Rayos y haces


Me quedé pensativo después de la muerte de Lazus. Rid no ha salido de la morgue, Zachary sigue llorando desde hace como una hora y Red Spine solo parece estar traumado porque no ha dicho ninguna palabra desde la pelea. Y yo, por mi parte, no puedo dormir.

He de admitir que no tuve una relación muy cercana con Lazus, pero él realmente me caía bien. Creo que dejaré de estudiar el idioma de la rubia por un tiempo, no me siento muy bien después de lo que indirectamente ocasioné. 

Cerré mis ojos por milésima vez y en mi cabeza se repitieron las últimas horas antes de la pelea, yo y Lazus estábamos estresados a más no poder y casi nos agarrábamos a golpes porque yo ya estaba enojado por estudiar tanto tiempo un idioma raro y me desquité con Lazus. ¿Acaso es así como se sienten las madres cuando pelean con su hijo antes de no volverlos a ver en su vida? Creo que sí.

Me quedé mirando al techo con pequeños recuerdos de Lazus recorriendo mi mente, hasta que mi cerebro encontró una forma de entretenerme.

Sé que soy alguien muy reservado, pero si es que muero, no podría descansar en paz sin antes contarle a alguien lo que tanto me atormenta día con día. Sería como un tipo de testamento antes de morir.

Pienso hablarlo con Sadie, Rid o Red Spine, pero como las peleas son completamente aleatorias, no sé si mañana moriré.

Así que puse manos a la obra, agarré un papel y un lápiz, fui a la sala de estar y encendí la luz, una vez tenía todo listo, organicé mis pensamientos y empecé a desahogarme por escrito. 

Sorprendentemente, eso tomó más de lo que esperaba, quería  contar cada detalle de mi vida, pero no sabía cómo estructurarlo, borré tantas veces que rompí como cuatro hojas de tanto borrar y borrar. Al final, tenía todo listo, pero el único problema era que el grafito del lápiz se podía borrar fácilmente, así que fui por una pluma y remarqué las tres hojas que había escrito. Una vez terminé, me lancé a dormir ya que eran como las cuatro de la mañana.

Cuando desperté, eran todavía las doce de la tarde así que me dirigí a entrenar como siempre. No quise invitar a Zachary ni a Red Spine porque no creo que estén de humor para ir a levantar pesas ni hacer las competiciones infantiles que hacemos siempre nosotros tres.

Me alisté y me fui, hoy el gimnasio está algo lleno, algo raro porque la razón por la que Zachary, Red Spine y yo elegimos este lugar fue porque estaba casi desolado, pero hoy parece ser que nada me está favoreciendo.

Es raro estar rodeado de gente pero a la vez sentirse completamente solo. Ese sentimiento me invadió durante toda mi rutina vespertina. Jamás había estado solo entrenando porque casi siempre están Red Spine o Zachary y el hecho que ellos no estuvieran ahí me hizo sentir algo solo, a la vez que me hizo recordar el bicho raro que soy. 

No pude siquiera terminar toda mi rutina antes de irme por todas las miradas que estaba obteniendo y también por las charlas sobre mi persona que la gente estaba teniendo sin ningún tipo de pena o discreción.

Es horrible cuando tu única forma de escapar de la realidad no funciona. Siempre que me he sentido mal solo entreno para al menos sentir que hago algo productivo en vez de sentarme a llorar, pero hoy no fue el caso, solo me sentí inseguro y rechazado. Después de todo, los demás sólo me ven como entretenimiento y no como lo que realmente soy. Un ser vivo con sentimientos y opiniones.

Eran apenas la una y media de la tarde y ya quería que el día terminara, así que por primera vez en mi vida, pediré ayuda.


Llegué al consultorio de Sadie y toqué la puerta. No hubo respuesta así que volví a tocar. Tampoco hubo respuesta, así que seguí así por unos minutos pero Sadie no abría.

- ¿Sadie? - Dije para tocar la puerta de nuevo.

La puerta no se abrió y solo me empecé a alejar.

- Ella no estará aquí por un tiempo, tuvo que ir a resolver algunos problemas familiares. - Dijo Red Spine detrás mío.

- ¿Qué haces aquí? Y qué bien que ya te dignes a hablar. - Dije con sorpresa después de voltearlo a ver.

- Solo te aviso. Según, un familiar cercano de ella falleció y se fue apenas ayer en la tarde, si ella no se retrasa debe volver la siguiente semana. 

- ¿Qué le vamos a decir cuando regrese? La mitad de sus pacientes estarán muertos.

- No sé, no quiero ni pensar en nada, el pasado solo me carcome y el pensar en el futuro me asusta.

- Me imagino que te refieres a que en unas horas volveremos a la habitación blanca, ¿no?

- Sí. - Dijo Red Spine con una expresión congelada para después irse.

- ¡Espera! - Grité, Red Spine solo detuvo su caminata y volteó suavemente su cabeza.

