29:♡Un traidor♡

☆☆☆

Dejé que Dixon y los demás, se llevaran a las gemelas Anderson a mi apartamento. Subí al auto y me dirije de regreso a la oficina de Lane, aún iba nervioso e incrédulo por lo que vi.

—¡Necesito qué me ayudes! —expuse entrando bruscamente a su despacho.

Harold, quien trabajaba en su computadora, bufó, se quitó las gafas y me avistó de mal humor.

—Claro, pasa, Rhett, siéntate ¿gustas una taza de café? Oh ya sé, mejor aún, ¿no gustas un pase de cocaina? —expresó sardónico.

Contuve el impulso de blanquear los ojos y me acerqué hasta su escritorio.

—Nerea está de vuelta. —dije en voz baja, mirando la ventana que dejaba ver los cubículos de los oficiales a su cargo.

Aún no se sabía si habían infiltrados en su escuadrón y por eso, era vital ser cuidadoso con el tema de mi pasado.

—¿La viste? —frunció el ceño.

—La Doppelgänger de Kennedy regresó de su gira artística, fuimos a recogerla al aeropuerto y ahí la vi, era ella estoy seguro.

Lane metió sus gafas al estuche, apoyó los codos en su escritorio y entrelazó sus dedos, mientras me miraba confundido.

—Bien, yo me encargo.

—¡Nada de esas mierdas, Lane! ¡necesito verla y hablar con ella! —exclamé con los dientes apretados, asegurándome de que nadie más que él, me oyera.

Me sondeó con la mirada, pero no me inmute y lo miré con firmeza. Resopló.

—Te recuerdo que tu objetivo es Kennedy, céntrate en cuidarla, yo veré que Nerea esté bien y te mantendré informado.

—¿Sabes dónde está?

—No.

—¿Y entonces como mierda planeas cuidarla?

Se puso de pie y se paró frente a mí.

—Soy detective, Rhett. Sé lo que hago y ella no estará oculta por mucho tiempo.

—Encuéntrala, sabes que ella al igual que mi madre y mi hermana, sigue en peligro. —le supliqué.

Miró hacia su ventana, donde sus subordinados, iban y venían pavoneándose con sus placas de aquí para allá.

—Yo me encargo. Tú vuelve con Kennedy, actúa tranquilo y no hagas estupideces.

—¿Me avisarás cuándo la encuentres?

—Si, yo te aviso, te lo juro, Rhett. Ahora vuelve y has bien tu trabajo.

♡♡♡

Dos semanas después:

—No es necesario que sigas durmiendo en la sala, Leif.

Estaba acomodando la almohada en el sofá grande, cuando la hermana de Kennedy, se me acercó con aparente vergüenza. La miré de reojo, pero seguí en mi labor de acomodar mi lugar para descansar un poco. Se paró a mi lado, no dijo nada y eso me hizo incómodar

—No te preocupes, Katherine. Estoy bien. Vuelve a la cama.

—¿Sabes qué en realidad me gusta que me llamen zorra?

La miré con el ceño arrugado y ella rió por lo bajo, con coquetería.

Resoplé.

—Pues no lo pareces, a mí me pareces más el Doppelgänger de Kennedy. Se nota que eres malvada y no zorra.

—¿Y te doy miedo? —ronroneó.

Dominé las fuertes ganas de botarla con una patada en el trasero y en su lugar le sonreí gélido. Ahora con todo lo que estaba pasando lo menos que deseaba era una chica mala, seduciéndome.

—Ve a dormir, mujer. Estoy cansado y en serio quiero dormir.

Tomó mi mano y miré nuestras extremidades unidas, luego la miré hosco y tiré de mi mano con brusquedad.

—Yo... dormiré esta noche en el sofá —susurró con vergüenza, al ver mi trato hacia ella.

Me maldije internamente y exhalé por la nariz con enfado.

—No hace falta, me gusta estar aquí, regresa a la habitación. —escupí mordaz.

La mujer de ojos azules me detalló suspicaz, luego cogió aire y rascó su ceja.

—De acuerdo, no te rogaré más, disfruta de tu sofá.

Se dio la vuelta y regresó a mi habitación, la escuché dar un portazo.

Me acosté en el sofá, puse mis brazos debajo de mi nuca y suspiré, mientras miraba el techo de la sala iluminado por la luz de la luna que se filtraba por la ventana. El rato pasó entre pensamientos extraños y escenarios catastróficos, hasta que el cansancio fisico y mental me ganó y caí rendido.

