La Paradoja de Mindy
Uno de los grandes problemas de los autores que usamos personajes reales es que terminamos idealizando a ese famoso y, cuando vemos que no tiene nada que ver con su contraparte literaria, nos decepcionamos. Me gustaría... ¡No! Me encantaría poder decir que ese es mi caso. Lo deseo con todas mis fuerzas. Athena es tan increíble en persona que me doy cuenta de que mi Mina no le hace justicia. Pero ¿cómo puedo lograr ese nivel de perfección?
¿Estoy tratando de robar el fuego de los dioses? ¿Cuánto me estoy acercando a ese momento prohibido, en el que no habrá vuelta atrás y no me quedará más que tratar de subir la roca por la montaña durante el resto de mis días?
¡Ya sé que no la conozco todavía! Apenas hemos compartido un par de horas juntos, que siento que siempre estuvo en mi vida. Ahora agradezco no haber buscado más información sobre ella. Quiero que me cuente todo lo que quiera, que deshoje esa flor que cubre sus secretos y me haga parte de su vida.
¡Qué estoy pensando! ¿Me he vuelto loco acaso? Athena no puede darme ese lugar... ¡Yo no puedo permitirlo! Esto no es más que un capricho, la sorpresa de haberme cruzado con ella que me está confundiendo. No va a pasar nada. Ella es amable. No quiere nada de mí. ¿Por qué debería pretender algo conmigo? ¿Tan difícil es, para nosotros los hombres, entender que hay mujeres que quieren ser simpáticas con nosotros, no nuestras novias?
¡Métete eso en la puta cabeza, Rick! ¡No cometas un error! ¡No distorsiones la realidad! No confundas a Athena con Mina. Mina es tuya, Athena es libre. No te atrevas a encarcelarla por culpa de unos sentimientos que se aprovechan de tus fantasías e idealizaciones. Recuerda: cuando salga Kay, no la volverás a ver. ¡Y eso está bien! Ella quería pasear por las Azores con su amiga, no contigo.
Además, no puedes hacerle eso a Rocío. Ella me quiso y me quiere en mis momentos tanto buenos como los malos. Athena ni me conoce y posiblemente no lo haga nunca. ¡No somos pareja! ¡No lo seremos! Es más, ni siquiera sé cómo es ella en esos momentos difíciles, si cuando se pelea es cruel. El uno conoce del otro lo que hemos querido mostrar. La punta del iceberg...
¿Por qué soy tan enamoradizo? ¡Ya está! ¡Lo dije! He tratado de disfrazar la idea y evitando enfrentar la realidad. ¿Qué hay de racional en enamorarte de una persona que no conoces? Nada. Absolutamente, nada.
Su pelo castaño ondulado, sus ojos marrones, su rostro ovalado, su nariz recta y sus labios carnosos... ¡Quítate esos pensamientos de esa cabeza! ¿Te das cuenta de que es algo físico? Y ¿cuándo se burla de mí? O hace ingeniosos comentarios...
Estoy jodido. Me siento muy mal. ¿Estoy siendo infiel ya a Rocío? ¿Que desee besar a Athena ya se considera una deslealtad? Ella puede hacer lo que quiera, está soltera. Yo soy quién debe de poner un límite. Y te juro que estoy haciendo un esfuerzo muy grande.
¡Para el carro, Rick! Aunque estuvieras soltero no puedes ir por la cara y plantarle un beso. Te ganarías un bofetón bien ganado. Ella debe de quererlo y, ahí está el problema: soy esclavo de sus deseos —buen título para un libro, por cierto.
¡Eso, Rick! Piensa en libros. Como Homer cuando tuvo que pensar en Barney cuando se sintió atraído por Mindy —Margo en Latinoamérica. ¡Espera! Eso no terminó muy bien. O ¿sí? Era Marge con quién terminaba Homer o con Mindy. El capi no fue claro. Marge llevaba el camisón de Mindy. Hay muchas webs dónde se discute este asunto y hay tantas teorías que apoyan tanto la infidelidad como el supuesto final donde el matrimonio perdura.
