Capítulo 8

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Lo veía caer desde una distancia prudente.

De gota a gota, formando un pequeño charco de lodo.

Eran lágrimas que desprendían un aura triste y daba la sensación de un sabor amargo.

Bastaba con observar el rumbo que tomaba.
No eran simples gotas, tampoco un charco sin significado; tenían el potencial de volverse un río de corriente intensa.

Mi reflejo se veía a la perfección a través del cristalino líquido.
No importaba cuánto se pareciera a mí, esa no era yo en absoluto.

Llegué a notarlo luego de ver qué tanto me había estancado en un solo sitio, al igual que el triste charco de lágrimas...

Aunque intente golpearlo lo único que conseguiré será que la imagen se opaque por unos instantes.
Automáticamente después... volveré a esa triste realidad.

Atrapada...
Detrás de un río de lágrimas.

Arrastrada por la corriente, atormentada por la frialdad de sus aguas.


Llegar a creer que algo tan subjetivo como el destino había sido el causante era aceptable.

Finalmente podré volver a ser la persona que algún día atrapada quedó.

Después de todo, nadie podía saberlo, pero las reservas de hielo acumuladas en mi corazón lentamente comenzaban a derretirse.

Y poco a poco comenzaban a unirse a la corriente de progresiva intensidad.
Lo arrastraban todo a su alrededor, con tanta calma, con tanta paciencia.

A paso lento, pero con gran fuerza.

El futuro yacía en un río.
Un río de aguas turbias...
De aguas frías...
Un río de aguas lentas y caudalosas.

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Capítulo 8: Lento y caudaloso

(Pov Serena)

Aria ha cambiado mucho.
Demasiado para ser verdad.

Es más, casi no la reconocí en el momento que la vi.
No tenía ningún sentido.
Hace tan solo unos días, ella se fue por la puerta principal con esa mirada muerta y ánimos carentes.

Y de pronto...
Su peinado, su forma de vestir, su tono de voz y su sonrisa... brillaron como los días anteriores a cuando desaparecieron.

No es solo eso, el regalo que le había comprado estaba siendo usado por ella.
Incluso saludó a los profesores alegremente cuando ingresó a la preparatoria luego de las dos semanas de descanso.

¿Cómo es posible que ella haya sufrido un cambio tan radical en tan poco tiempo?
Ese chico...
Ash Ketchum, está claro que tiene mucho que ver en esto.

Mi resentimiento hacia él aún sigue firme, pero pareciera como si hubiera formado una barrera de tolerancia entre nosotros.
Una barrera de nombre Aria, él parece saberlo a la perfección.

Aún sigo estando un poco nerviosa, veo a la pelirroja caminando por los pasillos en varias ocasiones.
A pesar de lo obstinada que fui en otras ocasiones, verla sonreír tan bellamente me causa una leve inseguridad para hablarle nuevamente.

Tengo miedo...
Si me acerco, seguramente ella perderá esa sonrisa que apenas ha logrado recuperar.
¿Quién soy yo para hacer eso?

Incluso en estos precisos momentos la estoy observando.
El tiempo del receso está a punto de culminar y no he hecho movimiento alguno, solo estoy esperando oculta detrás de una columna.

Ella está compartiendo parte de su comida con Ash y este parece darle algunos consejos.
Al parecer Aria ha estado experimentando con la cocina estos últimos días.

No pude evitar reír en voz baja al recordar la ocasión en la que ambas hicimos un dúo en la clase de cocina, Aria fue un verdadero desastre.
Pero me divertí tanto en aquella ocasión que no me importó haber desaprobado.

Pasados unos segundos, Ash se levantó y despidió de Aria gentilmente.
Una vez comenzaron a separarse, Aria comenzaba a mostrar una tímida actitud, bastante extraño a decir verdad; ella jugaba con sus cabellos y soltó un profundo bostezo antes de ponerse de pie y estirar ligeramente los brazos.

Ahora podría hablarle, ¿cierto?
Se ve tan tranquila que seguramente nada podría arruinar el momento.

Bien...
¡Aquí voy...!

-¡A-A...!-

Me quedé muda...

-¿Eh?-

Aria me observó fijamente, pero mi rostro reaccionó girando en dirección al suelo.
Mis piernas se movían por sí solas hasta pasar de largo.

Apenas la perdí de vista dejé caer mi cuerpo en el suelo y me tomé la cabeza con fuerza.