- ¿Qué pasa? - Dijo Red Spine con una voz seca y ausente de vida.

- Mira, sé que sonará muy cursi o al menos para mí, pero, quiero intentar hablar contigo, desahogarme y soltar mis demonios internos, o sea, quiero que escuches mis problemas y me apoyes en lo que puedas porque te tengo suficiente confianza para decirte esto.

- No, no necesito conocer la vida de otra persona que de todos modos morirá. 

- Mira, sabes qué, no me importa, gracias por joder mi intento de ser alguien bueno. No sé por qué mierda te quejas de mí si no me vas a apoyar cuando quiero corregir los errores de los que tanto te quejas. - Dije ya irritado.

Red Spine no dijo nada y solo se fue cabizbajo, yo solo me senté a querer matar a alguien mientras maldecía cada segundo de mi existencia.

Para distraer mi mente intenté hacer algo, una pequeña teoría conspirativa por así decirlo. Y mi único fundamento es que casualmente han estado ocurriendo eventos favorables para los del programa. Todo sería a base del hecho que las peleas ahora son nocturnas, al menos cuando las peleas eran temprano a las ocho de la mañana teníamos el resto del día para descansar placenteramente, pero que casualmente se hayan cambiado las horas solo me hace pensar en una idea algo estúpida.

Tal vez, y sólo tal vez, los del programa quieren volvernos locos, o más bien, irritables y/o ansiosos. Sé mejor que nadie que cuando estás enojado o estresado no piensas muy bien. Y casualmente, no sabemos quien va a pelear contra quien hasta que estamos en los ascensores, otra cosa, es que estos mismos no suben de inmediato y nos dejan dentro de un espacio cerrado mientras rezamos por que no nos toque. Y como última prueba para respaldar mi teoría, está el hecho que las peleas son en la noche por lo que todo el día vamos a estar estresados y ansiosos pensando en quién será el siguiente que morirá.

Una teoría algo disparatada pero que no me extrañaría que fuera cierta, no hay que ser un genio para saber que, para los ojos de los del programa, solo somos bolsas de dinero desechables, así que, para evitar que no queramos pelear, nos estresan y nos amenazan de muerte en caso de no querer hacerlo.

Para mi desgracia, mi método de distracción no funciono porque apenas eran las dos, así que con mucho coraje dentro mío, me fui a los cuartos, abrí la puerta de mi habitación y me dormí.


Una vez ya despierto, faltaban minutos para la pelea, así que me alisté mentalmente, preparé mi pequeño arsenal de armas y las escondí en donde pude y seguí a los demás a la habitación blanca. Cuando llegamos nos pusieron de nuevo en los ascensores y como sospechaba, no subieron.

- ¡Bienvenidos una vez más a otra pelea sangrienta! Como ya dijimos, los contrincantes se elegirán al azar, obviamente quitamos a Rid, que ya peleó y al difunto Lazus. ¡Pero que eso no los desanime! Todavía hay muchas peleas restantes, así que será mejor que empecemos de una vez. - Escuché sonidos de casino que pararon dentro de poco. - Y el primero en entrar en la arena es nada más ni nada menos que... ¡King Root! - Mierda.

La puerta de enfrente se abrió revelando la habitación blanca, yo sin más opción di un paso al frente y entré a la habitación. La puerta detrás mío se cerró de inmediato mientras escuchaba de nuevo los sonidos de casino.

- Y el contrincante del asesino de sangre verde es... ¡Michael! - Pudo ser peor.

Michael entró a la arena y me clavó la mirada de inmediato. Sin aviso, la alarma sonó y la habitación se iluminó de rojo por unos segundos. No gasté ni un momento y me puse en guardia, sé que este tipo es agresivo así que no sentiré remordimiento si lo mato.

Michael tampoco gastó su tiempo y lanzó un poderoso rayo hacia mi dirección que esquivé con algo de facilidad, yo respondí lanzando una pequeña daga que saqué de una de mis botas mugrientas y le logré dar a Michael en uno de sus brazos.

Ahora que lo pienso, Michael es muy bueno a distancia y de cerca, pero no tiene mucha fuerza y no esquiva con la facilidad con la que los demás lo hacen, así que en fuerza le gano, el problema es poder asestarle un golpe sin que él me achicharre.

Michael gritó y se retorció del dolor, y con esa acción vi mi oportunidad para atacarlo, así que me lancé hacia Michael con un cuchillo de caza, pero con solo tocarlo recibí una descarga de electricidad que me dejó paralizado por unos segundos.

Mi corazón empezó a latir como loco y como consecuencia, la gema incrustada en mi pecho empezó a brillar. Michael pareció notar esto pues me lanzó otro rayo el cual se dirigió hacia la gema, no tuve otra opción que dejar que esta tome control de mi cuerpo.

