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"No, definitivamente el espejo no habla"  se dijo, en un intento por convencer a su mente de que la voz que escuchó era totalmente falsa, un delirio de su imaginación.

Talvez se encontraba cansado, había sido un día muy pesado y... Sí, de seguro era eso, no conocía ninguna otra razón para que el espejo le hablara y oyera voces.

— Sehun — llamó por segunda vez la voz, masculina — soy real, no un efecto de tu mente.

" bueno, almenos no estoy loco... ¡Es real, por Cristo resucitado!.

— Por la señal de la santa cruz... — se puso a rezar, ya estaba a punto de desmayarse.

Hoseok casí se cae de espaldas por la risa  ante la reacción de Sehun, no esperaba para nada que el chico comenzara a rezar.

— ¡Hey!, no soy un fantasma para que invoques a tu Dios — dijo, mientras intentaba controlar la risa — en ese caso, te sugiero que que traigas un libro de hechizos para liberarme, pero, esos ya no se encuentran aquí.

— El espejo no habla...

— Que sí

— No

— Te ves más valiente de lo que pareces, eres un cobarde Sehun

— Soy valiente, ¿Qué harías tú si tu espejo que te ha regalado tu abuela te habla?, ponte en mi lugar espejo.

— Me llamo Hoseok

Sehun se acercó.

— Un gusto, Oh Sehun — saludó con la mano, en un intento para sustituir el de la mano.

— Es el mío, ¿Qué tal tu día?

— Muy ajetreado, es mi cumpleaños y mi abuela me regaló un espejo, mis amigos me hicieron una fiesta Gucci y el espejo habla...  — Sehun se golpeó

— ¿Felíz cumpleaños? — dijo, en un intento de felicitación. Sonó tan falso como su felicidad en el espejo.

El chico se recostó en su cama y murmuró cosas en voz baja, desde su lugar, Hoseok apreció como se hallaba los ojos e intentaba asimilar la situación. No es fácil asimilar que un objeto habla, aún para Hoseok, que siempre convivía con magia, la primera vez que le habló un rehén en un espejo de mano se asustó.

— Eres real — aceptó al cabo de un tiempo — Eres tan real como yo. Estás en un espejo.

Eso sonaba aún como una pregunta.

— Si lo soy, soy tan real como tú, tus amigos y todo a tu alrededor — le explicó, intentando convencer al chico — sólo que yo estoy en un objeto, por una maldición.

Sehun tragó, haciendo notoria su manzana de Adán, aguantó el impulso que sintió para morder su labio inferior. Hoseok poseía una debilidad tremenda hacía esa parte del cuerpo, y para qué negarlo, su nuevo dueño era muy guapo.

— Pero parece irreal, tú, en un espejo. ¡Estoy loco!... Nunca debí aceptar el regalo de mi abuela, ni comer comida de KyungSoo.

— Tu abuela jamás se enteró de mi existencia, pero yo la ayudaba, soy como un sirviente — mintió, él, ni en sus sueños podría ser un sirviente. Era heredero de una corona... Que ya no existía.

Había intentado huir por trescientos años, estuvo en diferentes casas, diferentes dueños y tres siglos de cambios no le pasaron desapercibidos. Sabía que su corona ya no valía nada en la actualidad.

El imperio de su padre ya no existía y se juraba que lo primero que haría — si es que salía — sería ir a buscar que fué lo que pasó, intentaría saber cuándo había muerto su padre y de poderlo hacer, preguntar la razón por la cuál no lo liberó, por qué lo dejó de lado, olvidado, siendo el rehén de una condena infinita de otra persona.

— Pero eres una persona, ¿Qué haces ahí? — preguntó el chico, tocando el vidrio del espejo. Ese gesto se sintió tan íntimo.

— Estoy pagando una condena — respondió, dejando en la duda a el rubio.

Eso fué todo lo que dijo antes de desaparecer y dejar a Sehun hablando sólo. Le deseó buenas noches escribiendo en el paño del espejo.

No estaba listo para hablar más.

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Aquí lo único irreal es la fealdad de mis ediciones en pics Art :'c.

Irreal va a ser cortita, ¿No les dije? O.o
Pero ya la estoy terminando, quiero tener almenos una que tenga el sellito de "completa" en el repertorio :3.

Son 700 palabras, no se quejen.