-Que tonta soy...-

Me lamenté amargamente, exhalé grandes cantidades de aire que pronto recuperé de una sola bocanada al sentir que alguien tomó mi hombro.

-Escucha, si no vas a decirle algo, nunca llegaremos a nada.-

Rápidamente me alejé del emisario de esas palabras.
Inmediatamente me percaté que se trataba de Ash.

Se supone que debería haberse retirado, ¿qué hace aquí?

-¿Viste eso?- pregunté nerviosa.

-Escucha, eres extremadamente mala ocultándote detrás de esa columna, tuve que hacer un gran esfuerzo para que Aria no te notara.-

-Entonces, sí estabas observando.-

Si era posible, ahora me siento humillada.

-¿Y bien?-Ash se cruzó de brazos.- Hice lo que querías, a Aria le ha encantado ese listón, incluso yo creo que le queda muy bien.-

Que ella lo esté usando en estos momentos me hace tan feliz que causa un cosquilleo en mi espalda.

-Entonces, ¿qué debo hacer?-

Realmente debo estar desesperada, si estoy acudiendo a alguien como Ash.

-Ton-ta- Ash silabeó lentamente y se recostó en la pared.- Tú eres su mejor amiga, ¿cierto?
Deberías saber las preferencias de Aria, ella no parece mostrar resentimiento hacia ti, quizá si te acercas adecuadamente puedan hablar cómodamente.-

-Y...¿Cómo debería hacer eso?-

Nuevamente me cuestioné.
Él parecía no prestarme mucha atención, ya que apenas tuvo la oportunidad comenzó a retirarse.

-Si no tienes miedo en ver a tu amiga llorar una vez más, entonces no habrá problemas.-

Al instante que Ash articuló esas palabras mientras se alejaba, mi cuerpo se sobresaltó casi formando una posición de alerta.

-¿Qué significa eso?- pregunté nerviosa.

Ash giró a verme a los ojos fijamente.
No había emoción alguna en ellos.
A pesar que siempre he sido capaz de leer a las personas conforme a su expresión, en esta ocasión mi mente estaba completamente en blanco.

-Quien sabe...-

Ash dijo eso último y otra vez esquivó dar una respuesta que calmara esta maldita angustia.

En serio.
Te odio tanto Ash Ketchum...

(...)


(Pov Ash)

Hoy es jueves, Serena siempre debe recoger a Main de su escuela.
¿Las razones?
La verdad no tengo idea.

Pero en aquella ocasión fue jueves y también fue la vez que conocí a la niña.
Hoy hablé con Serena con una sola intención, podía matar dos pájaros de un tiro.

La ayudaría a acercarse a Aria y yo podría hablar con Main sin necesidad de esconderme.
Dicho de esta forma, ¿acaso me veo como un acosador de niñas?

No creo que exista esta sensación de familiaridad con otra niña, Main resulta ser especial, ya que por un momento logró que mi corazón solitario latiera al recordar agradables momentos.

-¡Ash! ¡Espérame por favor!-

Aria había cambiado tanto, incluso yo estoy sorprendido.
Estaba entre mis expectativas que los cambios sean notables, pero no tanto como ahora.

Ella tenía dos trenzas muy bien arregladas y sujeta a su cabello estaba el listón que Serena le regaló.
Combinaban a la perfección, el color carmesí de su cabello resultaba ser milagroso en ese aspecto.

No podría evitar imaginar a la fémina vistiendo el vestido blanco de esa vez, seguramente mi cuerpo estaría muy tenso en esa situación.

El uniforme que llevamos no es muy llamativo, simplemente unos pantalones y chaqueta oscura y una camisa blanca generalmente invisible.
Aunque por mi parte era normal llevar una gran cantidad de abrigos de invierno.

Por parte de las chicas; una falda hasta la altura de las rodillas y el resto era similar.

-Vámonos...-

Apenas Aria logró alcanzarme a duras penas, dije esas palabras.

-¿Qué? ¡Espera un momento por favor!-

Realmente ella tiene una mala condición física, apenas y corrió un lapso de veinte segundos.

La pelirroja entre jadeos se quejaba tratando de seguirme el paso.

-¿Quieres comer algo?- ofrecí.

Estábamos a punto de transitar por las principales calles de la ciudad.
Era normal ver muchos puestos de comida rápida por los alrededores.

-¿Eh? ¿Acaso es una cita?-

Aria habló mostrando súbitamente un destello en sus ojos.

