Capítulo 10: Informaciones
El humano se levantó de suelo con dolores en su mejilla izquierda y su mano derecha. Las palabras de Lyli, le crearon muchas dudas. Durante mucho tiempo no creía en nada acerca del destino, pero, tras conversación con la Entidad, si comenzó a creer en el destino, aunque no lo había visto como algo que violará el libre albedrío.
─El destino no elimina las decisiones que...
─¡Daniel, cállate! ─grito Lyli con una mirada asesina─ He vivido miles de años. He visto incontables vidas vivir y nacer. Así que, no digas estupideces como esas ─sus ojos se calmarón como su mirada─. El destino es controlado por seres más allá de nuestra compresión, y son ellos, los que deciden el rol que debía cumplir. Queramos o no queramos.
─Pero...
─¡No estoy de humor! ─exclamó la demonia, interrumpiendo al chico nuevamente─ Durante años intente olvidar esos hechos, me dije a mi misma que forjaria mi propio destino gracias a mi poder, pero... ¡Un humano tenía que devolver esos recuerdos! ¡Maldita sea! ¡El destino me hizo perder mis poderes, mis recuerdos! ¡Maldición!
─Espera... ¿De qué poderes y recuerdos, estás hablando? ─Daniel formuló la pregunta para no hacer que Lyli y Atrocitus sospecharán, debido a que él tenía conocimiento de lo sucedido con los poderes y los recuerdos de la demonia frente a él.
─¡Nada que te interese! ─señaló Lyli a la defensiva─ ¡Sólo continua con la explicación!
Daniel quedo impresionado por la furia que comenzaba a envolver a Lyli, por eso y para evitar ser asesinado, decidió levantarse y volver a sentarse sobre el demonio. Lyli no apartó su vista ni un segundo, hasta que el humano se sentará, ella ya estaba lista y preparada para contraatacar cualquier movimiento que hiciera el pelirrojo, como venganza a la bofetada y el intento de asesinato, todo debido a la ira que representa la luz roja.
─Continuaré desde donde quede. ─dijo el humano con calma por lo que Lyli entendió que no habría ninguna respuesta a su anterior ataque de rabia.
─Simplemente explica lo que debes hacer y buscar ─expresó Lyli justo antes de cruzar sus piernas─. No tengo intenciones de oír toda las cosas que te explico la Entidad.
Rápidamente Daniel coordinó sus ideas para explicar de manera directa y concisa, el plan que debía llevar a cabo, y, el cual le fue dado por la entidad de la vida.
─¿Tardarás mucho? ─preguntó la demonia al estarse cansando de esperar a Daniel─ Imagino que debes aprender la magia infernal, lo más rápido posible, ¿cierto?
─Sí, sí debo aprender a usarla lo más rápido posible. ─respondió Daniel al notar la impaciencia de Lyli.
Atrocitus dentro del anillo también esperaba ansioso, oír el plan que le había dado la entidad al humano, debido a que tal vez así, él pudiera tener una oportunidad de recuperar a la corporación de linternas rojas, usando la ayuda de Lyli que estaría ocupada y enfocada en ayudar al portador del anillo.
─Lo que debo hacer ─Lyli y Atrocitus se enfocaron en Daniel─ es aprender a usar magia del infierno y buscar ciertos objetos.
─¿Qué objetos y por qué? ─preguntó Atrocitus.
─Antes que respondas eso... ¿por qué magia infernal? ─indicó Lyli─ Si es una criatura que ocasionará el fin de la vida para imponer demonios, me imagino que es una criatura demoníaca, aunque no conozco ninguna que estuviera planeando eso... pero volviendo al tema, si te vas a enfrentar a un ser demoníaco lo mejor seria luchar con magia celestial, seria más efectiva.
─La Entidad mencionó que eso seria un error ─señaló Daniel, llamando la atención de los otros dos, quienes habían llegado a la conclusión que si era una criatura demoníaca debía enfrentarse con magia angelical─. La criatura demoníaca parece tener formas de evitar el uso de esa magia celestial, en las cercanías.
─¡Eso es imposible! ¡Jamás he oído de un demonio capaz de hacer eso! ─exclamó Lyli─ ¡¿Cómo se llama ese demonio?!
─No es un demonio... en cambio es una demonia ─respondió el humano caos en voz baja─. Se llama... La Bestia...
─¡¿Quién es esa?! Nunca he oído su nombre, y, mira que llevo miles de años en el infierno. ─expresó la demonia de largos cuernos, debido a que no recordaba que alguna demonia se llamará así.
