twenty-six - we've just been duped (by a dead guy)
chapter xxvi.
( iron man 2 )
a veces quiero
rendirme, pero no
puedo hacerlo ya
que no está en mi sangre
in my blood ─── shawn mendes
mansión stark
30 de mayo, 2011
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Una vez que papá se marcha, sigo buscando entre las cosas de mi abuelo hasta que descubro que no hay nada que encontrar. Subo tristemente las escaleras y me topo con Phil Coulson sentado en nuestro sofá, viendo la televisión.
—Uh oh, ya tiene puesto Supernanny. ¿Acaso mi padre yace inconsciente en alguna parte? —bromeo mientras me muevo por la sala.
El Agente Coulson se ríe.
—Desafortunadamente no.
Aún sonriendo, me dejo caer en el sofá junto a él y cruzo las piernas. Mis codos encuentran mis muslos y extiendo mis palmas delante de mi cara. Mis propulsores se han comportado decentemente bien durante las últimas horas. Se ve que cuando estoy triste deciden no interponerse. Qué bien por su parte.
—¿Está bien, señorita Stark? —él baja el volumen del televisor.
—Dígame Lisa, por favor.
—Bien.
Suspiro y cierro los ojos con fuerza.
—¿Va a morir mi padre, Agente Coulson?
Le di un buen frente a papá, pero tengo miedo y todo empeora con sus reacciones. Se ha rendido. Es hosco. Odio cuando lo es. Nunca suele serlo. Es terrible.
—No lo creo —su voz es tan honesta que tengo que mirarlo—. He investigado mucho a vuestra familia, especialmente a tu abuelo. Los Stark siempre parecen encontrar una forma. Además, tu padre es inteligente. Podrá resolverlo.
—¿Era frío y calculador? —ahora tengo curiosidad—. Me refiero a Howard.
Aunque lo conociera por un año, seguía siendo pequeña, así que tuve que confiar en lo que escuchaba. Todo acerca de mi abuelo es lo que mi padre pensaba de él y lo que decían los noticiarios, pero éstos nunca tuvieron un gran impacto en mí porque aprendí a no confiar jamás en los medios. Sin embargo, lo que dijo Fury en la terraza me hizo preguntarme quién era realmente Howard Stark.
—Lo vi pocas veces. Nunca me pareció fue frío o calculador.
—Oh —le digo pensativamente.
—Pero su actitud hacia tu padre era distinta. Indiferente. Agravada.
Quizás Howard es una de las razones por las que mi padre es como es. No me malinterpretéis, papá toma sus propias decisiones y es responsable, pero es posible que le hayan inculcado algo cuando era niño. Si bien papá nunca me dijo verbalmente que me quiere, no significa que no me haya sentido amada. Hay semillas de duda, pero recuerdo toda mi infancia después de mudarme con papá, me sentí querida, incluso adorada. Creo que es extraño. Tener un padre afectivo fue suficiente para salvarme, ¿por qué no lo era para él?
—Pero creo que lo quería a su manera —le digo en voz baja—. Era terco e inseguro al mostrarlo. Pero dudo que no quisiera a mi padre.
Coulson no dice nada, lo que me permite sentarme en mis pensamientos.
Finalmente, hablo, cambiando el tema.
—¿Qué sabe sobre la muerte de Ivan Vanko, Agente Coulson?
Él inclina levemente la cabeza.
—Aproximadamente un día después del ataque en Mónaco, numerosos guardias de la prisión fueron asesinados y una bomba explotó en su celda. Se encontró una víctima masculina entre los restos.
—¿Ya está? ¿Eso es todo lo que me puede decir?
—La policía francesa es muy reservada con el tema.
—Se ve que S.H.I.E.L.D. también —lo miro de reojo.
Me sonríe.
—Hay información muy limitada del suceso, señorita Stark.
—Huh —me levanto del sofá—. Gracias, Agente —me detengo y me giro para mirarlo—. ¿Pasa algo si le llamo Phil?
Él sonríe de nuevo,.
—Claro que no, Lisa.
—Genial. Gracias, Phil.