Sí, esta era una de las cuantas rarezas en su cambio.
Ella se volvió inesperadamente agresiva y descarada, pero no me desagrada en lo absoluto, estaba acostumbrado a lidiar con una chica mucho peor.

-Sí, sí, es una cita, ¿quieres o no?-

Decidí seguirle el juego, mi experiencia sabía a la perfección que era la mejor opción.

-Pues no pareces emocionado...- ella fingió un puchero e inmediatamente tomó mi brazo derecho.- ¡Allí hay un puesto de helados!-

Chica lista...
¿No te parece que me estoy muriendo de frío?
Pero ella parece que literalmente está babeando por probar uno, así que sería descortés no aceptar después de ser yo quien hizo la propuesta.

-Bien, unos helados serán entonces.-

-¡Sí!-

Aria dio un brinco y corrió hacia el puesto.

Se me escapó una pequeña sonrisa al verla actuar de esa forma.

-Ellas seguramente se hubieran llevado muy bien...-

Se me escapó ese comentario mientras me encontraba un poco nostálgico, quizá tener recuerdos en ocasiones podía no ser tan malo.
Esta sensación de melancolía llegaba a ser incluso algo necesario para poder seguir de pie.

Sentir que mi corazón siente una fuerte presión es horrible, pero es la única forma en la cual ha conseguido latir fuera de lo normal...después todo lo demás es tan similar que causa aburrimiento.

-¿Ash...?-

Una voz tan suave que parecía la de una niña.
No... seguramente se trata de una niña, rápidamente giré en dirección al sonido.

Mi sorpresa fue totalmente fingida, tenía toda la certeza que encontraría a ambas féminas en este mismo parque.
¿La razón?
A Aria parece gustarle mucho pasar sus ratos libres por estos lugares.

-Buenas tardes Main, buenas tardes Serena.-

Saludé sin ningún contratiempo, en cualquier momento Aria volvería y mi objetivo principal era desviar cualquier sospecha sobre este reunión planificada.

Pero...
Eso no era posible, ¿cierto?

Observé a Aria a lo lejos y se acercaba con cuatro helados en sus manos, ella luchaba desesperadamente porque no se cayeran.
Además, el intenso calor de hoy tampoco ayudaba, su uniforme estaba siendo el principal perjudicado.

-Deja que te ayude.- ofrecí tomando a toda prisa dos de los helados.

Inmediatamente Aria se acercó a Serena y le entregó uno de estos.

-Aquí tienes.-

-E-Eh...gracias.-

La pelimiel estaba bastante sorprendida, es normal después de observar el nuevo comportamiento de Aria.

Ella trataba de ocultar su sonrisa entre sus cabellos, pero incluso alguien como yo pudo notarlo.
Tratar de suprimir su felicidad era demasiado complicado.

-Aquí tienes Main.-

Tenía que continuar apoyando el ambiente cortés que se había creado.
La niña estaba sujeta a la mano de Serena, pero ella la soltó para que pudiera acercarse lentamente hacia mí.

A juzgar por la decisión que tomó Serena, parece que está siguiendo el trato que teníamos.
Mi intención era solo llevarme bien con Main; Serena no está incluída en mis propósitos.

Pero ella entendió que la niña estaba extremadamente emocionada al finalmente observar un ambiente no hostil entre nosotros.
Quizá por ello, su sonrisa fue tan reconfortante que era imposible no sentirse conmovido.

-Muchas gracias A...-

Ni siquiera yo pude reaccionar ante lo que acaba de ocurrir.
Tanto Serena como Aria se quedaron estáticas observando como el helado se desprendió con fuerza de mis brazos y cayó al suelo.

-...No recuerdo haberte invitado a ti...-

Susurré esas palabras tratando de contener una parte de mí que me decía: "¡Golpéalo!"

-Dejar a Serena y Main junto a un acosador como tú, si claro.-

El que dijo esas palabras era Ernest.
Es cierto que noté su presencia, pero simplemente la ignoré porque quería disfrutar de este momento, pero ahora que lo pienso fue realmente ingenuo de mi parte creer que podríamos tolerarnos al menos por hoy.

La sonrisa de Main se había totalmente esfumado, su helado yacía en el suelo totalmente cubierto de tierra.

-Aquí tienes.-

Se supone que este debería ser para mí, pero en fin.
De todas formas hubiera buscado alguna excusa para evitarlo; el frío que mi cuerpo siente es demasiado como para comer un postre de este tipo.

