso es lo que pretendes.

Me levanté del asiento y ella me siguió con la mirada cansada.

— ¿Qué quieres para cena? —Cuestioné.

— No tengo hambre.

— Eso siempre dices cuando no quieres cocinar, pero sabes que te toca hacerlo.

— ¿No podemos comprar algo?

— Los folletos.

— Los folletos.—Repitió mi hermana. Habíamos gastado gran parte del dinero para adquirir los documentos que eran necesarios para nuestros estudios finales de carrera. Estábamos a la vuelta de la esquina de graduarnos y teníamos altas expectativas de la tesis. Por lo tanto, apenas hicimos la compra de ese mes.

— Así que ven a cocinar a-

La conversación se cortó justo cuando la puerta de la habitación sonó por un toque desde el exterior. Me detuve en el momento que figuraba el llegar hasta la cocina y observé a Cooke, ella me miró igual de extrañada. Al parecer no creía que vendría nadie a esa hora, pero de seguro era Lohan o Conley que vendrían por la chica de pelo semi blanco sentada en la mesa.

Ella se alzó de su silla y caminó hasta llegar la puerta, allí le quitó el seguro y miró por la ranura al abrirla un poco. Pero fue prácticamente empujada con fuerza, seguida de una queja de dolor mientras se llevaba la mano a lo que parecía ser su ojo. Pero eso no me importo, porque lo que estaba viendo me dejó con la boca abierta.

Era Amaya, ¿qué hacía ella ahí? Se suponía que vendría al siguiente día.

La morena visualizó su alrededor y se detuvo cuando sus ojos azules claros me detectaron. Amplié una sonrisa con lentitud, no sabía por qué ella no lo hacía, pero tampoco me importaba, ¡Amaya estaba ahí! ¡Frente a mí! Mi novia por fin había llegado de Cuba. Me acerqué a ella con los brazos abiertos, lista para recibirla.

Sin embargo, quien me recibió de una manera inesperada fue la misma morena, que arrojó su maleta a un lado y me pegó con su bolso en el brazo. Me tomó desprevenido. Cuando quiso hacerlo de nuevo, pude cubrirme de mejor manera, ¿qué le pasaba? Parecía... ¿molesta? ¿Por qué?

¿Acaso había confundido la fecha? No, no era así, quedamos de que la buscaría el día después de la competencia, y la competencia fue hace unas horas. Juraba estar pensando a mil por hora mientras evitaba sus ataques llenos de rabia, pero no se me ocurría nada.

Y de repente, se detuvo. Cuando la vi para saber lo que le había pasado, me encontré con la mirada llena de tristeza y acongojada en las lágrimas que, de un momento a otro, había salido de sus ojos.

Quise acercarme, pero ella se alejó. No entendía lo que pasaba.

Cooke, a pesar de tener un visible moretón cerca del ojo por el empuje anterior de mi novia, llegó hasta ella y la abrazó, Amaya correspondió y soltó todo para sostenerse mejor de mi hermana.

Maldita sea, ¿qué era lo que estaba pasando? De repente parecía ser el malo de la película sin siquiera haber hecho nada, ¿qué hice?

¡Les dije que la emoción se iba a disparar! De aquí en adelante todo es en subida, y tengo algo de miedo, debo admitirlo. :,)

No olviden seguirme, procuren darle me gusta/estrellita si les gusta la historia, también procuren compartir con sus amigos y procuren coquetearme más, y no deparo de lo que te haré, procura ser parte de mí, y de seguro que me hundo en ti- ¡Digo! ¡Digo! Perdón, me distraje jejejejeje XD

¡Besitos suspensivos! Nos vemos en el próximo capítulo: «Capítulo 13. Chocolate amargo a fuego lento».

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top