Vuelvo al taller, escribo el código de acceso y la puerta se abre.
—Hola Jarvis, ha pasado tiempo desde la última vez que hablamos —camino y me deslizo en la silla frente al escritorio.
—Tiene razón, señorita Stark.
—¿Me echabas de menos? —sonrío al techo.
—Todos los días.
—Bien —mis dedos encuentran el teclado antes de gritar—: Jarvis, necesito que hagas todas las búsquedas recientes en el historial de los Vanko, así como cualquier cosa sobre la bomba de Ivan Vanko. Indaga mucho, por favor, al parecer es un secreto.
—¿Tiene intención de piratear las bases de datos internacionales, señorita Stark? —pregunta su maravillosa voz británica.
—Eh —dudo un poco—. Sí.
El tiempo pasa cuando empiezo la investigación, tratando de hackear la base de datos de S.H.I.E.L.D. Jarvis me muestra algunos archivos y periódicos que papá buscó con anterioridad Veo casi todo lo que Fury nos contó, pero parece que papá tampoco descubrió mucho sobre la bomba, aunque no parece que haya indagado mucho. Me enseña algunos métodos de piratería hasta que encontramos las cámaras de seguridad de la prisión de Mónaco. Proyecta un vídeo de mi padre mientras caminaba por un largo y oscuro pasillo con un par de policías franceses. De repente, se mete en una celda y tengo que cambiar las cámaras para poder verlo. Ivan Vanko está en un banco en nada más que su ropa interior.
Papá fue el primero en hablar.
—Una tecnología aceptable. Los ciclos por segundo eran un poco bajos. Pudiste duplicar las rotaciones. Concentrando la energía repulsora a través de los canales de plasma ionizado. Es efectivo.
—No muy eficiente —musito a la par que papá.
—Pero es una copia pasable —papá se sentó cerca del hombre muy tatuado—. No lo entiendo. Afinándolo, podrías haber sacado una buena pasta vendiéndoselo a Corea del Norte, a China, a Irán, o directamente en el mercado negro. Debes tener amigos en las colabas.
—Tú vienes de una familia de ladrones y carniceros —eso es lo mismo que me dijo en la pista—, y ahora, como todos los culpables, intentas reescribir tu propia historia —tratamos de cambiar nuestro legado—. Y olvidas todas las vidas que la familia Stark ha destruido —su voz no había sido furiosa, sino sincera.
¿De quiénes fueron las vidas que destruimos?
Papá ignoró esto y frunció un poco las cejas mientras preguntaba:
—Hablando de ladrones, ¿de dónde es tu diseño?
—De mi padre —Ivan estudió a papá mientras habla—. Anton Vanko.
Papá sacudió la cabeza un poco.
—No le conozco.
—Tú y tu pequeña estáis vivos gracias a mi padre.
¡Eh! ¡Que tengo quince! Eso no es muy agradable.
¿Pero él es la razón por la que estamos vivos? Oh, el reactor ARK. Anton Vanko ayudó a Howard a crear la tecnología que salvó a mi padre, y él fue quién me salvó. Supongo que Ivan tenía razón.
Los ojos marrones de papá se estrecharon ligeramente.
—Si mi hija y yo estamos vivos es porque no aprovechaste tu oportunidad.
—¿Seguro?
Retrocedo un poco ante estas palabras.
Ivan continuó.
—Si puedes hacer sangrar a Dios, la gente dejará de creer en él. El agua se teñirá de sangre. Y acudirán los tiburones. Solo tengo que quedarme a mirar y observar cómo el mundo te devora.
Me estremezco ante la imagen, pero papá parecía imperturbable.
Se preparó para alejarse, gritando detrás de él en un tono burlón
—¿Y desde dónde verás cómo el mundo me devora? Ya está. Desde una celda. Te mandaré jabón.
Ivan sonrió.
—Eh, Tony. Antes de que te vayas... paladio en el pecho —papá bajó la velocidad por la puerta—. Una muerte dolorosa.
Aprieto los dientes, odiando el recordatorio.
