-Haber, explicate mejor Akabane-kun- Pidio mientras sacaba un par de sillas de una esquina.

Suspiro cansado, no estaba planeado en ninguno de los dos que Karma se le declarara a su crush de la nada sin planear algo, obviamente sin magia ya que Okuda siempre se negaba ocuparla ante personas que consideraba sus amigos aunque suspuestamente la gente que utilizaba magia no podia ser cercanos de seres inferiores en control magico ya que ellos podrian utilizar sus posimas, pero no crearlas por su escaza informacion de ella.

Dejando en claro que eso de el libro que al abrir se quema que utilizan los magos humanos normales paras los verdaderos es una verguenza.

-Quiero algo para arreglar todo esto- Dijo con obviedad, siempre tubo miedo de ese sentimiento.

Karma un adolecente que siempre tenia una gran confianza en si mismo y habilidades, pero aunque extraño fuera, le temia a las palabras que producia ese chico de pequeña estatura y actitud reservada, que nunca demuestra más que una sonrisa y una actitud relajada, cuando actua ante sus instintos Karma se volvia un loco enamorado.

Amaba esa mirada fija al objetivo y esos deseos que pasaban por todo su cuerpo de ser la presa de Nagisa.

Solo imaginenselo, ser mirado fijamente por esa mirada cielo y despues sentir esas emociones acumuladas del pequeño humano, Karma solo pensaba que deberia sentirse tan genial, tan atrapado y que un pequeño movimiento puede ser su perdicion para caer. Caer ante las manos de su amado.

-Sabes que no puedo hacer tal cosa- Admitio Okuda por tal vez milesima vez, tantas veces que el diablo pidio de sus encantos y nunca se los dio.

-Pero eh leido el reglamente de brujas y no hay ninguna ley que brujas estudiantes no puedan darle posimas a menores de edad- Se quejo el alumno estrella.

-No es por eso- Obviamente no era eso, las leyes de brujas son muy raras y dificiles de comprender ya que algunas son rimas muy mal hechas.

-¿Entonces porque no me puedes dar algo como una piedra elimina recuerdos? ¿Que te cuesta encantar una piedra?- Ya Karma ni sabia que tontera decia, solo queria escapar de la muerte de un rechazo.

-¿Que tan malo es lo que pasa por tu cabeza para pedir tal locura?- Suspiro la bruja mientras se encargaba de ordenar un poco el gran desorden que creo su amigo.

-Okuda-chan no eres justa, tu aun no te has enamorado de nadie, no sabes lo que se siente- Se quejo el pelirrojo.

"-Ya, pero a ti no te encantaran por hacerle algo al amigo de Kayano-chan-" Dijo de forma muy ironica en su cabeza.

Un suspiro salio de los labios de la jovencita que solo pensaba en como sacar a escobazos a su mejor amigo de su zona de trabajo ¿Cual era el encantamiento para darle vida a su escoba? Verdad, Karma quemo su escoba cuando jugo con uno de sus pedidos de Inglaterra.

-Karma ¿para cuando mi escoba?- Se quejo la brujita ya harta de siempre ocupar magia para esas tonteras.

-Aun no entiendo dos cosas, tu obsecion por hacer los quehaceres a mano y porque cambias de tema bruja del averno, espera no. Verdad que aun no sabes hacer maldiciones que valgan la pena- Dijo de broma Akabane, aunque la alumna de bruja clase D no se tomo para nada buena la pequeña broma que le tiro su amigo.

-¡Sabes que!- eso sorprendio al pelirrojo- Hablar verdadero, mente de loco y lengua de escupidor, callado no estaras y mentiras olvi- Pero fue interumpida por un ruido.

-Tranquila señorita, entendi- Suspiro asustado, sabia de ese hechizo como su palma de la mano, es el que ocupaba para que solo dijera la verdad por un día entero, fue horrible gritar en su casa lo mucho que amaba a Nagisa, por eso sus vecinos le miran raro y su hija cada vez que lo ve le sonrie como loca y le grita un "Buena suerte".

-¿No que no sabia hacer maldiciones que valgan la pena?- Ella sera una bruja estudiante de la clase D, pero al menos podia defenderce de Kayano un poco.

¿A quien engaña? Seguro Kayano, estudiante en brujeria de la clase B rompe todos sus hechizos antes de formularlos o pensarlos. Era una tonteria compararlas.

-Si, si, no te creas mucho. Seguro si yo tuviera una pisca de magia conseguiria ser un brujo de la clase A- Presimio el pelirrojo mientras se paraba de su asiento ofendido.

-Sabes Akabane, estoy algo enojada contigo. Cuando te tranquilices, vuelves junto a mi nueva escoba ¿Entendido?- Reclamo mientras limpiaba con un paño sus muebles.

Karma no dijo nada, sabia que su actuar era tonto, pero tenia miedo. Mucho miedo. Nunca en su vida estubo de la mano con el romance y ahora que en su corazón habia una persona no planeo nada coherente para ganar el amor del contrario. Un total estupido.

Cuando estaba apunto de abrir la puerta su pie choca con algo, sus ojos ambar observan un libro lleno de polvo y cenizas. Lo tomo de forma rapida para leer el titulo de ese descuidado libro.

"Llamar a ayudantes para brujas iniciantes".

Una rima algo tonta, pero al leer la palabra ayudante y principiante fue suficiente para llevarselo e huir de la casa de Okuda de la forma más rapida posible, hasta podia jurar que lo hizo más rapido que cuando escapo de Nagisa una hora antes.