─La Entidad se refirió a ella como la diosa de todos los demonios, antecesora del mal y creadora de la madre de los demonios. ─respondió el pelirrojo, viéndome omóplatos en el cielo pasaba un cometa, dejando una estela azulado en el cielo.
Las dudas y muchas preguntas se formularon en las mentes de Atrocitus y Lyli; él primero nunca había oído que los demonios tuviesen una diosa, si una madre que dio origen a todos, pero aun si duda hasta de eso; en cambio, la segunda quedo estupefacta al oír aquello de una diosa, para todos los demonios, los verdaderos demonios de sangre pura, Lilith, es la primera criatura demoníaca y la que dio origen a los demonios, incluyendo a la mismísima Lyli, por eso oír que su madre tenía una creadora, era inaudito para ella.
Daniel sabia que lo abordarían con preguntas, pero, debía controlar la conversación y terminar de explicar el plan.
─Los objetos que debo buscar, son los nueve cristales de la naturaleza que representan las fuerzas elementales dentro de ésta ─explico Daniel, sacando a Lyli y Atrocitus de sus pensamientos─. Esos cristales están esparcidos por todo universo, y, necesito encontrarlos todos para llevarlos a la Tierra.
─¿Qué sin esos cristales de la naturaleza? ─preguntó un Atrocitus que nunca había oído hablar de esos objetos.
─¿Cristales? ¿No están las fuerzas elementales de la naturaleza, representadas por parlamentos? ─Lyli con conocimientos más amplios, sabia que las fuerzas de la naturaleza no tenían una representación física, sino más bien mágica y espiritual, ya que cada fuerza tenía un parlamento encargado y se hayan en dimensiones diferentes─ Ahora si que no entiendo. Hablas de una diosa superior a la madre Lilith ─uso su dedo índice izquierdo, para referirse a ese primer punto─, de aprender magia infernal ─añadió otro dedo al conteo─ y ahora de unos cristales ─finalizó añadiendo otro dedo─ para unas fuerzas que no las tienen. Si me dices que es obtener algo de sus avatares ─retiró la seña de los tres dedos─, lo entiendo, pero, estas hablando de cosas que jamás había oído.
─Disculpa, Lyli, pero no es necesario que lo entiendas ─señaló Daniel─. Sólo necesito me enseñes a usar la magia...
─¡Oye, oye! ¡Detente ahí! ─la demonia se levantó y desaparicio a los demonios, haciendo que Daniel cayese al suelo─ Si te voy a entrenar, necesito que me hables y me expliques bien las cosas.
─¿No eran sólo las flores rojas? ─preguntó el humano para calmar el ambiente que se sentía tenso nuevamente, mientras se levantaba del suelo.
─No te hagas el gracioso... Recuerda que puedo matarte cuando yo quiera, y más cuando no estoy de humor, aveces termino olvidando a mis aliados. ─la voz de Lyli fue aterradora.
─Esta bien... ─dijo con sutileza Daniel para evitar problemas─ Tienes razón cada fuerza elemental de la naturaleza, es representada por un parlamento y solo se pueden percibirse tras haber caminado por sus reinos.
─Esa clase de información, se puede encontrar en cualquier biblioteca mágica ─comentó Lyli mientras estiraba los brazos hacia arriba─. Claro los seres que han podido ingresar a esos reinos son muy pocos, pero, si hay constancia de su existencia. Así que... ¿Cómo es posible que reinos mágicos y de dimensiones diferentes a las conocidas, tengan cristales en ésta dimensión?
─No sé los detalles, solo que son una manifestación física en éste universo para, poder acceder a esos reinos. ─señaló Daniel mientras veia como Lyli comenzaba a estirar las piernas.
La demonia parecía estar preparándose para los ojos de Atrocitus y Daniel, quienes no estaban equivocados, Lyli ya tenía previsto que tras finalizar la conversación le daría una paliza de entrenamiento a Daniel; primero para desestresarse, y, segundo para mostrarle al linterna como era el uso de la magia infernal.
Daniel ya había dado toda la explicación que la Entidad le señaló, sobre lo que debía hacer para poder derrotar a La Bestia, así que ahora solo debía entrenar la magia infernal y hallar los nueve cristales.
─Tu cara me dice que ya no sabes más nada ─expresó Lyli moviendo las alas de su espalda─. Me imagino que no te dijo donde encontrar los cristales, ¿cierto?