—Jarvis, ¿puedes avanzar rápidamente justo antes de la explosión?
El vídeo avanza hasta que veo a un hombre que camina por el pasillo con una bandeja de comida en sus manos. La desliza en la celda de Ivan Vanko antes de alejarse. Ivan cogió la bandeja y el vídeo se convirtió en estática.
—¿Jarvis? —llamo, confundida.
—Me temo que esta parte se ha borrado, señorita.
—¿Borrado? —mis ojos se entrecierran—. ¿Cuántos minutos pasan después de que la cámara se apague antes de la explosión?
Cuando Jarvis me dice la hora, sospecho aún más.
—¿Hay alguna forma de recuperarlo? La tecnología que borró el trozo no parece muy buena.
—El virus se aplicó al vídeo eliminado a través del sistema principal, pero dejó intactos los discos duros. Es posible encontrarlo si retransmite el período de tiempo a través del servidor de respaldo.
—Hmm —tarareo en respuesta cuando empiezo a trabajar.
Finalmente, puedo verlo. En el mejor de los casos está incompleto, pero es suficiente para ver lo que realmente pasó. Mis ojos se abren cuando lo primero que veo es un hombre de aspecto similar a Ivan entrando a su celda. Lo siguiente que sé es que Ivan salió y que la bomba explotó.
Los guardias de la prisión se acercaron e Ivan derribó a muchos. Sin embargo, en la escalera, Ivan es atacado y noqueado. Los hombres se lo llevan a cuestas.
—¿Fue un trabajo interno?
—O alguien del exterior le pagó a alguien del interior —sugiere Jarvis.
—Suena más probable —giro en mi silla—. Lo importante es que Ivan Vanko está vivo y quien se lo llevó lo está usando para crear la tecnología que sabe hacer —estoy tranquila mientras continúo girando—. ¡Santa mierda!
Mis palmas están ardiendo de nuevo.
—¿Señorita Stark?
—Santa mierda, santa mierda —repito—. ¡Maldita sea! Jarvis, ¿quién es la persona que conocemos que quiere ganar del conocimiento de Ivan Vanko?
—Podrían ser muchas, señorita Stark, incluida una variedad de organizaciones terroristas.
—Sí, pero ¿quién tiene un vínculo personal con nosotros? ¿Quién podría haber logrado hacer eso tan rápido un día después del fiasco de Mónaco? ¿Quién vio de primera mano lo que Vanko podía hacer? ¿Quién tiene el dinero, los recursos, pero no el cerebro?
—Me parece que se refiere a Justin Hammer, ¿estoy en lo cierto?
—Así es —respondo mientras me froto la frente con las yemas de los dedos—. Justin Hammer, ¿eh? Dios, no sabía que podía caer tan bajo —frunzo el ceño, recostándome en mi silla y pensando—. Industrias Hammer ha cancelado el contrato con el ejército; esta puede ser su forma de volver a la carga.
—¿Pero no se llevó el coronel James Rhodes una de las armaduras para uso militar?
Gimo de frustración.
—Ahora estoy confusa.
No puedo creer que me hayan engañado un muerto y Justin Hammer. No sé por qué es tan vergonzoso. No puedo acusar a Hammer hasta tener pruebas. Todo lo que tengo es una teoría. ¿Qué diablos voy a hacer? Phil no está cuando corro escaleras arriba. Al deambular, lo encuentro de pie en la terraza, hablando por teléfono sobre un martillo encontrado en Nuevo México. Decido dejar que haga sus cosas de agente secreto y no molestarlo. Papá no contesta su teléfono. Típico. Si no puedo hacer que venga, iré yo. Además, Fury dijo que papá estaba recluido aquí, no yo. No es que le hiciera caso. Gimo mientras me deslizo en el asiento del conductor del roadster. Esto será interesante al tener dos discos metálicos que me impiden sostener bien el volante. Uso las puntas de mis dedos, tratando de no rozarme contra la piel adolorida debajo de mis guantes negros.
Lentamente, salgo del taller, chocando por poco contra la acera.
—Mierda. Jarvis, ¿esta cosa no tiene piloto automático? —pregunto mientras me acerco a la carretera.
