¿Y Si Fuera Él?

-¡Athena! ¿Quién es ese chico?

-¡Athena! ¡Athena! ¿Gareth ya es cosa del pasado?

—¡Athena! ¿Lo conocías antes de romper con Gareth?

—¿Estás consumiendo drogas de nuevo, Athena?

—¡Athena! ¡El chico tiene un anillo! ¿Está siendo infiel contigo o estáis comprometidos?

—Estás subiendo de peso, ¿puede ser algún problema de salud?

—¡Athena! ¡Estás de nuevo deprimida!

—¡Athena! ¡Athena! ¡Respóndenos! O ¿estás ocultando algo?

¿Sabes lo que es odiar tu nombre, sólo porque no dejan de asociarlo con preguntas despreciables? Lo repiten tanto, arrastrándolo con palabras llenas de malicia y mentira, que más de una vez pensé en cambiármelo.

Me encantaría agarrar sus cámaras, romperlas, hacerles tragar sus micrófonos y si pudiera... Mejor la corto ahora. ¡Sacan lo peor de mí! ¿Sabes lo que hago? Les sonrío, saludo y paso de largo.

Sé que elegí una vida como celebridad. Acepto que mi intimidad se pueda ver disminuida cuando paseo porque, cuando la gente me ve, quiere: hacerse fotos conmigo, preguntarme cómo estoy, que para cuándo un nuevo tema o la siguiente temporada de Killing Floor. Todo eso es asumible. El espectáculo deleznable y el acoso que me hacen sufrir algunos periodistas no lo es. Parece que no les importa que, a pesar de ser una mujer famosa, sigo siendo una persona a la que hacen daño con sus preguntas en busca de mi reacción, dolor o furia.

Poco les preocupa que no les responda. Les da igual si les hablo de Gareth —sí, nombré a ese hijo de puta— o de Rick, ahora. Quieren buscar cualquier mínima información para usar en mi contra y eso no lo puedo permitir.

He limitado el número de entrevistas a los medios a su mínima expresión. Estoy usando mis redes sociales para hacer comunicados o dejar que me entrevisten periodistas e influencers desde TikTok, Instagram o Twitch porque su respeto y calidez es infinitamente mayor. Ellos me ven más como una mujer común que tuvo la fortuna de poder trabajar de lo que le gustaba y no como una piñata a la que golpear hasta que se rompa y no quede nada más de mí. Al final, creo que estos medios buscan la caída en desgracia de una estrella -en este caso la mía. Y estuvieron muy cerca de conseguirlo.

Si no hubiera sido por la terapia, por la ayuda de mi familia, de Kay, de Connor y los mensajes de muchos fans que mostraron una preocupación genuina por mí, no sé si hoy estaría en las Azores —ni siquiera sé si estaría con vida.

No es fácil hablar de que se me pasara por la cabeza el suicidio. Es muy complicado entender que el dinero no lo es todo —ayuda, pero no es lo único que importa en la vida. El amor, las amistades, tener un propósito... Ese tipo de cosas son las que te ayudan a ponerte de pie en los momentos difíciles, cuando no quieres ni despertarte. Ha sido —y es— mucho el esfuerzo que hice para encontrarme de nuevo en este mundo, tan duro, tan cruel aún para una mujer.

Llego a la puerta de mi habitación y no hace falta que use la tarjeta para abrirla, que la hoja se mueve tirada por Kay. No puedo contenerme y, nada más la veo, rompo a llorar y la abrazo.

Me lleva al interior, cierra la puerta y nos sentamos a los pies de la cama. Ahora es Kay quien me abraza y llora conmigo. No recuerdo las veces que esta escena se ha repetido durante este último año. ¡Qué haría yo sin ella!

—Sabía que estabas preocupada por mí, pero ¿tanto? —comenta, tratando de robarme una sonrisa que no llega—. ¿Qué ha pasado?

—La vida, Kay. La vida que me recuerda que la balanza del karma se mantiene conmigo. Por algo bueno que me pasa, ocurre una mala de la misma magnitud.

—¿Tiene que ver acaso con ese chico? He visto una serie de artículos mientras venía para acá que especulan sobre todo tipo de cosas.