Pero no pasó mucho tiempo para darme cuenta lo que estaba pasando:

—¡Me.estás.lasti.mando.suél.ta.me! —gritó con su voz pausada y apagada pero aún con suplicio.

En sus ojos azules veía como la luz de la vida se le apagaba y en serio, en serio esto me estaba relajando de una manera inconcebible.

—¡Te dije qué no las tocarás, Lenka! ¡te prometí qué te mataría, y yo también cumplo!

—¡¿Qué?! ¡yo... no...!

Sentí un golpe seco en la cabeza, el mismo que me hizo caer sobre la alfombra y haciendo que mi cuerpo rebotara al chocar en el piso.

—¡Vamos, Kennedy, reacciona!

Salí de mi transe al escuchar ese grito desgarrador inundar mi sala. Miré a ambas chicas mientras que la de pelo rubio, sacudía a la de pelo negro con urgencia.

—¡Kennedy! —intenté acercarme pero Katherine me lo impidió al darme un fuerte empujón que me devolvió al piso.

—¡No te le acerques, tú le hiciste esto!

Estaba confundido y la cabeza me daba vueltas.

—¿Qué pasa? —les pregunté, mientras me puse de pie y miré a Kennedy, quien tosía excesivamente y su hermana palmeaba su espalda con suavidad.

Katherine me fusiló con la mirada. No hacia falta preguntar otra vez que había pasado, miré su cuello dañado y luego mis manos aun rojas y con ligeros araños de lucha en los dorsos.

—Lo siento, Kennedy. —susurré tocando mi cabeza y odiándome nuevamente por hacerle eso a ella también.

—Está bien, no pasó —tosió —, no pasó nada. —su voz era débil.

—¿En serio acabas de minimizar su agresión? —la riñó Katherine.

Kennedy dejó de toser y de jadear, acomodó su cabello echo un lío y suspiró.

—Él estaba teniendo una pesadilla, Katy, no lo hizo a propósito, él nunca me haría daño.

La gemela de Keny, rió burlesca.

—¡Por Dios hermana, tuvo una pesadilla tan horrenda que casi te cuesta la vida a ti!

—¡Ya te dije que estoy bien, Katherine!

—¡¿Como puedes estar bien?! ¡el maldito me dijo que yo era tu Doppelgängde, busqué lo que eso significaba y claramente un gemelo malo es mejor que un satanás como él!

Me puse de pie, fui dando largas zancadas hasta mi habitación, me cambié y regresé al lugar en donde las hermanas discutían.

—Keny, de verdad lo siento.

—Lo sé, Izan. —me sonrió mientras Katy soltaba palabrotas.

—Vayan a dormir, no le abran la puerta a nadie.

—Tú no necesitas tocar la puerta para regresar y agredirnos.

Katy tenía razón, saqué las llaves de la sudadera negra que llevaba puesta y se las mostré, poniéndolas sobre el esquinero.

—Izan, no hace falta...

—Claro que hace falta Kennedy, sé que es su apartamento y que nosotras solo estamos de invitadas, pero de verdad que el odio con el que te estaba estrangulando, aun me tiene azorada.

—Ella tiene razón, Kennedy, por ahora no soy fiable. No te preocupes, estaré bien, siempre lo estoy. —seguí mi camino hacia la puerta, pero la pequeña mano de Kennedy, se cerró en mi muñeca.

—No, Leif, nosotras nos iremos, es tu casa y no puedo permitir que tú te vayas a las horas de la madrugada solo.

La miré sobre el hombro y le sonreí.

—Tranquila, voy a descargar todo lo acumulado y regreso.

Frunció el ceño.

—¿Qué, a dónde?

Me incliné y besé su frente, miré a su hermana y asentí, pero ella estaba reacia a no hablarme luego del incidente con su hermana; o tal vez por rechazarla, posiblemente sean ambas. Como sea suspiré con fuerza y sin nada más que decir, salí del apartamento.

—¡Dale duro, Leif! —gritaban las chicas que veían la pelea que tenía con el rubio que tenia varios tatuajes como yo.

La verdad, por primera vez y luego de siete años de competir en estas peleas, nunca me había tocado un contrincante que me durará casi una hora Era frustrante y lejos de sentirme menos colérico de cuando llegué, estaba más furioso y lo sentía en las venas palpables de mi cuello.

El rubio sonrió, me incitó con sus manos a que le pegará y cuando caía en su trampa, el muy hijo de perra lograba esquivarlo. Pero la cosa aquí, era que ni él había logrado darme un solo golpe, así que ambos estábamos ilesos y esto se estaba alargando. Los aficionados ya gritaban aburridos, pues ellos pagaron por ver a uno de los dos ensangrentado y nada de eso estaba pasando.