—No, señorita Stark, a su padre le gusta conducir.
Me río.
—No lo puedo discutir. Sigue llamándolo.
—Sí, señorita.
Disminuyo la velocidad en una luz roja y respiro hondo. No va tan mal hasta ahora, sinceramente. Aparte de casi desviarse hacia un Ferrari un poco más atrás, creo que lo estoy haciendo bastante bien. Una camioneta negra se detiene a mi lado y vuelvo a respirar. La luz verde se enciende, pero luego vuelve al rojo. Mi pie presiona el freno y mis cejas se fruncen en confusión.
—¿Qué demonios? —me susurro a mí misma.
No hay más coches, solo la furgoneta y el roadster, entonces ¿por qué los sensores no están captando eso? Mi sospecha llega muy tarde. De repente, la puerta de la furgoneta negra se abre y salen hombres con máscaras. Antes de que tenga tiempo de reaccionar, el cañón de un arma presiona mi sien y me empiezan a arrastrar fuera del auto. Grito y peleo contra ellos, golpeando, pateando y mordiendo. Una tela blanca cae sobre mi boca y nariz, grito nuevamente antes de que un fuerte olor venza mis sentidos. Mi visión se nubla, quedándome sin fuerzas.
Al despertar, me sacan de la parte trasera de la camioneta. Me tiemblan las piernas mientras trato de mantener el equilibrio. Mi boca se siente llena de algodón y me aclaro la garganta, tratando de despertarme nuevamente. Estoy en un gran edificio con paredes muy altas y toneladas de máquinas a mi alrededor. Es blanco y limpio. En cuanto a guaridas de villanos, esta es realmente agradable. Ni siquiera es tan sombría. Cuando los hombres se acercan, al instante trato de arrancarme los guantes de las manos para poder dispararles, pero no puedo. Las tengo esposadas y hay correas de cuero apretadas alrededor de mis muñecas, manteniendo los guantes en su lugar. Frunzo de mis manos hacia ellos.
Me agarran bruscamente y arrastran por un largo pasillo repleto de máquinas. Me arrojan a un armario pequeño y vacío y cierran la puerta detrás de mí. No importa cuánto grite y patee la puerta, nadie viene a socorrerme. No tengo teléfono y no sé cómo salir. Me apoyo contra la pared por horas. ¿Papá creerá que he desaparecido? Soy una persona bastante notable; él se daría cuenta si desapareciera. Las horas continúan pasando hasta que de repente una llave gira en la cerradura, la puerta se abre de golpe y entra una luz brillante.
Una voz molesta grita alegremente:
—¡Ah! ¡Lisa Stark!
Me levanto y los hombres me sacan hacia la gran sala. Ahí es cuando veo a Justin Hammer caminando hacia mí con un traje gris.
—Ha pasado mucho tiempo, ¿no? —se acerca con las manos en los bolsillos y luego mira a su alrededor—. ¿Qué te parece? Jamás imaginé que tendría un Stark aquí; no me gustaría regalar mi secretos a la competencia.
—Sospecho que no —estoy de acuerdo con sarcasmo—, especialmente cuando escondes a Ivan Vanko.
Justin asiente con una sonrisa tonta y orgullosa.
—Me pillaste. Establecí protocolos en caso de que alguien intentara piratear las cámaras de la prisión en Mónaco.
—No solo lo 'intenté', Justin, me colé. Tu hardware apesta —mantengo mi tono de voz nivelado.
Él frunce los labios.
—Huh. Hay algunos problemillas que debemos resolver.
—Sugiero sentido común la próxima vez. Olvidaste los servidores de respaldo.
Él asiente a los hombres altos que me rodean. Me agarran los antebrazos y me obligan a seguir a Justin mientras camina por el lugar.
—Desafortunadamente, me has pillado en un mal momento. Intento ser cortés, pero he tenido algunos problemas con los empleados —me informa sobre uno de sus hombros.
—Ah, no te preocupes —me encojo de hombros y golpeo a los hombres con mis hombros para que me den más espacio—, aún tienes que torturarme, así que esto es mucho mejor que los últimos dos secuestros en los que he estado.