¡Sigue esa cadena de pensamientos! Saca a Athena de tu cabeza... ¡Estúpido! No puedo tener la intención de no pensar en Athena, porque ya pienso en que no tengo que pensar en ella y termino pensando en ella. ¡Es la paradoja por excelencia en psicología!
—¡Hemos llegado! —avisa, feliz.
Ella podría haber buscado a otra persona que haría un mejor trabajo que yo con el abogado. Es que como el tío ese me diga algo que no entienda, Kay termina en prisión con una cadena perpetua. ¡Cómo me meto en estos líos!
Pero mira esa sonrisa... La estoy haciendo feliz. Bueno, no. Yo no tengo nada que ver en eso. Si no hubiera sido yo, habría sido otro u otra. No soy indispensable en esta historia que me estoy inventando. Soy un secundario de honor. Es más, en cualquier momento podría llamarme Iberia y tendría que salir echando leches para el aeropuerto. Hay un avión, una entrevista y un futuro literario que me espera. Y Athena no es lo suficientemente importante para que lo hipoteques todo por ella —principalmente porque no te lo ha pedido ni te lo pedirá.
Mina, no obstante, sí te pide que tu aparición sea inolvidable, que cautives a F.J. Johnson y consigas un contrato de edición. Mina quiere salir de la clandestinidad de tus páginas y ser conocida. Los lectores de Wattpad y los Wattys la esperan. Ella es mi prioridad.
—¿Puedo firmar en algún lado que no me hago responsable de lo que pase a continuación? —pregunto.
—¿De qué hablas?
—Me da miedo malinterpretar algo de lo que diga el abogado...
—No te preocupes. Pase lo que pase, ya nos apañaremos.
Tan absorto estuve en Athena que no pude disfrutar de las calles de Ponta Delgada, que me recordaron, mucho, a las que puedes encontrar en la mayoría de pueblos andaluces con sus casas y edificios blancos de piedra caliza. ¡No me puedo permitir que esto ocurra! Si Mina viaja aquí, debería usar mis recuerdos no el Maps para describir el lugar. ¡Qué fracaso de escritor!
Nos introducimos en la recepción de un edificio bajo, de no más de tres pisos, que tiene pinta de ser de algún organismo oficial. Athena se presenta y le informa al recepcionista que la espera João Santos. Este nos informa de que lo va a avisar y que lo esperemos sentados en la sala contigua, que sólo cuenta con tres sofás de dos cuerpos.
¿Ahora qué hago? ¿Me siento con ella? Bueno, Athena se sentará en un lado, yo puedo ocupar el sitio más cercano del sofá adyacente, así estaremos juntos, pero con el espacio suficiente. Sí, es la mejor opción.
—¿Tengo mal olor o algo? —pregunta y me habré quedado con cara de tonto que añade—. Digo, porque te sientas en otro sofá. No te voy a comer tampoco.
No me disculpo, sino que lentamente tomo el lugar, esperando no sé qué. ¡Se va a dar cuenta de que me estoy comportando como un idiota! ¡Vamos, Rick! Recupera la compostura.
—¿Te pregunté si habías escuchado mis discos? Como roquero no serás muy aficionado a mi estilo más pop.
—Creo que no me lo preguntaste. Pero sí, escuché tus discos. Sobre todo: Love me like I do. Me parece más íntimo y auténtico. Es el que más me gustó. —Sonríe con satisfacción—. Por cierto, me encantó tu papel en la serie Killing Floor. La transformación que sufre el personaje durante las dos temporadas es magnífica. No puedo esperar a que estrenen la tercera. Terminó con esos finales abiertos que odio y que también uso en mis novelas.
—Tuvieron que retrasar el rodaje por mi culpa. Al igual que el Love & Life Tour.
—Es todo un detalle que preservaran ese papel y no hicieran que muriera o le diera un coma o alguno de esos recursos que emplean cuando se quieren ventilar a un actor.
—Cierto. No sé cómo agradecerles que me hayan comprendido. No es muy común que eso ocurra.
—¿Qué prefieres: actuar o cantar?
—¡Vaya! Es como tener que decidir entre papá y mamá... —Se toma unos segundos en los que parece pensar—. Actuar. Últimamente le encontré el gustillo que había perdido tras que me echaran de Una reina en casa.