-Pero, ¿ese no es el tuyo?-

Main dudó y pronto su rostro formó un gesto de preocupación.

-No te preocupes, realmente me ayudarías mucho si pudieras comértelo...-

Mostré una leve sonrisa por unos momentos, una totalmente sincera.
Al parecer Serena le sorprendió verme de esta forma, pero lo disimuló muy bien.

-¡Muchas gracias Ash!-

-Agradécele a Aria.-

Después de concluido el asunto, Main agradeció a Aria con una tierna sonrisa mucho más sobresaliente que la anterior.

Inmediatamente tomé la hoja que estaba pegada en mi espalda.
Ernest es realmente ingenuo si piensa que yo caería en este tipo de bromas.

"Soy un estúpido"

Era lo que decía.

Ernest podía llegar a ser muy infantil en este aspecto.
Pero no era precisamente un sentimiento de resentimiento lo que sentía, sino algo diferente.

Inexplicable, pero posiblemente muy similar a cuando un juego de niños acababa de desatarse con una recompensa de por medio.

(...)

No nos tomó mucho tiempo llegar al parque de diversiones que abrió hace poco.
Escuché a Serena mencionar sobre este lugar cuando intentaba desesperadamente convencer a Aria de tener un encuentro de amigos.

En ese entonces, la pelirroja no parecía tener en cuenta las opiniones de los demás.
Pero ahora se encuentra charlando muy a gusto con la pelimiel.
Al parecer el significado de ese listón va mucho más allá de lo que puedo imaginar...

Quizá...
No...eso no me incumbe.

Lo importante de esto, es que Serena está recuperando el tiempo que perdió, de esta forma estoy cumpliendo parte del trato y yo tendré acceso a poder ver a Main con mucha más frecuencia.

-¿Cómo sabías que vendríamos nosotros también?-

Serena habló bastante curiosa, el hecho de Aria apareciendo con cuatro helados incluso a mí me causó una leve sorpresa.
Pero era algo que debía esperar de ella.

-¿De verdad preguntas?- Aria entrecerró los ojos mientras sonreía divertida.- De pronto Ash me invita a una cita un día jueves, bastante extraño, ¿no lo crees?-

Eso definitivamente hizo muy feliz a Serena, ya que le ha mostrado que esos recuerdos entre ambas no han desaparecido del todo.

En efecto, la pelirroja conoce mucho más sobre Serena que yo.
Apenas y tuve una pequeña referencia y pensé en llevar este plan a cabo.

Pero tanto para mí como para Aria había un invitado no deseado.
Incluso si ella lo hubiera sospechado, no hubiera comprado cinco helados aunque de una amenaza de tratara.

Con este pensamiento sacudiendo mi cabeza, giré a ver en dirección al rubio que seguía mis movimientos muy de cerca.
Cualquiera diría que ha estado acosándome, pero la realidad es totalmente distinta.

-¡Mira Serena es un caballo!-

La niña corrió detrás de su hermana y la jaló de la manga de su camisa.

Serena rápidamente tomó una actitud similar y la acompañó en su emoción.

-Tienes razón Main, ¿quieres subirte?-

-¡Si!-

Como era de esperarse, la chica sabía cómo actuar efectivamente como una hermana mayor.
Es normal que alguien como yo pueda reconocer aquello, pero en mis recuerdos aún permanece ese momento negligente que concluyó con "Ash Ketchum es un pedófilo"

-Iré a comprar los boletos.- ofrecí.

Apenas y había dado un paso buscando la cabina dónde atendían a los clientes.
Pero Ernest se interpuso dejando su brazo en mi pecho para eventualmente caminar en dirección al centro de atención.

-...-

No respondí ante ello, simplemente lo dejé ser.

-¡¿Qué le ocurre?! ¡¿Por qué lo tuviste que traer Serena?!-

Main reprochó bastante irritada, sacudía sus brazos de arriba hacia abajo tantas veces como podía.
Incluso siendo una niña, ya estaba llegando al límite de su paciencia.

-Él solo intenta ser precavido Main, entiendo que no estés cómoda, pero trata de soportarlo.-

-Sí... precavido, como no...- la niña se cruzó de brazos y recostó sus cabellos castaños en el pecho de su hermana.