—Dios, no —sacude la cabeza—. La tortura no es mi estilo.
—Genial. ¿Y cuál es tu plan maestro, Justin? ¿Encerrarme aquí para toda la eternidad? Sabes que mi padre lo descubrirá, ¿verdad? ¿Quieres que Iron Man derribe tu puerta y te de una patada en el trasero?
—No voy a dejarte encerrada para toda la eternidad, Lees —mis ojos se estrecharon ante el uso de mi apodo.
No entiendo nada. Es popular, aunque tenga un cerebro en forma de tornillo. No puede simplemente encerrarme. Mi padre lo descubrirá y no lo va a dejar pasar. Los dos últimos que me secuestraron terminaron asesinados. Que misterioso.
—Tu presentación en la Expo es mañana, ¿verdad?
—Esta noche —me lanza una mirada burlona sobre su hombro—. En unas horas, más bien. Has llegado a tiempo.
Mis propulsores arden.
¿He estado aquí un día entero? ¿Dónde esta papá? Cuando me salve, acabaré con él. Oh, Señor, ayúdalo a estar bien hasta entonces. Lamento haber intentado hablar con él. Debería haberme quedado en casa. Quería ayudarte a encontrar el sustituto del paladio y, en cambio, aquí estoy, siendo una damisela en apuros. Estoy furiosa.
—¿Y qué planeas? ¿Harás que mi padre se vea como el villano? ¿Robarás sus diseños? ¿Harás algunas imitaciones baratas?
—Tu padre es egoísta, Lees —se gira para mirarme, deteniendo su andar.
—Mi padre no quiere que el mundo termine bajo tierra por algo que ha creado. ¿Así quieres que sea tu legado, Justin?
—No tengo tiempo para esto, tengo mejores lugares en los que estar, personas a las que amenazar —realmente se está esforzando demasiado en este asunto de villano mientras hace un gesto a los guardias para que lo sigan por el pasillo conmigo en sus manos.
Hablo mientras me llevan.
—Eres solo un hombrecito en un mundo gigante, Justin. No tienes idea de lo que has hecho. ¡Ivan Vanko está loco! ¡Eres tonto! Estás a tiempo de arreglarlo.
Él hace una mueca y mete las manos en los bolsillos del chaleco.
—No acostumbro a pegar a las chicas, pero creo que haré una excepción.
Él asiente con la cabeza a uno de sus guardias, quien me golpea con fuerza en la cara. Mi cabeza se gira hacia un lado, pero rápidamente la retiro para poder sacarle la lengua. Es infantil, pero no puedo dispararle, así que esta es mi nueva opción. Todos hacemos lo que podemos.
—¿Qué? ¿No eres lo suficientemente hombre como para pegarme tú mismo? ¿Te da miedo hacerte daño? ¿Tienes miedo de romperte una uña?
Se da la vuelta y se inclina para quedarse frente a mi cara.
—Soy el hombre con tu vida en sus manos. No empezaría a insultar si fuera tú, lisa.
—Eso es todo. No eres yo. No eres un Stark —mis ojos se entrecierran—. Y eso te carcome, ¿no?
Sus ojos también se entrecierran y puedo ver que está cabreado. Creo que puedo ver algo de rojo debajo de su bronceado en aerosol. No dice nada más antes de darse la vuelta y abrir una puerta. Los guardias me empujan detrás de él y me tropiezo. Miro a mi alrededor y me sorprendo al ver a Ivan Vanko.
Está descansando en una pequeña cama, alimentando a un pájaro, lo cual es un poco inesperado. Sus ojos se abren cuando me ve y se endereza. Justin no me intimida. Ivan sí. La cara oscura del hombre casi sonríe ante mi miedo.
—Eh, aquí está. El hombre pájaro —Justin le da una sonrisa falsa mientras camina un poco frente al ruso—. Ahora te gusta el pájaro. ¿Verdad? ¿Es ese tu pájaro? Estoy confuso.
Ciertamente yo también.