—¿Es verdad que te cortaron el contrato cuando fuiste mayor de edad?
—Sí y, aunque no lo creas, eso destruyó un poco más mi autoestima. Me costó un poco volver a tomar un papel para una peli, serie o incluso cantar. Era todavía un poco joven para aceptar que no fui más que un producto para ellos. ¿La llegaste a ver esa o ya era demasiado?
Me encanta que la conversación se haya tornado un poco más profunda. Parece que confíe en mí y se sienta a gusto a mi lado.
—Me temo que esa quedará en mi lista de pendientes, eternamente. Y tampoco me entran ganas después de lo que me contaste.
—Tiene un mensaje bonito de la amistad y las relaciones paternofiliales, así que te la recomiendo para verla con Erin.
—No te digo que no entonces. Me intriga ver esa versión adolescente de ti.
—Ahora me da un poco de vergüenza —dice, siendo ahora ella quien se sonroja—. ¿A ti qué te parece que hago mejor?
—Me gusta verte cuando actúas. En muchos de tus videoclips se ve que tienes una vis cómica muy tierna, pero en películas como The Day, muestras una actuación más visceral. Eso no quita que me parezca que tengas mucho talento como cantante. Creo que tú y las artes escénicas sois la una para la otra. En conclusión: tienes que hacer lo que te haga más feliz. Sea lo que sea, le guste a quién le guste. No hay nada mejor que eso. No hace falta que te diga que yo amaría dedicarme a la escritura y por eso esta entrevista con Johnson es tan importante.
—Espero que lo consigas —desea. Athena, por favor, no me hables así—. Me gustaría interpretar a tu Mina. ¿No sería genial?
—Eres perfecta. —Me doy cuenta de que dije lo que se me pasó por la cabeza y eso la sorprende—. ¡Pa-para el papel digo!
Siento que la cara se me enciende. No hay duda de que me ruboricé y ella se ha dado cuenta. Su sonrisa es prueba suficiente.
—Gracias.
—E-esto... Y-y ¿qué se siente cantar para miles de personas? —Ahora soy yo quien cambia de tema.
—Es algo mágico. Sobrecogedor. Sientes una conexión con tus fans increíble —Sus ojos brillan mientras lo cuenta—. Cantamos todos a una voz, como una persona con miles de voces. Son experiencias que recordarás durante toda la vida.
—No puedo ni imaginarlo. Cada recital tiene que ser inolvidable.
—Lo es. Los nervios los vas dominando cada vez mejor, pero el vértigo de pisar el escenario y encontrarte con un mar de gente expectante a las primeras notas de su canción favorita... ¡Mira! Se me pone la piel de gallina de pensar en eso.
Se pega a mí y me pone el brazo a pocos centímetros de los ojos. El corazón empieza a latirme cada vez más veloz. Otra vez me embriaga su perfume. Asiento y ella retorna a su posición, inclina un poco la cabeza y me pregunta.
—¿Irías a un concierto mío?
—Si pudiera, sin dudarlo. Ahora que te conozco me doy cuenta de que eres fantástica.
Sus ojos se abren de par en par ante mi declaración. Abre sus labios para responder cuando se abre una puerta, que no sabía que existía, y la franquea un hombre de unos cincuenta años, piel morena y cabellos grises, vestido de un elegante traje gris marengo. Nos pide que lo sigamos y respiro aliviado.
Estoy seguro de que Homer se acostó Mindy.
🎸📖💜
¡Vaya capi!
Rick reconoce lo que siente por Athena y se encuentra en una gran encrucijada. No quiere hacer daño a Rocío, pero sabe que sus sentimientos distan de ser una fantasía.
A partir de este capi, ya la cosa empieza a ponerse mucho mejor. ¿Pensáis con lo que habéis leído hasta el momento que #RickThena tiene futuro?
Y con respecto al capítulo de los Simpsons al que hago referencia, ¿qué opinas? ¿Fue Homer (Homero) infiel con Mindy (Margo)?
Para terminar os agradezco mucho vuestros votos y comentarios. Etiquetadme (hjpilgrim) si compartís #Invitados en vuestras redes sociales.
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