Suspiro, trato de afirmar mi voz para responderle, pero no puedo. Otro ataque de llanto, que atenaza mi pecho, impide que pueda decir si quiera una sola palabra.

—Se llama Rick —respondo, minutos después, mientras trato de reponerme—. Nos conocimos apenas te llevó la policía. Al principio me pareció el pesado de turno, pero creo que pocas veces habré conocido a un hombre que me respete tanto a mí como mi espacio.

Le cuento sobre nuestro día: yo corriendo a su habitación, el paseo, la cita con el abogado, el almuerzo y, por último, el viaje de regreso al hotel. Por culpa de la prensa, no pude procesar nada de lo que pasó.

—No lo puedo creer —dice Kay—. ¿Estás segura de que no es una proyección tuya mental de lo que sería un hombre perfecto?

—Sí, segurísima.

—¿Sabes cuántos te habrían comido la boca y metido mano dada la ocasión? Vamos, si me lo pedías a mí, te llevaba a mi cama. —El comentario desubicado me hace reír sin ganas—. Va a pasarlo mal.

Asiento mientras me limpio las lágrimas.

—¡Todo ha sido tan especial! Me ha hecho sentirme tan normal, tan mujer y tan respetada, que no quiero otra cosa que estar a su lado, pero es tan difícil que eso ocurra...

—Una hija son palabras mayores, Thee. Es muy complicado que se aleje de ella. Lo sabes, ¿no?

—No dejo de pensar en eso. Si quiero estar con él, tengo que trasladarme a España o viajar tanto como nunca hice. Ni siquiera sé si puedo hacerlo con todos los compromisos que tengo.

Kay me mira preocupada. No hace falta que le de sonido a sus pensamientos que yo sé qué es lo que no me quiere decir: Rick y yo no tenemos futuro. Ya pueda ser el hombre casi perfecto que, como él me dijo, hay una parte de su vida que no podré tener. Y, como él no puede exigirme que cambie mi residencia -que no lo va a hacer-, yo tampoco puedo hacerlo.

—¿Habéis quedado en veros de nuevo? —Sacudo la cabeza—. ¿No sabes cuándo se va, tampoco?

Me encojo de hombros. Es posible que ya esté de camino al aeropuerto.

—No creo que se vaya sin despedirse. —Kay lee mis pensamientos—. Rick parece hacer las cosas bien, por muy difícil que sea.

—Eso es lo que me gusta de él. Es también muy simpático, maduro, atractivo...

¡Qué vida cruel! Encuentro a un hombre como Dios manda y está casado y tiene una hija. ¿Cuántos como él puede haber por ahí? En mi ambiente muy pocos. Los que parecen más buenos, siempre tienen una arista que te hace salir corriendo. Y, ya de base, sé que cualquier relación que trate de establecer con ellos tendrá una fecha de caducidad, a mediano o corto plazo. Entre las envidias, la promiscuidad, la falta de compromiso, el egoísmo...

—Estás enganchadísima. —Asiento, rompo a llorar otra vez y de nuevo me abraza—. Es que no te puedo dejar sola... Me pierdo por unas horas y encuentras a tu alma gemela.

—¡Perdona que no te pregunte! —exclamo y me incorporo—. ¿Cómo te trataron? ¿Te metieron en una celda? ¿Qué pasó?

Kay suspira y me preocupo por un momento.

—No pasó nada. Fueron muy amables, a pesar de que me dejaron encerrada por horas, pero fue dentro de una sala. Me trajeron para comer y beber y, desde luego, me dejaron ir a mear y todo eso. Había una oficial, que posiblemente puedas conocer, que fue la que se encargó de cachearme y acompañarme al baño cuando fue preciso. Estuve un poco asustada por lo que pudiera pasar, pero finalmente me permitieron llamar a mi padre que me tranquilizó y me aseguró que un abogado se pondría en contacto conmigo... Thee, te importan poco mis desventuras en la cárcel.

Me acuesto bocabajo y grito, esperando que entre el colchón y el nórdico lo amortigüen.

—Soy una mala amiga, Kay —reconozco, apesadumbrada—. Estoy tan mal que no me interesa tus aventuras a lo Prison Break.

