-Tu humana no está lista, mira lo pálida que se puso.- se burló el otro -¿No prefieres ir conmigo? ¿Eh? ¿Una cita romántica? ¿No soy mejor que Simona?- se le acercó a Frankie, restregándose contra él.

-¡Claro que no, gato feo! ¡Me invitó a mi, y voy a ir!- soltó Adriana, indignada de que se burlara de ambos.

El gato café exhaló algo como un suspiro de satisfacción, al ver la reacción de su dueña.

-¡"Gato feo"!- se carcajeó Gasputín -Son tan creativos, los humanos.

Se puso serio de golpe, irguiéndose en dos patas.

-Adriana Rodriguez, ¿estás afirmando que harás un trato con El Gato De Las Dos Tierras por una noche?

-Sí.- asintió la chica, sabiendo que no soportaría la humillación de acobardarse ante un simple bicho.

-Frankie Chifón de Rodriguez, ¿serás testigo y responsable de Adriana durante este pacto?

-Sí.- asintió él, irguiéndose también en sus dos patas traseras.

La muchacha no se había percatado de lo grande que era su gato hasta mirarlo en esa posición.

-Yo, El Gran Gasputín, intercedo entre Adriana Rodriguez y El Gato De Las Dos Tierras, para que ella forme parte de nuestro pueblo hasta el alba.

Adriana sintió una comezón insoportable que se extendía por todo su cuerpo, como si un millar de hormigas caminaran sobre ella, y como si la piel se le estuviera encogiendo. Le costaba respirar, el aire quemaba, hasta que se volvió insoportable y la hizo desmayarse.