Ahora yo estaba viendo desde una esquina a mi propio cuerpo levantarse y arremeter contra Michael para después sacarlo volando. Michael respondió con más rayos pero mi cuerpo hizo una espada de lianas y hojas, la cual por sí sola era inútil, pero con la fuerza que le proporcionaba la gema, era un arma letal.

Mi cuerpo blandió la espada frenéticamente hacia Michael, el cual solo retrocedía mientras pequeñas enredaderas empezaban a romper el suelo y crecer por toda la habitación. Dentro de poco tiempo, las enredaderas habían llenado el suelo de la habitación y empezaban a trepar las paredes.

Las enredaderas agarraron a Michael pero este se liberó rápidamente con un rayo devastador que él lanzó, las enredaderas y mi cuerpo fueron electrocutados hasta que mi cuerpo empezó a podrirse un poco, las enredaderas no resistieron mucho y se marchitaron de inmediato.

Ahora árboles enteros salían del suelo para intentar empalar a Michael, algunas de las ramas lograban hacerle daño y llenarlo de pequeñas heridas pero él lograba destruir a los árboles con más rayos.

No tardó mucho para que Michael se descuidara y se debilitara, por lo que mi cuerpo invocó más árboles que esta vez lograron empalar el hombro y pierna derecha de Michael. Él volvió a responder con un rayo, pero esta vez vino una ráfaga de rayos que calcinaron a los árboles y dañó gravemente a mi cuerpo dejándolo casi putrefacto.

Michael cayó débil en el suelo mientras mi cuerpo se envolvía a si mismo en enredaderas y flores para curarse, al estar mi cuerpo completamente inmóvil y envuelto en plantas también estaba indefenso, lo cual notó Michael porque se arrastró con dificultad hacia mi cuerpo y lanzó un poderoso rayo hacia mi cuerpo.

Pude volver a controlar mi cuerpo a tiempo para liberarme de las plantas y esquivar el rayo. Mi adrenalina estaba tomando control de mi cuerpo por lo que lancé un machete que tenía en mi cinturón que afortunadamente le dio a Michael en el hombro que ya estaba herido.

Michael gritó de dolor mientras yo intentaba ignorar el dolor de las quemaduras para poder alcanzar una de mis botas y así sacar la pequeña arma de fuego que siempre guardo ahí. Cuando la encontré, la recargué y di un disparo sin pensarlo.

Fallé, y lo peor era que Michael se había levantado visiblemente furioso. Michael solo alzó su brazo ileso hacia mí y de inmediato me cayeron decenas, sino es que cientos de rayos los cuales solo me hicieron gritar de agonía. Con cada impacto me debilitaba más y más, hasta que la gema ocasionó una explosión y otra vez estaba en la misma esquina de antes observando todo.

Mi cuerpo disparó al hombro ileso de Michael, pero falló dos balas y al tercer disparo atinó, Michael tropezó e intentó alzar el machete con el que yo había destrozado su hombro, pero estaba muy débil.

Eso le dio tiempo a mi cuerpo a agarrar el machete y darle un golpe con este en la cara de Michael, mi cuerpo volvió a dar otro golpe e iba a dar el tercero cuando, de repente, Michael logró agarrar la hoja del machete con los dientes.

Su cara ahora deforme y cortada expresaba ira, pero al mismo tiempo expresaba miedo. 

Michael volvió a lanzar otro rayo que achicharró a mi cuerpo, el cual quedó casi inutilizado para después caer al suelo, mientras tanto, Michael se estaba desangrando por lo que volví a tomar control de mi cuerpo y con el peor dolor que jamás he experimentado logré agarrar el arma y disparé repentinamente hacia Michael, pero fallé.

Solo me queda una bala, así que no puedo fallar esto, o de lo contrario estaré muerto. Me preparé y disparé esperando que todo ya se hubiera terminado, pero la silueta de Michael levantándose destrozó cualquier rayo de esperanza.

Michael me miró con una cara llena de cólera y agarró el machete con el que le había desfigurado la cara y estaba claro que él iba a lanzar el golpe hacia la gema. Pero justo cuando iba a dar el golpe, rodé un poco y el golpe me dio en la espalda, lo cual no le importó a Michael porque él seguía golpeando mi espalda y partiéndola poco a poco en dos, el dolor era tanto que ya ni podía gritar, por lo que invoqué un árbol lleno de espinas para que parara a Michael.

Los ataques pararon, y cuando alcé la mirada pude ver a Michael aplastado contra el muro, su cabeza directamente se había hecho pedazos por lo cual ya podía dejar de pelear, escuché al presentador decir algo pero no escuché nada, todo se escuchaba con eco e irreconocible.

No pasó mucho tiempo para que me diera sueño, creo que me hará bien, estoy cansado de todo, de este lugar, de esta gente y de todo en general.

Solo espero que el más allá exista y los pueda ver de nuevo.

Lagrimas salieron de mis ojos, viéndolo bien, debería pudrirme en el infierno.

Cerré los ojos mientras lloraba en silencio una última vez...

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