─No ─de inmediato la demonia notó que el chico decía la verdad, pero, algo en su rostro le mostraba que La Entidad, le había dicho más cosas─. Sólo me hablo de lo que debía hacer y buscar.
Esas palabras bastaron para que Lyli y Atrocitus ─quien se mantenía en silencio─, se fijarán en la evidente mentira que el humano les decía. Ellos que habían mentido incontables veces y a un sin número de criaturas, notaron lo malo que era Daniel para mentir.
─Ya veo para que son los tres días en éste ─Lyli pateo unas rocas a sus pies─ planeta sin vida y lleno de rocas. Me imagino que al finalizar los tres días, pasará algo que te indique el camino a los cristales.
─Probablemente sea eso ─dijo Atrocitus al fijarse que Lyli no deseaba preguntar sobre las demás cosas que le explico La Entidad al muchacho─. Creo que estos días son para que el mejore sus cualidades mágicas y las del anillo.
─No te equivocas, Atrocitus ─comentó Lyli mientras volvía a avanzar hacia Daniel─. Como el tiempo es corto seré directa ─el humano notó un brillo carmesí intenso en los ojos de la demonia─. La magia infernal principalmente se basa en el uso de la fuego del infierno y la maldad, bien sea para atacar o defender ─Lyli se detuvo frente al pelirrojo─. Para llegar a usar la magia de los verdaderos demonios, debes tener un contrato con uno, sangre de alguno en tu cuerpo, algún objeto del infierno o haber estado al menos una vez en el infierno.
─Si dices eso Daniel, las opciones de Daniel están reducidas a una. ─señaló Atrocitus.
─Error ─comentó rápidamente Lyli─. Además de tener un objeto del infierno, Daniel tiene otra opción.
─¡Un momento Lyli! ─exclamó el chico, viendo que se había perdido en la conversación─ ¿Por qué sólo tengo dos opciones?
Atrocitus comenzó a reírse al ver la falta de conocimientos que tenia Daniel, y, también porque la Entidad fue poco explicativa con el chico.
─Daniel, tal vez no te has fijado pero ya tu no posees sangre en tu cuerpo ─expresó el primer linterna roja al terminar de reírse─. El anillo es tu soporte de vida, si te lo quitas mueres como paso antes cuando te lo quita... ¡¿Dónde está la batería?!
En ese momento se fijaron que no tenían cerca la batería, Atrocitus se preocupo por la situación en la que estaría Daniel, sino, hallaban pronto la batería, igualmente el humano se preocupo y se preguntaba en que momento la perdió.
─Al fin se dan cuenta... inútiles ─expresó Lyli mientras creaba una gigantesca llama entre sus manos─. La batería la tome cuando entramos en el tubo de luz ─el fuego se disperso dejando ver la batería entre sus manos─. Esto es importante, Daniel, no olvides que tu vida depende de ella ─el pelirrojo tomó la batería─. Finalizando lo que decía Atrocitus, ya no tienes sangre ahora por tus venas corre un líquido corrosivo con la capacidad de arder; es por éso que no puedes realizar un contrato o tener sangre de demonio.
─Pensé... pensé... que mi sangre simplemente podía arder ─comentó Daniel impactado por lo que ahora sucedía en su cuerpo─. Entonces... lo que... lo que... lo que...
─Retirarte el anillo es igual a tu muerte ─señaló Lyli─. Por eso si ibas con los linternas verdes y azules, terminarías muriendo luego de que te quitaran el anillo.
Daniel estaba impactado por es explicación. Ahora entendía que su vida, se encontraba ligada al anillo en su mano derecha, si algo le pasaba al anillo, él simplemente moriría. Le dio miedo aquello pero, aun más fue su rabia al no entender porque la Entidad de la Vida le explico aquella situación, en la cual ahora debía vivir.
Viendo que el humano comenzaba a flaquear y dudar de lo que debía hacer, Lyli dio el primer paso en su plan para, enseñarle al muchacho la magia que la Entidad le había dicho, debía aprender. Aún la demonia se preguntaba, ¿por qué lo ayudo? ¿es necesario que le enseñe la magia infernal? Pero, siempre llegaba a la misma respuesta. Ayudando y siguiendo a Daniel, obtendré algo, algo que me hace falta.
─¡Será rápido! ─grito Lyli, sacando a Daniel de sus pensamientos─ ¡Sólo tú sufrirás!
─¿Qué? ─preguntó Atrocitus.
─¡Infierno, abre tus puertas! ¡Ábrete paso atraves de mi! ─vociferó Lyli, rodeandose de fuego.
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