El rizado de ojos verdi-miel gira en la cama y estira el brazo, tratando de abrazar inútilmente al inexistente cuerpo a su lado.

Se incorpora y ve frente a él esa taza con brillo labial ya semi-despintado, aún huele a té, ya que no la ha lavado con esperanza de mantener la mancha.

Se levanta, toma la taza y sale de la habitación con dirección a la cocina.

...

El moreno está sentado en la barra de la cocina, frente a el hay una botella de whisky casi vacía y una pequeña copa, ya perdió la cuenta de cuantas copas ha tomado, sus ojos rojos e hinchados delatan su ebriedad.

Levanta la vista y ve al rubio recargado en el marco de la puerta, se frota los ojos y al abrirlos sigue viéndolo, así que corre detrás de él.

Lo persigue contagiado por la risa del oji-azul hasta que ve hacia dónde lo lleva la alucinación, el dormitorio.

Muy a su pesar abre la puerta para ver el cuarto tal y como estaba aquel día

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El moreno está limpiando algunos cajones del cuarto, de pronto, de uno de estos saca una playera gris de Ed Zeppelin, sus ojos se llenan de lágrimas y abraza tiernamente la playera.

Aún con la playera, se dirige al otro cuarto y se sienta en la orilla de la cama sosteniendo la playera.

...

El rizado está sentado en la mesa con la taza de té frente a él mientras toma su ya frío café, entonces escucha la risa del oji-verde, se levanta y corre a buscarlo.

Varias veces encuentra parte de su silueta pero no consigue verlo hasta que entra a la habitación con el balcón, mira el balcón y cae de rodillas sosteniendo la barandilla.

...

El moreno recuesta su espalda contra la cabecera de la cama recordando lo que pasó aquel día

"Estaba aburrido de la misma rutina con el chico del bar, extrañaba las ridículas peleas sin sentido con el rubio, así que hizo sus maletas y terminó con el chico.

Regresó al departamento que tenía con el rubio, se sorprendió al ver la puerta abierta y entró a la casa preguntando por su chico.

Ve la puerta del cuarto abierta y decide entrar, al hacerlo ve al rubio acostado en la cama con el frasco de relajantes abierto, está pálido y no tiene absolutamente nada de color.

Cae de rodillas y así se acerca hasta la cama y toma su mano, fría, sin pulso, se levanta y abraza al rubio mientras llora".

...

El rizado mira desde el balcón hacia el suelo mientras recuerda.

"Había peleado con su padre, se estaba escapando, no le importaba si debía vivir bajo un puente, pero lo haría con tal de poder estar con su oji-verde.

En el camino compra flores y piensa como disculparse y justificar lo que hizo a su chico.

Cuando está por llegar al edificio ve una ambulancia y un tumulto de gente junto a este y corre hacia el.

Se adentra entre la gente hasta llegar a donde todos miran, viendo a su chico en el suelo con la cabeza abierta, los ojos cerrados y sangre saliendo de su boca; cae de rodillas mientras suelta un desgarrador grito y se acerca a su chico, acariciando la piel de su cara por última vez."