Justin se encoge de hombros y da una risa entrecortada.
—Dijiste que no lo era, pero ahora parece que sois super colegas. Adoras a ese pájaro, ¿eh? ¿Sabes qué? —él asiente a los guardias—. Quitádselo.
—¡Eh! —ladra su voz ronca mientras frunce el ceño.
Miro toda esta escena con creciente confusión.
—Y también las almohadas —los guardias se las quitan a Ivan—. Las dos. Y los zapatos también —quitan las botas de los pies de Ivan y él solo mira a Justin mientras continúa—. Te he quitado tus cosas, ¿cómo te sientes ahora? ¿Te sientes mal? Bien —entonces se pone a gritar—. ¡Porque así me siento yo!
Levanto las cejas.
—Teníamos un contrato. Yo te salvada la vida y tú me dabas armaduras.
—Eres un cabrón bañado en naranja —lo insulto con el ceño fruncido.
Ivan inclina su cabeza hacia mí, ignorando a Justin.
Justin me ignora.
—Ese era el trato. Y tú no lo has cumplido. No sé si eres un genio o un tramposo. No sé lo que eres —Ivan lo mira con leve interés. Justin baja la voz un poco—. Algo muy gordo ha caído en mis manos. Y de no ser así, esta noche estaría a tu merced. Ahora tengo un pedazo de tecnología Stark que yo mismo he tuneado.
Rhodey
El traje.
—Y ahora tus carísimos pisapapeles solo parecerán un telón de fondo para mi demostración. ¿Captas lo que te digo?
Ivan Vanko comienza a hablar en ruso, sonriendo un poco con un palillo de dientes situado entre sus labios.
Justin se ríe un poco.
—No sé si lo sabes, ¡pero yo no hablo ruso! —chilla cabreado, señalándolo su antes de respirar hondo.
Me alejo del continuo zumbido de Justin hasta que se dirige a mí.
—Lisa, estos caballeros te harán compañía hasta que regrese. Estoy seguro de que el señor Vanko se asegurará de que no hagas nada estúpido.
Siento que mi cara se calienta un poco cuando miro a Ivan, cuyos ojos no me han dejado. Justin se va, caminando tranquilamente con la barbilla en alto. Qué pomposo. Un guardia me agarra y me obliga a sentarme. Mi leve preocupación por ellos ha sido completamente redirigida y duplicada ahora que estoy en presencia de Ivan Vanko. Sus ojos me siguen mirando mientras gira el palillo en su boca. Luchando contra el pánico y lentamente contando en mi cabeza, miro mis zapatos y trato sutilmente de retirar mis esposas.
Un movimiento repentino me hace levantar la cabeza. Ivan se levanta de la cama y alcanza al primer guardia. Agarra su cabeza y la golpea contra el lado de metal. Grito cuando el tipo cae al suelo. Ivan gira hacia el siguiente, golpeando con fuerza la mandíbula. Ivan se gira para ver al primer guardia ensangrentado sacando su arma. Lo agarra del brazo, lo retuerce y escucho un crujido repugnante. Lanza un codo al segundo guardia, agarra un pisapapeles y se lo estrella en la cabeza. La sangre llega hasta mi camisa y me dan arcadas. Ivan arranca algunos cables de la pared y los envuelve rápidamente alrededor del cuello de los tipos. Lanza los extremos de los cables sobre un poste y los levanta. Se quedan colgando, jadeando desesperadamente por aire.
Mis pies se mueven rápidamente, salto de mi silla y me deslizo hacia la puerta. Mis manos se agarran a la manija, pero de repente me arrastran hacia atrás. Grito cuando mi espalda ya magullada se estrella contra la pared. Una mano ensangrentada envuelve mi garganta mientras la otra empuja mi cabeza hacia atrás. Lucho furiosamente, pero este tipo es más fuerte que yo.
—La pequeña, el tesoro, la heredera —su acento gotea de su lengua mientras se inclina hacia adelante, yo empujo mi mejilla contra la pared, tratando de alejarme de él—. Un Stark menos, falta otro.
Grito.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top