—Davay, Chempion. Mne skazali, chto ty smeleye. —dijo con burla.

"Vamos campeón. Me dijeron que eras más aguerrido".

—Nu, podoydi poblizhe i prover'. —le guiñé, sin mostrarle que su idioma me había descolocado un poco.

"Pues acércate más y compruébalo".

El tipo era un ruso y de sólo imaginarme cosas, mi sistema se aceleró de una manera errática. Tenia que calmarme, no todos los rusos eran de la bratva que dejé hace una década. Además, conocí a todos los del círculo social de Lenka, incluso a la familia de ella y a este tipo jamás lo vi.

Rió ante mis palabras, sin bajar la guardia.

—Ty menya razocharoval, chto s toboy sluchilos'?

"Me decepcionas, ¿qué te pasó?"

Tal vez sabia que era un buen peleador, y ahora parecía un payaso de circo.

—YA ispravlyu, ne volnuysya. —tiré un golpe que él esquivó, pero no se espero el golpe que recibió en el pómulo derecho y el cual casi lo hizo caer.

"Lo solucionaré, no te preocupes".

La gente gritó y exclamó mi nombre con emoción, hice un movimiento leve con la cabeza y le guiñé al tipo, quien sin esperarlo, escupió la sangre que se le formó en la boca, consecuencia del golpe que recibió reciente. Sonrió malicioso y volvió a ponerse en guardia.

Boss uzhe ne takoy dikiy, kak ran'she?

"¿A caso el Boss ya no es tan salvaje como antes?"

Su pregunta finalmente tuvo consecuencias, bajé la guardia y recibí no solo un golpe, sino cuatro seguidos. Los mismos que me mandaron de bruces al pavimento áspero de la calle húmeda por la pequeña llovizna que cayó. El rubio se acercó con la intención de acabarme en el piso, pero reaccioné rápido y le di una patada en el estómago, el mismo que lo hizo doblarse del dolor y lo aproveché para derribarlo y subirme encima de él.

—Kto ty? —lo sacudí bruscamente, y aunque la gente me pedía que lo acabara, necesitaba mantenerlo consciente.

"¿Quién eres?"

Sonrió con los dientes llenos de sangre y sin esperarlo, me dio un cabezazo que hizo cambiar las posiciones y ahora era yo quien estaba debajo de él. Se inclinó hacia a mí y dijo:

—Ikh ishchut, oni znayut, chto vasha zhena vernulas', no ona sdelala eto ne odna. Itak, k moyemu bol'shomu sozhaleniyu, ya predlagayu vam sdelku s istekayushchim srokom deystviya. —me miró a la espera de una respuesta, dejamos de lado los gritos de la gente que nos rodeaba y solo nos centramos en el otro.

"Ellos las están buscando, saben que tu mujer volvió, pero no lo hizo sola. Así que muy a mi pesar, te ofrezco un trato con fecha de caducidad".

—Chto ty khochesh' chtoby ya sdelal? —inquirí, sintiendo al tiempo un golpe seco en la costilla izquierda. Me removí del dolor.

"¿Qué quieres qué haga?"

Se puso de pie, pero siguió inclinado hacia a mí y concluyó.

—Deja de confiar en la gente que te rodea, tienes un traidor en tu círculo y necesito que me lo entregues.

—¡Ya acaba con él, Bolchevique!

Bolchevique, era el ruso.

El rubio sonrió ante la petición del público, mientras yo procesaba lo que acababa de decir con su perfecto inglés.
Alguien de mi pequeño circulo, me estaba traicionando, pero de verdad no quería desconfiar de nadie, pero si con eso Isla estaría a salvo, lo tendría que averiguar aunque eso me costara la decepción.

—¿Cuento contigo? —insistió al verme dubitativo.

Lo miré mal.

—No te creo, pero veré si te equivocas... o si el equivocado siempre fui yo. —avisé tajante.

Asintió satisfecho y sin más, recibí el golpe que me desorientó y a él lo proclamó como el ganador oficial de la pelea de esta noche. Y el primer luchador que lograba vencerme, luego de ocho años en los que llevo compitiendo.

♥︎♥︎♥︎

Se tenía que decir y se dijo.

Veremos cual será la reacción de Izan al descubrir quien lo esta poniendo.

Quien creen qué sea el traidor/a?😱

No olvides votar y comentar.

Las amodoro infinitamente. ❤💐

Con amor, Ana.⚘💃❤😘

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