En este grupo formado por extrañas circunstancias, únicamente Serena sigue viendo a Ernest con total admiración.
Incluso su hermana menor ha sido capaz de llegar a la conclusión que es mejor no tener una relación tan cercana con él.

Bueno...Serena es una estúpida después de todo.

El silencio se mantuvo hasta que el rubio llegó con los boletos.
Era obvio que esperaba este desenlace, él no trajo uno para mí.

-Oh lo siento Ash...lo olvidé por completo.-

Ernest mostró una cara de arrepentimiento digno de un Óscar, pero inmediatamente desvió el asunto con otro movimiento.

-Bien, parece que Ash no podrá acompañarnos en este juego. Subamos nosostros.-

-¿Qué? No trates de pasarte de listo...-Aria habló entre dientes.

Era obvio que Aria y Main no iban a aceptarlo, pero les di un gesto de aprobación desde una distancia prudente.

-Iré a buscar otro boleto, ustedes diviértanse.-

Todos aceptaron no muy convencidos, parecía que Ernest se reía a carcajadas en su interior.
Ni siquiera trata de esconder su felicidad.

Bueno...tampoco cuento con mucho dinero, así que supongo que será un buen momento para despejar mi mente y pensar en alguna solución.

-Una moneda...-

Observé fijamente mi mano, con esta cantidad solo podría subir a dos juegos.
Pero al hacerlo no tendría lo suficiente para que Marlo pudiera comer el día de hoy.
Vaya dilema...

-¡Esta es su gran oportunidad, si logran esquivar todas las pelotas de goma duplicarán el dinero que invirtieron!-

Parece que finalmente el mundo vuelve a sonreírme.
Mi interés se centró en un hombre con el estómago sobresaliendo de su camiseta.

Incluso comenzaba a dudar que este lugar sea un parque de diversiones, ya que por la apariencia da la pinta de ser una feria.

-¿Qué tengo que hacer?- pregunté sin rodeos.

-Oh, muchacho, ¿te animas?
Solo tienes que esquivar un total de cuarenta pelotas de goma mientras estás parado en esa plataforma.-

No parecía ser un verdadero reto, es más no debería ser un negocio rentable.
No importa si se trataba de alguien de malos reflejos, al menos uno de cada siete intentos deberían ser exitosos.

Pero...
Parecía que nadie quería participar.
Es más, algunos otras personas me veían con lástima en sus ojos.
Este tipo esconde algo más.

-De acuerdo, aquí tiene.-

-Una moneda, ¿no quieres arriesgarte verdad?- el hombre rió.- Bueno, no puedo culparte, tampoco quisiera perder mi dinero.-

No sé cómo decirle que eso es todo lo que tengo...

Bueno, lamentablemente no tengo la intención de contenerme en esta ocasión.

Me posicioné en la plataforma.
Era una especie de tarima, al subirme rápidamente noté la irregularidad en su diseño.

-Ya veo... así que era eso.-

Esas palabras salieron de mi boca y rápidamente concluí que mi éxito estaba asegurado.

-A la cuenta de tres. Uno...dos...¡Tres!-

El hombre apretó un botón que yacía sobre una mesa.
Entonces fue cuando ocurrió lo que esperaba.

Alrededor de cinco pelotas fueron arrojadas simultáneamente.
No me costó esquivarlo tomando una posición de defensa.

Inmediatamente después de esto, la plataforma comenzó a moverse.
Para contrarrestarlo me ví en la necesidad de colocarme de cuclillas.

Eso es lo que él esperaba, pero no importa ya había encontrado la forma de anticiparme a sus intenciones.

Después de unos momentos, el juego concluyó.
Ash Ketchum había duplicado su dinero.

(...)

(Pov. Serena)

El juego estaba destinado principalmente a los niños, pero todos subimos tratándose de complacer a Main, era algo que debería agradecer después.

No apruebo la forma de actuar de Ernest, pero supongo que él solo se está preocupando en alejar lo máximo posible a Ash.
El trato que tenía con él era algo que no podía revelar, así que debía callar al menos por hoy lo máximo posible.

-¿Ahora qué hacemos?-

Por primera vez Ernest se notaba emocionado en continuar.
Quizá era el efecto que causaba la ausencia de Ash, pero no podía permitirme ser egoísta en un momento como este.

-Buscaré a Ash.- Aria dijo eso y sin esperar una respuesta caminó en dirección a la cabina de atención.

