(3)



Cuando Donghyuck despertó quiso gritar, pero aquello le fue imposible, de su boca no salió nada, ni si quiera un quejido, no sentía su cuerpo tampoco y eso solo le dio más miedo, su visión aún no se adaptaba a lo que había delante suyo, estaba boca arriba sobre algo suave, miro tanto como sus ojos le permitieron, el techo era de un color entre gris y negro, igual que los alrededores y eso no le daba muchas pistas, intento mover los dedos o alguna parte de su cuerpo y fue inútil en cada uno de sus intentos, recordaba estar en el campo cortando flores como siempre hacia, solía quedarse dormido y no despertar hasta después de días pero ese no era el caso, de eso estaba seguro.
Donghyuck llevaba tiempo sintiéndose observado, de repente sentía cierta compañía y un cálido fuego abrazador cercano a el, lo había ignorado tanto como pudo porque nunca encontraba a nadie o al menos eso creía, intento respirar para calmarse su cuerpo no reaccionaba pero de alguna forma podía sentirlo, se sentía pesado y tenía algo de dolor en alguna parte que aún no lograba localizar, poco a poco pudo mover su cuello y abrir los labios, estaban húmedos, lo que quería decir que no llevaba mucho tiempo dormido o tendría la boca seca, antes de poder razonar un poco más escucho ruidos, lo tomo por sorpresa pues el lugar había un silencio de muerte del que apenas hasta ese momento se había dado cuenta que había.

—El señor dice que debemos cuidar a la criatura.

"Criatura?"

—Es un débil diablo, apenas si lo he mordido un poquito.
—El señor dice que es un ángel.
—A mi me parece bastante normal, Renjun es más bonito.

No reconocía esas voces o esos nombres, pero lo que ellos fuesen se estaban acercando.

—Miren ya despertó!
Un chico de ojos negros grito emocionado dejando escapar algo parecido a un aullido, tenía el torso desnudo y la mirada curiosa, aquello avergonzó un poco a Donghyuck e intento apartar la mirada, aún que del otro lado se encontraba otro chico igual de desnudo pero con los ojos azules, su piel mucho más blanca, igual de curioso se le quedó viendo y prontamente entre los dos comenzaron a olfatearlo.

—Deténganse.

Una voz fría y algo amenazadora causó eco en el lugar, Donghyuck movió la cabeza en busca de esa voz, el chico de ojos negros lo bloqueaba un poco pero podía ver a otro chico igual, esta vez de ojos grises y junto a él una túnica blanca cubierta por otra en capa más delgada de color negro con detalles dorados por los hombros, un fuego azul se desprendía sobre su cabeza, parte de la corona de flores y espinas marchitas que poseía, Donghyuck tragó saliva.
No se hablaba mucho de Hades entre los dioses, al ser seres inmortales la muerte nunca llegaba a cruzar su mente pero por lo poco que había oído sabía que no era alguien con quien debía meterse, Zeus lo tenía bien controlado o al menos eso se decía, el Dios nunca dejaba el inframundo, no era un Dios piadoso o alguien que pudiese conmoverse fácilmente y si lo hacía siempre había una trampa oculta, Hades no conocía más allá de donde vivía y Donghyuck se preguntó qué hacía el frente a tan temible Dios.

—Debes disculpar a los cachorros, apenas les he dejado entrar a este cuarto no acostumbramos a tener visitas.

Donghyuck repentinamente sintió la movilidad en sus manos, intentó moverlas teniendo éxito en moverse un poco pero fue detenido por una mano que se posicionó sobre el.

—Sabes el real significado de tú nombre real, Persefone?

Los...cachorros intentaron ayudarle a levantar, al menos permanecer sentado mientras su amo hablaba, ahora ya podía sentir los tactos y recuperaba el movimiento, en su pierna miró marcas de colmillos que intentó tocar en vano y luego vio una larga cadena en su tobillo.

—Se que mi madre quería una niña, alguien que fuera del campo como ella y fuera bella como una rosa.

Las palabras le salieron sin esfuerzo por alguna razón, nunca miro a Hades a los ojos sin embargo, lo que no le agradó al parecer, sujetado de ambos brazos por sus cachorros Hades lo tomo de la barbilla con delicadeza y lo obligó a mirarle regalándole algo parecido a una sonrisa.

—Agradezco a Zeus que seas hombre, puede que si pertenezcas al campo pero no eres bello como una rosa, cualquier flor en cualquier lado debe envidiarte y morir al saber que nunca llegarán a ser tan hermosas como tú.

Ahora si se le había secado la boca, Hades lo estaba alagando y mas que eso lo estaba tocando tan cuidadosamente que le era difícil pensar que se encontraba con un Dios maligno.

—Recuperarás la movilidad total en unas horas, Renjun lamenta haberte mordido tan fuerte y en ofrenda de paz te ha traído comida.

Renjun trajo la cesta con fruta y dejó que el Dios tomara una fresa que acercó a la boca de Donghyuck.

—Aleja eso de mi por favor.
Quiso sonar más estable y fuerte pero el peso en su cuerpo parecía recaer en sus cuerdas vocales también.
—No reconoces el fruto de tus propias tierras, puedes comerlo, tienes que comer algo después de tres días, te he dado agua del rocío y lavado estos tres días pero tu estómago debe sentir hambre.

Donghyuck se sobresaltó, tres días...
Al menos sabía ahora que por los cuidados de Hades su boca no se sentía seca y tampoco había descuidado su imagen, pero el haber pasado tantos días ahí era ya algo malo, sin contar el hecho de que al lavarle lo había visto desnudo.
Aquello lo hizo ruborizarse y Hades rio adivinado su pensamiento de vergüenza, indicó a los cachorros salir del cuarto y apoyando a Donghyuck con cuidado sobre el comenzó a alimentarlo.

—Tengo planes para ti solecito y te necesito fuerte.

Que tanto podría llegar a hacerle un Dios del infierno...

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