—¿Prison Break?

—Es la referencia más actual que encontré, no seas mala.

—No parece que escriba muy mal... —Me doy la vuelta y veo a Kay mirando la pantalla de su móvil y navegando por los títulos de Rick—. No tiene muchas valoraciones, pero son de cuatro y cinco estrellas. Al parecer ese de Muerte con aroma a café tiene su traducción al inglés... ¡Comprado! Vamos a ver qué tan bueno es.

—Necesito aprender español... Tal vez si leo sus libros, puedo suplir su ausencia. Con un libro no va a ser suficiente.

—Sabes que eso no sirve para mucho.

—¿Te dije que tiene una novela en curso cuya prota está inspirada en mí? Le puso Minerva, aunque le dicen Mina.

—Creo que es la vez mil que me lo dices.

—Lo va a presentar a un concurso de Wattpad.

—¿No tenías un user? —Asiento—. ¡Hala! Ya tienes más cosas para tu backlog de libros.

—Reitero que no sé tanto español como para leerlo. ¡Tardaría un siglo! ¡Tengo que exigirle que lo traduzca! No hablaba mal en inglés. Bastante bien de hecho... ¿Y si fuera él, Kay? ¿Y si la vida me ha puesto en una encrucijada donde tengo que elegir el amor por encima de otras cosas?

—No sé, Thee. Me temo que es algo que sólo tú puedes decidir. Yo no sé si sería capaz de dejarlo todo por amor. Es más, nada te asegura que termine con su mujer. Por mucha crisis que tengan, es un paso que tiene muchísimas consecuencias. Yo no haría nada antes de que Rick se haya separado.

Tiene toda la razón. No importa lo que sintamos que, si no corta con Rocío, por mucho que lo quiera, por mucho que quiera jugármela a su lado, no hay una posibilidad de que tengamos nada.

En la furgoneta quise que me besara. Estuve a punto de hacerle a Rocío lo que me hicieron a mí. Yo debería de haber sido más fuerte. Anhelaba tanto ese beso, que ni siquiera pensé en las consecuencias. ¿Soy igual que Gareth? ¡No! No voy a permitir una comparación con él. Es cierto que estuve a punto de cometer un error -uno hermoso, por cierto- pero a diferencia del innombrable, yo no he torturado psicológicamente a nadie. Eso me pone a la altura de Anna. Es posible que yo me parezca más a ella que a mi ex.

¡No sé! ¡Todo es tan confuso! ¿Me habría arrepentido si nos hubiéramos besado? Tampoco puedo responder. Ojalá lo hubiera hecho, pero me encanta que me dijera que no para no herir a Rocío.

—¿Crees que, cuando dijo que quería hacer las cosas bien, se refería a cortar con su mujer? —pregunto a Kay. Necesito saber si hay una mínima posibilidad entre los dos. No importa lo chica que sea.

—Es probable. También lo es que mientras hablen de su relación, se den una nueva oportunidad.

—No estoy preparada para algo así.

—Me encantaría decirte que no te ilusiones, pero creo que ya es demasiado tarde.

Me tiro de nuevo sobre el colchón y cierro los ojos. No tengo ganas de hacer nada más. No obstante, saldremos a dar una vuelta con Kay y cenaremos por ahí. Ella también se merece disfrutarde nuestra estancia en la isla. Hasta pueda ser que me despeje un poco y me olvide de todo esto que siento.

🎸📖💜

¡Vaya lío tiene Athena! Es normal, las circunstancias actuales no son las mejores y es muy importante el paso que dé Rick.

El inicio, no obstante, es desolador. Odiar tu nombre por la continua persecución de la prensa y sus preguntas hirientes, no es algo fácil con lo que lidiar.

Como siempre, repito y hago mucho énfasis en ello, si estás pasando por algo parecido o te sientes tan mal, busca ayuda. No dejes que las cosas sanen solas, porque no lo harán. Por eso es muy importante para mí mostrar esa cara tan vulnerable de Athena. Ella está luchando por un balance y para eso recurrió a ayuda profesional. Yo también lo hice en su momento (y sigo, por cierto) y no me arrepiento.

¡Gracias por vuestra compañía y cariño!

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