-¡Yo también!-

Main se ofreció a lo cual mi cuerpo se sobresaltó.

Ella había corrido para alcanzar a la pelirroja.

-¡Main espérame!-

Sin embargo, no pude seguir su rastro y terminé perdiéndome en medio de la multitud.

¿Cómo era posible?
Si tan solo la perdí de vista por un segundo.
Además, Ernest parece que tampoco logró seguirme el paso.

-Vaya problema...-

Concluí que no podía quedarme para siempre lamentando lo sucedido, así que caminé en dirección al área de apuestas.
Era el más cercano para buscar algún rastro.

-¡Oye, oye! ¡Ese chico es increíble!-

-¡Sí, ha ganado el juego del gordo tramposo ya cuatro veces seguidas!-

-¡Esos movimientos no son los de alguien normal, debe de ser algún profesional en artes marciales!-

Me sentí atraída por una gran multitud de espectadores.
Se habían acumulado frente a una de las atracciones, por los que puedo ver se trataba del juego de esquivar las pelotas.

-Pero...este juego es una total estafa.-

Dije eso recordando el año dónde perdí una considerable cantidad de mis ahorros.
Este parque de diversiones apenas abrió, pero ese señor sigue siendo tan oportuno a la hora de buscar trabajo.

Me acerqué con cierta curiosidad tratando de abrirme paso entre las demás personas.
Y grande fue mi sorpresa al notar de quién se trataba.

El dueño de este juego parecía que estaba sufriendo un ataque mental, además daba la sensación de que su cuerpo se deshidrataba con rapidez.

Era Ash.
Se movía espléndidamente, casi como siguiendo un patrón planificado.
La posición que había adoptado era muy interesante, apoyaba todo su peso en un pie y con el otro mantenía el equilibrio en la plataforma que se movía bruscamente.

Sus brazos estaban levantados a la altura de su mentón, de esta forma los utilizaba para balancearse para esquivar las pelotas.

Observé el contador que se encontraba en la parte superior.

-37...38...39...40.-

El sonido que caracterizaba el final del juego vino acompañado de palabras de halago y algunos aplausos por parte de los espectadores.

Ash ganó de una forma increíble. No había forma de negarlo.

Pero tal como dijo ese chico, esos movimientos son muy similares a los de alguien profesional en una disciplina...muy similar al karate.

Quizá sean solo ideas mías, pero si ese fuera el caso.
¿Por qué deja que lo sigan golpeando?

-Aquí tienes, eran 16. Así que tienes 32 monedas.-

Ash recibía el dinero tranquilamente, por otro lado, el señor parecía sentir que el mundo se caía a pedazos.

-Muchas gracias, ¿desea la revancha?-

Normalmente esa frase debía ser dicha por aquel hombre, pero las victorias consecutivas de Ash habían invertido los papeles.

-Por favor, no vuelvas nunca más...-

-De acuerdo.-

Al parecer tuvieron esta charla en más de una ocasión.
Pero esto no era tan malo para el negocio de aquel hombre.

Oye vamos a intentarlo!-

-¡Sí, seguramente ahora sí lo consiga!-

Los espectadores parecían emocionados.
El hecho de ver a alguien ganar aumentaba sus clientes, ambos ganaban a fin de cuentas.
Ash seguramente sabía eso, pero no iba a mostrarse amable, eso es comprensible.

A lo mejor, el juego no era tan difícil si lograras tener cierta destreza en los movimientos.
Seguramente Ernest sea capaz de conseguirlo con algo de esfuerzo.

-¡Por fin te encuentro Serena!-

Una cabellera rubia se posicionó frente mío.
Ernest apareció finalmente.

-¿Encontraste a Main?- pregunté.

-Está en esa dirección, ven conmigo.-

Inmediatamente asentí, pero justo antes de retirarnos, Ernest observó el juego que Ash había ganado anteriormente.

-Oh, recuerdo este juego.- Ernest rascaba su nuca mientras hacía memoria, al parecer eran recuerdos divertidos a juzgar por su sonrisa.- Es una estafa total, no hay forma que alguien pueda ganarlo. Apenas logré una puntuación de 19.-

-... Sí, tienes razón.-

Ganar ese juego cinco veces seguidas.
No era coincidencia, ¿cierto?

Decenas y decenas de personas están fallando sin lograr apenas diez puntos.

¿Quién demonios es Ash Ketchum entonces?

(...)

Decidí no hablar al respecto sobre Ash.
No creo que valga la pena averiguar sobre ello.
Puede parecer alguien misterioso y que oculta grandes secretos, pero también solo puede significar que no tiene nada que mostrar.
Quizá solo sea una perdida de tiempo y el pelinegro sea alguien de buenos reflejos, mas no mucho más que eso.

Intenté convencerme a mí misma asintiendo varias veces sin razón alguna.
Pero realmente me es imposible, hay algo que resulta ser muy inquietante.

-Ya se está haciendo muy tarde.-

Aria dijo esas palabras interrumpiendo en la calma del momento.

Había transcurrido un buen tiempo y el sol ya estaba ocultándose.

Main también lucía algo agotada, ella fue la que más se divirtió a fin de cuentas.
Odio admitirlo, pero Ash sabe como hacer feliz a una niña. En todo momento estuvo un paso por delante mío y descubrió rápidamente la forma de sacarle una sonrisa.

Main parece confiar mucho más en él que en Ernest.
Esto no fue bien recibido por este último, intentó por todos los medios arruinar la interacción entre ambos.

Creo que tendré que tener una charla con él, ojalá todo resulte en buenos términos.

-Conozco un atajo.- Ernest habló, inmediatamente señaló con su mano un callejón.-Llegaremos a la plaza central en cinco minutos, aún estamos a tiempo para tomar el bus de las siete.-

No era una mala idea, pero a pesar de tratarse de Kalos, no quita el hecho que nos encontramos en una zona muy propensa a ocurrir atentados contra la seguridad.

Es precisamente por estás fechas cercanas al aniversario de la región donde el nivel de delincuencia muestran un elevado crecimiento.

En fin, ese callejón no es seguro para nada.

-Debes estar bromeando, ¿acaso no tienes sentido común?-

Aria mostró su descontento.

Era comprensible, aquel lugar lucía exactamente como el típico basural dónde los ladrones esperan pacientemente a una víctima.

-No tienes de qué preocuparte, aunque no lo creas puedo lidiar con tres personas al mismo tiempo.-

-Bien por ti, ¿también puedes esquivar balas y cortar navajas con las manos?-

Aunque era un poco humillante, no podía discutir eso último.

-Te preocupas demasiado, nadie dispararía un arma de fuego en una zona tan cercana al centro de la ciudad.- Ernest se defendió.

-Sigue siendo tan descuidado y hasta un estúpido podría matarte con los ojos cerrados, ¿no lo entiendes?-

-...-

Ernest frunció el ceño y nuevamente parecía que iba a iniciar una pelea entre esos dos.

Realmente ya no sé qué hacer para mantenerlos alejados, pero también es muy incómodo entrometerse.

-Olvídalo, vámonos Serena.-

Ernest estiró su mano en mi dirección esperando que yo la acepte.

Tenía toda la intención de seguirlo, después de todo, el siempre me ha protegido en la preparatoria.
Quizá el día de hoy no sería tan diferente...

Sin embargo, cuando estuve a punto de tomar su mano, sentí como la manga de mi chaqueta era jalado.

Main estaba verdaderamente asustada y eso se reflejaba cuando comenzó a tiritar de miedo a mis espaldas.
El día de hoy sí era diferente...

-Quizá deberíamos pensarlo...-

Traté de sonar lo más amable y convincente posible, pero solo pude observar el rostro sorprendido de Ernest.
Acto seguido el apretó los puños y dió media vuelta.

-¡Bien! ¡Hagan lo que quieran!-

Él se retiró tomando como camino aquel callejón.

Aún así... viendo que este tipo de situaciones entre nosotros son cada vez más frecuentes, es tan frustrante.

¿Qué podía hacer?
Él es mi novio, pero Main tan solo es una niña dentro de un mundo de personas con malas intenciones.

-No te sientas mal, es lo mejor.-

Aria se acercó suavemente hacia mí y con una palmada en el hombro logró recuperar un poco mis ánimos.

-No eres tan estúpida como aparentabas.-

Ash dijo eso repentinamente.
No pude evitar sentir una molestia, aunque esta era un poco diferente.
¿Acaso estuve a punto de reírme?
No tiene sentido, eso ni siquiera fue una broma, él hablaba en serio.

-¡Serena, quiero un algodón de azúcar!-

-¿No crees que ya comiste mucho?-

-¡¿Eh?! ¡Estoy muerta de hambre!-

Desgraciadamente, al final del día yo no contaba con nada en los bolsillos.

-Está bien, toma.-

Ash habló dejando en mis manos alrededor de unas tres monedas.
Suficiente para comprar cuatro algodones.

-Te lo pagaré mañana.-

-De acuerdo.-

Verlo actuar tan gentil me hace difícil verlo como normalmente sería nuestra hostil relación.

Aria ha tenido sus ojos fijos en él durante todo este tiempo, aunque me gustaría decir que es amor es todo lo contrario.
Pareciera como si no quisiera perderlo de vista en ningún momento.

Sin embargo, a pesar de lo linda que ha sido el día de hoy.
Ella sigue sin mirarme como la amiga que solía ser, solo soy una mera conocida de la persona llamada Ash Ketchum.

Yo no soy la causa de sus sonrisas, solo un medio para conseguirlas, posiblemente eso es lo que soy a sus ojos.

Aria no puede olvidar lo que sucedió, esa es la principal razón del porqué es imposible cruzar la barrera que nos separa.

Después de todo.
Ella me conoce a la perfección.
"Ash Ketchum es un pedófilo"

Solo fue la mejor excusa, pero él no tiene forma de negarlo ni forma de saberlo.
Me siento muy culpable ya que no parece ser mala persona.
No obstante, la pelirroja parece haber visto a través de mis intenciones hace mucho tiempo.

Pero a fin de cuentas.
La única verdad es que al final del día.
La verdadera ganadora es Serena Ivonne.

(...)

Las dudas cada vez eran mayores.
Y mientras más investigaba, más confundida me encontraba.

Parecía que estaba desenterrando un cofre que en vez de tesoros, albergaba secretos espeluznantes.

Una gota de sudor recorrió mi mejilla cuando otro artículo escalofríante pasó frente a mis ojos.

A pesar de querer evitarlo, terminé indagando a más no poder durante varias horas sobre la verdadera identidad de Ash Ketchum.

Pero desde el primer momento solo me topaba con información trivial o nada relacionado.
Al menos creí que no encontraría nada importante hasta que la popularidad de cierta palabra comenzó a hacerse presente: "Ketchum"

"Niña prodigio destroza la competencia, su nombre es Anabel Ketchum"

"El empresario Enrique Grek contrae matrimonio con una mujer de nombre Delia Ketchum"


No parecía nada del otro mundo...
Ese había sido mi conclusión hasta hace poco.

" Enrique Grek fue hallado muerto en su departamento, el culpable es desconocido, pero se sospecha del hijo de su esposa: Ash Ketchum"

"Muere la niña prodigio, Anabel Ketchum, producto de la falta de atención médica"

"El asesinato de Enrique Grek fue dado como inconcluso, Ash Ketchum fue declarado inocente ante la falta de pruebas"

No solo era eso, había un sinfín de actos entre maquiavélicos y escalofriantes que rodeaban a esta información.

Pero el miedo a descubrir algo aún peor fue mayor y cerré mi laptop con fuerza tratando de recuperar la compostura.

No lo había notado, pero mi cabello estaba totalmente empapado en sudor.

Vuelvo a repetir...

-¿Quién demonios es Ash Ketchum...?-

Él no llegó aquí por un simple viaje de estudios, ¿verdad?
Desde un comienzo tuve esa sensación, que él fue arrastrado por una corriente de lágrimas.

No...
Soy yo quien está atrapada, aunque fue mi decisión estarlo.

Mi celular vibró unos momentos y lo tomé rápidamente al saber que se trataba de un mensaje de texto.

«Quiero hablar contigo mañana en la azotea» 

Era difícil imaginar que mi vida daría un giro inesperado en tan poco tiempo.
Volví a sonreír, recuperé mi seguridad, lo tuve todo...
Era tan perfecto que sentí que no podía ser cierto.
Ash Ketchum...¿Realmente quién eres?

Capítulo 9: Nacimiento

Siento que debo decir esto directamente.
Soy un estúpido, la verdad chicos es que he estado enfermo durante meses y apenas he recuperado parte de mi motivación.

Poco a poco me estado recuperando, pero esto sucedió por culpa mía, por mi obsesión que me llevó a descuidar mi salud.
Digo esto porque en momentos como este, es necesario ser prudente y no desesperarse.

Paciencia chicos, y no cometan errores que pueden evitarse.

Ahora sí, sin más que decir.
Chaufa a todos xd

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